Ola de calor y los frutales: irrigación adecuada (artículo)

Tema en 'Riego de frutales' comenzado por lindbergf, 12/6/11.

  1. lindbergf

    lindbergf

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    Hola a todos, escribo este tema para poder reconocer cuando nuestros frutales están pasando por un periodo intensivo de calor y de que forma podemos ayudarlos a que la pasen mejor.

    mi nombre es Lindberg, vivo en la ciudad de Cumaná / Sucre / Venezuela, por lo general mi ciudad tiene una temperatura promedio de 34 ºC, siendo la mas baja en las noches de 26ºC aprox., dicho esto paso a relatar mi problema:

    Tengo en mi casa arboles de guayaba, aguacate, naranja, limón, mandarina, guanábano, entre otros, los cuales están muy deshidratados por el calor y e decidido colocarles agua permanentemente, ya que el termómetro interno marco 36ºC y externo casi 42ºC, y por lo que dicen pudiera llegar a 50ºC

    seria conveniente dejarle el agua o puedo ocasionar que se pudran las raíces

    Agradecería su ayuda.

    Saludos desde Cumaná / Venezuela
     
  2. E_Junior

    E_Junior

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    Re: OLA DE CALOR Y LOS FRUTALES

    amigo,

    ese tambien es un problema que tengo afrontar por mis latitudes; las ocasionales olas de calor en verano, provocadas por vientos calientes y secos (!) procedentes del desierto del sahara, en el norte de africa. sin embargo, el factor que parece mas determinante, no es la temperatura, sino la humedad ambiental! el problema que yo tengo, es que con las olas de calor baja la humedad a 30% o menos, con lo cual las plantas transpiran mas, siendo el deficit hidrico mayor.

    para saber cuanto regar, hace falta saber tres cosas: tamanho/edad de las plantas, tipo de suelo (drenaje) y la exposicion al sol (la sombra les ayudaria). aunque las hojas siempre son un buen indicador: si se le queman los bordes, o las hojas se marchitan, sabras que necesitan agua. en terminos generales diria que dejarles el grifo abirto a las plantas es demasiado. si son plantas jovenes las regaria dos veces al dia y les pondira sombra. si son plantas adultas, deberia de bastar con uno.

    de los frutales que nombras, el mas sensible es el aguacatero, segun mi experiencia. en cambio los citricos aguantas bastante..

    suerte,

    felipe
     
  3. lindbergf

    lindbergf

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    Cumaná / Sucre / Venezuela
    Re: OLA DE CALOR Y LOS FRUTALES

    Hola algo que encontre en Internet, sobre el calor.

    INFLUENCIA DE LAS ALTAS TEMPERATURAS SOBRE LAS PLANTAS.

    Ya se ha comentado la necesidad de las especies frutales de la zona templada de un reposo invernal, de forma que temperaturas elevadas en inviernos benignos pueden causar problemas en determinadas especies por falta necesidades de frío (falta de reposo invernal), provocando retrasos en el desborre y apertura de yemas, brotación irregular y dispersa; y desprendimiento de yemas de flor. El problema surge cuando se han sacado los árboles frutales de zonas templadas de sus condiciones climáticas idóneas hacia zonas más cálidas.

    Como vimos, los procesos de respiración y fotosíntesis respondían a una aumento de su actividad con el aumento de las temperaturas hasta llegar a un máximo a partir del cual la actividad decrecía. La transpiración acentuada por elevadas temperaturas puede producir una marchitez temporal que puede llevar a la muerte de la planta. Temperaturas muy elevadas motivan que la planta consuma sus propias sustancias de reserva, pudiendo llegar a la muerte por inanición. También, provocan alteraciones en las funciones fisiológicas, así por ejemplo, se eliminan con mayor dificultad los productos finales metabólicos, pudiendo provocar el autoenvejecimiento de las células.

