Venusa History X- parte 2

Tema en 'Plantas carnívoras (temas en general)' comenzado por Ynea, 8/9/09.

  1. Ynea

    Ynea Ama y Señora XD

    Aquí continua la biografía de Venusa. Aquí dejo el link de la primera parte, por si acaso xD http://www.infojardin.com/foro/showthread.php?t=162279

    Y aquí os dejo la segunda parte de su historia.:13mellado:




    Dormimos y dormimos y seguimos durmiendo. O lo intentábamos. Ya no teníamos sueño, estábamos esperando al sol, o a la luz, a algo con nos diera fuerzas, pero todo estaba oscuro y silencioso. Empezábamos a estar realmente preocupadas y empezaban a aparecer los primeros brotes de histeria colectiva, cuando, por suerte para nuestra salud mental, Tés y otra vecina muy semejante a ella (aunque con mucho más color en sus jarros) nos explicaron que era un ciclo de la vida en ese lugar.

    Aquí, por lo visto, no todo era luz, sombra, luz, sombra, luz, sombra... No. Aquí era luz, sombra, luz, sombra, luz, sombra y, de repente, durante cierto periodo de tiempo el cual me es imposible definir por la falta luz, era sombra, sombra, sombra.
    Este extraño fenómeno temporal se debía a algo llamado “fin de semana”. Durante este tiempo, Reina estaba totalmente ausente y nadie, absolutamente nadie, cuidaba de nosotras. Era algo aterrador.

    Otras vecinas, mucho menos amables y comprensivas que las Nepenthes, llamadas Sarracenia (muy variadas todas ellas), no ayudaban a que esos duros momentos de incertidumbre y desconsuelo fueran más llevaderos. Se reían. Aún puedo oír sus risas, tan bochornosas e insultantes, tan desagradables...

    ¿Tanto les costaba entender que todo esto era nuevo para nosotras?

    Fueron momentos de tensión, por la falta de luz y por la clara adversidad que en ese momento se hizo patente entre Sarracenias y Nepenthes, y que nada ayudaba a nuestra terrible situación.

    No podíamos entender el por qué de tanta rabia entre ellas, no cabía en nuestras jóvenes e inexpertas raíces, hasta que aparecieron en escena otra clase de plantas, que todo el tiempo habían estado ahí, pero en silencio. Si no fuera porque finalmente vi con mis propios ojos que comían insectos, todavía estaría creyendo que nos acechaban.

    Las Droseras son plantas que pasan inadvertidas, hasta que las ves de cerca. Para nosotras, porque al verlas de cerca se hacía visible su método de caza, el cual me encantó. Para los insectos, bueno, porque cuando se acercan demasiado, es cuando se dan cuenta de que clase de planta se trata y luchan por liberarse... cuanto más luchan, más se apegan. ¡Me encantan!

    A ver, que me voy por las ramas.

    Ahí estábamos nosotras, en medio de una acalorada discusión entre Sarracenias y Nepenthes, que había empezado por nuestro miedo al largo periodo de oscuridad y había terminado en una disputa sobre las necesidades ambientales de cada raza y las culpabilidades de unas a otras por tener el clima adecuado a cada una...

    Y aparecieron las Droseras, había unas bajitas y aplanadas, en forma de flor, y otras larguiruchas y desgarbadas, pero todas droseras. Su carácter no era arisco y cruel como el de las Sarracenias, ni tampoco amable y orgulloso como el de las Nepenthes, sino que eran dulces y tiernas; el timbre de su voz era como una nana y con solo escucharla, empezó a esfumarse el malestar que sentíamos por toda esta situación.

    Sin darme apenas cuenta, mientras estaba ensimismada con la dulzura y la suavidad de las droseras, aparecieron en escena otras vecinas, hasta ahora desconocidas, ya que se ocultaban en la parte superior del estante. Eran las Pinguiculas, una especie de agentes del orden, ya que hablaban con autoridad y mucha, mucha seguridad, tanta, que acabaron acallando el griterío que se había formado en la acalorada discusión. Tanto, que nos mandaron callar a todas, y ninguna rechistó.

    Yo me quedé tan callada como el resto, pero para mis adentros pensé en lo sosas que eran estas pobres Pinguiculas. Al lado de las Sarracenias, tan altas y tan coloradas, o de las Nepenthes, con esos jarros colgando, o al lado de las Droseras, con sus adorables gotitas de pegamento en sus hojas, quedaban muy desmejoradas las pobres.

