Plantas y aromas que recuerdan nuestra infancia

SI señor. asi es lavida Xel,!! gracias por compartirnos un trozo de tuvida de tu vision y de tus trozos de felicidad!! Me da energia para seguir adelante en esta vida tan ajetreada.

 

Gracias querida Xel

Voy a juntar espacio y tiempo en mi mente y en mi corazón.

 

Con los ojos del alma

Los ojos del alma no son más que aquellos que usamos cuando hablamos con el corazón ciego y cuando perdidos por ese amor sereno se nos brota un te quiero de nuestros labios sinceros.

Es también cuando confiamos más allá de la verdad y cuando no nos importa la realidad pues cuando miramos con el alma es cuando parecemos vivir en otro lugar.

Es bonito mirar con los ojos del alma pues al hacerlo, no miramos defectos sino bellas cualidades.

No buscamos mentir sino decir inmensas verdades, no buscamos lastimar sino dar un consejo, no reprochamos pero nos aceptamos tal y como somos porque simplemente vivimos, soñamos y amamos.

Mirar con el alma es volver a ser niño, crecer libres y a la vez felices...

Sentirnos cuando nuestro corazón enamorado regala bellos suspiros pues el amor es de ciegos que padecen de calma y ciegos somos todos los que miramos con el Alma.

Muchos saludos para todos!

 

Friuli, Xel, Maria Abarca, Mabel Tana, Guapuru, Unarbolunrio, Lupis, Daniela,...no me quiero dejar a nadie

Estoy llorando, suerte que esto es escribir, si tuviera que hablar no podría, pero son lágrimas de emoción, de esas que salen cuando el corazón está tan cargado que se desborda. Que hermosas las historias, sus palabras de cariño unos con otros, cuando entro en este tema sé que todo va a ser dulce y amable, un rincón donde desconectar y dejarse llevar sólo por el sentimiento. Gracias.

 

Gracias por tus palabras Atram,justamente se trata de eso de apoyarnos,de mimarnos,de compartir tanto las cosas lindas como las que de alguna u otra manera nos marcaron,ese es el fin ultimo de los seres humanos por eso es que somos seres sociables para estar junto al otro,tendiendo siempre la mano franca ,aunque sea virtualmente ,pero sabiendo que el que lee lo tu escribes siente un alivio,un saber que alguien del otro lado esta leyendo con atencion tu estado de animo no por morbo sino con el corazon en la mano como buenos hijos de DIOS[un beso inmenso desde MERCEDS BS AS /COLOR]

 

Holasss chic@s

El momento más feliz y el más triste de la infancia.

El más feliz ..... las tardes que compartía con mi abuelo sentada sobre sus piernas y escuchando una de las novelas que devoraba diariamente, novelas policiales, también historias de su familia.

El más triste.... fue el regresar después de un año ausente, ellos ya no vivían con nosotros. Habían regresado a su casa. Tenía 11 años. Fueron once años solamente míos.

No deseo dejar una sensación triste, era un abuelo genial con manos regordetas y amorosas. Lo recuerdo con mucha alegría y agradecida de haber compartido tantos momentos.

 

Hola Guapurú, que hermosa tu propuesta, y realmente me estás haciendo pensar un montón, gracias a Dios mi infancia fue maravillosa y creo que no podría elegir solo un recuerdo entre tantos tantoos!, pero se vino a mi mente un momento especial, cuando veía la Pantera Rosa junto a mi papá mientras mi mamá preparaba la cena, como nos divertían los episodios donde aparecía un caballo que hacía de las suyas, creo ver su sonrisa...y ya, no puedo seguir .
Me quedo con esa sensación, triste ninguna quisiera recordar, nos protegían de los dolores de la vida, los que ahora si puedo comprender en mi propia piel.
Atram, las lágrimas nos dan un bálsamo al alma, y como decís vos, nuestro corazón se desborda de tanto amor, un beso muy grande .
Saludos a todos

 

Daniela, como tú dices, es muy dificil buscar el momento más feliz y el más triste, creo que en mi vida han habido muchos momentos felices, que los disfruté junto a toda mi familia, los tristes tambien fueron varios, pero creo que el más doloroso fue el momento que comprendí que mi padre nunca tuvo un padre y que él vivió toda su vida con ese dolor y al momento de preparar su partida, entendió que eso ya había pasado y se fue feliz, sintiendo que no tenía dolor ni pena con nadie, pues nos dijo "Estoy bien, no siento dolor y estoy bien con todo el mundo" Cuando tú estás en ese rollo no te das cuenta de lo que está pasando, pero luego de un tiempo, analizas las cosas y te das cuenta de esas pequeñas cosas tan hermosas que te tocan vivir.

