Poemas, cuentos y leyendas

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por mai^a, 27/2/08.

  1. Anveri

    Anveri Fanática de nativas -aves

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Recopilar, en el sentido del trasvase ¿O estoy equivocada? Mira que de repente las palabras se me van en collera.

    :razz:
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    no ,esta bien , recopilar, es eso , reunir!
    y yo te decia que me gusta hacerlo , me gusta tomarme el tiempo de leer y transcribir lo que lei ! :razz: :5-okey:( ahora con collera me mataste! :11risotada: )
     
  3. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    El Fantasma de la Opera

    Gastón Leroux

    En realidad, cuando pienso en todas las pequeñeces y villanías que Christine Daaé tuvo que soportar en aquella época por culpa de la Carlotta, no puedo contener mi cólera, y no me extraña que mi indignación se traduzca en opiniones un tanto abstractas sobre el arte en general, y el canto en particular, que los admiradores de la Carlotta no encontrarán ciertamente de su agrado. Cuando la Carlotta terminó de pensar en la amenaza que encerraba la carta que acababa de recibir, se levantó. -¡Ya veremos! -dijo, y pronunció en español unos cuantos improperios. Lo primero que vio al acercarse a la ventana fue un coche fúnebre. El coche fúnebre y la carta la persuadieron de que aquella noche corría un gran peligro. Reunió en casa a algunos de sus amigos, les informó de que en la representación de la noche sería víctima de un complot organizado por Christine Daaé, y declaró que había que parar los pies a la pequeña llenando la sala con sus admiradores, los de la Carlotta. Eran muchos, ¿no? Contaba con ellos para que estuvieran preparados para cualquier eventualidad y para hacer callar a los perturbadores en el caso de que, como ella temía, organizaran un escándalo. El secretario particular del señor Richard, que había ido a informarse de la salud de la diva, volvió con la seguridad de. que se encontraba mejor que nunca y de que, «aunque estuviera agonizando», cantaría aquella misma noche el papel de Margarita. Como el secretario, de parte de su jefe, había recomendado a la diva que no cometiera ninguna imprudencia, que no saliera de casa y se guardase de las corrientes de aire, la Carlotta no pudo evitar asociar estas recomendaciones excepcionales e inesperadas con las amenazas escritas en la carta. Eran las cinco cuando recibió otra carta anónima con la misma letra que la primera. Era breve. Decía simplemente: «Está usted constipada. Si es razonable, comprendería que es una locura querer cantar esta noche». La Carlotta soltó una carcajada, se encogió de hombros, que eran magníficos, y lanzó dos o tres notas que le devolvieron la confianza. Sus amigos fueron fieles a la promesa que le habían hecho. Aquella noche se encontraban todos en la Ópera, pero buscaron en vano a los feroces conspiradores que debían de estar a su alrededor, y a los que debían oponerse. Con excepción de algunos profanos, algunos honrados burgueses cuya plácida figura no reflejaba otro deseo que el de volver a escuchar una música que desde hacía tiempo les había conquistado su aprobación, no había allí más que los habituales, cuyos elegantes modales, pacíficos y correctos, alejaban toda idea acerca de una manifestación. Lo único anormal era la presencia de los señores Richard y Moncharmin en el palco n° 5. Los amigos de la Carlotta creyeron que quizá, por su parte, los directores habían sospechado el proyectado escándalo y habían decidido acudir a la sala para paralizarlo en el momento mismo en que estallase. Pero, como ya saben ustedes, se trataba de una hipótesis injustificada: los señores Richard y Moncharmin no pensaban más que en su fantasma. ¿Nada?... En vano interrogo en ardiente espera a la Naturaleza y al Creador. ¡Ninguna voz en mi oído desliza ¡una palabra de consuelo!...
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    CUARTO DE HOTEL

    I

    A la luz cenicienta del recuerdo
    que quiere redimir lo ya vivido
    arde el ayer fantasma. ¿Yo soy ese
    que baila al pie del árbol y delira
    con nubes que son cuerpos que son olas,
    con cuerpos que son nubes que son playas?
    ¿Soy el que toca el agua y canta el agua,
    la nube y vuela, el árbol y echa hojas,
    un cuerpo y se despierta y le contesta?
    Arde el tiempo fantasma:
    arde el ayer, el hoy se quema y el mañana.
    Todo lo que soñé dura un minuto
    y es un minuto todo lo vivido.
    Pero no importan siglos o minutos:
    también el tiempo de la estrella es tiempo,
    gota de sangre o fuego: parpadeo.

