Pero también nos sucede que no disfrutamos de la sombra de otro arbol sólo porque no es nuestro. Vemos un árbol en un parque y en lugar de disfrutar de él, sin más, nos entra la necesidad de tener uno igual. Yo soy el primero en sentir el impulso de poseer una planta, pero el antídoto es conocer su nombre, lo que es casi como poseerla.
Pero es bonito pensar que disfrutarán de ella los que queden aquí , gracias a que lo plantamos cuando estuvimos. Eso sí, siempre que sepan respetar y cuidar la naturaleza, claro
Coincido emocionado con tus palabras @Stapelia Cómo empezamos pasando los cincuenta años a cuidar de nuestro jardín hace poco también pensé en la circunstancia de no llegar a verlo pleno. De hecho también refería al tema un capítulo de la serie La Vuelta al Mundo en 80 Jardines, de Monty Don cuando, en Australia, visitó a una señora nonagenaria y él hacía referencia a que ella había logrado ver su jardín porque lo había iniciado en su adolescencia. La idea de no llegar a ver el esplendor de lo incipiente me causó algo de tristeza pero fue momentánea. En parte porque no es nuevo para mi reconocer la finitud de la existencia y el carácter fluido del recambio generacional. Ejercí la docencia cuando más joven y no sé cómo habrán fructificado muchos hoy profesionales que cultivé de esquejes. De hecho también fui criado por mis padres que no llegaron a la edad que hoy tengo. Siento in pectore que todos conscientemente o no trabajamos por un mundo mejor, una utopía que no veremos. Hay una prosa de Borges que creo se llama Everness, es muy corta una decena de parrafos, que habla de un pintor que promete regalarle un cuadro y el pintor se muere. Borges, piensa: Solo los dioses pueden prometer porque son inmortales. Pero después reflexiona y llega a la convicción que de haber recibido el cuadro éste sería una cosa más entre todas sus cosas. con su forma tamaño y cualidades invariables mientras que el cuadro prometido que nunca recibirá no está atado a nada siendo de materia ideal, no física. Y entonces, Borges agradece a su amigo muerto y dice: También los hombres pueden prometer porque en la promesa hay algo inmortal. Gracias Correo, Stapelia y demás por plantear el tema y dejarme escribir estás lineas.
me encanta plantar arboles y lo que sea, hice mas de 100 potitos con huesos de palmeras hace mas de 30 años y tengo en el solar de mi casa unas pocas de ellas el resto las fui regalando a quienes venían a ver mi jardincito y me encuentro a gentes que me dicen, que la palmera ya es enorme, claro las de casa lo son y hay donde las tengo solo un limonero de comer todo lo demás mas de 40 arboles de muchas clases, bueno están en el asiento creo que es el tercero y se pueden ver lo que deseo es que alguno duren otros 100 años y que mis bisnietos los vea, pero que demonios ponemos aquí esto es un asi8ento de SUCULENTAS bueno la de mi terraza es este, mini si la comparamos con la hermosura de la que encabezo este asiento euphorbia resinifera
Ha de ser tan gratificante poder plantar un ejemplar desde sus inicios y ver cómo te acompaña a lo largo de los años...