 

La vida es una mezcla de sensaciones y estados de ánimo pero al menos en mi niñez no puedo recordar un momento feliz en el que no hayamos sido protagonistas mi abuela y yo... mi madre me tuvo siendo muy joven y no sabia bien a bien que hacer conmigo, sobre todo despues de que mi padre emigro a los Estados Unidos, asi que trabajaba mucho y yo me pasaba la mayor parte del tiempo con mi abuela que es donde vivimos ademas, ella era una mujer muy fuerte (tuvo que serlo para sacar adelante a 6 hijos, cuando su marido la abandono) pero al mismo tiempo muy dulce, y muy apegada a la religion, yo era como su llavero a donde ella fuera me llevaba, si recuerdo a mi abuela la veo acostada en su hamaca y yo junto a ella abrazada, protegida y amada... cuando me hace falta sentirme asi... solo cierro los ojos y me transporto a esa imagen y me siento feliz otra vez

 

Alis, gracias por compartir tu historia, y que bueno puedas cerrar los ojos y dejarte llevar a esos tiempos... y ser feliz.
Que mujeres admirables fueron esas mujeres, nuestras abuelas, las que casi no tenían tiempo más que para trabajar y criar a sus hijos, una de mis abuelas vino de España a los 14 años, sola, a casa de una familia desconocida para ella, y en esos tiempos!...fue hasta cocinera de Carlos Gardel, le decía la galleguita, luchando, saliendo adelante criando tantos hijos, no pudiendo regresar a su tierra más que en su memoria, dejando todos sus afectos allá, mi otra abuela también vino joven de España, también con ese espíritu luchador que muchos deberíamos aprender, y no quejarnos muchas veces por tantas tonterías, ella se fue feliz, después de 50 años viajó a España acompañada de mi hermana, se reencontró con sus hermanas, sobrinos, con sus amigos de la infancia que la reconocieron después de tanto tiempo... con la casa de su niñez.
Siempre que veo una persona mayor me conmueve, veo sus ojos y pienso en las historias que guardan en su corazón, y los admiro.
Un beso grande a todos!

 

Daniela...que riqueza de historia, siempre me pregunto si podría soportar un alejamiento de los míos, de mi país y no...sé que no podría, los que vinieron y empezaron de cero son héroes, pioneros de tantas cosas...y nadie los recuerda...
Xel...cómo estas? que lindo recordar esos detalles que quedaron en el tiempo, hace unos días recordé una flor que tenia la abuela en su jardín y me quede sorprendida...

el crinum (foto de Internet)..tenia menos matices de colores, cómo pude olvidar algo asi?...y sucede...pero que lindo que regresen del olvido...es como re-descubrirlas
atram...un beso enorme para vos...y no llores mucho... me uno a la fiesta de mabel tana...

siguiendo el tema de la niña Guapuru....
El momento más feliz: cuando la abuela me regaló un conejo y me enseñó a cuidarlo.
El mas triste: cuando descubrí que ella guardaba fotos, ropas y juguetes que habían sido míos muchos años después,...sentí que de alguna manera era injusto no poder decirle lo que experimenté en ese momento.

maria abarca y alisdeoro...que bonita manera de ver la vida...es lo ideal..asi debería ser...
a lupis, unarbolunrio y a todos besos grandes...grandes...
aqui dejo un relato para uds. que me gusta mucho....

A mi Madre le decían loca


A mi Madre le decían loca,
pero no era loca, era profesora.
Hablaba diferente.
Decía: "Los ojos sirven para escuchar".
Yo tenía diez años de edad.
Un niño no comprende el lenguaje vertical
y pensaba que quizá mi madre era loca.
Cierta vez me armé de valor y le pregunté:
¿Con qué miramos?
Mi madre me respondió:
"Con el corazón".

Cuando mi madre se levantaba de buen humor cantaba:
" Hoy me he puesto mi vestido de veinte años".
Yo sabía que no tenía veinte años y la miraba,nada más.
¿Qué puede hacer un niño, sino escuchar?


Si mi madre estaba triste decía estar vestida de niebla.
" Hoy tengo ochenta años" -dijo-, cuando desaprobé un curso.

Al fin pude terminar la educación primaria.
El día de la clausura llegó tarde.
Se disculpó diciendo: "Hijito, me demoré
porque estuve buscando mi vestido de Primera Comunión,
¿No ves mi vestido de Primera Comunión?".
Miré a mi madre
y no estaba vestida de Primera Comunión.

Después tuvo ese accidente fatal.
Me llamó a su lado, cogió fuerte mis manos y dijo:
"No tengas pena, la muerte no es para siempre" .