    Sin saber cuanto rato hacía de todo el ajetreo anterior, escuché un ruido ensordecedor, creo que noté temblar el agua bajo mis raíces, tal vez era imaginación mía, pero fuera como fuese, empecé a temblar. Algunas de mis hermanas ya gritaban, cada vez el ruido era peor, y ya no venía del lado derecho, ahora estaba alrededor. ¿Qué nos estaba rodeando? ¿Qué desgracia se nos venía encima?

    Entonces, caí en la cuenta que la histeria, para variar, solo nos había afectado a nosotras, las Dionaeas cobardículas...

    No tuve tiempo de avergonzarme por nuestro comportamiento, cuando empezaron a entrar rayos de luz por todo el habitáculo. ¡Increíble! Más y más luz, empezó entrando por el suelo, muy por debajo de nosotras, y fue subiendo, inundándonos, devolviéndonos a la vida y al calor, hasta que toda nuestra estancia estuvo tan iluminada como el día que llegamos.


    -Uff, ¡qué pestazo a humedad! A ver si el jefe decide dejar de traeros, o manda venir a los técnicos del aire. Entre vuestra dichosa humedad y sin ventilación, después del fin de semana, esto es un infierno.


    ¡Reina ha vuelto! Me giré para compartir mi alegría con Tés y aproveché para comentarle que notaba a Reina como más... como menos... como, diferente. Me explicó que era algo normal, justo antes del ciclo del fin de semana, estaba de muy buen humor, y nada más volver, tardaba todo un clico de luz y otro de oscuridad para volver a tener un humor aceptable.

    -Ella, algunos de esos días que tiene el humor del revés, culpa a la maldita Resaca. Aunque todavía no hemos averiguado que es, sabemos que los problemas con la tal Resaca siempre son después del gran ciclo de oscuridad. – explicó Tés muy amablemente.

    Interesante, era algo a tener en cuenta para que el desequilibrado humor de Reina no nos cogiese por sorpresa. También tomé nota cuando Tés me explicó que ese odioso ruido lo hacía Reina cada día al irse, y cada día al volver, que era una especie de roca movediza que cubría nuestro hogar y que por eso quedábamos a oscuras.

    Supongo que el primer día que vine aquí, estaba tan cansada, que ni yo ni mis hermanas oímos el estruendo de la roca movediza al taparnos. Y también supuse que esa roca nos protegía de los posibles depredadores que habitaban por los alrededores.

    La pobre Reina se pasó un rato de aquí para allá, sobre todo con otras plantas de grandes y coloridas flores, a las que el ciclo de oscuridad no les había sentado demasiado bien. Las miraba, les quitaba hojas con unas cosas enormes y grises (¡que doloroso parecía eso!), las regaba, les tiraba una cosa que no sé a día de hoy que diantres era, pero que les daba un brillo increíble, y las colocaba de forma atractiva por el local.

    Cuando parecía que lo tenía todo listo, fue hacia el mismo lugar por el que había entrado (“La Puerta”, dijo Tés) y le dio la vuelta a un trocito de papel que colgaba de ella.

    ¡Qué sorpresa nos llevamos cuando empezaron a entrar más especimenes de la raza de Reina! Entraban tantos y tan variados. Algunos eran más grandes que otros, tanto a lo alto como a lo ancho, otros tenían más de esa especie de hojas tan extrañas que tiene esta raza en lo alto de su tallo, otros menos, y otros, aunque pocos, tenían el tallo totalmente desprotegido. Supongo que se debía a que su época de floración no había llegado todavía.

    También entraron otros seres, los cuales creí, creo y creeré hasta que alguien me demuestre lo contrario, que eran una subraza de los primeros, o una subespecie. Como fuera, eran mucho más pequeños, sus voces mucho más estridentes, se movían mucho más rápido y eran perversos. Muy perversos.