    II

    Roza mi frente con sus manos frías
    el río del pasado y sus memorias
    huyen bajo mis párpados de piedra.
    No se detiene nunca su carrera
    y yo, desde mí mismo, lo despido.
    ¿Huye de mí el pasado?
    ¿Huyo con él y aquel que lo despide
    es una sombra que me finge, hueca?
    Quizá no es él quien huye: yo me alejo
    y él no me sigue, ajeno, consumado.
    Aquel que fui se queda en la ribera.
    No me recuerda nunca ni me busca,
    no me contempla ni despide:
    contempla, busca a otro fugitivo.
    Pero tampoco el otro lo recuerda.

    III

    No hay antes ni después. ¿Lo que viví
    lo estoy viviendo todavía?
    ¡Lo que viví! ¿Fui acaso? Todo fluye:
    lo que viví lo estoy muriendo todavía.
    No tiene fin el tiempo: finge labios,
    minutos, muerte, cielos, finge infiernos,
    puertas que dan a nada y nadie cruza.
    No hay fin, ni paraíso, ni domingo.
    No nos espera Dios al fin de semana.
    Duerme, no lo despiertan nuestros gritos.
    Sólo el silencio lo despierta.
    Cuando se calle todo y ya no canten
    la sangre, los relojes, las estrellas,
    Dios abrirá los ojos
    y al reino de su nada volveremos.


    Octavio Paz
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    EL ENAMORADO

    Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
    lámparas y la línea de Durero,
    las nueve cifras y el cambiante cero,
    debo fingir que existen esas cosas.

    Debo fingir que en el pasado fueron
    Persépolis y Roma y que una arena
    sutil midió la suerte de la almena
    que los siglos de hierro deshicieron.

    Debo fingir las armas y la pira
    de la epopeya y los pesados mares
    que roen de la tierra los pilares.

    Debo fingir que hay otros. Es mentira.
    Sólo tú eres. Tú, mi desventura
    y mi ventura, inagotable y pura.


    Jorge Luis Borges, 1977
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    ALGUIEN

    Un hombre trabajado por el tiempo,
    un hombre que ni siquiera espera la muerte
    (las pruebas de la muerte son estadísticas
    y nadie hay que no corra el albur
    de ser el primer inmortal),
    un hombre que ha aprendido a agradecer
    las modestas limosnas de los días:
    el sueño, la rutina, el sabor del agua,
    una no sospechada etimología,
    un verso latino o sajón,
    la memoria de una mujer que lo ha abandonado
    hace ya tantos años
    que hoy puede recordarla sin amargura,
    un hombre que no ignora que el presente
    ya es el porvenir y el olvido,
    un hombre que ha sido desleal
    y con el que fueron desleales,
    puede sentir de pronto, al cruzar la calle,
    una misteriosa felicidad
    que no viene del lado de la esperanza
    sino de una antigua inocencia,
    de su propia raíz o de un dios disperso.

    Sabe que no debe mirarla de cerca,
    porque hay razones más terribles que tigres
    que le demostrarán su obligación
    de ser un desdichado,
    pero humildemente recibe
    esa felicidad, esa ráfaga.

    Quizá en la muerte para siempre seremos,
    cuando el polvo sea polvo,
    esa indescifrable raíz,
    de la cual para siempre crecerá,
    ecuánime o atroz,
    nuestro solitario cielo o infierno.


