Poemas, cuentos y leyendas

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por mai^a, 27/2/08.

  1. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    LA PLAZA SAN MARTÍN

    A Macedonio Fernández



    En busca de la tarde
    fui apurando en vano las calles.
    Ya estaban los zaguanes entorpecidos de sombra.
    Con fino bruñimiento de caoba
    la tarde entera se había remansado en la plaza,
    serena y sazonada,
    bienhechora y sutil como una lámpara,
    clara como una frente,
    grave como un ademán de hombre enlutado.
    Todo sentir se aquieta
    bajo la absolución de los árboles
    —jacarandás, acacias—
    cuyas piadosas curvas
    atenúan la rigidez de la imposible estatua
    y en cuya red se exalta
    la gloria de las luces equidistantes
    del leve azul y de la tierra rojiza.
    ¡Qué bien se ve la tarde
    desde el fácil sosiego de los bancos!
    Abajo
    el puerto anhela latitudes lejanas
    y la honda plaza igualadora de almas
    se abre como la muerte, como el sueño.


    Jorge Luis Borges, 1923
     
  2. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Fantasma de la Opera
    Gastón Leroux

    La escena representaba el jardín de Margarita... Proclamadle mi amor, llevadle mis votos... Mientras cantaba estos dos primeros versos, con su ramo de rosas y lilas en la mano, Christine, al levantar la cabeza, vio en su palco al vizconde de Chagny y, a partir de aquel instante, a todos les pareció que su voz era menos segura, menos pura, menos cristalina que de costumbre. Algo que no se sabía, ensordecía, dificultaba su canto... Había en ella temblor y miedo. -Extraña muchacha -hizo notar casi en voz alta un amigo de la Carlotta, situado en la platea-... La noche pasada estaba divina y hoy aquí la tienes, le tiembla la voz. ¡Falta de experiencia! ¡Falta de método! Es en vos en quien tengo fe, hablad vos por mí. El vizconde escondió la cabeza entre las manos. Lloraba. Detrás de él, el conde se mordía con violencia la punta del bigote, alzaba los hombros y fruncía las cejas. Para traducir mediante tantos signos exteriores sus sentimientos íntimos, el conde, siempre tan correcto y tan frío, debía estar furioso. Lo estaba. Había visto regresar a su hermano de un rápido y misterioso viaje en un estado de salud alarmante. Las explicaciones que habían seguido tuvieron sin duda la virtud de tranquilizar al conde quien, deseoso de saber a qué atenerse, había pedido una entrevista a Christine. Daaé. Ésta había tenido la audacia de contestarle que no podía recibirle, ni a él ni a• su hermano. Creyó que se trataba de una abominable maquinación. No perdonaba a Christine que hiciera sufrir a Raoul, pero, sobre todo, no perdonaba a Raoul que sufriera por Christine. ¡Ah! Había sido un tonto de preocuparse durante un tiempo por aquella joven, cuyo triunfo de una noche seguía siendo incomprensible para todos. Que sobre su boca la flor pueda al menos depositar un dulce beso. -¡Pequeña zorra, bah! -gruñó el conde. Se preguntó qué se proponía aquella mujer... qué podía esperar... Era pura, decían que no tenía amigo ni protector de ningún tipo... ¡aquel Ángel del Norte debía ser una buena bribona! Por su parte Raoul. detrás de las manos, cortina que ocultaba sus lágrimas de niño, sólo pensaba en la- carta que había recibido a su llegada a París, adonde Christine había llegado antes que él, huyendo de Perros como un maleante: «Mi querido amiguito de antaño, es preciso que tenga el valor de no volver a verme, de no volver a El hablarme... Si me ama un poco, haga esto por mí, por mí, que no lo olvidaré jamás..., mi querido Raoul. Sobre todo, no entre nunca en mi camerino. De ello depende mi vida. Depende la suya. Su pequeña Christine.» Un estruendoso aplauso... La Carlotta hace su entrada. El acto del jardín se desarrollaba con sus habituales peripecias. Cuando Margarita terminó de cantar el aria del Rey de Thule, fue aclamada. También lo fue cuando terminó la canción de las joyas. ¡Ah! cuanto río de verme tan bella en este espejo... Entonces, segura de sí misma, segura de sus amigos qué estaban en la sala, segura de su voz y de su éxito, no temiendo a nada, Carlotta se entregó por entero, con ardor, con entusiasmo, con embriaguez. Su actuación no tuvo ya contención ni pudor... Ya no era Margarita, era Carmen. Se la aplaudió más aún y su dúo con Fausto parecía reservarle un nuevo éxito, cuando de pronto ocurrió... algo espantoso. Fausto se habla arrodillado: Déjame, déjame contemplar tu rostro bajo la pálida claridad con la que el astro de la noche, como en una nube, acaricia tu belleza. Y Margarita contestaba: Oh silencio! ¡Oh dicha! ¡Inefable misterio! ¡Embriagadora languidez! ¡Escucho!... ¡Y comprendo a esta voz solitaria que canta en mi corazón! En aquel instante..., justo en aquel instante..., se produce algo... se produce algo.., lo he dicho ya, algo espantoso... ... La sala entera se pone en pie en un único movimiento... En su palco, los dos directores no pudieron contener una exclamación de horror... Espectadores y espectadoras se miran como para preguntarse los unos a los otros la explicación de un fenómeno tan inesperado... El rostro de la Carlotta refleja el dolor más atroz, sus ojos parecen presos por la locura. La pobre mujer se ha levantado, con la boca aún entreabierta, tras pronunciar «esta voz solitaria que canta en mi corazón...» Pero aquella boca ya no canta..., no se atre ve a pronunciar una sola palabra, un solo sonido...
     
