Borraja (Borago officinalis) Es conocida desde la antigüedad. Al estar completamente cubierta de pelusa, la hierba recibe el nombre del latín borra que significa pelo y pertenece a la familia de las Borragináceas. Es una planta anual, erguida, cubierta de pelo disperso y duro, de 30 a 70 cm. de altura. Hojas oblongas de 5 a 15 cm. de largo. Flores azules de unos 2 cm. de diámetro y el fruto se deshace en 4 partes. Se reproduce por semillas, que pueden sembrarse desde comienzo de primavera hasta fines de otoño. Es muy rústica pero prefiere suelos semi-húmedos y calcáreos y un clima templado. Se cosechan las plantas enteras en época de floración. Usos Se utiliza en diversos platos. Acompañando bebidas refrescantes. Es diurética y la infusión calma los resfríos y la fiebre. También se usa para acompañar las ensaladas de endivias a las que según algunos chef concede un "toque sublime". Además, tiene uso medicinal: Como infusión (que se realiza con las flores): es calmante y sudorífica. Para uso externo: en baños y cataplasmas. El agua de borraja posee propiedades que favorecen la cicatrización de las heridas. Foto gentileza de la señora Lety (DaMoritaz) BORRAJA MISTICA La Borraja aporta coraje y alegría. Desde la antigua Grecia, la borraja con sus hermosas flores azuladas en forma de estrella, fue utilizada para proporcionar coraje, disipar la melancolía y erradicar el mal humor. En la actualidad se ha descubierto que esas aparentes “cualidades mágicas” tienen una base muy real, pues esta planta estimula las glándulas suprarrenales (llamadas órganos del coraje). Estas glándulas segregan adrenalina, que es producida en grandes dosis cuando el ser humano se siente amenazado (ataque o defensa) o eufórico. Los celtas asociaban estas flores con el valor, la valentía, el coraje, la fuerza y la protección. Hacían tomar una infusión de borraja (tanto las flores como las hojas), cuando se debía comenzar una iniciación o una batalla. También se utilizaba como condimento. En la Edad Media fue usada para fomentar la valentía. Según un sabio del siglo XVI “Una capa de flores de borraja, conforta el corazón, aleja la melancolía y tranquiliza a los lunáticos”. Se consideró en tiempos pasados un excelente remedio contra la esterilidad de las mujeres. En algunos pueblos de Andalucía era creencia popular que la mujer que pisara borrajas se quedaba preñada. A ese respecto hay una copla que dice: “Hay una hierba en el campo que se llama la borraja, toda mujer que la pisa luego se queda preñada”. La magia mimética, obró grandes prodigios en la antigüedad. Unas veces bastaba con pisar una borraja para quedar embarazada, y otras acostarse sobre una piedra determinada o dar varias vueltas alrededor de la misma para conseguir los mismos efectos. A la borraja se le atribuyó el poder de la fertilidad, quizá por la facilidad con que crece en todo tipo de terrenos. La magia dominó la vida social de los pueblos durante siglos y todavía perviven muchas de las antiguas creencias. Con la llegada del cristianismo, estas creencias no desaparecieron. Solamente cambiaron su forma de manifestarse. Es de todos sabido que hay santos capaces de propiciar la fertilidad a las mujeres que con devoción les rezan o les hacen variadas ofrendas y ritos.
