Historia del tulipán

Tema en 'Tulipán' comenzado por susu, 11/6/06.

  1. susu

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    Tulipán

    En el año 1554, el embajador austriaco, Busbecq quería saber el nombre de una flor desconocida que le había dejado asombrado. Un señor sobre su turbante llevaba esta flor. Él preguntó al traductor "¿Cómo se llama esto?" y el traductor pensó que le preguntaba por turbante, le respondió en lugar de "lale" como "tülbent". Así, fue puesto el nombre de tulipán en Europa. Una flor que más tarde la gente de Holanda se volvería loca por ella y tulipomanía ya había empezado en la vida exótica de Estambul.

    Tulipán, nombre común de las plantas de un género de herbáceos bulbosas de floración primaveral. Es de la familia de las Liliáceas. La planta entera; tallo, hojas y flores están comprimidos y encerrados dentro del bulbo, esperando para salir en la primavera y sorprendernos con sus colores preciosos.

    El origen del tulipán es Asia Menor. Los turcos se encontraron con él en Anatolia y en la época otomana empezaron adornar los jardines de Estambul. Además, tuvo un sentido religioso porque el nombre turco "lale" escribiendo con las letras árabes que utilizaron los turcos durante la época otomana, se parecía "Allah".

    Al empezar el siglo 18 con el sultanato de Ahmet III, en el imperio otomano empezó la época de Tulipán (1703-1730). Después de más de cuatro siglos de la guerra, de la conquista y de la derrota, ya los otomanos habían decidido gozar de la dulce vida. Con la colaboración del gran visir Ibrahim Pacha el yerno de Nevsehir, el Sultán solo le había dedicado para las fiestas. Estambul tenía unas celebraciones que la gran capital de los imperios nunca había vivido algo así. En Kagithane del cuerno de oro construyeron unos palacios y áreas de recreo, en los estanques del bosque los cisnes nadaban, las fuentes adornaban la orilla del cuerno de oro. El primer embajador turco, el 28 Mehmet Pacha (es curioso pero se llamaba así) en el año 1720 había vuelto de Paris con nuevas inspiraciones y nuevas planes de jardines.

    La perla azul, la luz del amanecer, la gota de rubíes, así se llamaban las especies de los tulipanes. Mehmet Lalezar, cultivador oficial del palacio había contado 1323 variedades. El tulipán era el símbolo de la sensualidad, creatividad, y todo...
    El gran pintor Levní pintaba unas escenas de los baños turcos y Nedim escribía su poesía erótica y hedonística, especialmente en los versos alegres. Todo acabó después de la sublevación de Patrona Halil. El nuevo Sultán Mahmut I no pudo resistir a los rebeldes que destruyeron todo, pasó el sinistro y el imperio, uno a uno, deshizo a los rebeldes. Unos veinte años más tarde empezó otra vez las fiestas del cuerno de oro, pero ya la época de tulipán se había acabado.

    La "relación" entre Holanda y los tulipanes empezó en 1593, cuando el botánico Carolus Clusius trasladó tulipanes desde Estambul a la Universidad de Leiden, en Holanda, para realizar investigaciones médicas. Era un hombre bastante avaro y nunca quiso compartirlos con nadie, hasta que una noche un grupo de personas entró a la fuerza en su jardín y robó varios bulbos. A partir del año 1634 se convirtió en una especie de locura llamada tulipomanía, que dio lugar a una especulación disparatada de plantas, por las que se pagaban precios muy altos. Como muchas personas ya se habían arruinado, el gobierno decidió poner fin a la situación regulando el comercio de tulipanes.

    Un dato para entender el elevado valor que los holandeses le dieron a esta flor en el siglo XVII quedó registrado para la posteridad por un escritor de la época, de apellido Munting. En 1636, una tonelada de queso costaba 120 florines, y en una transacción entre dos comerciantes uno de ellos pagó 2500 por un tulipán; es decir, más de lo que había pagado por 20 toneladas de queso.

    Además, existe una historia curiosa sobre el tulipán, según dicen; los turcos mandan a Holanda un barco lleno de tulipanes y ellos pensando que es la cebolla, se los comen, luego plantan lo que sobran para tener el año que viene y se dan cuenta de que se comieron una flor preciosa.

    Los bulbos de tulipán desde hace 350 años forma una parte importante de las exportaciones de los Países Bajos. Cada año se producen alrededor de tres mil millones de bulbos de tulipán en Holanda, de los cuales se exportan unos dos mil millones. Aproximadamente, la mitad de éstos van a Estados Unidos. Los tulipanes son la tercera flor más solicitada por los consumidores en países desarrollados como Estados Unidos, Japón y el norte de Europa. En estas naciones, cada persona gasta alrededor de cien dólares en un año

    La historia del tulipán

    Originariamente, el tulipán proviene de Persia y Turquía. Allí es donde crece el Lali, que es el nombre del tulipán en turco, como planta silvestre. Constantinopla, actualmente llamada Estambul, era considerada en el siglo XVI como una de las ciudades más bonitas del mundo. Era un centro de comercio, tráfico, cultura e intrigas políticas; también sus preciosos jardines despertaban gran admiración.

    El tulipán conquista Persia

    En Turquía, el 'siglo del tulipán' alcanzó su punto culminante al principio del siglo XVIII. Cada primavera con luna llena, el Sultán Ahmed III organizaba una gran fiesta de tulipanes en los jardines del palacio. Se colocaban centenares de jarrones en estanterías, con las más bonitas flores de tulipanes.

