Setas de 6 metros de hace 400 millones de años

Tema en 'Flora silvestre y autóctona' comenzado por anvitel, 7/5/07.

  1. anvitel

    anvitel con tiempo de foros

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    Setas de 6 metros de hace 400 millones de años
    Área: Paleontología — Viernes, 27 de Abril de 2007
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    Concepción artística de la seta gigante. Ilustración: Elsevier Hueber.
    http://neofronteras.com/?p=861

    Descubren, gracias a análisis isotópicos, que un tipo de fósil, anteriormente atribuido a un árbol, corresponde en realidad a una seta gigante de 6 metros de altura. El hongo vivió hace 400 millones de años cuando no había grandes depredadores sobre tierra firme.
    Este ser fósil conocido como prototaxites ha intrigado durante mucho tiempo a los paleontólogos, que creyeron que era una conífera.
    En 2001 Francis Hueber del National Museum of Natural History en Washington DC sugirió que quizás podría tratarse de un hongo basándose en el análisis de la estructura interna (que se parecía a las estructuras reproductivas presentes en las setas de los hongos). Viajó a Canadá, Australia y Arabia Saudita en busca de especimenes fósiles y analizó bajo el microscopio muchas láminas con las que obtuvo cientos de fotografías. Pero al final no obtuvo pruebas definitivas que demostraran su naturaleza no vegetal. Y es que una seta de 6 metros no parece que tenga mucho sentido hoy día.
    Ante todo hay que decir que el verdadero hongo (todos ellos) está formado por unos filamentos (el micelio), y que cuando llega la hora de reproducirse y desea esparcir las esporas fructifica y utiliza la seta o carpóforo para diseminarlas.
    Análisis genéticos del suelo hacen pensar que en la actualidad hay hongos con una extensión de miles de metros cuadrados en forma de estos filamentos subterráneos, pero ninguno produce setas del tamaño que discutimos aquí.
    Para descifrar el enigma del prototaxites se ha comparado la composición química del fósil de la seta con fósiles de plantas que vivieron en la misma época.
    Las plantas solamente absorben el CO2 de la atmósfera (para realizar la fotosíntesis) con lo cual la proporción entre los isótopos 12 y 13 de carbono se mantiene igual para las plantas que viven durante el mismo periodo geológico y que se relaciona con la composición atmosférica del momento.
    Pero un animal o un hongo se alimentan de materia orgánica y la proporción de isótopos es distinta.


    Francis Hueber junto a un fósil de prototaxites. Foto: Carol Hotton.


    Al comparar la razón entre los dos isótopos del fósil de la seta con la de fósiles de plantas de la misma época, expertos del National Museum of Natural History y de University of Chicago, pudieron comprobar que eran muy diferentes. Eso quiere decir que prototaxites absorbía parte o todo su carbono de otras fuentes distintas a la atmósfera y por tanto que era un hongo.
    Diversos fósiles de este hongo se han encontrado a lo largo de todo el mundo desde que se descubrieran hace más de un siglo. Se ha determinado que vivió en el periodo de tiempo comprendido entre hace 420 millones de años y hace 350 millones de años (parte del Silúrico y casi todo el Devónico).
    Las plantas en aquella época eran en general más bajas que estas setas gigantes por lo que este ser era el más alto de ese tiempo.
    Las plantas vasculares (que fueron los antepasados de coníferas, helechos y plantas con flores que llegaron mucho más tarde) comenzaron a diversificarse sobre tierra firme durante el Devónico. En un principio eran muy simples, casi sólo tallos, sin raíces ni hojas.
    Aunque las plantas vasculares se establecieron sobre tierra firme 40 millones de años antes de la llegada del prototaxites casi no llegaban ni a levantar un metro del suelo. Pero hacia el final del Devónico (hace 345 millones de años) aparecieron súbitamente árboles, helechos, semillas, hojas…


    Ejemplar de prototaxites encontrado en Arabia Saudita. Foto: Review of Paleobotany and Palynology, Vol. 116. Smithsonian Institution.


