La historia de mi thuya es curiosa y corta pues la compré en tiesto y la puse, en el mismo tiesto, a la entrada de mi casa durante la pasada primavera y mide unos 1.20 m. de alto. así que tuve la suerte de ver cómo una pajarita, concretamente una gorriona, sacaba adelante a sus hijitos allí de lo que mi familia fué testigo excepcional, ni qué decir tiene que nos pareció milagroso y fué muy hermoso comprobar cómo primero eran los huevos, después fueron los pajaritos que abrían el pico ansiosos cuando hurgábamos entre las ramitas para observarlos, después las cada vez más espaciadas venidas de la madre, hasta el punto de hacernos pensar que había abandonado, harta ya de estos humanos curiosos que no hacían más que entrometerse en lo que no era su asunto. Pero nada más lejos de la realidad, no se debe dudar jamás de una buena madre y al fin, descubrimos a los pájaros en las ramas de la Thuya, cuna natural y protectora de los calores que azotaban el pueblo esos días de principios de verano, fuera ya del nido, fueron volanderos y al fin volavérunt como diría el gran Goya. Y como testigo excepcional y natural artífice de todo este milagro, la Thuya comprada pocos días antes. Hasta ahora he explicado la historia pero ahora viene como una sombra la parte inquietante y es que, mi admirado arbolito, se está secando desde dentro hacia afuera, ¡¡HORREUR!! Su núcleoha adquirido el tono marrón de la muerte vegetal y sólo la parte más exterior verdea aún luchando contra la que si Dios no lo remedia será, tal vez, su fin Pido consejo, ¿Qué le pasa a mi Thuya?.
¿Y no será que se está poniendo color bronceado porque llega el invierno?. Algunas variedades de Tuya lo hacen y reverdecen en primavera.
