El Cuenta Cuentos

Discussion in 'Comunidad de Infojardín' started by EvaPatry, Aug 31, 2007.

  1. grendel

    grendel Jardinero Novato

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    Algorta-Getxo Bizkaia
    Buenas noches a tod@s....

    En un pueblo de Lapurdi vivia una vieja solitaria que solo tenia por vecinos a dos hermanos ambos jorobados.
    Los dos sospechaban que la mujer era en realidad una sorgina, una bruja y un dia uno de los hermanos se le acerco y le dijo
    -Llevame contigo a tus reuniones
    Pues sabia que todos los viernes las sorginak acudian al akelarre y alli ocurrian cosas inexplicables
    La mujer se hizo la loca pero ante la insistencia del jorobado accedio
    -De acuerdo -Le dijo- Pero tienes que tener mucho cuidado. En un momento de la reunion todos recitaremos los dias de la semana y tu diras con nosotros Astelehena (Lunes), Asteartea (Martes), Asteazkena (Miercoles), Osteguna (Jueves), Ostirala (Viernes) y Larunbata (Sabado) y ahi terminamos. No se te ocurra mencionar Igandea ( Domingo) para nada, de acuerdo?

    Asi, el viernes siguiente, se llevo al jorobado a la reunion y cuando el presidente del akelarre mando recitar los dias de la semana todos a una gritaron:
    -Astelehena, Asteartea , Asteazkena, Osteguna, Ostirala, Larunbata
    Y el jorobado sin darse cuenta grito: - Igandea !!!
    Todas las sorginak desaparecieron al instante y el maestro del akelarre furioso miro al jorobado y señalandole con el dedo le arranco la joroba de cuajo

    El jorobado se levanto tembloroso y dolorido pero se fue a su casa feliz de haber perdido su joroba
    Al llegar su hermano intrigado le pregunto como habia ocurrido y al principio se resistia a contarle la historia pero al final lo hizo y el segundo hermano decidio que iba a hacer lo mismo asi que acudio a donde la vieja. Esta no queria ni verle ya que le habia caido un buen rapapolvo despues del ultimo akelarre pero tanto insistio el jorobado que al final se lo llevo al akelarre pero haciendole jurar que no diria para nada Igandea

    Asi llego el viernes y se reunieron de nuevo todas las sorginak y cuando llego el momento de recitar los dias de la semana todos a una gritaron:
    -Astelehena, Asteartea , Asteazkena, Osteguna, Ostirala, Larunbata
    Y el jorobado esta vez muy consciente de lo que hacia grito: Igandea

    Todas las sorginak desaparecieron en aquel mismo instante y el maestro del akelarre furiosisimo señalo al jorobado y le grito:
    -Una vez, pase pero dos son demasiadas- Y señalandole con el dedo le coloco la joroba que le habia arrancado al otro jorobado

    Este tuvo que volver a casa aun mas encorvado de lo que salio y nunca jamas se acerco a un akelarre
     
  2. chipi-chipi

    chipi-chipi Donax denticulatus

    hola :happy:

    buenos dia

    uuyyyyyy patricia ese es uno de los de miedo :icon_rolleyes: ojala que a pluto no se le ocurra mover nada esta noche con sus patotas :icon_rolleyes: y continuara :icon_rolleyes: quien estaba en la puerta :icon_rolleyes: me gusto :13mellado: -mira no crea que no se que me nombraste tu amigo y me alegra mucho-;)

    chagal como sabe que me gusta las istorias del rey arturo y escalibur ;)
    finisimo :5-okey:

    grendel muy poca suerte al que va de segundo con las brujas :11risotada: yo ni de primero voy :(muy bueno me gusto :5-okey:

    asta pronto :happy:
     
  3. chipi-chipi

    chipi-chipi Donax denticulatus

    hola :happy:

    aqui les pego el mito o la leyenda de maria lionza es un poquito larga espero que les guste


    María Lionza, reina de su gente.



    María Lionza fue una mujer indígena princesa de su tribu; era hija del cacique Yaracuy, nieta del cacique Chilúa y biznieta del cacique Yare, todos grandes hombres guerreros y estadistas. El nacimiento de María Lionza debe haber ocurrido alrededor del año 1.535 en el estado que hoy lleva el nombre de su padre. Hay dos tendencias en cuanto al nombre real de María Lionza; uno que le atribuye el nombre de “Yara”, cosa poco probable ya que el significado de esa palabra es “agua”. La otra tendencia le atribuye el nombre de “Yurubí” cosa poco más creíble porque significa “agua caudalosa”. En ambos casos el agua es el factor común en la vida de Yurubí, y es el agua precisamente la que define su vida. Para su tribu el tener ojos claros era mal visto, un mal presagio. Como Yurubí nació con los ojos claros, su padre le prohibió verse en el agua, por eso solo se le permitía bañarse o acercarse al agua de noche, cosa que debió haber sido muy erótica para los varones de su tribu. Una mujer joven y bella bañándose sola de noche. En una oportunidad una serpiente anaconda cautivada por la belleza de la joven mujer engañó a Yurubí y la hizo que se fijara en su propia reflexión en el agua de un pozo del río.



    La india se dio cuenta de su belleza y del extraño color de sus ojos por primera vez en su vida. La serpiente, quien era la dueña del río, fue apresada por su mal proceder, pero esta se hinchó de rabia y desamor hasta que logro sacar toda el agua del pozo inundando toda la aldea, para luego morir reventada. De esta manera la joven y bella princesa terminó siendo la dueña del pozo, del río y de toda el agua, protectora de los peces y luego de toda la flora y la fauna. De allí viene el nombre del río Yurubí y del parque nacional. El hogar de Yurubí se llamaba “Quibayo” lugar que todavía existe en la montaña que posteriormente un geógrafo catalán describiría en sus mapas como “montagne de la bonne sorte” (montaña de la buena suerte) o simplemente “montaña de Sorte”.


    La historia de Yurubí esta estrechamente ligada con la de su padre Yaracuy. Resulta que Yaracuy comandaba un imperio de más de 500 poblaciones indígenas, conocida como Guadabacoa. En el momento del descubrimiento, el inmenso imperio central estaba integrado por tribus, tales como los tarananas, yaritagua, acharigua, torondoyes, y zararas. Otras tribus, entre ellas los macaures y los caripes se aliaron con los españoles para hacerle frente a Yaracuy. El conquistador Diego García de Paredes, junto con el capitán Juan de Vargas, intentaron tomar tierra firme e instalarse en el bastión de El Tocuyo, pero Yaracuy los venció en la batalla de Cuyucutúa, en 1552. Luego es capturado y condenado a muerte, pero consigue desarmar y poner fuera de combate a varios soldados y al fin sucumbió bajo el fuego de los arcabuces. Aquí se produce una de las escenas más representativas de la historia de Venezuela: la voluntad de un venezolano a no dejarse embromar por los demás. La mañana en que vienen a buscar a Yaracuy a su celda para llevarlo al cadalso para ser ahorcado, entran dos soldados y Yaracuy, quien había estado muy calmado y callado durante toda la noche se acerca a uno de ellos por la espalda, le tomo del cuello y lo desnucó; al hacerlo el otro soldado pudo descubrir que Yaracuy hablaba español porque le oyó decir estas palabras. “Me voy, pero no solo”, la sorpresa de éste soldado fue tal que Yaracuy logro escapar de su celda logrando así matar otros soldados que le esperaban afuera. Todo esto sucedió en lo que hoy son las ruinas de San Felipe el Fuerte en la ciudad de San Felipe, capital del estado que hoy lleva su nombre, Yaracuy. (El nombre completo de la ciudad de San Felipe es San Felipe el Fuerte). Por esto, tiempo después pagarían los hombres mujeres y niños de la única ciudad totalmente amurallada de Venezuela. Los miembros de la tribu de Yaracuy entraron en el fuerte y mataron a todo ser viviente, humanos y animales para luego quemar y destruir toda la ciudad, trabajo que terminó el terremoto de 1812. Por esa razón en las ruinas del fuerte solo quedan las lozas del piso y algunas pocas paredes de lo que fue una vez una ciudad completa.