  3. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    A LA INMENSA MAYORÍA

    Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
    aquel que amó, vivió, murió por dentro
    y un buen día bajó a la calle: entonces
    comprendió: y rompió todos su versos.

    Así es, así fue. Salió una noche
    echando espuma por los ojos, ebrio
    de amor, huyendo sin saber adónde:
    a donde el aire no apestase a muerto.

    Tiendas de paz, brizados pabellones,
    eran sus brazos, como llama al viento;
    olas de sangre contra el pecho, enormes
    olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

    ¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
    en vuelo horizontal cruzan el cielo;
    horribles peces de metal recorren
    las espaldas del mar, de puerto a puerto.

    Yo doy todos mis versos por un hombre
    en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
    mi última voluntad. Bilbao, a once
    de abril, cincuenta y uno.
    Blas de Otero


    Blas de Otero, 1951
     
  4. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    El Fantasma de la Opera

    Gastón Leroux

    Aquella boca creada para la armonía, aquel instrumento ágil que jamás había fallado, órgano magnífico, generador de los más bellos sonidos, de los acordes más difíciles, de las modulaciones más suaves, de los ritmos más ardientes, sublime mecánica humana a la que no faltaba para ser divina más que el fuego del cielo, el único capaz de otorgar la verdadera emoción y elevar las almas ... aquella boca había dejado escapar... De aquella boca se había escapado... ¡Un gallo! ¡Ah! ¡Un horrible, repugnante, plumoso, venenoso, espigado, espumeante y chillón gallo! ¿Por dónde había entrado? ¿Cómo se había agazapado en su lengua? Con las patas encogidas para saltar más alto y más lejos, subrepticiamente había salido de su laringe y... ¡cuac! ¡Cuac, cuac!... ¡Qué terrible cuac! Me refiero, como os podéis imaginar, a un sapo en sentido figurado. No se lo veía, pero se lo oía. ¡Cuac! La sala quedó anonadada. Nunca un ave, de los más ruidosos corrales, había desgarrado la noche con un cuac tan asqueroso, y lo peor era que nadie lo esperaba. La Carlotta no daba crédito a su garganta ni a sus oídos. Un rayo cayendo a sus pies le hubiera extrañado menos que aquel gallo chillón que acababa de salir de su garganta. Y no la hubiera deshonrado. Mientras que, sabido es que un gallo escondido en la lengua deshonra siempre a una cantante. Las hay que incluso mueren de la impresión. ¡Dios mío! ¡Quién lo hubiera creído!... Cantaba tan tranquila: «Y comprendo esta voz solitaria que canta en mi corazón», sin esfuerzo, como siempre, con la misma facilidad con que se dice: «Buenos días, señora, ¿cómo está?» Cómo negar que ciertas cantantes presuntuosas no saben medir sus fuerzas y que, en su orgullo, quieren alcanzar con la débil voz que el cielo les ha deparado efectos excepcionales y notas que les están prohibidas desde que vinieron al mundo. Es cuando el cielo las