    Jorge Luis Borges, 1964



    no se por que razon no aparece mi firma en este mensaje por lo que la citare manualmente....
    ...porque aca he aprendido que si algo puede fallar , falla.
    _______________________
    http://claudiase.blogspot.com
    http://imagensubir.infojardin.com/su...252215558w.gif


    "las ideas no son buenas o malas en sí mismas
    También dependen mucho
    de quiénes van a ser tus compañeros de ruta para llevarlas a cabo"
     
  7. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    UN LECTOR

    Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
    a mí me enorgullecen las que he leído.
    No habré sido un filólogo,
    no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa mutación de las letras,
    la de que se endurece en te,
    la equivalencia de la ge y de la ka,
    pero a lo largo de mis años he profesado
    la pasión del lenguaje.
    Mis noches están llenas de Virgilio;
    haber sabido y haber olvidado el latín
    es una posesión, porque el olvido
    es una de las formas de la memoria, su vago sótano,
    la otra cara secreta de la moneda.
    Cuando en mis ojos se borraron
    las vanas apariencias queridas,
    los rostros y la página,
    me di al estudio del lenguaje de hierro
    que usaron mis mayores para cantar
    espadas y soledades,
    y ahora, a través de siete siglos,
    desde la Última Thule,
    tu voz me llega, Snorri Sturluson.
    El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
    y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
    a mis años, toda empresa es una aventura
    que linda con la noche.
    No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
    no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
    la tarea que emprendo es ilimitada
    y ha de acompañarme hasta el fin,
    no menos misteriosa que el universo
    y que yo, el aprendiz.


    Jorge Luis Borges, 1969
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Fantasma de la Opera
    Leroux


    célebre barítono Carolus Fonta apenas había terminado de lanzar la primera
    llamada del doctor Fausto a las potencias del infierno, cuando el señor Firmin Richard, que se había sentado en la misma silla que el fantasma -la silla de la derecha, en la primera filase inclinaba con el mejor humor del mundo hacia su socio y le decía: -¿Y tú? ¿Alguna voz ya te ha dicho al oído alguna palabra? -¡Esperemos! No nos precipitemos -contestó con el mismo tono de broma Armand Moncharmin-. La representación acaba de empezar y sabes muy bien que el fantasma no llega habitualmente hasta la mitad del primer acto. El primer acto transcurrió sin incidentes, lo que no extrañó en lo más mínimo a los amigos de la Carlotta, ya que Margarita no canta en este acto. En cuanto a los dos directores, se miraron sonriendo cuando bajó el telón. -¡El primero ha terminado! -dijo Moncharmin. -Sí. El fantasma se retrasa -declaró Firmin Richard. Siempre bromeando, Moncharmin insistió: -En realidad, la sala no está demasiado mal esta noche para ser una sala maldita. Richard se dignó a sonreír. Señaló a su colaborador una señora gorda, bastante vulgar, vestida de negro, que estaba sentada en una butaca en el centro de la sala, entre dos hombres de aspecto tosco con sus levitas de paño de frac. -¿Quién es esa gente? -preguntó Moncharmin. -Esa gente, mi querido amigo, es mi portera, su hermano y su marido. -¿Les has dado entradas? -¡Claro! Mi portera no había venido nunca a la Ópera..., está es la primera vez. Y como a partir de ahora ha de venir todas las noches, he querido que estuviera bien situada antes de pasarse el rato acomodando a los demás. Moncharmin pidió explicaciones y Richard le informó que había convencido a su portera, en la que tenía mucha confianza, para que ocupara por algún tiempo el puesto de la señora Giry. -Hablando de mamá Giry -dijo Moncharmin-, ¿ya sabes que va a presentar una denuncia contra ti? -¿A quién? ¿Al fantasma? ¡El fantasma! Moncharmin casi lo había olvidado. Además, el misterioso personaje no hacía nada para que los directores volvieran a recordarlo. De repente, la puerta de su palco se abrió bruscamente y dejó paso al aterrorizado regidor. -¿Qué sucede? -preguntaron los dos a la vez estupefactos de verlo en semejante lugar y en aquel momento. -Sucede -dijo el regidor- que los amigos de Christine Daaé han montado un complot contra la Carlotta. Y ésta se ha puesto hecha una furia. -¿Qué historia es ésa? -dijo Richard frunciendo el ceño. Pero el telón se alzaba y el director hizo un gesto al regidor para que se retirara. Cuando el administrador hubo abandonado el palco, Moncharmin se inclinó hacia Richard. -¿Tiene, pues, amigos la Daaé? -preguntó. -Si -dijo Richard-. Los tiene. -¿Quiénes? Richard indicó con la mirada un primer palco en el que no había más que dos hombres.
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    SONETO LXX