    Una vez muerto Yaracuy, Yurubí asumió el cacicazgo de su tribu como fue el caso con muchas mujeres venezolanas que se vieron en la necesidad de convertirse en caciques por la escasez de hombres dejada por la guerra contra la invasión conquistadora. Yurubí como cacique comenzó a ser una magnífica estratega militar y los españoles siguieron teniendo bajas en sus bandos como cuando Yaracuy todavía vivía pero ahora de parte de su hija. Por eso fue necesario ordenar la captura de Yurubí. Unos curas católicos fueron los primeros en entrar en contacto con Yurubí y la trataron de cristianizar y hasta le dieron el nombre cristiano de María del Prado. Sin embargo sus intentos fueron en vano, Yurubí no cedió ante el culto a un Dios hombre; bueno pero asesinado al igual que ellos lo estaban siendo. Yurubí siguió siendo guerrera y Sorte era su fuerte. Los españoles le seguían hasta allí pero Yurubí mágicamente se perdía entre la selva, entre los caminos y las brumas de la montaña por ella encantada. Esto es lo que dio pie al comienzo de la leyenda de María Lionza. Finalmente Yurubí fue acorralada por los españoles. Sin miedo, Yurubí subió a un árbol alto, encima de un pozo del río; viéndose rodeada y comenzando sus perseguidores a subir el árbol, Yurubí se lanzó al pozo de aguas cristalinas desde lo alto del árbol. Una vez disipada la espuma y las burbujas, los españoles esperaron ver salir a Yurubí, ver su cuerpo aturdido o muerto por el golpe, sin embargo Yurubí nunca salió del pozo. Los soldados buscaron en el pozo, río arriba y río abajo pero Yurubí no apareció. Retirándose del lugar y ya habiendo avanzado un buen trecho del camino, los soldados voltearon y vieron a Yurubí arriba en la montaña completamente desnuda montada sobre una danta con sus brazos en alto sosteniendo un hueso de cadera de mujer. Con este gesto Yurubí quiso decir que su prole, su gente, su hogar y su cultura estarían a salvo por la fertilidad y aptitud guerrera de la mujer venezolana. En esto se distancia la historia de Yurubí de la de su padre Yaracuy; Yurubí no se dejó atrapar nunca, de hecho no hay registro de su muerte ni de su captura. Yurubí nació y vivió libre. Esta es la pose que capta el artista Alejandro Colina en su escultura hecha en 1.953 y ordenada por el Presidente de la República, Gen. Marcos Pérez Jiménez.


    Puede ser que la historia nos haya engañado, como puede ser que la misma historia se haya corrompido para atribuirle a esta mujer indígena un nombre, un linaje o un cuento no ajustado a la realidad. Lo que sí damos por cierto es que Yurubí o sea cual fuere su nombre, estaba en lo cierto. Sus hijas son dignas descendientes de Yaracuy, Chilúa y Yare. Luisa Cáceres de Arismendi, Concepción Mariño, Eulalia Ramos Sánchez de Chamberlain, Josefa Camejo y miles de otras mujeres venezolanas que heredaron sus genes por sangre, nacimiento o por naturalización han demostrado sobradamente su aptitud guerrera contra la opresión y la fecundidad probada para haber parido un país entero que se ha multiplicado varias veces en número desde entonces. Y la prueba es aún más evidente, sus descendientes son nuestras abuelas, nuestras madres, nuestras esposas e hijas. Yurubí estaba en lo cierto. Sus descendientes han formado un país con la fuerza de su voluntad y la fertilidad de sus caderas.



    Marcos Sánchez Urquiola


    tambien les dejo una cancion que el panameño ruben blades le compuso a la reina de sorte :happy:

    http://www.goear.com/listen.php?v=ae5f917

    espero que le guste :happy:
     
  4. Chipi :beso: :beso: Me ga gustado mucho tu história,pero por otro lado me aflije el mal que causaron los colonizadores de aquella época.De lo que sí me alegro és de que nos podanos entender hablando la mísma léngua.:5-okey:
     
  5. Eva Patry,cómo me dijiste que te recordaba tu niñez ,aquí te pongo otro :beso: :beso: :beso: Espero que te guste

    COMO TIO CONEJO LES JUGO SUCIO A TIA BALLENA Y A TIO ELEFANTE


    Pues señor, allá una vez tío Conejo se fue a cambiar de clima a la orilla del mar.

    Un día que andaba dando brincos por la playa se va encontrando con tía Ballena y tío Elefante que estaban en gran conversona.

    Tío Conejo se escondió entre unos charrales y paró la oreja para ver en qué estaban.

    Y en lo que estaban era en que el uno al otro no hallaban donde ponerse:

    Que, -tía Ballena, a usted sí que no hay quien le gane en fuerzas y eso de que ya se tomara usted tener las mías, es hablar por el hueso de la nuca.

    Que, -adió tío Elefante, no me salga con eso. usted sí que es ñeque. Sí, sí, donde se llora está el muerto...

    Y que esto, y que el otro, y que por aquí y que por allá.

    Bueno, para no cansarlos con el cuento, llegaron a convenir en que los dos tenían fuerzas y que lo mejor que podían hacer era unirse para gobernar toda la tierra.

    Pero a tío Conejo no le hicieron naditica de gracia aquellos planes y se puso a pensar: pues lo que soy yo les voy a dar una buena chamarreaban a ese par de monumentos, ¡Ay! ¡Y la enredada de pita que les voy a dar!

    Y no fue cuento sino que enseguida se puso en funcia: se fue a buscar una coyunda muy fuerte, muy fuerte y muy larga, muy larga; después yo no sé de dónde se hizo de un tambor que escondió entre unos matorrales y corrió a buscar a Tía Ballena. Por fin dio con ella.

    -Tía Ballenita de Dios. ¡Qué a tiempo me la encuentro! ¡Viera qué caballada me ha pasado! ¿Pues no se me metió la única vaquita que tengo entre un barril como a media legua de aquí?

    -No diga eso niño, ¿y eso cómo?

    -¡Sepa Judas! El caso es que allí me la tienen en ese atolladero y como es tan poquita, está llora y llora, con el barro hasta el pescuezo. Por vida suyita Tía Ballena, sáqueme de este apuro, usted que es él más fuerte de todos los animales y además tan noble.

    Tía Ballena se volvió muy chiquiona al oír estos pericos y al momento se puso a las órdenes de Tío Conejo.

    ¡No faltaba más, sino que se le fuera a ahogar en barro su vaquita, estando ella allí!

    -¡Quién otra lo podía hacer! -dijo Tío Conejo-. ¡Bien me lo habían dicho, que no la vieran tan grande que hasta que da miedo, pero con un corazón que es un alfeñique! Lo que vamos a hacer es que yo voy a amarrarle una punta de esta coyunda de la cola y la otra voy a ver cómo se la amarro a mi vaquita. Cuando todo esté listo toco en mi tambor. Al oír el redoble, se me pone usted a jalar con toda alma.

    -Ni diga más Tío Conejo, no me llamo Tía Ballena si no se la saco aunque este hundida hasta los cachos.

    De veras, Tío Conejo amarró la coyunda de la cola de Tía Ballena y después el muy papelero, cogió tierra adentro haciéndose el afanado. Apenas calculó que la otra no lo veía se puso a bailar en una pata y a cantar.

    Después se fue a buscar a Tío Elefante y cuando lo divisó se hizo el encontradizo: -¡Ay Tío Elefante, sólo Dios pudo habérmelo reparado!- ¡Vieras en las que ando!

    -¿Qué es la cosa hombre? - preguntó Tío Elefante.

    -¿Pues qué me había de pasar? Que le parece que tengo una novillita chúcara que se me ha metido entre un barril a media legua de aquí y no hay modo de sacarla. Allí estoy desde buena mañana sudando la gota gorda y la confisgada cada vez se hunde más. Mire Tío Elefante, usted que es tan fuerte y tan noble, que dicen que nadie le gana, por qué no hace una gracia conmigo y de un tironcillo con su trompa, como quien no quiere la cosa, me la saca.

    Tío Elefante le dijo que bueno, que le explicara lo que tenía que hacer.

    Tío Conejo contestó: -Pues nada más que dejarse amarrar el extremo de esta coyunda de su trompa. Enseguida iré yo y con mil y tantos trabajos amarraré mi novillita de la otra punta. Cuando todo esté listo redoblaré en mi tambor y entonces usted se pone a jalar con toda alma porque está muy metida.