castiga, sin que ellas lo sepan, poniéndoles un gallo en la boca, un gallo que hace ¡cuac! Todo el mundo sabe esto. Pero nadie hubiera admitido que una Carlotta, que tenía por lo menos dos octavas en la voz, soltara un gallo a estas alturas. No podían olvidarse sus estridentes sobreagudos, sus staccati inauditos en la Flauta mágica. Se acordaban de Don Giovanni, en la que ella era Elvira, y en la que alcanzó el más estrepitoso triunfo una noche, al dar el si bemol que no podía dar su compañera doña Ana. Entonces, ¿qué significaba en realidad este cuac, al final de aquella tran-quila, apacible y pequeñita «voz solitaria que canta en mi corazón»? No era natural. Tenía que haber un sortilegio. Aquel gallo olía a quemado. ¡Pobre, miserable, desesperada, aniquilada Carlotta!... En la sala, el rumor iba en aumento. Si semejante aventura le hubiera ocurrido a otra cantante, ¡se la habría silbado! Pero con la Carlotta, cuyo perfecto instrumento era conocido de todos, no había irritación, sino consternación y espanto. ¡Lo mismo debieron sentir los hombres que asistieron a la catástrofe que rompió los brazos a la Venus de Milo!... Por lo menos aquéllos pudieron ver el golpe que rompía la estatua..., y comprender. Pero, ¿aquí? ¡Aquel gallo era incomprensible! De tal modo que, tras unos segundos durante los que el público se preguntaba si realmente la Carlotta había oído salir de su propia boca aquella nota. ¿Era, en, realidad, una nota aquel sonido? ¿Podía llamarse aquello un sonido? Un sonido aún es música; pero ella intentó persuadirse de que aquel ruido infernal no había existido; que, simplemente, había sufrido por un instante una ilusión de su oído y no una criminal traición de su órgano vocal...
     
  5. Anveri

    Anveri Fanática de nativas -aves

    Mensajes:
    401
    Ubicación:
    Santiago de Chile
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    :happy:

    Busco y busco el significado de zaguán.
    Encontré lo siguiente:
    ZAGUÁN. Vestíbulo de entrada a una casa desde la calle. Pieza cubierta a modo de vestíbulo en la entrada de una casa.

    Lunfardo (Argentina)
    ZAGUÁN
    (pop.) Largo y estrecho corredor de las casas criollas que separa la puerta de cancel, en oposición a la puerta de calle (VB.).


    En esta página de Chile
    http://centinela66.wordpress.com/2008/01/23/la-pobreza-en-chile/
    encontré lo siguiente:

    “…el conventillo era “la propiedad destinada a arrendamiento por piezas o por secciones a la gente proletaria, y que en varias piezas o cuerpos de edificios arrendados a distintas personas tengan patio o zaguán en común.”


    No sé porqué tengo esta idea de zaguán en mi memoria, es una imagen de Mendoza sacada de Internet.

    [​IMG]

    Para mí es una acequia con adoquines.
    Tiempo atrás, una argentina puso una imagen de un zaguán, precioso, pero no guardé esa imagen y todo por andar apurada.
    Hay una ciudad llamada San Bernardo en Chile que también tenía zaguanes pero se han ido perdiendo.