    Se dice que el Sultán hacía importar incluso tulipanes desde Holanda para estas fiestas. Había bolas de cristal llenas de líquidos abigarrados y la iluminación del conjunto con lámparas de cristal era maravillosa. Se colgaban jaulas de las ramas de los árboles con canarios y ruiseñores que cantaban uno más alto que otro.

    Los invitados iban vestidos en colores que coincidían con los de las flores. Al Sultán, estas lujosas fiestas le costaron al final su vida. ¡Fue asesinado por unos conspiradores descontentos que opinaban que las arcas se vaciaban en exceso!

    En Persia el cultivo y el comercio de los tulipanes fueron protegidos estrictamente. Se prohibía negociar con los tulipanes fuera de la capital y los que infringían esta prohibición eran duramente castigados. Tanto las variedades existentes como las nuevas fueron descritas detalladamente. En el más antiguo libro de tulipanes conocido se enumeran nada menos que 1588 nombres de tulipanes.

    El tulipán conquista Europa

    En 1578 el tulipán llegó a Gran Bretaña procedente de Viena, según informan las fuentes. Aproximadamente 45 años después, el famoso escritor de libros de hierbas John Parkinson ya describe más de 150 variedades. Las divide en tres grupos: tempranas, medio tempranas y tardías. Hoy en día, esta división sigue siendo utilizada, y Gran Bretaña continúa teniendo un papel importante en el cultivo y la administración de nuevas variedades.

    En Francia, el tulipán fue la flor de la corte durante el régimen de Luis XIV, el Rey Sol. Las damas de honor decoraban con mucho gusto sus vestidos escotados con unos cuantos tulipanes. Era una muestra de auténtica riqueza.

    Alrededor de Berlín, el cultivo de bulbos floreció en el siglo XIX. Sin embargo, conforme esta ciudad crecía, los jardines tuvieron que hacer sitio a los edificios.

    El tulipán conquista Holanda

    La fiebre de los tulipanes se contagió al diplomático flamenco Ogier de Busbecq, el enviado de los Austrias en la corte de Süleyman el Grande. Escribió con gran entusiasmo sobre la belleza de los tulipanes y envió algunos bulbos a su amigo holandés, el erudito Carolus Clusius, que acababa de obtener un nuevo empleo como botanista en la universidad de Leiden. Clusius estaba muy apegado a sus flores exóticas.

    Se dice que pedía una cantidad de dinero tan exagerada por los bulbos, que nadie los quería comprar. Hubo ciertas personas de gran ambición comercial que no pudieron dejar pasar por alto este hecho. En una noche oscura se introdujeron furtivamente en el jardín y se llevaron los bulbos. Clusius se vio tan afectado por el robo que dejó de cultivar tulipanes para siempre. Los bulbos robados serían el punto de partida para el posterior cultivo de tulipanes en Holanda.

    Tulipanomanía

    En poco tiempo, los tulipanes llegaron a ser flores populares en una gran parte de Europa. Sin embargo, eran sobre todo las gentes ricas las que se podían permitir el lujo de comprar esta flor. Un jardín era una colección de objetos de valor, donde el tulipán desempeñaba un costoso papel principal. El tulipán cada vez era más caro y en 1634 alcanzó cotas realmente altísimas. Había nacido la 'Tulipanomanía'.

    Durante el periodo de la Tulipanomanía, el comercio de los bulbos de flores fue una auténtica especulación. Se compraba y vendía sin que el dinero o los bienes cambiaran de propietario. Todo ocurría sobre papel. A ese hecho hay que añadir que nunca se sabía con exactitud qué era lo que iba a salir del bulbo. El comerciante sólo podía confiar en que fuera un hermoso tulipán. Cuando un comerciante vendía un bulbo de flor, muy probablemente lo hacía sin haber visto jamás el bulbo. Además, nunca se sabía si el comprador efectivamente era capaz de pagar la cantidad de dinero o bienes acordada.

    Muchas veces no eran más que promesas. Cada vez eran más los intermediarios que querían entrar en el juego y, antes que nada, ganar dinero. La creciente demanda de determinadas variedades hizo subir los precios.

    El 'Semper Augustus' ocupaba el primer puesto de la clasificación. Este tulipán representaba un valor de 5.000 florines, un importe con el que se podía comprar una casa señorial junto a los canales de Amsterdam. En numerosas ocasiones, se negociaba con bienes en vez de dinero. Para un solo bulbo del tulipán 'Viceroi' (valía la mitad del 'Semper Augustus') se acordó el siguiente precio:

    2 carretadas de trigo, 4 carretadas de centeno, bueyes bien cebados, 8 cerdos bien cebados, 12 ovejas bien cebadas, 2 barriles de vino, 4 barriles de cerveza, 500 kilos de queso, una cama, una copa de plata y
    varios vestidos.

    El negocio de los bulbos de tulipanes solía tener lugar en el cuarto de atrás de albergues, tabernas y comedores públicos. Era ilegal, pero todo el mundo conocía su existencia. Había incluso niños que entraban en acción para espiar.

    Al cabo de tres años se terminó la Tulipanomanía. Los precios sufrieron una fuerte caída y muchos comerciantes quebraron, motivo por el cual podían ser condenados a duras penas de prisión. Las fortunas se derritieron como la nieve bajo el sol y muchos se quedaron sin trabajo. En abril de 1637 intervinieron las autoridades, declarando inválido cualquier acuerdo especulativo y fijando en 50 florines el precio máximo de un bulbo de tulipán.

    Fuentes:
    http://www.bakker-es.com/Garden/Article.aspx?article=443

    http://www.aturquia.com/tradiciones/tulipan.htm

    http://www.barilochenyt.com.ar/tulipan.htm