    -No tengas cuidado y aunque fuera más pesada que mil vacas juntas yo la saco. Si eso es un juguete para mí. Amarrá bien, hombre.

    Tío Conejo le requintó bien la coyunda en la trompa y luego se alejó en una pura micada como sí fuera muy agradecido.

    Así que estuvo a la mitad de la distancia entre los dos, sacó el tambor y se puso a redoblar.

    Tía Ballena comenzó a tirar, pero la vaquita no-tenía trazas de salir. Tío Elefante jalaba y jalaba y nada.

    -¡Demontre con la vaquita para pesar!

    -¡Carasta! Si la novillita chúcara pesa más de lo que yo pensaba.

    Y siguieron cada uno por su lado a más y mejor.

    En una de tantas, como Tío Elefante se iba arrollando a la coyunda en la trompa, se trajo a Tía Ballena a tierra; pero Tía Ballena se calentó tanto, que no supo a qué horas se tiró al agua y fue a dar al fondo y ya me tienen al otro patas arriba corriendo hacia la playa sobre el espinazo.

    Del colorón dio tal jalonazo que se volvió a traer a Tía Ballena a la superficie.

    -¿Quién es el atrevido que está en ese juguete conmigo? ¿Conque esa era la vaquita?

    -¿Quién es el tal por cual que no me respeta? ¡Miren la novillita chúcara! - gritó Tío Elefante que había hecho a un lado su cachaza y estaba más caliente que un avispero alborotado.

    ¡En esto se van viendo!

    ¡Ave María, Gracia Plena! ¡Aquello sí que era contento! ¡Qué bocas y lo que se dijeron!

    -¡Yo te contaré, trompudo, labioso, poca pena! ¿No te da vergüenza ver que te cogí la maturranga? ¡Creyó que yo me iba a dejar, como soy una triste mujer, para quedarse gobernando solo!

    -¡Cállate vieja bocona!. ¡A vos que no se te puede creer! ¡Quería salir de mí para quedarse reinando...! ¡Convidándome para que gobernáramos juntos y ya con su tortón entre la jupa!

    Y no fue cuento, sino que se pusieron otra vez a tirar de la coyunda cada uno por su lado. Por fin la coyunda no resistió y ¡Trac! Reventó y Tía Ballena bien acardenalada y con la cola desollada fue a parar a los profundos y Tío Elefante fue a dar por allá, otra vez patas arriba, con la trompa bien luyida. Y Tío Conejo que ya no aguantaba el estómago de tanto reír, escondido entre los charrales.

    No hay para qué decir que Tío Elefante y Tía Ballena quedaron enemigos y se quitaron el habla para siempre. Y cabalmente eso era lo que Tío Conejo andaba buscando, para que no volvieran a hacer planes de gobernar ellos dos la tierra.



    Carmen Lyra – Costa Rica
     
  6. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    Todos bueníiiiisimos.:beso: :beso: :beso:

    Creo que la Moraleja del último de CHAGALL es que "tanto se tira de la cuerda por los dos extremos que al final se rompe por la mitad". :icon_rolleyes: :icon_redface:

    Otro trocito del mio.

    EL LIBRO DE LA PAZ de Bernard Benson
    Viene de la pag 9 nº 124

    - A los niños, cuando miramos la tele, no se nos escapa nada.- continuó el niño-.; vemos a los dirigentes del mundo jugando con “misiles nucleares” de la misma manera que nosotros jugamos en la escuela con las canicas: “¡Que si tu tienes diez! ¡No que yo solo tengo seis! ¡pero yo tengo la azul que es más bonita! ¡te la cambio por tres si la quieres! ¡Si no me dejas ganar, no juego más!.” Las “balas” de los niños no hacen daño a nadie ……….., las vuestras MATAN.
    Un día vi en la tele unos dibujos animados que desfilaban marcha atrás ….., al principio me produjo un extraña impresión …., pero después me di cuenta de que, de aquella manera, se entendían mejor las cosas. Suponga, Sr. Presidente, que los dirigentes del mundo no hubiesen tenido todavía la idea de fabricar máquinas de muerte y que tan solo existiesen viejos fusiles oxidados en la buhardilla o bien algunos “tirachinas”. Imagínese que, un buen día, los 200 gobernantes se reúnen y, por unanimidad, proponen construir una máquina extraordinaria capaz de:
    1º.- Hacer que todo el mundo viva bajo el terror…..
    2º.- Matar o dejar medio muertos a centenares de millones de hombres, mujeres, niños….
    3º.- Contaminar la tierra y los ríos …
    4º.- Que el coste sea de “billones” por año de mantenimiento y renovación…..
    5º.- Llevar a la miseria a todos aquellos que, con una suma tan importante, podrían salir adelante ….
    ¿Qué cree usted que contestaría la gente?.
    - Tomarían a estos dirigentes por locos furiosos y los encerrarían a perpetuidad .-contestó el Presidente-., y los llevarían a una isla lejana y desierta ha soportar juntos su demencia.
    - Y entonces, ¿POR QUÉ NO LO HACEN?.- preguntó el niño
    - Porqué …., el problema está en ¿cómo hacer entender estas cosas a los dirigentes de los otros países?
    - No son los dirigentes los que lo han de entender. Si fuesen capaces, ya lo habrían hecho, ¡SON LOS PUEBLOS!. Cuando los pueblos lo hayan entendido, ¡¡sus dirigentes se apresurarán ha comprender que sus pueblos lo han entendido!! Y, si los dirigentes no lo entienden, ¡¡serán sustituidos por otros que SI lo habrán entendido!!. Donde los 200 fracasan, el resto del mundo, cuando lo tengan claro, ¡¡pueden perfectamente resurgir!!
    - Es posible.- murmuró el Presidente con tono escéptico-. Existe muy poco tiempo para hacer lo que sugieres. ANTES de todos esto…., la gente hubiera sido incapaz de entender ……., DESPUES ya será demasiado tarde !!.
    - ¿Cuándo llegará entonces este momento?.- preguntó el niño impaciente.
    - ¡¡¡YA ESTAMOS EN EL MOMENTO!!.- dijo el Presidente
    - Entonces, todo el mundo podrá, finalmente, hacer lo necesario para salvarnos.- dijo el niño saltando de alegría.
    - No necesariamente.-dijo el Presidente-. Pero ¿por qué?. Pues, porqué en general cuando a la gente no le gusta lo que ve perfilarse en su FUTURO, se ahoga en el PRESENTE ….., pero, si entiende que haciendo HOY un esfuerzo salvaría su FUTURO, ¡¡no lo dudaría un solo segundo!!.
    - Decidles entonces a la gente de qué estarán hechos sus “mañanas”. ¿Por qué calláis?
    - Un poco porqué nadie se atreve ha hablar así y, sobretodo, porqué no creemos que nos escuchen.
    -Entonces el mundo desaparecerá porqué nadie habrá sabido explicar a sus habitantes la simple VERDAD!! En una época en que los medios de comunicación permiten hacerlo saber todo a todo el mundo!! Estamos dentro de una gran ABSURDIDAD!
    Después de un largo silencio, el chiquito volvió ha hablar:
    - No es verdad?
    - No es verdad …., qué?
    - ¡¡¡Que es absurdo!!! .- repitió el niño.
    - Evidentemente, reconoció el Presi-., pero para ser entendido, hace falta que la gente tenga el DESEO de escuchar. Además, si las comunicaciones se han vuelto tan difíciles, es porqué se han multiplicado las barreras entre los pueblos para impedir que se entiendan demasiado bien, para evitar que algunas ideas no salgan del país y que otras no entren en los otros. Prescindiendo de todas las ideas que han sido prohibidas, que no en todos los países tienen el mismo derecho a expresarse y que incluso se les prohíbe pensar.
    - Sin duda yo soy demasiado pequeño para entender todo esto pero me parece que, si usted, tiene alguna cosa fundamental que decir, alguna cosa tan importante como para ser de vida o muerte para millones de personas …., ¿podría pasar que, diciéndola usted, consiguiese derribar las barreras?
    - No lo sé ….- dijo el Presi mordiéndose los labios-. No lo he probado nunca.
    - ¿Quién a dividido el mundo en dos trozos? Y ¿por qué las dos mitades se buscan siempre las “cosquillas”?.- preguntó el niño
    - Aparentemente se trata de un viejo conflicto entre derechas e izquierdas. Algunas veces pienso en ello y me pregunto; después de la última guerra, todos o casi todos los países, empezaron a querer a los que odiaban y a odiar a los que querían antes de la guerra, y finalmente me pregunto ¿por qué murió tanta y tanta gente?.-dijo el Presi dándole una mirada lejana al cuadro de guerra que tenía colgado en la pared-.
    - Es curioso!!!! Si querían dividir el mundo, deberían haberlo hecho entre el BIEN y el MAL y no entre DERECHAS e IZQUIERDAS. Así, los sensatos, los que están llenos de bondad y de compasión de los dos bandos, que seguro que había millones tanto en la derecha como en la izquierda , se habrían unido para ayudar a los demás a PROGRESAR.
    - Tienes razón -dijo el Presi- El ENEMIGO es la INJUSTICIA, la FALTA de LIBERTADES tanto de cuerpo como de espíritu , la DESIGUALDAD en el reparto de los productos de nuestro planeta.
    - ¿Quién es el “mandamás” de este enemigo?
    - EL EGO!!!!! -respondió el Presi.