    Fue algo muy violento, se acercaron, primero dos, luego unos, luego otro, y otro, y otro... y ¡nos tocaban! No tocaban nuestras hojas con suavidad, no. Metían sus largos y pálidos dedos (ahora sé que eran dedos y no raíces externas) en nuestras jóvenes e inexpertas bocas y ¡se cerraban! Ellos reían, y volvían a repetir el proceso en otra boca, y cuando una ya no tenía más bocas que ofrecer, se iban a perturbar a otra de mis hermanas. Reina intentaba pararlos: -“!No las toquéis¡ ¡Os he dicho que son muy delicadas! ¡Señora! Señora, vigilé a sus hijos, anda, ¡que me están tocando todas las plantas!”. Pero no hacían caso, ni los hijos, ni Señora.

    Nadie puede llegar a imaginarse que largos fueron esos momentos, cuánto desconcierto teníamos nosotras y la sensación tan extraña que sentíamos. No teníamos ni una boca abierta, ni sabíamos por qué o cómo las habíamos cerrado.

    Tés me miraba con sus ojos cariñosos, pero ni siquiera ella fue capaz de decirme unas palabras de consuelo, tan solo podía mirarme y darme a entender que ella estaba ahí. O así interpreté yo su mirada en ese momento. Aunque no tardé en comprender que su mirada también pedía perdón. Perdón por no avisarme de lo que venía ahora, perdón por no prepararnos a mi ni a mis hermanas, por no darnos tiempo a despedirnos.
    Ya no le guardo rencor. Hizo lo mejor para nosotras, ya que si lo hubiéramos sabido, creo que el desconsuelo de la espera nos habría matado. Además, es ley de vida, nadie tiene por qué explicarnos estas cosas, a Tés tampoco se lo explicó nadie, y superó con valentía el duro reto que nos tocaba superar a nosotras.

    Entraron más seres y, a diferencia de la mayoría que se interesaban más por otro tipo de plantas, estos venían directos a nosotras y sin ningún reparo ni piedad, cogían una al azar, la levantaban hasta ponerla a la altura de sus ojos y decían: -“Tu eres bien bonita y estás sanas, te vienes conmigo”. Así, sin más, empezaron a separarnos a todas.

    Y el hecho de ver como también se llevaban a nuestras vecinas, no era muy conciliador.
    ¿No contaba más arriba una experiencia que para mi era la peor de mi corta vida? Pues esta otra la superaba con creces. Ahora no nos manejaba el mismo ser. Eran seres distintos, muy distintos, y no todos llegaban juntos.

    Cuando el sol empezaba a disminuir la fuerza de sus rayos, yo ya no tenía ninguna de mis hermanas al lado. Cerca si, todavía podía ver a algunas, pero al lado, maceta contra maceta, solo tenía a Tés.

    Así que cuando una ser de esos, (después del montón de seres que había visto hoy ya diferenciaba perfectamente a sus hembras), vino con una caja y metió a Tés en ella, creí que me caía el mundo encima. De hecho lo sentí, sentí una presión en mis raíces y todas mis bocas cerradas a la fuerza se estremecieron.

    No contenta con eso, siguió metiendo a más de mis vecinas en la caja. Puso a dos Sarracenias, que no me importaron mucho, la verdad, y también escogió a una de las Droseras con forma de flor.

    Con ella, iba otra ser con cierto parecido a la de la caja, que le dijo : -“De estas no te llevas ninguna?”- señalando a las ya antes nombradas Pinguiculas.

    -“No sé, es que me parecen un poco sosas... Son como lechugas.”

    Si ya lo pensaba yo, que eran sosas. Claro, las pones al lado del resto de compañeras que éramos, y, modestia a parte, ¡hasta yo era mucho más atractiva! Incluso con las bocas cerradas, ¡donde va a parar¡

    Y mientras divagaba por mis pensamientos, esta ser cogió mi maceta a traición y dijo:
    -“No sé que hacer, porque la anterior venus que tuve se me murió en la hibernación... No sé si sabré cuidarla bien, pero bueno, me la llevo igual, ya buscaré información.”

    ¿Qué? Tenía que ser una broma. ¡Dice algo así y se queda tan ancha! Y ni siquiera se guardó de que yo la escuchara. ¡Que ser tan cruel!

    Además, no me metía en la caja con las otras, me llevaba en su manaza como si fuera una piedra... Bueno, vale, manaza no, mano, la verdad es que las tiene más bien pequeñas, pero en ese momento para mi eran las manos más grandes, monstruosas y horribles que había en el mundo.