    En general, cuando se habla de la influencia de las altas temperaturas sobre las plantas se hace especial referencia al problema ocasionado por temperaturas extremas primaverales y estivales (Gil-Albert, 1986, Urbano, 1999, Villalobos et al., 2002).. Se pueden registrar daños en plantaciones frutales debido a temperaturas elevadas durante la floración. Lo ideal es para una floración óptima es la coincidencia de inviernos fríos y primavera templada, cuando el invierno es suave y la primavera fría se alarga la floración haciéndola más irregular lo que dificulta los tratamientos e incrementa los riesgos. Los niveles de temperatura, al igual que el viento, influye en la actividad de los insectos polinizadores, siendo máxima su actividad entre los 15 y los 25 grados, con temperaturas inadecuadas o viento excesivo disminuye la posibilidad de polinización en las especies entomófilas. A su vez, la germinación en los estigmas de los granos de polen es óptima entre los 10-25ºC, y prácticamente nulo por debajo de 5ºC, por otro lado, con temperaturas superiores a 30ºC se puede romper el tubo polínico, desecar el estilo, y degenerar el óvulo, reduciendo de forma notoria el porcentaje de frutos fecundados.

    El asurado característico de los cereales, también denominado golpe de calor, se provoca cuando coinciden vientos secos acompañados de temperaturas elevadas, el fenómeno acelera la transpiración de forma que las raíces son incapaces de suministrar el agua necesaria capaz de compensar la evapotranspiración. Los frutos en formación sufren una detención en su proceso de maduración que se refleja en un arrugamiento de grano (grano asurado) que se traduce en una merma y depreciación considerable de la cosecha. El período crítico en los cereales de invierno es el que transcurre desde la formación del grano hasta la madurez cérea (madurez lechosa, pastosa y cérea). Según Azzi, (Diehl, 1985) el asurado se produce con temperaturas superiores a 28ºC coincidentes con un viento seco, presentándose también en regadío y en suelos con humedad suficiente lo que demuestra que la falta de agua no es esencial para que se produzca el asurado.

    Con temperaturas elevadas se puede provocar en frutales la parada vegetativa de verano típica de climas templados a partir de 32 a 36ºC. Con mayor calor también se puede producir el golpe de calor que se produce por una excesiva insolación y ambiente muy seco, bien como factores aislados o con temperaturas elevadas. El golpe de calor se traduce en el marchitamiento, atabacado y necrosis de hojas y brotes, como consecuencia el árbol se defolia. Cuando el golpe de calor coincide con la maduración del fruto se produce caída masiva de fruta por formación precoz de la capa de abscisión en los pedúnculos.

    Los frutos de los árboles, sobre todo a partir de que toman su color característico (envero) son muy sensibles a temperaturas elevadas; por encima de 35-40ºC es frecuente el ablandamiento y oscurecimiento de su interior. En otros casos, se pueden provocar lesiones en la epidermis en forma de manchas o llagas, que se suberifican, afeando y depreciando la fruta.

    En las viñas una subida brusca de las temperaturas da lugar al “golpe de sol” que se manifiesta en forma de quemaduras en las hojas y partes tiernas de los brotes, y también en el enrojecimiento del fruto. Contra estos accidentes se debe realizar un adecuado abonado potásico, podar cortas las cepas y dar repetidas y adecuadas labores superficiales cuando la viña está en vegetación.

    En los árboles se presentan las grietas o rajaduras de insolación. Se presentan con exceso de calor en forma de hendiduras alargadas de la corteza, dejando al descubierto la madera. Las grietas suelen cicatrizarse después de algunos años.
     
  4. lindbergf

    lindbergf

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    Re: OLA DE CALOR Y LOS FRUTALES

    Otro Documento de internet

    Las altas temperaturas y la irrigación adecuada de las plantas y jardín

    Myriam Grajales-Hall (951) 827-4397

    22 de junio del 2005

    Durante la época de calor, surgen dudas sobre la frecuencia con que se debe regar el jardín y los árboles. Una manera de decidir cuándo hacerlo es observando las plantas para detectar síntomas que indiquen la falta de agua. Estos varían según el tipo de planta. Puede también revisar la tierra para determinar si le falta humedad.