    Continuará …………..


    Si tengo tiempo, a la noche pondré otro trocito.:beso: :beso: para tod@s
     
  7. EvaPatry

    EvaPatry

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    Madrid (España)
    No te preocupes, yo tampoco las entiendo. Esta noche pondré uno de "brujas" (espero que Grendel no se enfade :smile:), a ver si alguien lo entiende. A lo mejor tenemos que pedirle a Ana Patricia que nos eche un cable.
     
  8. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    El trocito que casi prometí. :beso: :beso:
    Viene de la pag.10 nº 141
    EL LIBRO DE LA PAZ de Bernard Bensosn

    El niño, callado y perplejo durante unos segundos continuó:
    - O sea, que el mundo está a punto de reventar porqué la izquierda quiere que la derecha viva a su estilo y la derecha no puede entender que la izquierda no viva al estilo de la derecha. Pero ¿por qué cada uno no se ocupa de dejar vivir a cada uno como le plazca?
    - No es tan simple! .-sonrió el Presi-. En este momento en el que cada bando no para de armarse más y más, es posible darse cuenta de que ¡¡la izquierda tiene una cierta tendencia a copiar de la derecha y la derecha se las ingenia para dar “aires” de izquierda!!
    - ¿Qué deberíamos hacer para conducirlos a todos hacia el sentido común?
    - Bastaría, sin duda, que de un lado y de otro las personas de buen corazón unieran sus voces y sus fuerzas.
    - Y ¿por qué no se ha hecho todavía?
    - Sus dirigentes y sobretodo quien los dirige en su interior, su mismo espíritu, es lo que lo impide. Todo esto cambia poco a poco, tanto el espíritu de los dirigentes como el de la gente sencilla ……., pero hace falta tiempo …., ¡¡¡todo el tiempo que ahora ya nos falta!!.
    - Y a mi también, Señor, Si no me voy ahora, llegaré muy tarde a casa. A pesar de ello, ¡¡como desearía que pudiésemos salvar al mundo!!
    A punto de despedirse, el niño cambió de opinión y preguntó:
    -¿Cuántos países tendrían que abandonar sus pensamientos de guerra, para que todos los demás les siguieran?
    - Sin duda los tres nombrados “grandes potencias”.- contestó el Presi
    - Entonces serían suficientes, menos de 200 personas para tomar la decisión.
    - Supongo …….., efectivamente.
    - ¿Usted conoce bien a los tres “mandamases” de los tres países?
    - Si.
    - ¿Tiene usted teléfono?
    - ………., Si!
    - ¿Los puede llamar para decirles que voy para allá?
    - Pero ………., ¡¡¡es que son mandamases de SUPERPOTENCIAS!!!
    - ¡¡¡Yo no veo que tienen de SUPER si tan solo sirven para hacer explotar el único planeta que tenemos!!!
    El Presidente estaba tan desconcertado por la simplicidad de aquellos razonamientos y viéndose incapaz de oponer la más mínima objeción, ¡¡¡descolgó el teléfono y llamó!!!.
    Al día siguiente, todo el mundo hablaba de lo mismo, era el tema más importante para todos.
    El niño ya volaba hacia el extranjero ……
    Y antes de desembarcar ……., la noticia de su llegada era ya conocida y miles de personas se habían reunido en el aeropuerto para recibirlo, entre ellos, decenas y decenas de niños que llevaban bonitos ramos de flores ……, delicados obsequios …., y con tanta abundancia que el aeropuerto parecía un campo de flores lleno de colores.
    Al bajar del avión, el niño divisó miles de manos que le saludaban mientras enarbolaban los ramos y las cajas de colores de los regalos. Dirigiéndose a ellos a través de los altavoces instalados les dijo:
    -Gracias por vuestra gentileza ……, toda la vida recordaré vuestra acogida, pero las flores y regalos que me habéis traído, intercambiadlos entre vosotros, es de la manera que estaré más contento.
    Y eso hicieron. Todos los niños se pusieron a cantar y a bailar mientras se intercambiaban los regalos y las personas mayores, con lágrimas en los ojos, se echaban a reír para disimular que lloraban.
    Mientras tanto en su palacio, el Vice-Presidente seguía por TV la ceremonia y no sabía si debía alegrarse o debía desconfiar.
    Mientras el niño subía las escaleras del Palacio Presidencial …., le acercaron una niña muy enferma a la que sus hermanos habían traído en litera hasta allí. El se agacho a abrazarla y dos lágrimas le resbalaron por la cara mezclándose con la carita rosada de la niña, sellando así una especie de pacto entre los dos países.
    Lo condujeron a través de un gran vestíbulo hasta una sala donde había un hombre impresionante detrás de una inmensa mesa vacía.
    El hombre, hablando sin casi abrir los labios, le dijo que se sentara.
    El niño se sintió más pequeño que nunca.
    -¿Qué deseas?.- preguntó el Presidente esforzándose por parecer amable.
    - …………………….., ¡¡¡¡¡VIVIR!!!!.- respondió el muchacho sorprendido por la resonancia de su propia voz que sonó como si todos los niños del mundo estuvieran en su corazón.
    - Pero tu vives, mientras que mis días están contados.- respondió el Presidente con voz espesa.
    - Vuestros días están contados porqué ya habéis vivido muchos ……, pero piense en nosotros, que apenas hemos empezado los nuestros. ¡¡¡La gente mayor que ya ha vivido casi toda su vida, no debería jugar con la vida de los niños!!!!
    Al oír aquellas palabras, los concejales y secretarias que habían entrado tras el niño al despacho, empezaron a aplaudir, y hasta los guardias apostados en el vestíbulo que lo escucharon, dejaron caer las pistolas para aplaudir, olvidándo que estaban allí para impedir la entrada al despacho a todos los niños que habían seguido al muchacho.
    Hubo un momento de gran confusión hasta que el Presidente gritó:
    -¡¡¡Dejad entrar a los niños!!! ¡Quiero escuchar lo que tienen que decir!. Hasta ahora estaba convencido de que Dios no existía. Pronto lo comprobaré. De momento, dejad que hablen, quiero escucharlos.
    Empezaron a entrar niños, colocándose como podían en silencio y mirando a aquel hombre sentado ante su larga mesa vacía, contemplando las cabezas de los niños, morenos, rubios, pelirrojos ….., que lo rodeaban.
    Entonces se levanto una muchachita y dijo:
    -Nosotros, los niños del mundo, representamos la mitad de los habitantes del planeta. Pronto ……., si nos dejan vivir ….., seremos los herederos de esta tierra. Nosotros deberemos cuidarla y arreglarla para, cuando sea la hora, dejársela a nuestros hijos, de manera que, Sr. Presidente, en primer lugar agradecerle que nos deje hablar cuando estáis a punto de abandonar esta tierra. Nos han enseñado que, desde la creación, el BIEN y el MAL se han disputado el mundo y que toda nuestra historia se ha tejido a base de este combate entre la BONDAD y la MALDAD, entre el EGOISMO y el AMOR hacia los demás. No hay nada nuevo bajo el sol salvo que Hoy la CIENCIA ha liberado fuerzas tan extraordinarias que NUNCA, ni en sueños ni en pesadillas, nuestros antepasados hubiesen podido imaginar. Si unos no buscan el poder, otros lo quieren tener para siempre y han adquirido el poder de ASESINAR AL MUNDO. Me parece que, estos hambrientos de poder hoy pueden comprender que, si quieren ejercerlo, ellos mismos se arriesgan a perderlo todo ……, a autodestruirse ellos mismos junto con sus familias y todos los bienes que han acumulado. Incluso, si llegan a protegerse en refugios “archisólidos” ….., el día que puedan salir no encontrarán nada más que cenizas para poder gobernar. Así que nosotros somos los herederos de un mundo completamente distinto del que vosotros habéis recibido de vuestros antecesores y lo gobernáis como si fuera el mismo mundo de antes. Continuad peleándoos como niños maleducados y, al mismo tiempo estáis armados como monstruos de ciencia ficción. ¡Basta ya de jugar! ……, la cosa se ha vuelto demasiado peligrosa.
    Al lado del muchacho, otros niños le traducían simultáneamente las palabras de la chiquita y, cuando ella acabó, tomo la palabra el niño.
    - Dígame, Señor, ¿usted también tiene una llave como la de mi Presidente?.
    - ¿Qué tipo de llave?
    - ¡¡La llave de la muerte!!.
    Un profundo silencio creció sobre la sala.
    - Si tenéis una, ¡¡debéis mostrarla!!
    Con gestos torpes, el Presidente sacó una llave que colgaba de una cadenita, incapaz de decir una sola palabra, limitándose a balancear la llave delante de su propia cara.