    Es una lástima porque es pura poesía

    ;) ;) ;)
     
  6. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    hola Anveri! :beso:
    no , mira las acequias son muy comunes en Mendoza y solo alli las vi, pero los zaguanes, nada que ver ...a ver como te explico, antiguamente se le decia zaguan , a los pasillos que estaban entre la entrada principal ( la que daba a la calle ) y la entrada propiamente de la casa, como una especie de recibidor o pasillo nomas ...era el lugar , donde solian darse las largas despedidas de novios....remontate un siglo atras ;)

    [​IMG]

    [​IMG]

     
  7. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Silbando( Tango)

    Letra: José González Castillo
    Música: Cátulo Castillo y Sebastián Piana
    Año : 1923


    Una calle en Barracas al Sud,
    una noche de verano,
    cuando el cielo es más azul
    y más dulzón el canto del barco italiano...
    Con su luz mortecina, un farol
    en la sombra parpadea
    y en el zaguán
    está un galán
    hablando con su amor...

    Y, desde el fondo del Dock,
    gimiendo un lánguido lamento,
    el eco trae el acento
    de un monótono acordeón,
    y cruza el cielo el aullido
    de algún perro vagabundo
    y un reo meditabundo
    va silbando una canción...

    Una calle...Un farol...Ella y él...y, llegando sigilosa,
    la sombra del hombre aquél
    a quién lo traicionó una bella ingrata moza...
    Un quejido y un grito mortal
    y, brillando entre la sombra,
    el relumbrón con que un facón
    da su tajo fatal...

    Y desde el fondo del Dock,
    gimiendo un lánguido lamento,
    el eco trae el acento
    de un monótono acordeón...
    Y al son que el fuelle rezonga
    y en el eco se prolonga,
    el alma de la milonga
    va cantando su emoción.



     
  8. poetisa

    poetisa http://wwwlatidospoeticos

    Mensajes:
    34
    Ubicación:
    San Jorge ( Santa fe) Rep Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Un regalo especial de Navidad

    20081202103218-20071224181208-navidad.jpg
















    Diciembre se vestía de modos diferentes en cada hemisferio, pero era idéntica la emoción que despertaba la cercanía de la Navidad.
    En la ciudad más populosa del continente más frío vivía Ariel de seis años .Se sentía distinto a otros chicos d e la escuela porque él residía en una casona elegante en el barrio más caro de la ciudad.
    Ese año ya podría escribir una cartita al niño Dios.
    Rodeado de juguetes, cualquiera hubiese preguntado ¿Qué más pedirá?
    Pero Ariel tenía la mirada triste y casi lejana. No sintió alegría cuando su mamá le pidió que ayudara a armar el arbolito de Navidad. Ni le emocionó escuchar las propuestas de su abuela y sus padres sobre los preparativos para la mesa navideña, los adornos , las velas , en fin toda la decoración que debía ser perfecta y reluciente.
    Sus amigos de la escuela estaban contentos y felices por la fecha que se acercaba,comentaban qué querían pedir para la nochebuena. Competían con sus ideas, a veces imposibles de concretar por lo que pretendían,pero aún así estaban imbuídos del espíritu navideño.
    Compartían los borradores de las cartitas que preparaban para colocarlas junto al pastito y el agua como era la tradición. Dibujaban trineos, ángeles , pesebres y estrellas brillantes para colgar. Sentían muy dentro una mezcla de alegría y ansiedad . Pedro invitó a sus compañeros de clase a armar un Árbol de Navidad entre todos , con adornos creados por ellos. Luego lo llevarían para que esté junto al pesebre de la iglesia.
    Esa tarde se reunieron en su casa y el piso se llenó de papeles brillantes y coloridos sometidos a la tijera y a la pasión de los niños. Hugo que amaba la música dijo que intentaría crear un villancico, y Pedro que tenía muy buena voz propuso cantarlo y grabarlo para regalar los CD con varios villancicos, a las familia de sus barrios.
    Mariela acordó con Hugo ,ella escribiría el villancico mientras él lo creaba, y así los renglones
    acunaron estas primeras letras...



    Si sientes este villancico

    es que llega la Navidad

    y con ella vendrá

    la estrella de Belén

    bendiciendo a tu hogar.



    Todo era alegría.Ya se acercaba la Nochebuena .

    Allá en su casona y rodeados de tantos juguetes, Ariel tomó un lapiz y comenzó a escribir ...


    Querido niño:


    Sé que haces milagros y que podrás darme lo que te pido.