    En la época en la que este hongo prosperó no había muchos animales. Los milpiés y ciempiés fueron las primeras criaturas que aparecieron sobre tierra firma y de los pocos animales que allí había (artrópodos casi todos ellos), pues todavía no habían llegado los vertebrados. Los vertebrados existentes en la Tierra aún no habían abandonado el océano.
    Los investigadores especulan que la altura del prototaxites le permitía diseminar esporas mejor para así depositarlas sobre una mayor extensión. En esa época no había nada que les impidiera crecer de ese modo. Los animales comedores de plantas no habían evolucionado aún.
    Ciertamente el mundo en aquella época debía de parecernos muy extraño, casi alienígena. Un mundo perteneciente a un pasado remoto, un mundo fascinante, quizás más interesante que la época de los dinosaurios, pero con menos representación en los medios y sin que nadie haga una película sobre él. ¿Alguien se atrevería a rodar “Parque Silúrico”?

    Fuentes y Referencias:
    Geology (vol 35 p 399).
    University of Chicago.
    NASA.
    Eras geológicas.
     
  2. anvitel

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    Cambios genéticos debidos al cambio climático
    Área: Ecología, Genética — Miércoles, 2 de Mayo de 2007


    Una hembra de Wyeomyia smithii vuela hasta una Sarracenia purpurea para depositar huevos.

    Investigadores de la Universidad de Oregón han conseguido el primer mapa cromosómico que muestra regiones cromosómicas en evolución que se activan en animales en respuesta al cambio climático.
    El mapa permitirá a los investigadores identificar en el futuro los genes específicos que controlan el desarrollo estacional en animales. La información obtenida además ayudará a predecir qué animales podrán sobrevivir al cambio climático y a identificar qué vectores portadores de enfermedades se moverán hacia regiones más septentrionales para así producir las vacunas adecuadas y evitar pandemias.
    Según William E. Bradshaw y Christina M. Holzapfel, ésta es la primera vez que se está intentando identificar los genes que controlan el desarrollo estacional de los animales. La respuesta al número de horas de luz es utilizada frecuentemente como indicador por parte del organismo para hibernar. Aunque los seres humanos no somos tan sensibles a los cambios estacionales existe una componente estacional que está relacionada con nuestro bienestar.
    El mapa cromosómico del mosquito estudiado (Wyeomyia smithii) evolucionó junto a las hojas de una planta carnívora con forma de jarro. La hembra de este mosquito suele sobrevolar el depósito de agua del jarro de esta planta para depositar sus huevos allí.
    Estos investigadores han identificado regiones en tres cromosomas de este mosquito que responden a la longitud del día. Dos de esos cromosomas tienen además un solapamiento en la expresión de los genes que dice a la especie cuando hibernar.
    Han podido mostrar que el mosquito ha cambiado genéticamente en respuesta a rápidos y recientes cambios en el clima y que ahora usa días más cortos para iniciar la hibernación.
    Aunque el estudio no dice exactamente qué genes controlan la respuesta estacional del mosquito, nos dice en qué partes del genoma hay que mirar para encontrarlos.
    Se está ya colaborando en otros estudios para determinar si los mismos genes se encuentran en una especie en concreto de pez y en la mosca de la fruta.
    Por tanto, según Bradshaw, la respuesta al cambio climático de las poblaciones de animales ya ha penetrado hasta el nivel genético. El cambio climático afecta el desarrollo, reproducción y la hibernación, y esta respuesta está sucediendo en diversos grupos de animales, desde los insectos a los mamíferos pasando por las aves.
    El mapa cromosómico fue creado usando mosquitos que se desarrollaron en un ambiente controlado de laboratorio, lo que permitió a los investigadores simular las condiciones climatológicas que se dan en la naturaleza en cualquier parte de la Tierra, desde los trópicos a las regiones polares.
    El mapa contiene 900 millones de pares de bases. Como referencia podemos decir que el genoma humano consta de 3000 millones de pares. Según los mapas genéticos se vayan completando los científicos podrán enfrentarse a la tarea de determinar cómo los genes interactúan y cómo producen un determinado fenotipo que incluyan las respuestas al cambio climático.
    El cambio climático cambiará el comportamiento estacional de muchos animales. De hecho ya está aumentado la temporada de crecimiento. Distintas áreas son ahora más templadas y secas que otras.
    Las plantas y animales no están afrontando estos cambios directamente, sino que se están reproduciendo, floreciendo o hibernando en fechas distintas a las habituales que solían usar. Muchas especies serán incapaces de adaptarse lo suficientemente rápido a estos cambios y se extinguirán.

    Fuente: Universidad de Oregón

    Referencia: Genetics. Mathias, Derrick, Lucien Jacky, William E. Bradshaw and Christina M. Holzapfel, Quantitative trait loci associated with photoperiodic response and stage of diapause in the pitcher plant mosquito, Wyeomyia smithii. On line, Mayo 2007.