    Continuara ……..
     
  9. Antes teníamos que aprender muchas cosas de memoria, y también poesías.
    Hay una que de niño me gustaba especialmente, una poesía-cuento de Rubén Darío, "A Margarita de Bayle":

    Margarita, está linda la mar,
    y el viento lleva esencia sutil de azahar.
    Yo siento en el alma una alondra cantar, tu acento.
    Margarita, te voy a contar un cuento.

    Éste era un rey que tenía
    un palacio de diamantes,
    una tienda hecha del día
    y un rebaño de elefantes,
    un kiosco de malaquita,
    y un gran manto de tisú,
    y una gentil princesita,
    tan bonita, Margarita,
    tan bonita como tú.

    Una tarde la princesa
    vio una estrella aparecer,
    La princesa era traviesa
    y la quiso ir a coger.

    La quería para hacerla
    decorar un prendedor,
    con un verso y una perla,
    una pluma y una flor.

    Las princesas primorosas
    se parecen mucho a ti:
    cortan lirios, cortan rosas,
    cortan astros... son así.

    Pues se fue la niña bella,
    bajo el cielo y sobre el mar,
    a cortar la blanca estrella
    que la hacía suspirar.

    Y siguió camino arriba,
    por la luna y más allá,
    mas lo malo es que ella iba
    sin permiso del papá.

    Cuando estuvo ya de vuelta
    de los parques del Señor,
    se miraba toda envuelta
    en un dulce resplandor.

    Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?
    Te he buscado y no te hallé.
    ¿Y qué tienes en el pecho
    que encendido se te ve?"

    La princesa no mentía,
    y así dijo la verdad:
    "Fui a cortar la estrella mía
    a la azul inmensidad".

    Y el rey clama: "¿No te he dicho
    que el azul no hay que tocar?
    iQué locura! iQué capricho!
    El Señor se va a enojar".

    Y dice ella: "No hubo intento;
    yo me fui no sé por qué;
    por las olas y en el viento
    fui a la estrella y la corté".

    Y el papá dice enojado:
    "Un castigo has de tener.
    Vuelve al cielo, y lo robado
    vas ahora a devolver".

    La princesa se entristece
    por su dulce flor de luz,
    cuando entonces aparece
    sonriendo el Buen Jesús.

    Y así dice: "En mis campiñas
    esa rosa le ofrecí.
    Son mis flores de las niñas
    que al soñar piensan en mí".

    Viste el rey ropas brillantes
    y luego hace desfilar
    cuatrocientos elefantes
    a la orilla de la mar.

    La princesita está bella,
    pues ya tiene el prendedor
    en que lucen, con la estrella,
    verso, perla, pluma y flor.

    Margarita, está linda la mar,
    y el viento lleva esencia sutil de azahar:
    tu aliento.

    Ya que lejos de mí vas a estar,
    guarda, niña, un gentil pensamiento
    del que un día te quiso contar un cuento.
     
  10. chipi-chipi

    chipi-chipi Donax denticulatus

    hola :happy:

    buenos dia :happy:

    chagal todo eso es pasado mira yo no pongo eso para decir sin decir que estoy bravo sino porque me gusta esas leyenda de mi pais :happy:y quiero compartirla con ustede sino fuera por el pasado no existieria nuestro presente :happy:

    COMO TIO CONEJO LES JUGO SUCIO A TIA BALLENA Y A TIO ELEFANTE

    moraleja=divide y vencera me gusto es finisimo chagal :5-okey:

    mamana tu sabe lo que hice ayer :icon_rolleyes:

    imprimi tu primera traslucion y se la yeve a giacomo el dueño de la hacienda donde siempre voy y hoy cuando llegue me pregunto por la continuacion :52aleluya:el vive solo su esposa se murio hace tres año :( es italiano y muy buena persona :happy:ves que las cosas que se hace con amor y cariño llega lejos y hace bien :happy:mañana le llevo la segunda :52aleluya: y mira cada ves esta mejor ese LIBRO DE LA PAZ gracia por traslusilo :beso::beso:

    jose L ese cuento en forma de poema es bellisimo me gusto un monton :5-okey:

    asta la prosima noche magica :happy:

    nos vemo :happy:
     
  11. Hola cariñines miles de :beso: :beso: :beso: para tod@s.

    Éste cuénto que he encontrado és larguísimo,así que si me lo permitíis,lo publicaré por entregas.

    Aquí teneis la primera parte....

    Un lucero herido en la sabana


    Regresaba de un corto paseo con los niños. El automóvil bordeaba la Sabana. Íbamos por una carretera empedrada. Unos eucaliptos en doble hilera parecían frailes rezando a la hora del ángelus. Todo era paz y quietud. El sol moría entre los árboles, cuando algo inesperado aconteció. Los niños, como si se hubieran puesto de acuerdo, exclamaron a la vez:

    – Mira, papá, allí detrás de aquellos árboles hay algo que se está incendiando. ¡Para! ¡Para! Bajémonos –dijo uno de ellos– señalando con el dedo el lugar del incendio. Miré y no vi nada. El sol de los venados, pensé. Si hubiera una quema, se vería el humo. Y me pregunté: ¿será que los niños tienen mejor vista que los grandes y en su rica fantasía aumentan las cosas de tal modo que sólo ellos pueden ver lo que para otros no existe? Yo no veo nada. Nada distinto de un sol amarillo que agoniza en la arboleda.

    Mientras así pensaba, había frenado el automóvil. Cuando iba a tratar de convencerlos de que allí no había nada, de que eran visiones, ya los niños se habían bajado y sentía sus pequeñas voces lejanas entre los árboles. Como si alguien escondido tras los troncos les estuviera robando las palabras, éstas me llegaban salteadas:

    – Corraaan... Allí... Vengaaan...

    Después, silencio.

    El primero en regresar fue Alfredito. Con voz aflautada, que casi no se le oía por la emoción, y la cara encendida, dijo:

    – Papá, Alfonso se encontró una cosa que echa luz...

    Aprobaba con la cabeza como para que no me quedaran dudas. Y agregó:

    – Sí, papá, es una cosa que echa luz...

    Como estaba acostumbrado a las invenciones de Alfredito, confieso que no le presté atención. Él, sin embargo, esperaba con los ojos agrandados la llegada de los hermanos. Clemencia emocionada, cojeando, con un zapato en la mano y la falda llena de zarzas, se acercó y respiró hondo antes de pronunciar palabra:

    – Papá, lo que se ha encontrado Alfonso es verdad y lo trae cargado. Allí viene –dijo señalándolo–. Lo que trae es... es... ¡Un Lucero! –Y añadió:

    – ¿Se imaginan? ¿Nosotros con un Lucero para jugar con él?

