Aimé Bonpland: naturalista, médico y botánico francés

Tema en 'Manual de botánica' comenzado por CULTOR FELIX, 21/1/10.

  1. Aimé Bonpland

    Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland (firmaba Amadeo o Amado en los países hispanohablantes), nacido en La Rochelle, Francia; el 28 de agosto de 1773 y muerto en Santa Ana, actual poblado argentino de Bonpland en la provincia de Corrientes, Argentina el 10 de mayo de 1858, fue un naturalista, médico y botánico francés, célebre por la expedición a América que realizó junto con Alexander von Humboldt. El Pico Bonpland es en honor a su nombre, aunque esté nunca visitó Los Andes venezolanos.

    Su verdadero nombre era Aimé Jacob Alexandre Goujaud, aunque es conocido como Bonpland (Bon-Plant), debido al apodo que le dio su padre por la afición que desde pequeño tuvo por las plantas y que luego reemplazó definitivamente su apellido.
     
  2. RAVANETH

    RAVANETH

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    Re: AIMÉ BONPLAND

    ACA UNAS FOTOS.

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    SALUDOS VANE
     
  3. Re: AIMÉ BONPLAND

    Hola! Saludos desde Corrientes, Argentina. Acá se recuerda con mucho afecto y respeto al naturalista Amado Bonpland, cuyo nombre lleva el Museo de Ciencias Naturales de esta Provincia.

    En el Diario "La Nación" de Buenos Aires, fue publicado un artículo muy interesante, firmado por la periodista Nora Bar:

    “Bonpland, naturalista y aventurero
    Una muestra rescata a esta personalidad fascinante; fue médico, botánico, productor agropecuario y hasta espía

    Jueves 16 de julio de 2009

    Nora Bär
    LA NACION
    Aimé Jacques Alexandre Goujaud, conocido como Aimé Bonpland, llega a Cumaná, en lo que es hoy Venezuela, en 1799, a los 26 años, como compañero de Alexander von Humboldt. Habían emprendido una expedición científica que los llevaría durante cinco años en un viaje de deslumbramiento por las tres Américas: exploraron el Orinoco, estuvieron en Cuba, pasaron por Lima, vivieron un año en México y pasaron por los Estados Unidos.
    Ese sería el inicio de una historia novelesca, en gran parte transcurrida en el extremo sur del continente, con reclusiones prolongadas, aventuras e intrigas políticas, inquietudes comerciales, y múltiples amoríos y matrimonios. Y todo eso ocurría mientras lograba reunir y enviar regularmente a Francia un herbario de 60.000 especies, 6000 de las cuales eran desconocidas en Europa.
    "Bonpland es el último gran naturalista romántico", dice el historiador de la ciencia Miguel de Asúa, que, junto con el biólogo Pablo Penchaszadeh, rescata en una muestra que se inaugura hoy en el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (Angel Gallardo 470) esta figura de múltiples dimensiones. "Es el representante más atractivo de esa estirpe de naturalistas viajeros franceses que emprendieron la aventura transoceánica en busca de especies nuevas y resultaron protagonistas de un encuentro de culturas y testigos participantes de los movimientos de independencia de América del Sur. Una persona que vivió más allá de su época", agrega.
    "Fue una personalidad increíble, absolutamente desopilante -explica Penchaszadeh-. Fue médico, comerciante, llevaba rebaños de un lado a otro, tuvo una curtiembre y una plantación de yerba mate, se metió en la política de la época..."
    Tras el "viaje a las tierras equinocciales", Bonpland regresa a Francia y se convierte en intendente y botánico de La Malmaison, palacio privado de Joséphine, esposa de Napoleón, en las afueras de París, donde se ocupaba del jardín, el invernadero y un extenso naranjal, y que pronto convierte en un centro internacional de intercambio y cultivo de plantas tropicales. Pero tras la muerte de la emperatriz decide regresar a América.
    "Tenía ofertas de Simón Bolívar -cuenta Miguel de Asúa-, pero como éste estaba muy mal, optó por una segunda alternativa."
    Contratado por Belgrano y Rivadavia, se establece primero en Buenos Aires, donde ejerce como médico durante tres años. En 1820 se instala en Santa Ana, Corrientes, hoy llamada Bonpland en su honor.
    "Bonpland es el que reintrodujo la yerba mate en el territorio del Río de la Plata -explica Asúa-. El problema del mate es que resulta muy difícil que germine la semilla. Los jesuitas habían encontrado en las misiones el método para hacerlo, pero ese conocimiento después se perdió. Entonces Bonpland redescubrió la metodología de germinación de la semilla y decidió hacer una empresa. En realidad, tenía una mentalidad muy empresarial. No era un botánico puro, sino que tenía la visión de una botánica aplicada. De hecho, también estuvo vinculado con la introducción de las ovejas merino."
    Intentando recuperar los antiguos yerbales de la misión de La Candelaria para iniciar una explotación redituable para él y beneficiosa para la región, Bonpland se entrevista con el caudillo Francisco Ramírez y sale para las misiones en mayo de 1821, pero en diciembre de ese año 400 soldados paraguayos cruzan el Paraná, lo capturan, matan o toman prisioneros a muchos de los nativos que participaban de la empresa incipiente y se lo llevan encadenado.
    Prisionero durante ¡nueve años! en El Cerrito, cerca de Santa María, instala una huerta y un dispensario, tiene dos hijos con María, hija del cacique Chivirá, y hasta funda una población. "El dictador Gaspar Rodríguez de Francia [el "Supremo" del libro de Roa Bastos] le impedía salir, pero no estaba entre rejas -cuenta Asúa-. Luego, una campaña internacional logra su liberación."
    A partir de 1838 reside en Santa Ana, una estancia de 12.000 hectáreas en la provincia de Corrientes. "Allí funcionaba también como una especie de espía -detalla Asúa-, hacía contactos con las fuerzas francesas en la época del bloqueo primero francés y luego anglofrancés, participaba en la coalición del Litoral contra el gobierno rosista, fue el médico militar del ejército de paz, y también era el trujamán que hacía de intermediario en el tráfico de armas... Ya en la época napoleónica había estado metido en ese tipo de cosas, tenía una vocación para la intriga político-militar."
    La vida amorosa de Bonpland merece un capítulo aparte.
    "Llegó a Buenos Aires con su mujer francesa, que luego volvió a Europa con un ecuatoriano muy rico -cuenta Penchaszadeh-. Era una fuerza de la naturaleza: se «casó», por decir así, en todos lados. En Asunción asienta familia y en Corrientes tiene dos familias más. No se sabe exactamente cuántos hijos tuvo. Por eso hay muchas personas que se llaman Bonpland en la zona de Corrientes y Misiones..."
    Ambos investigadores del Conicet coinciden en que Buenos Aires es un tesoro de documentación acerca de este sabio que también fue el médico que, mientras vivió en Corrientes, se ocupó de la vacunación antivariólica. "Además de vacunar, por lo general era llamado para aplicar purgas, abrir abscesos y efectuar las prácticas rutinarias de un médico rural a mediados del siglo XIX", señalan en el cuidado catálogo que reúne las escenas sobresalientes de esta figura multifacética.
    La vida de Bonpland termina a los 85 años de modo tan extraño como transcurrió. Dicen que murió dos veces: cuando lo velaban en Santa Ana, de pronto aparece un paisano al galope, saca el facón, apuñala el cadáver con saña feroz al tiempo que lo insulta y luego se va.”

    Saludos, Abuelena :razz:
     
  4. Re: AIMÉ BONPLAND

    Gracias por la bonita historia. Ya veo que en Argentina se conoce más a Aimé Bonpland que en Francia. ¡Viva Argentina y lo/as Argentino/as!
     
  5. Re: AIMÉ BONPLAND

    En la Capital Federal, en el barrio de Palermo Viejo, hay una calle Bonpland. Me quedaría por buscar si es por Aimé Jacques, pero supongo que sí, seguramente.

    Aquí hay algo más..., a ver si lo pueden abrir:
    http://www.crimic.paris-sorbonne.fr/actes/sal4/courthes.pdf
     
  6. Fernando Macé

    Fernando Macé oriental

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    Re: AIMÉ BONPLAND

    En Montevideo también hay una calle que lleva su nombre.
    Mis saludos
     
  7. Re: AIMÉ BONPLAND

    Hay una anécdota sobre el una vez muerto un paisano pasado de copas saludo al cadaver y al no obtener respuesta lo acuchillo. Es decir "murió" dos veces
     
  8. Re: AIMÉ BONPLAND

    Busqué si había una calle Aimé Bonpland en París, pero no encontré niguna. No obstante, tuvo un puesto en el Jardín de Plantas de París.

    Entonces, se me ocurrió mirar en el callejero de La Rochelle, capital de la provincia histórica de Aunis, donde nació. Encontré una.

    Desde la Revolución, las provincias francesas dejaron de ser divisiones administrativas. Se crearon los departamentos. Las de mayor de tamaño, como Gascuña, Isla de Francia, Champaña, etc., fueron divididas en varios departamentos. Las más pequeñas fueron agrupadas en uno como es el caso de Aunis (la más pequeña de todas) y Saintonge que forman el Departamento de Charente-Maritime, con La Rochelle como capital administrativa.

    Ahora miraré si A. Bonpland figura como autor de identificación de alguna especie vegetal. De todas formas, ya tiene una ciudad en Argentina y un monte en Venezuela. ¡Viva América!
     
  9. Fernando Macé

    Fernando Macé oriental

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    Montevideo, Uruguay
    Re: AIMÉ BONPLAND

    No hay cosa mas notable que ver como en esta América, tantas veces denostada y olvidada, se escribieron páginas de la historia memorables. Orgullo por nuestros naturales y orgullo por nuestros ( y me incluyo) descientes de otros lares. Entre ellos, los que habrá dejado Bonpland.
    Parte de esa historia es esta:
    Aimé Bonpaland (aunque creo que el acento está cambiado, Francois me corregirá)
    Nace: La Rochelle (Francia) 29.8.1773
    Muere: Unión (Uruguay) 11.5.1858

    Médico, botánico, naturalista, explorador y viajero. Su verdadero nombre era Aimé Jacob Alexandre Goujaud, aunque es conocido como Bonpland (Bon-Plant), debido al apodo que le dio su padre por la afición que desde pequeño tuvo por las plantas y que luego reemplazó definitivamente su apellido. En 1791 viaja a París a seguir estudios de medicina; allí nace su dedicación a la ciencia y especialmente a la botánica. En 1796 se traslada a Rochefort (Francia) y se inscribe en la Escuela Naval de Medicina hasta obtener el grado de cirujano de tercera clase. Enviado a Tolón, se emplea por varios meses en el servicio de los hospitales marítimos de ese puerto y trabaja como ayudante de cirujano en el vapor Ajax. El año siguiente regresa a París, obtiene su doctorado y continúa sus estudios de ciencias naturales al lado de eminentes naturalistas y botánicos. Es uno de ellos, Antonio Jussieu, quien lo recomienda junto con Alejandro de Humboldt para integrar la expedición científica que estaba organizando el gobierno francés por la América del Sur y África, empresa que no se ejecutó. Sin embargo, ambos científicos no abandonan la idea de la expedición y realizan las diligencias pertinentes para emprender el viaje. Parten a España y consiguen permiso del rey Carlos IV para visitar los dominios americanos. El 5 de junio de 1799 salen de La Coruña a bordo de la corbeta de guerra Pizarro y 14 días después hacen escala en las islas Canarias. Retoman el rumbo hacia La Habana y México, pero una epidemia desatada en la embarcación los hace desviarse hacia Tierra Firme y desembarcar en Cumaná el 16 de julio de ese año. Desde allí recorren la península de Araya, valle de Caripe, cueva del Guácharo, misiones de San Fernando y otros lugares del oriente venezolano. Seguidamente parten hacia La Guaira haciendo escala en Higuerote, desde donde Bonpland continúa el viaje por tierra. El 20 de noviembre llega la expedición a La Guaira y emprende marcha hacia Caracas. Allí son recibidos por el gobernador y capitán general Manuel de Guevara Vasconcelos, quien se ocupa de atenderlos. Ya instalados, ambos viajeros se dedican a explorar los alrededores de la ciudad y el 2 de enero de 1800 ascienden a la silla del Ávila. Luego parten hacia los valles del Tuy y Aragua, visitan Antímano, La Victoria, Turmero, Maracay, Valencia, Guacara, Las Trincheras y Puerto Cabello. Desde allí se dirigen a los llanos centrales pasando por Calabozo y San Fernando. Siguen hacia el Orinoco y recorren los pueblos de misión hasta llegar a San Carlos de Río Negro. Exploran el Orinoco y sus afluentes, visitan Angostura y desde allí se dirigen por El Pao a Barcelona y luego a Cumaná, terminando así el recorrido por el territorio venezolano. En términos generales, la expedición se ocupó del estudio de nuestros recursos naturales (flora, fauna, minerales, ríos, suelo, fenómenos, etc.) así como también de la observación de las costumbres indígenas y del resto de la sociedad. Bonpland fue el encargado de recolectar las plantas, la mayoría de ellas desconocidas por la ciencia de la época, y de colaborar con Humboldt en la redacción posterior de varios trabajos. De Venezuela la expedición parte en septiembre de 1801 y se dirige a Cuba, Nueva Granada, Quito, Perú, Nueva España y Estados Unidos, para finalmente concluir en Burdeos el 4 de agosto de 1804. Los expedicionarios son recibidos con grandes honores. Ya en París ambos se dedican a ordenar y analizar el material recolectado. Publican varias obras de manera conjunta, la más importantes de las cuales es el Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, aparecida en francés, en 13 volúmenes, entre 1816 y 1831. En 1805 Bonpland es nombrado por la emperatriz Josefina administrador del castillo de Malmaison, la residencia imperial, y encargado del cuidado de sus jardines. Por esa época ambos viajeros conocen a Simón Bolívar, el futuro Libertador, a su paso por París. En 1814 al morir la emperatriz, Bonpland deja su cargo y madura la idea de regresar a América. Contratado por el presidente de Argentina, Bernardino Rivadavia, decide viajar a Buenos Aires, ciudad a la que llega el 26 de noviembre de 1816, con su familia y el ofrecimiento de ser profesor en la Facultad de Medicina y en el Museo de Historia Natural. En 1818 se traslada a la provincia de Corrientes entre los ríos Uruguay y Paraná y se dedica al estudio científico de los grandes cultivos y al mejoramiento de la yerba mate. El gobernante del Paraguay, José Gaspar Rodríguez de Francia, considera estas innovaciones perjudiciales para el comercio de su país y cree ver en el botánico un «espía», al que hace apresar en diciembre de 1821 y conducir primero a la localidad de Itapúa y luego a Santa María de Fe, donde permanece confinado por más de 10 años. Durante su cautiverio muchas personalidades e instituciones tratan de conseguir su libertad, entre ellos el propio Bolívar, pero esto sólo se logra en 1831. Una vez libre, Bonpland se dedica a recorrer las misiones brasileras, se establece por corto tiempo en Buenos Aires y luego en San Borja, donde continúa con sus investigaciones botánicas; regresa a Corrientes y se dedica al cuidado de una estancia, que después deja para seguir recorriendo el territorio fronterizo entre Argentina, Uruguay y Brasil. Los últimos años de su vida los dedica a ordenar sus apuntes para preparar varias obras sobre la constitución geológica y las especies vegetales del territorio recorrido en su segunda etapa en América. En eso estaba cuando lo sorprendió la muerte en la villa de Restauración, hoy Unión, en el Uruguay. P.V./F.P.


    Reciban mis saludos
     
  10. Fernando Macé

    Fernando Macé oriental

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    Re: AIMÉ BONPLAND

    AMPLIAMOS LA INFO:

    "Larrañaga(Uruguayo) fue un autodidacta, y el primero de entre los grandes naturalistas americanos nacido en suelo americano ya que los anteriores eran europeos (sino tenemos en cuenta a los pueblos indígenas que conocían las propiedades y usos de un buen número de plantas de nuestro continente). Es preciso señalar que hombres de ciencias llegaron en viaje de exploración y estudio de flora y fauna americanas, entre los que podemos destacar a naturalistas como Antonio de Pineda, Tadeo Haenke, y Luis Nee –este último por ejemplo integraba la expedición de Alejandro Malespina que recorrió América entre 1789 y 1794 – sin olvidarnos por supuesto de Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland entre otros."

    "Sabemos por el propio Larrañaga que ese ordenamiento de la naturaleza lo hizo en principio siguiendo los cánones de Linneo, a quien llamaba “resplandeciente Estrella Polar del Norte”. (Larrañaga, 1923: 26:icon_cool: En carta del 26 de febrero de 1818 a Aimé Bonpland le manifiesta haber emprendido “el vasto proyecto de describir científicamente los tres reinos de la Naturaleza de este País, siguiendo el Sistema Naturae de Linneo, edición Gmelin”. Vale la pena recordar que Linneo en su Sistema Naturae (1735) estableció una “nomenclatura binomia” según la cual cada especie recibe un doble nombre en latín- un sustantivo (nombre genérico) y un adjetivo. De esta manera todo animal o planta conocido hasta el momento tenía su sitio en una clase, orden, género y especie."






    Nuevamente saludos
     
  11. Re: AIMÉ BONPLAND

    Tengo buenas nuevas. Nuestro botanista Aimé Bonpland figura entre los autores de denomiación de plantas y figura como 'Bonpl.' Así que, queridos amigos Americanos, si encontráis un nombre de planta seguido de 'Bonpl.', sabréis que fue identificado por nuestro botánico americés[1] Bonpland.

    Cada vez que veáis un nombre botánico como Género especie[2] Bonpl., el nombre deberá ser escrito en letras cursivas, pero no el nombre del autor que, en este caso es Bonpland.

    No es obligatorio escribirlo, sino aconsejable; en muchos casos: libros, revistas, www, etc. encontramos denominaciones fantasiosas como por ejemplo:

    Stevia rebaudiana Bertoni o Stevia rebaudiana Bertoni, lo que hace pensar que 'Bertoni' forma parte del nombre de la planta como si fuera una subespecie, variedad, forma, etc. Pero a menudo, por razones de comodidad, tenemos tendencia a pasar de la escritura cursiva, señal que indica que se trata del nombre en latín. En caso de dudas, mejor no indicarlo tal como lo hacemos en este foro; dejémolos a los libros de botánica o de floras, a lo sumo, podremos usarlo en caso de dudas debido a sinonimías.

    [1] de americano-francés
    [2] el nombre del género empieza siembre por una mayúscua; la especie se escribe enteramente en letras minúsculas.

     
  12. Fernando Macé

    Fernando Macé oriental

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    Re: AIMÉ BONPLAND

    Miconia theazans (Bonpl.)
    Coriaria thymifolia Humb. & Bonpl
    Tibouchina lepidota (Bonpl.)
    Ceroxylon alpinum Ceroxylon andicola Humb. & Bonpl.
    Dichondra argentea Humb. & Bonpl. ex Willd
    Cephalanthus salicifolius Bonpl
    Quercus laurina Humb et Bonpl
    Mimosa albida Humb. & Bonpl. ex Willd

    Mañana sigo. No puse la escritura tal cual detallo Fracois solamente porque así es mas rápido. Despues corrijo.
    Mis saludos
     
  13. Re: AIMÉ BONPLAND

    ¿Agrego alguna más si no molesto? Copio tal cual lo hallé.
    Trichantera gigantea (Bonpl.) Nees
    Quercus obtusata Bonpl.
    Mikania guaco Humb. Bonpl .
    Ficus velutina Humb. Bonpl. ex Willd.
    Miconia coronata Bonpl.
    Perezia multiflora Bonpl. Less.
    Brugmansia suaveolens Humb. y Bonpl. ex Willd Bercht y J Presl
    Bertholletia excelsa Humb. y Bonpl.
    Quercus crassipes Humb. Bonpl.
    Acacia cochliacantha Humb. y Bonpl.
     
  14. Re: AIMÉ BONPLAND

    antiguamente HBK en las siglas de las especies H era Humboldt y B Bonpland K creo que era Kukenthal o algo asi
     
  15. cris123

    cris123 Colecciono plantas

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    Re: AIMÉ BONPLAND

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