    Lo que siguió al llegar hasta Reina no merece muchas líneas, así que seré breve en esto.
    Llegó delante de Reina, puso la caja, dijo que se llevaba a las de la caja y a mi. Reina sacó una cosa pequeña, negra y con teclas, hizo algunas cosas con sus dedos en esa cosa pequeña, dijo “22 euros”, la otra le dio un papel azulado, me metió en la caja con el resto, dijo “adiós” y salimos de aquel lugar.

    Fuera noté el viento en las hojas, los rayos de sol directos en mí. Y me gustó.

    Pese a todo el desconcierto y la angustia, me gustó esa sensación de libertad. Y también me gusto sentir la cariñosa mirada de Tés, que viajaba al otro lado de la caja.

    Había perdido a mis hermanas, volvía a estar en una caja sin saber que venía a continuación, y aún así, me sentía bien. Tenía a Tés y a la Drosera, Ali, y aunque estaban dos de las Sarracenias groseras, no me importó. Me concentré en absorber los rayos del sol que me bañaban cuidadosamente, mientras esta ser me llevaba hacía un sitio totalmente desconocido para mi.
     
  2. RiKo

    RiKo Bear Grylls

    joder lo que hace el paroooo :sorprendido: menudo curro de historia nena
     
  3. Rob26

    Rob26

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    Segunda Entrega Ynea!!!! muy bien!!! sigue asi! :5-okey: En espera del siguiente capitulo.. jejeje--
     
  4. Ynea

    Ynea Ama y Señora XD

    Ais, gracias, pero esta no me quedó como la primera parte xD La hice ayer por la tarde en un momento de "inspiración" y claro, ha salido lo que ha salido. Pero bueno xD
     
  5. Lorrio

    Lorrio Gran Kajuna

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    Guadalajara
    Bueno, ¿y para cuando la tercera? :55burla:
     
  6. kona10

    kona10 mundo carnivoro

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    llodio(alava)españa(euskadi)
    Dionaeas cobardículas:meparto: muy bueno.
    pues ami me ha encantado sigue asi:5-okey:
     
  7. Padell

    Padell Empezando mi coleccion

    eso mismo digo yo
     
  8. jUuaanjO*

    jUuaanjO* nO hay maaS,,

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    MURCIA
    Aii que preciosisima la historia!Por favor sigue así =)
     
  9. Chaac

    Chaac

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    México, D.F templado
    jeje, ¡¡que bien!! !!Enhorabuena!! Me gustaron las personalidades de las plantas, jamás me las había imaginado de esa forma, que creativa eres, espero la siguiente parte de este relato, jeje. Saludos.
     
  10. neotiki

    neotiki chavo pasional a lo suyo

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    ciudad de mexico, coyoacan
    mala onda ynea, mis favoritas las pinguiculas, las as puesto como pequeños mounstruos-lechuga de mal caracter:(
    jeje, pero ahi va la historia, esperre la tercer parte con paciencia
     
  11. Ynea

    Ynea Ama y Señora XD

    Jajaja, lo siento Neotiki! Pero alguna planta tenía que poner orden y no podía ser ninguna de las que se fueron en la caja con Venusa :11risotada: .
     
  12. Auron x

    Auron x amigo de las carnivoras

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    Mediterranio (Valencia)
    me gustan tus historias podias ser escritora:smile: espero que saques la tercera parte:5-okey:
     
  13. Vikram

    Vikram Futuro biologo :D

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    México D.F.
    muy bna la historia... y me intriga el porque la sarras son groseras... :/ pero bno felicidades por tu historia sigue asi y como muchos esperamos la tercera pte ;)
     
  14. Ynea

    Ynea Ama y Señora XD

    Jajaja, tengo que empezar con la tercera y última parte un día de estos U_U ahora que los días están grises y lluviosos a ver si me llegan las musas, que me han dejado tirada :meparto:

    Me alegro de que te guste Vikram, o al menos de que me animes (como el resto de foreros). Mi hermana dice que soy una friki de las plantas y que la historia, para alguien que no es un friki de las plantas, aburre :desconsolado:
    :meparto:
     
  15. JECA

    JECA

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    México, D.F.
    Hola YNEA! muy bonita la historia y nada que aburre eh, serias buena inspiración para las películas de mensajes para esos niños tentones jejeje, si, sería buen tema ;)