    Mi sorpresa fue grande. Se estarían volviendo locos estos niños. Sigo sin ver nada. Tal vez la ilusión sostenida durante varios días, de la llegada del Niño Dios. La música a todo volumen. La bulliciosa pólvora que todas las noches quemaron hasta muy tarde y el poco dormir, como a Don Quijote, les ha secado el seso a estos muchachos. Quién sabe cuánto irá a durar esta fantasía. En fin, hoy es veintitrés de diciembre y pueden hacer lo que se les antoje.

    – No. No es. No puede ser nada –insistía en mis dudas–. Ni el sol de los venados, ni una lámpara olvidada en una hacienda, ni los llamados fuegos fatuos, esas lucecitas que brillan sobre la tierra por el fósforo de los huesos enterrados. Nada de esto puede ser; sobre todo, porque Alfonso parece traerlo cargado con cuidado, y no le veo la luz... Dios sabrá por qué los niños insisten que es un Lucero.

    Y seguía pensando:

    Será mejor dejarlos que sigan con la idea para ver a dónde llega la fantasía infantil. Eso sí, tan pronto estemos en la casa, les hago dar un baño caliente, una taza de agua de manzanas y a la cama. ¡Y sanseacabó! Naturalmente, que si insisten en lo del Lucero, en el plan de complacerlos en que estoy, soy capaz de bañarlo, limpiarle los dientes y cobijarlo, para que no me vayan a decir:

    – Usted sí que es, papá, Lucero se muere de frío y no hace nada por él.

    No me quedaba la menor duda. Se habían contagiado todos. Alguno al ver el sol debió de soltar la palabra Lucero y todos lo vieron al instante. Creen en él a ojo cerrado y hasta juran que se le puede tocar. Que podrá jugar con los amiguitos del barrio.

    Alfonso, que no acostumbraba decir mentiras, ya estaba cerca. Alegre para acabar de confundirme, dijo:

    – ¡Imagínese, papá, fui yo quien lo encontró!...

    Enseguida, Clemencia y Alfredito, en el colmo del entusiasmo, lo interrumpieron gritando:

    – ¡Que viva! ¡Que viva! Un Lucero.

    Una vena azul brotó de la frente de Alfredito. Y como si la carga no pesara, Alfonso agregó:

    – Sí, papá, lo encontré privado, en el suelo. Parecía muerto. No se movía. Al principio con tanta luz que echaba, me encandiló y no podía verlo bien. Después se fue apagando... Creí que se estaba muriendo. Como ahora. Míralo, pobrecito, muerto de frío; casi no respira. Y añadió, preocupado:

    – Papá, yo creo que Lucero está herido. Tal vez se golpeó duro en la caída. Menos mal que cayó en la montaña. Si es en la costa, se apachurra. Si no apuramos, se nos muere en el camino. Tenemos que llamar al doctor –terminó casi llorando.

    Yo seguía sin ver lo que veía la imaginación afiebrada de mis hijos: lo que se dice nada. Y me hubiera considerado un mal papá si les hubiera negado atención en esos momentos de angustia. Alfonso, al ver que yo callaba, como regañado, subió al asiento de atrás llevando con mucho cuidado al invisible Lucero.

    – Apúrele, papá. Hay que llegar pronto.

    – Cierren las ventanillas porque el frío le hace daño a Lucero –gritó Clemencia, quien, al lado del hermano, no le quitaba la mirada.

    En el asiento de adelante, sin dejar de mirar a Lucero, asustado, estaba Alfredito. Carlos, de dos años, seguía indiferente como si nada pasara, jugando con las luces del tablero. Y esto, en verdad, era lo único que me daba fuerzas en mis dudas. Cuando Carlos "lo vea", me dije, no sé que me va a pasar.

    Ya en marcha, Clemencia rompió el silencio:

    – Dinos, papá: fuera de esas piedras grandes, los aerolitos, ¿qué más puede caer del cielo?

    – Fingí no haberla oído y estar preocupado como ellos. Y volvió a preguntar:

    – ¿No es cierto que también pueden caer ángeles?

    Silencio.

    – ¿Hay ángeles ciegos o tan viejos que pueden tropezarse y caer?

    Gran silencio.

    – Papá, Alfredito, Clemencia, miren, miren: Lucero se está encendiendo otra vez –dijo ahora, Alfonso.

    – ¿Será que ya no tiene frío? –comentó Clemencia.

    Luego, el silencio lo rompió Alfredito:

    – ¿No será Dios lo que nos encontramos, papá?

    – No, mijo –se apresuró a responder Clemencia–. Como Dios es Dios... El no se deja caer de ninguna parte.

    – ¿No les da pena con la mamá de Lucero? Tiene que estar como loca buscándolo –exclamó Clemencia, visiblemente excitada. Y añadió:

    – ¿No se podrá hablar con ella con tu radiotransmisor, papá?

    Así como hablaste con el Japón.

    – No, hija, es imposible. Eso sería como querer darle una pedrada con una honda a la luna. ¡Imposible!

    – ¿No será el Niño Dios al que nos hemos encontrado? –dijo Alfonso, que no dejaba de mirar al Lucero.

    – ¡Clarísimo que no! –explicó Clemencia con tonito de autoridad–. Porque Lucero vino desnudo y el Niño llega siempre en pañales, en medio de la mula y el buey. Además –agregó– el Niño, como su Papá, es muy cumplido; y si dijo que llegaba a las doce de la noche, no va a venir solo, sin la Virgen y San José, a estas horas, el día anterior.

    – ¿No estás cansado, Alfonso? –preguntó Alfredito.

    – ¡Qué va!, pesa más un canario. ¿No ven que no es de carne?

    – Papá, ahora sí, mire: a Lucero le está saliendo un chorrito de luz de la frente... y se está apagando otra vez... ¿Qué será?

    –anotó Alfonso, muy preocupado.

    Yo guardé silencio.

    – Papá, ¿y también los luceros sangran? –preguntó Clemencia.

    – Pues... Pues... –no pude responder nada. Se me había llenado la medida de la paciencia. ¡Esa me faltaba! Que si también sangran los luceros... Ni el más sabio de los astrónomos puede saberlo. Porque nadie ha visto un lucero sino a millones de kilómetros de distancia. Pero reflexioné: para preguntas fantásticas respuestas de lo mismo. Si la luz se muere en las sombras, ¿qué tal resultará un trapo oscuro?...

    Y como si no lo dudara, respondí a Clemencia:

    – Sí, hija, los luceros tienen sangre blanca. Póngale en la herida un trapo negro y verán cómo mejora.

    – Préstanos tu suéter, papá –pidió alguno.

    Era tal mi situación, que ya no distinguía las voces de mis hijos.

    – Ya está la manga sobre la herida –comentó Alfonso.

    Habíamos andado unos minutos, la ciudad a la vista, cuando Clemencia gritó con alegría:

    – Ay, Lucero está mejor. Se ha encendido de nuevo. –Y terminó satisfecha:

    No hay como los trapos negros ¡para cuando sangran los luceros! Tú sí que eres bueno con los luceros, papá.

    Un frío me recorrió el cuerpo y no solté palabra.

    Al llegar cerca de la casa, Clemencia me hizo las más difíciles preguntas:

    – Papá ¿qué comen los luceros? Este pobre debe de estar muerto de hambre. –Y como si fuera poco lo que me preguntaba, amplió:

    – ¿Cómo pueden dormir los luceros con tanta luz? ¿Será que se la pasan toda la noche despiertos, jugando por el cielo?

    Y remató:

    – ¿Hay médicos para luceros? ¿Tienes algún libro que enseñe todas estas cosas, papá?

    No recordaba haber leído nada sobre luceros. Escasamente podría recordar el nombre de dos o tres estrellas. Vaya un apuro. ¿Existirá algún libro sobre la vida de los luceros? ¿Cómo enferman? ¿Qué comen? ¿Habrá especialistas en luceros? Menudo lío el que así me exasperaba.