    Sólo quiero que mamá juegue conmigo, que me cuente cuentos.
    Que esté más tiempo hablándome.Compartiendo mis tiempos.
    No se si podrás ,pero no te pido juguetes,
    tan solo quiero a mi mamá más tiempo, mucho tiempo conmigo.

    ¿Podrás verdad?

    Mañana es Navidad y ansioso estaré esperando ese regalo que es para mí el mejor de todos los que puedas darme.


    Ariel

     
  9. Anveri

    Anveri Fanática de nativas -aves

    Mensajes:
    401
    Ubicación:
    Santiago de Chile
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    :happy:

    Me cuesta aceptar que la imagen que puse no es un zaguán :11risotada: :11risotada: :11risotada:

    Como me da tanta risa, busco una poesía de Pablo Neruda en torno a la risa.

    Tu risa.

    Pablo Neruda

    Quítame el pan, si quieres,
    quítame el aire,
    pero no me quites tu risa.

    No me quites la rosa,
    la lanza que desgranas,
    el agua que de pronto
    estalla en tu alegría,
    la repentina ola
    de plata que te nace.

    Mi lucha es dura y vuelvo
    con los ojos cansados
    a veces de haber visto
    la tierra que no cambia,
    pero al entrar tu risa
    sube al cielo buscándome
    y abre para mí todas
    las puertas de la vida.

    Amor mío, en la hora
    más oscura desgrana
    tu risa, y si de pronto
    ves que mi sangre mancha
    las piedras de la calle,
    ríe, por que tu risa
    será para mis manos
    como una espada fresca.

    Junto al mar en otoño,
    tu risa debe alzar
    su cascada de espuma,
    y en primavera, amor,
    quiero tu risa como
    la flor que yo esperaba,
    la flor azul, la rosa
    de mi patria sonora.

    Ríete de la noche,
    del día, de la luna,
    ríete de las calles
    torcidas de la isla,
    ríete de este torpe
    muchacho que te quiere,
    pero cuando yo abro los ojos
    y los cierro,
    cuando mis pasos van,
    cuando vuelven mis pasos,
    niégame el pan, el aire,
    la luz, la primavera
    pero tu risa nunca

    porque me moriría.



    Quiero pensar que alguna vez se la dedicó a Delia Del Carril, aunque no sea cierto. Me genera desazón que ella murió amándolo, ella tan sola, tan sola.


    Para todos los niños que puedan llamarse Ariel, Manuel, José... o las niñas que se puedan llamar Isabel, Juana, Soledad... dejo un cuento hecho canción



    Anita.

    :razz: :razz: :razz:
     
  10. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Gracias Anveri!
    no lo que pusiste son acequias ! preciosos , propias de Mendoza, alli las conoci y nunca mas las vi!
    Pero el zaguan, es eso , ahora no se le dice mas zaguan , es pasillo a secas!
     
  11. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    gracias Poetisa!:happy:
     