Pensé: mi madre no se da cuenta de lo que habla.
Si uno muere es para siempre.
Era niño y no entendía sus palabras.
Ahora tengo cincuenta años
y recién comprendo sus enseñanzas.
Sí, Madre. Podemos tener 20 años
y al día siguiente ochenta.
Todo depende de nuestro estado de ánimo.
Los ojos sirven para escuchar
porque debemos mirar con atención a quien nos habla.

Para conocer la realidad esencial de una persona,
tenemos que mirarla con el corazón.
La muerte no es para siempre,
sólo muere lo que se olvida
y a mi madre la recuerdo porque la quiero.
Ahora -en sueños platicamos-
nos reímos de su método de enseñanza.
Aprendí a mirar con el corazón.
Una noche me dijo:
"He notado que te molestas
si tus amigos te dicen loco y eso no está bien.
Es natural que el hijo de una loca sea loco".
Entonces -por primera vez-
repliqué a mi madre y le dije: "Madre, te equivocas,
no siempre el hijo de una loca
tiene que ser loco; a veces es poeta".

Por eso puedo decir con orgullo:
"A mi madre le decían loca,
pero no era loca, era profesora.
Me enseñó a descubrir la vida después de la muerte".

Max Dextre ​

 

upss...me repeti el mensaje entero...jaja...editando.....un beso....

 

Un tenue olor a "maderas de oriente" aún me impregno en él cuando abro la cajita de recuerdos de mi lala.
Es parte de ella, la mujer que mas he querido en el mundo. mi abuelita. Fue luchadora incombustible y entregada.
Una de tantas anónimas mujeres a quienes les tocó vivir una época difícil y que nos dejaron su ejemplo de entrega y sacrificio.
saluditos

 

Friuli, mil gracias! Es hermosa la poesía, es hermoso que nos hayas enseñado esa foto que tanto te hace recordar...
Solo de pensar en dejar mis afectos me dan ganas de llorar, jamás podría hacerlo, ni pensar en esos padres que han mandado a sus hijos chiquitos en un barco hacia América, me da escalofrío de solo pensar en mi hija y que pase por una situación igual, creo que moriría de pena.
No hace mucho tiempo encontramos en casa de mi abuela una carta que le envió su padre desde España, me costó leerla porque tanto amor me lo impedía, una carta donde se despide diciendo: Adios, adios amor mío se que algún día nos volveremos a encontrar...
Iolanda, han sido un ejemplo sin dudas!
Les dejo un abrazo muy grande a todos!

 

Hola, amigas! Friuli, gracias por preguntar por mí. A todas muchos . Gracias a Dios, estoy bien. Voy entrando en el foro cuando puedo (intento que sea cada día ). Friuli, he visto la foto del crinum, y como andaba pasando los mensajes en plan loco (son casi las 9 p.m. y hay que ir preparando la cena), he tenido que volver atrás para fijarme, porque me pareció otra cosa: eucalipto. Y, como a tí, me ha venido a la mente otro recuerdo. Cuando éramos críos mi madre nos llevaba de merienda (no os lo creeréis) a los jardines (entonces eran casi bosques) de un... hospital! Allí recogíamos hojas de morera para los gusanos de seda (¿quien no ha tenido cajas de zapatos con gusanos de seda?), piñas piñoneras (acabábamos llenitos de resina, y con ese olor tan especial...) y ramas de eucalipto, que mi madre secaba para cuando estábamos enfermitos. Ponía agua a hervir y luego ponía las cápsulas de las ramas, y dejaba la olla al lado de la cama para que se nos suavizara la garganta y se nos despejara el pechito de moquillos. ¡Qué buen olor hacía! Ay, ay, ay, que me voy acordando de cosas de aquellas meriendas y me estoy casi carcajeando! El bosque de este hospital quedaba detrás de la morgue, y alguna vez vimos pasar alguna camilla... bueno, os podéis imaginar el resto . Pero la verdad es que lo pasábamos genial, correteando como locos entre pinos, moreras, eucaliptos, zarzamoras... De merienda mi madre acarreaba con un cesto de paja con bocadillos, una botella de leche, un poco de chocolate, fruta... Llegábamos a casa extenuados, así que ducha y a la cama. Creo que ahora los críos ya no hacen todo esto, lo que es una lástima. Se hacen mayores demasiado pronto y pasan demasiadas horas delante de la tele, el ordenador y la consola.
De aquél bosque ya no queda nada. Ahora todo es asfalto y aparcamientos. Bueno, quedan mis recuerdos, mis imborrables recuerdos.
Buenas noches, hermosos sueños y feliz miércoles (un día menos para el fin de semana )