    Ya en la puerta de la casa, Clemencia, hinchadas las venas del cuello, gritaba:

    – ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Corran! Traemos un lucero herido. ¡Viene muerto de hambre! Tengan listas bolsas

    de agua, calentadores, teteros. Alfonso ya baja con él. ¡Abran pronto! ¡Abran!

    continuará---------------
     
  12. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    Buenas a tod@s.

    CHIPI :beso:

    Hola CHAGALL ¿que tal estas? te veo tan atareada como yo con los cuentos:11risotada: :11risotada: :11risotada: :computadora: :bravo:

    JOSE L., yo también sabía la poesía de "Margarita", pero hacía un montón de años que no la leía. Gracias :beso:

    Creo que GRENDEL y EVAPATRY ;) ;) se fueron anoche de "parrandeo" juntos y se olvidaron del cuento.:beso: :beso:



    Viene de la pag. 10 nº 143
    EL LIBRO DE LA PAZ de Bernard Benson

    Los niños miraban la llave como si estuvieran hipnotizados, siguiendo el balanceo con sus cabecitas, hasta que el niño, rompiendo el silencio, dijo:
    - Señor, estos niños no saben para que sirve esa llave. Explíquelo, por favor.
    - Gracias a esta llave -dijo con calma el Presidente- tengo más poder que cualquier otro hombre que haya existido en el mundo. Con ella tengo derecho sobre la vida o la muerte de millones de seres humanos, que puedo destruir yo solo, y nadie más que yo en un solo segundo.
    - ¿Cómo a llegado a vuestras manos? -pregunto una niñita.
    - Digamos que la he comprado a mis amigos.
    - ¿Dónde?.
    - Pues en casa de nuestros sabios, en sus laboratorios.
    - ¿Es muy cara?
    - Terriblemente cara
    - Y ¿de donde ha sacado el dinero?
    - Es el dinero del pueblo ……., esta llave no es solo mía, es del pueblo y os pertenece a todos.
    - ¡¡¡ No la queremos !!! -contesto la niña.
    Los demás niños, entre lloros empezaron a gritar “NO LA QUEREMOS POR TODO EL DINERO DEL MUNDO !!!. Las cámaras de TV, que habían seguido a los niños hasta la sala, enfocaron a la niñita para que el mundo viera el desconsuelo que mostraba en su cara.
    ¡¡ NO LA QUEREMOS !!, ¡¡ NO LA QUEREMOS !! Continuaban gritando los niños. ¡¡USTED A VIVIDO SU VIDA, DEJENOS VIVIR LA NUESTRA, POR FAVOR!!.
    - Os prometo que miraré que puedo hacer. -respondió el Presidente, desbordado por los acontecimientos.
    - ¿Cuándo? - preguntaban los niños.
    - En el momento que salgáis todos del despacho. -contestó mientras guardaba la llave con gesto brusco.
    - Señor Presidente, ¿puedo añadir una cosa más?.- dijo un muchacho un poco mayor que los demás.
    - Te escucho.
    - Supongamos que tiramos las armas más grandes y solo guardamos las que matan poquito. Los dirigentes volverían a considerar la manera de iniciar pequeñas guerras sin grandes riesgos. De forma que ……., ellos se sentirían otra vez seguros. Los soldados serían los únicos que se expondrían a morir o quedar mutilados, entonces ……, ¡¡ todo volvería a empezar como antes !!. Los soldados son de carne y hueso y sus oídos ya no son tan sensibles a los tambores y trompetas de la guerra, sino que la música que más desean escuchar va al compás del latir de los corazones de sus esposas y sus hijos. ¿Quiere saber cual es el secreto de una PAZ DURADERA? ….., ¡¡pues nosotros no nos tenemos que proteger de nuestros enemigos, sino protegerlos a ellos de nosotros mismos!!
    - Que interesante !!!! -dijo el Presidente en tono sarcástico- Y ¿Cómo lo vais ha hacer?.
    - Muy fácil. El mundo ya no es un archipiélago de islotes aislados los unos de los otros, a través de los medios de comunicación haremos saber que, si los pueblos del mundo deseosos de paz se unen, acabaran ganando el pleito. ¿Usted pregunta como lo haremos?. Bastaría que cada uno se comprometa, delante de los demás, a NO TOLERAR que los propios dirigentes cometan ……, en ningún momento y bajo ningún concepto …., EL MÁS PEQUEÑO ATENTADO CONTRA LA PAZ. ¿Qué puede hacer un grupo de hombres sedientos de poder contra pueblos enteros dispuestos a prescindir de ellos?. Perderán el poder ……., a veces, es posible gobernar sin el pueblo pero ……., no dura demasiado tiempo hacerlo CONTRA el pueblo.
    El Presidente, que escuchaba con atención, preguntó:
    - Y si algunos hombres, sedientos de poder, se dedican a amenazar al resto del mundo, que estará inofensivo, con algunas armas que escondan en el momento del desarme total del planeta…., ¿Qué pasaría? ¡Respóndeme a eso!
    - La situación no sería diferente de la que se puede presentar si un loco se entretiene en fabricar una bomba atómica en el corral de su casa ….., hoy el peligro existe ….., pero ¿Qué hará con el poder que le dará la bomba si nadie se la compra?
    ¿si todos respetan el pacto de PAZ?. Todo depende del pueblo, de lo que acepta o lo que rehúsa, por eso es necesario contar los unos con los otros. ¿Qué habéis hecho vosotros, los dirigentes, para evitar cualquier amenaza de guerra?.
    - Pues……., bien ……., -respondió el Presidente tosiendo para aclararse la voz-, nosotros hemos contribuido enormemente al equilibrio de los potenciales de destrucción. Hemos utilizado nuestros mejores cerebros en esta labor ….., que cada vez es más difícil porqué ¡¡nadie juega limpio!!. Siempre hay un país dispuesto a matar un poco mejor que los demás ……., y, debemos admitir que forma parte de su deber PATRIOTICO hacer las mejores trampas para procurar tener más potencia asesina que los demás. ¡¡Os puedo asegurar que miles de expertos nuestros dedican todo su tiempo y no les quedan horas para pensar en otra cosa!!
    - ¡¡¡¡Vuestro juego de locos NOS EMPUJA A TODOS A LA GUERRA !!!!!!.- gritó el muchacho-. No podemos elegir, es la misma gente que se tiene que salvar y a la vez salvar al mundo………, ¡¡con los propios gobiernos ……, o contra ellos!!. El mundo es el alberge de millones de personas, no pertenece a ningún gobierno ni está parcelado entre unos cuantos.
    -Pero……., -preguntó tímidamente una chiquita pecosa- ¿Cómo podrá la gente influir sobre el futuro del mundo?
    - De mil maneras -contestó el muchacho- en primer lugar PORQUE LA GENTE ES EL MUNDO.
    - y ¿los niños?
    - Los niños podemos hacer mucho ……, sabemos hacernos escuchar. Si, por ejemplo, miles y miles de niños del mundo nos negamos a comer hasta que los respectivos dirigentes se comprometan a destruir todas las armas, ha desmontar la enorme máquina de matar que nos han impuesto, los veríamos dimitir o girar en redondo y salir corriendo ante nuestro valor.
    - Yo lo haré ! - dijo uno
    - Yo también! - dijo otro
    - Yo igual! -respondió un tercero
    Y las voces de los niños se alzaron, como un solo corazón, para declararse dispuestos a la acción.
    El Presidente estaba a punto de intervenir, escogiendo las palabras más apropiadas ….., pero el muchacho …, no le dejó tiempo.
    - Si algunos de vosotros no son capaces de actuar de la misma manera, haced lo que os parezca bien, pero ……, sobretodo sin recurrir nunca a la violencia. Recordad que no estamos solos….., ¡el mundo nos está mirando! Millones de personas vendrán con nosotros y pronto tendremos a nuestro lado a nuestros padres, profesores, hombres y mujeres de todas las creencias que tan solo anhelan la PAZ. Todos aquellos que quieren …….., VIVIR.

    Continuara ……………
     
  13. EvaPatry

    EvaPatry

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    Uy! Ayer se me presentaron planes de improviso y no pude poner mi cuento. En un rato lo subo.