  12. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas


    Fantasma de la Opera
    Gastón Leroux
    Aquella boca creada para la armonía, aquel instrumento ágil que jamás había fallado, órgano magnífico, generador de los más bellos sonidos, de los acordes más difíciles, de las modulaciones más suaves, de los ritmos más ardientes, sublime mecánica humana a la que no faltaba para ser divina más que el fuego del cielo, el único capaz de otorgar la verdadera emoción y elevar las almas ... aquella boca había dejado escapar... De aquella boca se había escapado... ¡Un gallo! ¡Ah! ¡Un horrible, repugnante, plumoso, venenoso, espigado, espumeante y chillón gallo! ¿Por dónde había entrado? ¿Cómo se había agazapado en su lengua? Con las patas encogidas para saltar más alto y más lejos, subrepticiamente había salido de su laringe y... ¡cuac! ¡Cuac, cuac!... ¡Qué terrible cuac! Me refiero, como os podéis imaginar, a un sapo en sentido figurado. No se lo veía, pero se lo oía. ¡Cuac! La sala quedó anonadada. Nunca un ave, de los más ruidosos corrales, había desgarrado la noche con un cuac tan asqueroso, y lo peor era que nadie lo esperaba. La Carlotta no daba crédito a su garganta ni a sus oídos. Un rayo cayendo a sus pies le hubiera extrañado menos que aquel gallo chillón que acababa de salir de su garganta. Y no la hubiera deshonrado. Mientras que, sabido es que un gallo escondido en la lengua deshonra siempre a una cantante. Las hay que incluso mueren de la impresión. ¡Dios mío! ¡Quién lo hubiera creído!... Cantaba tan tranquila: «Y comprendo esta voz solitaria que canta en mi corazón», sin esfuerzo, como siempre, con la misma facilidad con que se dice: «Buenos días, señora, ¿cómo está?» Cómo negar que ciertas cantantes presuntuosas no saben medir sus fuerzas y que, en su orgullo, quieren alcanzar con la débil voz que el cielo les ha deparado efectos excepcionales y notas que les están prohibidas desde que vinieron al mundo. Es cuando el cielo las castiga, sin que ellas lo sepan, poniéndoles un gallo en la boca, un gallo que hace ¡cuac! Todo el mundo sabe esto. Pero nadie hubiera admitido que una Carlotta, que tenía por lo menos dos octavas en la voz, soltara un gallo a estas alturas. No podían olvidarse sus estridentes sobreagudos, sus staccati inauditos en la Flauta mágica. Se acordaban de Don Giovanni, en la que ella era Elvira, y en la que alcanzó el más estrepitoso triunfo una noche, al dar el si bemol que no podía dar su compañera doña Ana. Entonces, ¿qué significaba en realidad este cuac, al final de aquella tran-quila, apacible y pequeñita «voz solitaria que canta en mi corazón»? No era natural. Tenía que haber un sortilegio. Aquel gallo olía a quemado. ¡Pobre, miserable, desesperada, aniquilada Carlotta!... En la sala, el rumor iba en aumento. Si semejante aventura le hubiera ocurrido a otra cantante, ¡se la habría silbado! Pero con la Carlotta, cuyo perfecto instrumento era conocido de todos, no había irritación, sino consternación y espanto. ¡Lo mismo debieron sentir los hombres que asistieron a la catástrofe que rompió los brazos a la Venus de Milo!... Por lo menos aquéllos pudieron ver el golpe que rompía la estatua..., y comprender. Pero, ¿aquí? ¡Aquel gallo era incomprensible! De tal modo que, tras unos segundos durante los que el público se preguntaba si realmente la Carlotta había oído salir de su propia boca aquella nota. ¿Era, en, realidad, una nota aquel sonido? ¿Podía llamarse aquello un sonido? Un sonido aún es música; pero ella intentó persuadirse de que aquel ruido infernal no había existido; que, simplemente, había sufrido por un instante una ilusión de su oído y no una criminal traición de su órgano vocal...
     
  13. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    ARTE POÉTICA

    Mirar el río hecho de tiempo y agua
    y recordar que el tiempo es otro río,
    saber que nos perdemos como el río
    y que los rostros pasan como el agua.

    Sentir que la vigilia es otro sueño
    que sueña no soñar y que la muerte
    que teme nuestra carne es esa muerte
    de cada noche, que se llama sueño.

    Ver en el día o en el año un símbolo
    de los días del hombre y de sus años,
    convertir el ultraje de los años
    en una música, un rumor y un símbolo,

    ver en la muerte el sueño, en el ocaso
    un triste oro, tal es la poesía
    que es inmortal y pobre. La poesía
    vuelve como la aurora y el ocaso.

    A veces en las tardes una cara
    nos mira desde el fondo de un espejo;
    el arte debe ser como ese espejo
    que nos revela nuestra propia cara.

    Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
    lloró de amor al divisar su Itaca
    verde y humilde. El arte es esa Itaca
    de verde eternidad, no de prodigios.

    También es como el río interminable
    que pasa y queda y es cristal de un mismo
    Heráclito inconstante, que es el mismo
    y es otro, como el río interminable.