    Tal vez herido voy sin ir sangriento
    por uno de los rayos de tu vida
    y a media selva me detiene el agua:
    la lluvia que se cae con su cielo.

    Entonces toco el corazón llovido:
    allí sé que tus ojos penetraron
    por la región extensa de mi duelo
    y un susurro de sombra surge solo:

    Quién es? Quién es? Pero no tuvo nombre
    la hoja o el agua oscura que palpita
    a media selva, sorda, en el camino,

    y así, amor mío, supe que fui herido
    y nadie hablaba allí sino la sombra,
    la noche errante, el beso de la lluvia.


    Pablo Neruda, 1959
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    TARDES DE LLUVIA

    Bate la lluvia la vidriera
    Y las rejas de los balcones,
    Donde tupida enredadera
    Cuelga sus floridos festones.

    Bajo las hojas de los álamos
    Que estremecen los vientos frescos,
    Piar se escucha entre sus tálamos
    A los gorriones picarescos.

    Abrillántase los laureles,
    Y en la arena de los jardines
    Sangran corolas de claveles,
    Nievan pétalos de jazmines.

    Al último fulgor del día
    Que aún el espacio gris clarea,
    Abre su botón la peonía,
    Cierra su cáliz la ninfea.

    Cual los esquifes en la rada
    Y reprimiendo sus arranques,
    Duermen los cisnes en bandada
    A la margen de los estanques.

    Parpadean las rojas llamas
    De los faroles encendidos,
    Y se difunden por las ramas
    Acres olores de los nidos.

    Lejos convoca la campana,
    Dando sus toques funerales,
    A que levante el alma humana
    Las oraciones vesperales.

    Todo parece que agoniza
    Y que se envuelve lo creado
    En un sudario de ceniza
    Por la llovizna adiamantado.

    Yo creo oír lejanas voces
    Que, surgiendo de lo infinito,
    Inícianme en extraños goces
    Fuera del mundo en que me agito.

    Veo pupilas que en las brumas
    Dirígenme tiernas miradas,
    Como si de mis ansias sumas
    Ya se encontrasen apiadadas.

    Y, a la muerte de estos crepúsculos,
    Siento, sumido en mortal calma,
    Vagos dolores en los músculos,
    Hondas tristezas en el alma.