    Jose L., que ojo tienes! Me estás sacando todos los cuentos de la infancia! Al poema de Margarita le tego un cariño especial, entre otras razones, porque sólo me lo contaban el día de mi cumpleaños. Cómo me pongas el de "Simón el explorador"... me hago fan tuya para toda la vida!

    Bueno, me voy a poner a copiar el cuento que os prometí. Y a ver si esta noche pongo otro, porque me voy unos días de vacaciones y no voy a poder poner más hasta la vuelta.
     
  14. grendel

    grendel Jardinero Novato

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    woooo, yo es que estaba muy liado tambien:smile: :smile: :smile: :smile: :smile: :smile:

    Esta noche subo uno seguro

    :beso: :beso: :beso:
     
  15. EvaPatry

    EvaPatry

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    Bueno Chagall, este te lo dedico a ti. A ver si logras entender algo. Yo ni la mitad, pero por el contexto...

    "La Cegua" de Juan Aburto

    Cuando nosotros éramos chiquitos oíamos hablar de la cegua. Todos le tenían miedo cuando la mentaban en rueda y los hombres principalmente; pero las mujeres eran las que más sabían de las ceguas. Ellas contaban cómo eran y qué es lo que hacían, según se lo habían contado sus abuelas o sus tías o los que las habían visto o les habían oído el chiflido desde largo. Porque en eso se conocían las ceguas.

    Ya el pueblo estaba todo dormido desde temprano, los caballos, las vaquitas, y los hombres viejos habían acabado de llegar uno a uno con su lámpara desde largo a acostarse. Entonces, contaban, comenzaban los chiflidos. Unos de repente eran en la entrada del pueblo, otros junto al potrero, desde adentro: fuííyo, fuííyo. Porque en veces era una cegua, y otras, dos; y se entendían y se hablaban con los chiflidos.

    Pues decían que la cegua era una vieja de pelo largo y bata negra que te hacía señas desde lo oscuro entre las ramazones o debajo de los palos. Unos decían que la cegua era una muchacha bonita que estaba encantada y si lograba el amor de un hombre valeroso, pues se desencantaba. Otros creían que sólo era una mujer horrible como aparición de espanto y te salía para fregarte. Y te embrujaba y encantaba para que te llevara el diablo.

    Los hombres nunca decían que habían visto a la cegua, hasta les daba miedo mentarla. En cambio las mujeres no les tenían miedo, siempre querían hablar de ellas.

    Un día un muchacho grande que era bien del monte se puso a contar cómo eran las ceguas y cómo se vestían. Porque la gente en el fondo sabía que las ceguas eran de verdad unas mujeres bandidas que salían de noche a asustar hombres; unas por abandonadas de sus queridos que eran zánganos con las inditas de la comarca, y otras pues por joder, que buscaban al diablo y les gustaba convertirse, porque decían que había unas que se hacían chancho de monte también o mona bruja para gritar cuás cuás, cuás cuás, más bien encima de los ranchos que arriba de los palos.

    Pero mejor les gustaba salir de ceguas porque era más bien para mujeres. Es que las mujeres son bien jodidas. Les gusta asustar a los hombres porque saben que en el fondo son unos pendejos.

    Pues el muchacho grande que nos contó, se puso a decirnos cómo hacía una vieja para hacerse cegua. Mejor dicho, una mujer del monte o de afuera del pueblo. Fíjense que se queda de noche en la madrugada, nos decía; y cuando está sola reza unas sus babosadas despacito, levanta las manos, se agacha, ¿oyeron? –nos decía– y nosotros todos acoyolados de cipotes que éramos; y entonces ella tiene una plasta de vaca, ya dura, tiesa, y la agarra y la alista, y otra plasta de vaca también la alista y se la pone sostenida por unos palitos. Todo en lo oscuro de la madrugadita o de la media noche.

    Nosotros no entendíamos cómo es que se ponía esas dos plastas de vaca en la cabeza. ¿Ajá? le preguntaba alguno, con más miedo que otra cosa. Pues se las sostiene con los palitos que te digo, una encima de la otra. Y después agarra unos dientes de la guinea celeque, ¿ya saben?, los cerullitos blancos que van a ser guinellitos, pues esos los agarra como dientes y se los pone.

    Entonces –seguía– la copa envuelta de la guinea, aquella cosa enrollada y morada, pues se la pone de barba. Después, para no asustar mucho a los hombres pues agarra flores de jilinjoche o de jalacate y se las pone entre las orejas; las mechas se las hace de cabuya pintada y las trenzas de mecateplátano. Se embija de contil con dedazos de tierra colorada o de achiote. Nosotros lo oíamos asustados y pensábamos cómo sería eso de encontrarse con una cegua en el arroyo.

    Pues los dientes es lo principal, para dar miedo, nos decía; hay unas que tienen sus huesecitos para ponérselos todas las noches, para que les suene; otras de gallito tierno o de machetillo, se los acomodan y se ponen unos gorgüeros de calabaza o de sandía vaciada sobre el hüipil y se cuelga unos coquitos para que hagan clas clas cuando camina o cuando se corre, porque corren duro.

    De la barriga para abajo se ponen una nagua de hojechagüite seco, pero bien seco para que truene. Y se echan olor de mariola o de oreja de guanacaste para engañar. En las manos y en los brazos o en las canillas se untan alaste de tigüilote y se pegan peluza de ceiba, suavita, para que vos tal vez le agarrás el brazo, sentís rico y te quedás ai; entonces se aprovecha y te jode. Ajá, ajá, le preguntábamos alagartados nosotros.

    ¿Y es verdá que en veces se deja la jodida? Dijo uno grande. ¡Pues según, y si te conoce del pueblo, pues vas de viaje, pero quien sabe!

    Fijate que un día a un jodido amigo mío hace tiempo, del pueblo, arrecho y metido, le salió la cegua. Más bien la había andado buscando y decía que no le tenía miedo. Pues le sintió en lo oscuro el brazo peludo, sabroso, la abracó y ya pues a saber! Ni me lo pudo contar bien en la mañanita. Ai anduvo todo jugado de cegua en el pueblo. Hasta el padre lo vio y le echó agua bendita. Nada, se quedó jugado, todo bolo hasta que murió. Ya les digo. Bueno, pero qué logran, dijeron unos. ¡Pues nada, andar fregando! Debe ser bonito en la madrugada, en carrera las bandidas, tal vez una lucita verde en la frente, de quiebraplata restregada, o el chas chas de los dientes de palo o una vaina de carago seco lleno de semillas dándose en la cabeza para que vos te pongás erizo en el tapexco...

    Quien sabe, pero la verdad es que gozan las jodidas toda la noche aquel fuíííyo, fuíííyo, y al rato le contesta la otra en la otra esquina del pueblo: fuííyo.

    O si es una sola pues te chisteya en lo oscuro, debajo de los malinches, chíííst, chist, chist; y vos volvés a ver en la oscurana todo melero pero te gusta porque te das cuenta que es chistido de mujer: shít, shhít, y entonces vos no te decidís, ¿será una jaña? pero te da miedo meterte a averiguar y el chistido te va siguiendo y siguiendo de palaje en palaje, entre las ramazones, en el pozo, detrás de los cercos, en la tranquera, y vos culillo trozando rieles, ya ni querés mujer, ¡ni que juera! y aquel chist o el fuíyo, pero despacito detrás de vos; ¡no jodás, a la mierda se te va la atarantada de la chichecoyol!

    Bueno, ¿y las agarran?, dijo uno chiquito. Pues dicen que con el grano de mostaza bendito se pueden agarrar. Fijate que un tío mío me contó que en la ronda cuando él era matacán salía una cegua. Entonces el tata padre cuando le preguntaron las viejas, les dijo: agarren grano de mostaza y me lo traen. Se los bendijo y les fue diciendo ahora déjenmela, que se vengan conmigo unos chavalos y así fue.

    Se pusieron a la salida del pueblo a la media noche debajo de los palos donde salía la cegua y cuando apareció brincando y haciendo ruido y el chas chas y la risería de ella, pues el tata cura le echó la mostaza cruda encima y a ella también le echó la bendición.

    Fíjense que en la mañanita todo el pueblo llegó porque la cegua estaba en medio del camino echa paste, pintada, recogiendo en cuatro patas granito por granito de la mostaza y ella toda peluda, con flores secas y dientotes, con la nagua tiesa y llorando.