Uñas de los gatos: consejos sobre qué hacer con ellas

Tema en 'Cuidado de gatos' comenzado por silvia.., 28/9/06.

  1. silvia..

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    Las uñas de los gatos: ¿qué hacer con ellas?


    Uno de los problemas más comunes a los que tienen que atender los centros y clínicas veterinarias es la cuestión de las uñas de los gatos. Al Centro Veterinario Punta llegan muchos propietarios de gatos que ante esta incidencia no saben qué hacer. En este artículo se presentan algunas razones por las cuales el gato necesita las uñas como parte de su vida cotidiana, además de darle algunas alternativas que harán que disfrutes de tu mascota y ésta se sienta feliz a tu lado.

    Desungular = amputar
    Algunas personas, y por suerte cada vez menos, opinan que una buena forma de erradicar el problema de las uñas, es la eliminación de éstas mediante una operación quirúrgica llamada oniquectomia o también desungulación. En prácticamente todos los países donde los gatos son animales de compañía, desungularlos es ilegal o está prohibido. Dentro de España hay algunas comunidades como Andalucía en las que existe protección hacia los animales y por lo tanto, no se realiza la operación ya que se considera una mutilación. Sin embargo es todavía frecuente en países como Estados Unidos y Canadá.

    El término desungulación es demasiado benigno para lo que realmente supone. Esta cirugía es complicada puesto que consiste en amputar la última falange del dedo del gato, lugar donde se encuentra la base del tendón retráctil y nacimiento de la uña. De este modo se elimina la uña definitivamente y aunque hemos solucionado el problema de las uñas, hemos provocado otros problemas a nuestro gato, el cual queda desprotegido de su principal arma y herramienta. En algunas ocasiones se producen malformaciones e incluso cojera como consecuencia de una incorrecta amputación de la falange. En estos casos la uña sigue creciendo de forma irregular dando lugar a estos problemas.

    Herramientas imprescindibles para el gato
    Las uñas son las herramientas más importantes de los gatos puesto que son imprescindibles en su día a día. Al despertarse, clava sus uñas en el rascador y tira haciendo fuerza para estimular y tonificar la parte superior de su cuerpo. Mientras juega, sus uñas atrapan los juguetes que vuelan por el aire y los sujetan. Cuando corre o escala, sus uñas le proporcionan un agarre extra al que el gato ya está acostumbrado.

    Un gato usa las uñas para rascarse cuando le pica, manipular sus ratones de juguete, agarrarse para seguir un camino estrecho, sujetarse sobre una silla con estabilidad mientras se acicala y también las utiliza para excavar y cubrir sus necesidades; no nos olvidemos que ellos son bastante limpios. Las uñas se utilizan incluso para expresarse.

    En algunos casos, las uñas actúan como salvavidas, permitiendo a un gato trepar a un lugar seguro o defenderse de un atacante. Todo esto, y mucho más, se pierde cuando un gato es desungulado.

    Un ejercicio saludable para el gato
    El acto de arañar es innato en el gato: pertenece a su naturaleza. Gracias a los ejercicios de estiramiento que realiza el animal en su rascador, tonifica los músculos de la zona superior como son los hombros y la espalda. Los estiramientos le mantienen totalmente en forma evitando que nuestra mascota pierda su flexibilidad y agilidad de movimientos.

    Un gato desungulado pierde gran parte de su actividad. Al verse desprovisto de su herramienta, el animal se siente extrañado, incluso puede que se aísle, buscando una actitud de defensa.

    El acto de arañar una superficie es relajante para ellos. Muchas veces corren de un lado a otro como sin sentido y se paran de golpe delante del rascador y allí se estiran tirando del mástil con fuerza, así dejan su estrés de lado y vuelven a la carga otra vez.

    Los gatos utilizan los arañazos como marcas visuales, es una forma de reconocer las zonas de su territorio, no solo para ellos sino también para los otros gatos que pudiesen estar alrededor.

    Alternativas a la desungulación

    Educación y rascadoresPodemos optar por una solución algo más inteligente y más práctica de cara a nuestra mascota. Tratar los problemas de comportamiento desde que son cachorros, enseñarles donde pueden arañar siempre que quieran (ponerles rascadores verticales y horizontales, torres de juego, etc.) y cuando lo utilicen premiarles para que asocien el gesto con algo grato para ellos como por ejemplo: darles unas bolitas de pienso, ofrecerles una zona exclusiva para sus juegos y, por supuesto, tener en cuenta que los gatos castrados en su tiempo adecuado -entre los 7 y 9 meses de edad como máximo-, son menos proclives a que marquen irremediablemente donde quieran y sientan la necesidad de marcharse de casa por la época del celo.
    FeromonasCuando el gato se siente seguro en su entorno, frota su cabeza dejando las superficies impregnadas de una sustancia llamada feromona facial, que le permite identificar ese entorno como familiar, de bienestar y calma. Existen productos que simulan el olor de las feromonas faciales del gato. De este modo, se colabora en la estabilización del comportamiento del animal y reducen el marcaje.
    Uñas postizasUna solución muy práctica. Son pequeñas fundas de plástico que se fijan a la uña del gato con pegamento, el mismo dueño puede ponérselas y además hay varios tamaños para que se adapten mejor. Solo hay un pequeño inconveniente: se tienen que cambiar periódicamente debido al crecimiento de la uña, si bien la propia funda se despega cuando la uña crece.
    RepelentesSi el gato suele arañar en zonas concretas, podemos utilizar repelentes especialmente diseñados para mascotas, que nos ayudaran a disuadirlos sin que sean nocivos para su salud.
    Corte de uñasSe puede realizar un corte periódico en la punta de las uñas del gato teniendo cuidado de no cortar la pequeña vena que está dentro de la uña. Si no nos damos cuenta y cortamos esta vena, tendremos que actuar con rapidez y parar la hemorragia con polvo estíptico. Los gatos se acostumbran con facilidad a que les corten las uñas si lo hacemos desde pequeños. No obstante, siempre es más seguro acudir a un veterinario. Este proceso tendremos que hacerlo cada vez que lo necesite el gato, que suele ser cada una o dos semanas.
    Estas medidas harán que aumente la calidad de vida de nuestra mascota y por supuesto nos ahorraremos en problemas de cara a la salud del gato.