    Julián del Casal
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    El Fantasma de la Opera
    Gastón Leroux
    -¿El conde de Chagny? -Sí, él me la recomendó..., tan calurosamente que, si no supiera que es amigo de la Sorelli... -¡Vaya, vaya!... -murmuró Moncharmin-. ¿Y quién es ese joven tan pálido sentado a su lado? -Es su hermano, el vizconde. -Estaría mejor en la cama. Tiene aspecto de estar enfermo. Alegres cantos resonaban en escena. La embriaguez en música. El triunfo de la bebida . Vino o cerveza cerveza o vino, ¡si lleno está mi vaso, tanto mejor! Estudiantes, burgueses, soldados, muchachas y matronas con el corazón alegre, se agitaban ante la taberna con efigie del dios Baco. Siebel hizo su entrada. Christine Daaé estaba encantadora disfrazada de hombre.' Su fresca juventud, su gracia melancólica, seducían a primera vista. Inmediatamente, los partidarios de la Carlotta se imaginaron que iba a ser recibida con una ovación que les confirmaría las intenciones de sus amigos. Esta ovación indiscreta, hubiera sido, por otra parte, de una torpeza insigne. No se produjo. Por el contrario, cuando Margarita atravesó la escena y hubo cantado los dos únicos versos de su papel en este segundo acto: ¡No señores, no soy doncella ni hermosa, y no necesito que se me dé la mano! estruendosos bravos acogieron a la Carlotta. Eran tan imprevistos y tan inútiles, que los que no estaban al corriente de nada se miraban preguntándose qué pasaba. Y el acto terminó sin ningún incidente. Todo el mundo se decía entonces: «Evidentemente, será en el próximo acto». Algunos que, al parecer, estaban mejor informados que los demás afirmaban que el escándalo iba a iniciarse en «La copa del rey de Thule», y se precipitaron hacia la entrada de los abonados para avisar a la Carlotta. Los directores abandonaron el palco durante este entreacto para informarse del complot del que les había hablado el administrador, pero volvieron en seguida a su sitio, encogiéndose de hombros y considerando todo ese asunto era una tontería. Lo primero que vieron al entrar fue una caja de bombones ingleses encima del tablero del pasamanos. ¿Quién la había traído? Preguntaron a las acomodadoras. Pero nadie pudo decirles nada. Pero, volviéndose de nuevo hacia el pasamanos, vieron esta vez, al lado de la caja de bombones ingleses, unos gemelos. Se miraron. No tenían ganas de reír. Todo lo que la señora Giry les había dicho les volvía a la memoria..., y además..., les parecía que había a su alrededor una extraña corriente de aire... Se sentaron en silencio, realmente impresionados
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    yo ya se que todos leen aunque no escriban:11risotada: , pero les dejo el enlace igual, hoy es San Nicolás , un santo muy especial para mi, y su vida vale la pena conocerla ( mas alla de nuestras crencias religiosas ), porque nos muestra como con los siglos , se pierde la perspectiva de lo que fue y de lo que es y por que ....por eso , es taaannn importanteeee la historia, al menos para mi , la propia y la de la humanidad, para no perdernos por caminos equivocados, ni confundir lo que es con lo que parece.
    http://www.infojardin.com/foro/showthread.php?t=120889&page=101
     
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    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    EN OTRO

    ¿Verdad que es triste que en el mundo todo
    ceda a la ley de su exterminio fija;
    No es verdad que es muy triste que se acaben
    la juventud y la pasión, la vida
    que la beldad perezca y los amores
    y que la gloria al fin también se rinda?
    ¿Qué cosa mirarán los ojos nuestros
    que no tenga a su lado la ruina,
    siquiera tronos esplendentes sean,
    siquiera rocas de eminente cima?
    Solamente los Álbumes, señora,
    esa calamidad de nuestros días;
    los Álbumes tan sólo son eternos
    ¡y eterna del poeta la desdicha!


    Carolina Coronado
     
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    clause Claudia

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    VOCES DE MI COPLA

    V - VIVO Y MUERTO

    Tierra, tierra, tierra, tierra.
    Y ahora yo, yo, yo, yo.
    ¡Cielo puro, día libre,
    sostenedme en mi ilusión!


    Juan Ramón Jiménez
     
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    TRISTE

    Cuando al quererlo la suerte
    se mezclan a nuestras vidas,
    de la ausencia o de la muerte,
    las penas desconocidas,

    y, envueltos en el misterio
    van, con rapidez que asombra,
    amigos al cementerio,
    ilusiones a la sombra,

    la intensa voz de ternura
    que vibra en el alma amante
    como entre la noche oscura
    una campana distante,

    saca recuerdos perdidos
    de angustias y desengaños
    que tienen ocultos nidos
    en las ruinas de los años.

    Y que al cruzar aleteando
    por el espacio sombrío
    van en el ser derramando
    sueños de angustia y de frío

    hasta que alguna lejana,
    idea consoladora,
    que irradia en el alma humana
    como con lumbre de aurora,

    en su lenguaje difuso
    entabla con nuestros duelos
    el gran diálogo confuso
    de las tumbas y los cielos.


    José Asunción Silva