    “Los síntomas de falta de agua varían. En muchos casos, las hojas se tornan un color azul verdoso oscuro o se marchitan”, explica Ed Perry, asesor agrícola de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.

    Las plantas con hojas grandes carnosas, como las calabazas y pepinos, pueden marchitarse durante el calor del día y recuperarse al atardecer al bajar la temperatura. En ese caso, la marchitez que presentan no indica que la tierra se haya secado. Simplemente pueden estar transpirando agua con mayor rapidez de lo que la recolectan las raíces. Sin embargo, si las hojas no se recuperan al caer la noche o si se marchitan al inicio del día, definitivamente necesitan que se les riegue.

    “Es más difícil detectar la falta de agua en plantas leñosas como en árboles ornamentales, pues generalmente no muestran síntomas como las plantas herbáceas”, apunta Perry. En árboles y arbustos, los síntomas pueden incluir hojas que se amarillean, marchitez, “quemadura” en las orillas de las hojas, hojas caídas y finalmente, ramas moribundas.

    El tronco de los cerezos, chabacanos y otros árboles frutales puede exudar una savia clara o amarillenta o una “gomoresina” cuando les falta agua. Esto con frecuencia se presenta en árboles que crecen en zonas con césped donde el agua que se aplica no es suficiente para los árboles.

    Los árboles de especies que no se han adaptado al clima seco y caluroso son más susceptibles a sufrir daño por falta de agua. En el Valle de San Joaquín, por ejemplo, tal es el caso con el abedul blanco europeo, el aliso, el tulipán y el abeto. Ya para cuando es visible la caída de las hojas y síntomas de que se están muriendo algunas ramas, los árboles han sufrido mucho por falta de agua.

    Dado que las plantas leñosas sufren agotamiento antes de presentar síntomas de falta de agua es importante revisar la humedad del suelo alrededor de los árboles y arbustos. Como no se puede determinar si la tierra está seca o húmeda en la superficie, es importante sacar una muestra de tierra de más abajo. Un barreno para tierra resulta una herramienta útil para sacar las muestras, pero también puede hacerlo con una pala.

    Al sacar una muestra de tierra, trate de formar una bola con las manos. Si no lo logra, probablemente está demasiado seca para suplir agua suficiente a las plantas. Si logra formar una bola con la tierra, tállela con el pulgar. Si no se deshace, está suficientemente húmeda. Esta regla no se aplica a tierra muy arenosa, pues se deshace aunque esté mojada.

    Puede darse una idea de la humedad en la zona de las raíces sacando muestras de tierra en varios lugares y a varias profundidades en cada lugar. Las raíces del césped y de las verduras de hojas frondosas se encuentran en las primeras 18 a 24 pulgadas de tierra; las de arbustos grandes y árboles cubren los primeros 2 pies de profundidad y algunas raíces llegan a penetrar 3 pies en el suelo.

    Al revisar la tierra bajo árboles grandes de sombra, asegúrese de empezar a revisar bajo las ramas más lejanas al tronco. El sistema de raíces de muchos árboles de sombra puede extenderse a 3 veces el diámetro de las ramas más lejanas al tronco, por lo que allí es donde deben sacarse las muestras de tierra.

    Con experiencia, logrará reconocer los síntomas de la falta de agua, ya sea al tocar la tierra y cómo se siente o por lo que vea en las hojas de las plantas. Así sabrá mejor cuándo regar sus árboles, plantas y arbustos. Es importante recordar que las plantas usan el agua con mayor rapidez cuando el clima no sólo es cálido sino también cuando hay viento, por lo que hay que vigilarlas más de cerca en esas condiciones.