    Jorge Luis Borges, 1960



     
  14. clause

    clause Claudia

    Mensajes:
    8.464
    Ubicación:
    Buenos Aires. Argentina
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    SON LOS RÍOS

    Somos el tiempo. Somos la famosa
    parábola de Heráclito el Oscuro.
    Somos el agua, no el diamante duro,
    la que se pierde, no la que reposa.

    Somos el río y somos aquel griego
    que se mira en el río. Su reflejo
    cambia en el agua del cambiante espejo,
    en el cristal que cambia como el fuego.

    Somos el vano río prefijado,
    rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado.
    Todo nos dijo adiós, todo se aleja.

    La memoria no acuña su moneda.
    Y sin embargo hay algo que se queda
    y sin embargo hay algo que se queja.


    Jorge Luis Borges



    Y para ilustrar
    Heráclito
    Heráclito de Éfeso (en griego: Ἡράκλειτος ὁ Ἐφέσιος Herákleitos ho Ephésios), conocido también como «El Oscuro de Éfeso», fue un filósofo griego. Nació hacia el año 535 a. C. y falleció en el 484 a. C.

    Era natural de Éfeso, ciudad de la Jonia, en la costa occidental del Asia Menor (actual Turquía). Como los demás filósofos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores
    Legado
    Heráclito es netamente aforístico. Su estilo remite a las sentencias del Oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περι φυσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmológica», «Política» y «Teológica». No se posee mayor certeza sobre este libro. I. Bywater hizo un reacomodo de los fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos. Agustín García Calvo reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del mismo, titulada Razón común. Distingue tres apartados: «Razón general», «Razón política» y «Razón teológica».

    Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene, que todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
    Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοι, como los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales, el aire para Anaxímenes), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas.

    Todo este fluir está regido por una ley que él denomina Λόγος (Logos). Este Logos no sólo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da signos, fragmento B93DK) al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni hablar» (fragmento B73DK). El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible, mejor que la visible» (B54DK), aunque Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas viva relegada a su propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Heráclito no despecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente fragmento:

    Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos'.

    en Diels-Kranz, Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
    Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es, la teoría de los opuestos. Quizás el fragmento más conocido de su obra dice:

    ποταμοις τοις αυτοις εμβαινομεν τε και ουκ εμβαινομεν, ειμεν τε και ουκ ειμεν τε. En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos].

    en Diels-Kranz, Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
    El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces en el mismo río, siguiendo a la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua. Algunos autores ven en el cauce del río el logos que «todo rige», la medida universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego. A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos.

    A pesar que existen ciertas similitudes entre Heráclito y Parménides, las doctrinas de ambos siempre han sido contrapuestas (con cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o (con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil.

    Era conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática. Ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir y del pensamiento dialéctico. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα ρει), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es el padre de todas las cosas», una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco. Para Heráclito el arjé es el fuego, en el que hay que ver la mejor expresión simbólica de los dos pilares de la filosofía de Heráclito. el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego sólo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el logos, la razón universal, lo rige: «Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue». El hombre puede descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al hombre y a las cosas (la doctrina de Heráclito fue interpretada, olvidando esta afirmación del logos, en la filosofía inmediatamente posterior —sobre todo, en Platón— como una negación de la posibilidad del conocimiento: si nada es estable, se niega la posibilidad de un saber definitivo). De Heráclito es también la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación universal tiene dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por contracción o condensación, y otra ascendente por dilatación.

    He aquí algunas frases de Heráclito:

    «Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río».
    «La armonía invisible es mayor que la armonía visible».
    «Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma; tan profundo logos tiene».
    «Siendo el logos común, casi todos viven como si tuvieran un logos particular».
    «Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia».
    Heráclito reprocha al poeta que dijo: «¡Ojalá se extinguiera la discordia de entre los dioses y los hombres! Pues no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiera hembra y macho, que están en oposición mutua
    »
     
  15. Anveri

    Anveri Fanática de nativas -aves

    Mensajes:
    401
    Ubicación:
    Santiago de Chile
    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Leyendo a Montaigne encuentro lo siguiente:

    "El tiempo me abandona; nada sin él se posee."

    Que estés siempre bien Claudia.

    :beso: