Aruera (Lithraea molleoides) Origen del nombre científico: Lithraea proviene del nombre popular chileno de la primera especie descripta para este género, Llithi; molleoides, alude a que es semejante al molle (pertenece a la misma familia botánica). Otros nombres populares: aruera (Uruguay), aroeira (Brasil), molle de beber, molle de Córdoba, falso molle, chichita colorada, molle dulce, molle blanco (Argentina). Familia: Anacardiáceas Origen: Argentina, Uruguay y sur de Brasil; en Uruguay es común en varios departamentos integrando el monte ribereño. Características: Árbol o arbusto inerme, polígamo-dioco, de alrededor de 5-6 mts., que rara vez llega a más. Copa amplia, semiesférica o globosa, frondosa, follaje persistente y denso. Corteza persistente de coloración pardo claro y escamosa. Fruto en drupa subglobosa, amarillo verdosa, del tamaño de una arveja, con semilla aplanada amarillenta o castaña y fructifica en verano. Medicinal. Posee sustancias alergógenas, que provocan dermatitis. Hojas: Alternas. Simples en sus primeros años, luego tri o quinquefoliadas; folíolos lanceolados, con bordes finamente dentados. Verde amarillento en el haz y algo más claro en el envés. Flores: Pequeñas. En cortas panojas axilares, blanquecinas. Flores hermafroditas completas. Época de floración: De octubre a noviembre. Adaptación: Buena. Suelos: No se especifican. Luminosidad: Pleno sol. Resistencia al frío: Resistente. Humedad del ambiente: Prefiere atmósfera húmeda. Riego: No se especifica. Abonos: No necesita. Causas parasitarias: No se conocen. Propagación: Por semillas. Cuidados: No se especifican. Pertenece a la flora apícola y es una planta medicinal en la forma de extracto alcohólico, decocción, infusión para tratar artritis, bronquitis, tos, y enfermedades del aparato digestivo. También es diurético, hemostático, agente tónico, sedante. Y, propiedades antimicrobiales, antivirales, citotóxico, inmunomodulatorio. En contraste, es una planta venenosa debido a causar sensitividad alérgica, daño en piel, fiebre, y problemas visuales. Las hojas se usan como té para el resfriado y en otras partes se le atribuyen propiedades venenosas. La madera del árbol sirve para arados, construcción de ranchos, etc. y es un buen combustible. A ciertas personas que trabajan esta madera fresca, les salen en el cuerpo granos y ronchas que queman y ocasionan bastante dolor. Se asegura que el follaje de esta planta destila una fina lluvia, la cual provoca una erupción que los naturales serranos conocen por flechaduras. Leyenda Eran las ocho de la mañana cuando el paisano pasó por debajo de una planta y la saludó. «Buenas tardes, señora aruera». El citadino lo miró, incrédulo. ¿Por qué decir buenas tardes en plena mañana? ¿Y por qué saludar a una planta? El paisano se dio cuenta de la curiosidad del hombre de ciudad, así que le hizo el cuento. Resulta-dijo-que las hojas de esta planta son venenosas, y se dice que para evitar que el veneno haga efecto sobre la piel, hay que saludarla al revés. De mañana hay que decirle buenas tardes, y de tarde hay que saludarla como si fuese de mañana: como engañándola. Lo importante es siempre saludarla -siguió el hombre de campo- porque sino uno se brota todito y le arde la piel. Y de paso le contó que a su primo le pasó, y que estuvo como una semana entera con los granos esos, con un ardor insoportable y mucha fiebre. Y todo por no haber saludado a la aruera, culminó el paisano. No contento con la explicación del paisano. el hombre de ciudad volvió a su casa y se puso a buscar el origen de tan curiosa tradición. Lo primero que encontró fue que la aruera es una planta cuyo nombre científico es Lithraea molleoides. Y luego halló el porqué del saludo y del veneno. La leyenda suena un poco traída de los pelos, pero cuenta que el nombre de esta planta se debe a una india; una mujer hermosa como pocas, cuyo corazón fue roto tantas veces que murió llena de amargura. Cada vez que Aruera se enamoraba, creía ciegamente en las dulces palabras que el enamorado de turno le decía al oído. ¡Era tan ingenua la pobre india! Pero los que la enamoraban la traicionaban una y otra vez. Y Aruera creyó en el amor una y otra vez, hasta que un día se hartó. Juró que ya no creería en la palabra de nadie. Que nadie la engañaría de nuevo. Que nadie la enamoraría. Y así, su sentimiento se convirtió en amargura. Y luego en veneno. Y finalmente en sed de venganza. Y así murió. La leyenda dice que se la comió un jaguar: Lo cierto es que la bella india murió, y se llevó esa pena y esa rabia por las veces que le habían mentido y traicionado. La leyenda también habla de reencarnación, y cuenta que en aquella época, todo aquel que moría volvía a la Tierra en forma de animal, planta o recién nacido. Ella -según dice la leyenda- volvió convertida en una planta. Y volvió con el veneno que estaba en su corazón, y con la desconfianza causada por tanta mentira que le dijeron en su vida. Así es que quien se acueste a su sombra, sentirá cómo se le hinchan los ojos, la cara, el cuello y los brazos. Lo mismo le ocurrirá al que quiera llevarse un trozo de ella. Tampoco ahora la india devenida planta cree en la palabra de los hombres. Conociendo la historia es que la gente le habla al revés, engañándola una y otra vez.
