María, yo tengo un poto en la oficina, que le ocurre lo mismo que tí. Estaba encima de un armario y lo íbamos guiando por la pared pero llegó a un punto que le faltaba tierra y empezó a perder hojas. De manera que conseguí unas ramas larguiruchas pero con muy poca gracia. Hace dos...
Separa los nombres con una coma y un espacio.