hola hola mamana mira no te precupe por nada ya sabemo que ese cuento esta en otra lengua y que tu lo esta traduciendo gracia por eso pero espero la continuacion cuando tu pueda claro nos vemo
Cuento de las dos vasijas. Un aguador de la India tenía sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros. Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final de camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era perfecta y mantenía intacto su contenido. Esto sucedía diariamente. La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. Así que al cabo de dos años le dijo al aguador:-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo. El aguador le contestó: -Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio. El aguador le dijo entonces: -¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Todos los días las has regado y durante dos años yo he podido recogerlas. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza. Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
Muy bueno EvaPatry, todos somos vasijas con grietas.... Ahi va el mio En un pueblo de Nafarroa, en Lantz, vivia un personaje muy popular al que llamaban Ziripot. Era un hombre tan grande ygordo que apenas podia andar ni trabajar asique se ganaba la vida como cuentacuentos a cambio de comida. Asi pasaba la vida hasta que un dia llego a Lantz un gigante malvado llamado Miel-Otxin que se hacia acompañar de un extraño ser mitad caballo mirtad hombre llamado Zaldiko. Los dos se establecieron en Lantz e hicieron que todos los del pueblo se sometieran a su voluntad. Todos los dias el herrero le cambiaba las herraduras a Zaldiko y uno a uno los atemorizados habitantes del pueblo desfilaban delante del gigante y su ayudante y les daban todo lo que tenian. Solo Ziripot no les llevaba nada porque nada tenia. -Eh, tu gordo, ven aqui-le grito zaldiko -¿Por que no nos traes nada? -porque no tengo nada- dijo Ziripot Miel-Otxin y Zaldiko furiosos golpearon una y otra vez al pobre Ziripot hasta que este cayo a tierra. Intento levantarse una y otra vez pero no pudo. Algunos de los habitantes del pueblo fueron a ayudarle pero Miel-Otxin con su latigo se lo impidio. Se hizo de noche y el pobre Ziripot seguia en el suelo donde habia caido. Ya se pensaba que se tendria que quedar alli cuando de entre las sombras salieron los vecinos que le ayudaron a levantarse y lo llevaron a su casa. -Esto no puede seguir asi- dijo uno -Nos van a dejar sin nada- Dijo otro -Hay que encontrar una solucion dijo un tercero y todos se quedaron en silencio -Una vez- dijo Ziripot- Una gran piedra cayo rodando desde el monte y bloqueo la entrada de un caserio. El dueño intento moverla pero la piedra pesaba demasiado. Salio por la ventana y volvio a intentar moverla tirando de ella, pero tampoco pudo, pues la piedra seguia siendo igual de pesada. Paso muchos dias pensando como solucionarlo y al final se le ocurrio pedir ayuda, llamo a sus vecinos y entre todos movieron sin dificultad la piedra. Los vecinos se miraron unos a otros, cogieron todo lo que encontraron a mano y fueron en busca de Miel-Otxin y Zaldiko. Este ultimo pudo escapar por sus patas de caballo pero al gigante lo atraparon, lo juzgaron y lo colgaron en la plaza del pueblo Lantz recobro la tranquilidad y Ziripot siguio contando sus cuentos y leyendas hasta el final de sus dias Buenas noches a tod@s
hola gracia ana ese cuento gracia por buscalo todos los dias tienes el corazon mas grandote grendel moraleja= el pueblo unido jamas sera vencido que descansen nos vemo
RIQUET "EL DEL COPETE" Charles Perrault (Continuación) Fue casualmente a pasear por el mismo bosque donde había encontrado a Riquet-el-del-Copete, a fin de meditar con tranquilidad sobre lo que haría. Mientras se paseaba, hundida en sus pensamientos, oyó un ruido sordo bajo sus pies, como de gente que va y viene y está en actividad. Escuchando con atención, oyó que alguien decía: "Tráeme esa marmita"; otro: "Dame esa caldera"; y el otro: "Echa leña a ese fuego". En ese momento la tierra se abrió, y pudo ver, bajo sus pies, una especie de enorme cocina llena de cocineros, pinches y toda clase de servidores como para preparar un magnífico festín. Salió de allí un grupo de unos veinte encargados de las carnes que fueron a instalarse en un camino del bosque alrededor de un largo mesón quienes, tocino en mano y cola de zorro en la oreja, se pusieron a trabajar rítmicamente al son de una armoniosa canción. La princesa, asombrada ante tal espectáculo, les preguntó para quién estaban trabajando. -Es -contestó el que parecía el jefe- para el príncipe Riquet-el-del-Copete, cuyas bodas se celebrarán mañana. La princesa, más asombrada aún, y recordando de pronto que ese día se cumplía un año en que había prometido casarse con el príncipe Riquet-el-del-Copete, casi se cayó de espaldas. No lo recordaba porque, cuando hizo tal promesa, era estúpida, y al recibir la inteligencia que el príncipe le diera, había olvidado todas sus tonterías. No había alcanzado a caminar treinta pasos continuando su paseo, cuando Riquet-el-del-Copete se presentó ante ella, elegante, magnífico, como un príncipe que se va a casar. -Aquí me ve, señora -dijo él- puntual para cumplir con mi palabra, y no dudo que usted esté aquí para cumplir con la suya y, al concederme su mano, hacerme el más feliz de los hombres. -Le confieso francamente -respondió la princesa- que aún no he tomado una resolución al respecto, y no creo que jamás pueda tomarla en el sentido que usted desea. -Me sorprende, señora -le dijo Riquet-el-del-Copete. -Pues eso creo -replicó la princesa- y seguramente si tuviera que habérmelas con un patán, un hombre sin finura, estaría harto confundida. Una princesa no tiene más que una palabra, me diría él, y se casará conmigo puesto que así lo prometió. Pero como el que está hablando conmigo es el hombre más inteligente del mundo, estoy segura que atenderá razones. Usted sabe que cuando yo era sólo una tonta, no pude resolverme a aceptarlo como esposo; ¿cómo quiere que teniendo la lucidez que usted me ha otorgado, que me ha hecho aún más exigente respecto a las personas, tome hoy una resolución que no pude tomar en aquella época? Si pensaba casarse conmigo de todos modos, ha hecho mal en quitarme mi simpleza y permitirme ver más claro que antes. -Puesto que un hombre sin genio -respondió Riquet-el-del-Copete- estaría en su derecho, según acaba de decir, al reprochar su falta de palabra, ¿por qué quiere, señora, que no haga uno de él, yo también, en algo que significa toda la dicha de mi vida? ¿Es acaso razonable que las personas dotadas de inteligencia estén en peor condición que los que no la tienen? ¿Puede pretenderlo, usted que tiene tanta y que tanto deseó tenerla? Pero vamos a los hechos, por favor. ¿Aparte de mi fealdad, hay alguna cosa en mí que le desagrade? ¿Le disgustan mi origen, mi carácter, mis modales? -De ningún modo -contestó la princesa- me agrada en usted todo lo que acaba de decir. -Si es así -replicó Riquet-el-del-Copete- seré feliz, ya que usted puede hacer de mí el más atrayente de los hombres. -¿Cómo puedo hacerlo? -le dijo la princesa. -Ello es posible -contestó Riquet-el-del-Copete- si me ama lo suficiente como para desear que así sea; y para que no dude, señora, ha de saber que la misma hada que al nacer yo, me otorgó el don de hacer inteligente a la persona que yo quisiera, le otorgó a usted el don de darle belleza al hombre que ame si quisiera concederle tal favor. -Si es así -dijo la princesa- deseo con toda mi alma que se convierta en el príncipe más hermoso y más atractivo del mundo; y le hago este don en la medida en que soy capaz. Apenas la princesa hubo pronunciado estas palabras, Riquet-el-del-Copete pareció antes sus ojos el hombre más hermoso, más apuesto y más agradable que jamás hubiera visto. Algunos aseguran que no fue el hechizo del hada, sino el amor lo que operó esta metamorfosis. Dicen que la princesa, habiendo reflexionado sobre la perseverancia de su amante, sobre su discreción y todas las buenas cualidades de su alma y de su espíritu, ya no vio la deformidad de su cuerpo, ni la fealdad de su rostro; que su joroba ya no le pareció sino la postura de un hombre que se da importancia, y su cojera tan notoria hasta entonces a los ojos de ella, la veía ahora como un ademán, que sus ojos bizcos le parecían aún más penetrantes, en cuya alteración veía ella el signo de un violento exceso de amor y, por último, que su gruesa nariz enrojecida tenía algo de heroico y marcial. Comoquiera que fuese, la princesa le prometió en el acto que se casaría con él, siempre que obtuviera el consentimiento del rey su padre. El rey, sabiendo que su hija sentía gran estimación por Riquet-el-del-Copete, a quien, por lo demás, él consideraba un príncipe muy inteligente y muy sabio, lo recibió complacido como yerno. Al día siguiente mismo se celebraron las bodas, tal como Riquet-el-del-Copete lo tenía previsto y de acuerdo a las órdenes que había impartido con mucha anticipación. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Hola a tod@s Sabía que existía éste post,pués mamaAnna80 me dijo que estaba traduciéndo un cuénto.Pero hasta hoy no había entrado.Me ha gustado mucho y si me lo permitiis,me gustaría participar. Deseo qué on guste. EL ROSAL Y EL CARACOL Cuento de Hans Christian Andersen Alrededor del jardín había un seto de avellanos, y al otro lado del seto se extendía n los campos y praderas donde pastaban las ovejas y las vacas. Pero en el centro del jardín crecía un rosal todo lleno de flores, y a su abrigo vivía un caracol que llevaba todo un mundo dentro de su caparazón, pues se llevaba a sí mismo. –¡Paciencia! –decía el caracol–. Ya llegará mi hora. Haré mucho más que dar rosas o avellanas, muchísimo más que dar leche como las vacas y las ovejas. –Esperamos mucho de ti –dijo el rosal–. ¿Podría saberse cuándo me enseñarás lo que eres capaz de hacer? –Me tomo mi tiempo –dijo el caracol–; ustedes siempre están de prisa. No, así no se preparan las sorpresas. Un año más tarde el caracol se hallaba tomando el sol casi en el mismo sitio que antes, mientras el rosal se afanaba en echar capullos y mantener la lozanía de sus rosas, siempre frescas, siempre nuevas. El caracol sacó medio cuerpo afuera, estiró sus cuernecillos y los encogió de nuevo. –Nada ha cambiado –dijo–. No se advierte el más insignificante progreso. El rosal sigue con sus rosas, y eso es todo lo que hace. Pasó el verano y vino el otoño, y el rosal continuó dando capullos y rosas hasta que llegó la nieve. El tiempo se hizo húmedo y hosco. El rosal se inclinó hacia la tierra; el caracol se escondió bajo el suelo. Luego comenzó una nueva estación, y las rosas salieron al aire y el caracol hizo lo mismo. –Ahora ya eres un rosal viejo –dijo el caracol–. Pronto tendrás que ir pensando en morirte. Ya has dado al mundo cuanto tenías dentro de ti. Si era o no de mucho valor, es cosa que no he tenido tiempo de pensar con calma. Pero está claro que no has hecho nada por tu desarrollo interno, pues en ese caso tendrías frutos muy distintos que ofrecernos. ¿Qué dices a esto? Pronto no serás más que un palo seco... ¿Te das cuenta de lo que quiero decirte? –Me asustas –dijo el rosal–. Nunca he pensado en ello. –Claro, nunca te has molestado en pensar en nada. ¿Te preguntaste alguna vez por qué florecías y cómo florecías, por qué lo hacías de esa manera y de no de otra? –No –contestó el caracol–. Florecía de puro contento, porque no podía evitarlo. ¡El sol era tan cálido, el aire tan refrescante!... Me bebía el límpido rocío y la lluvia generosa; respiraba, estaba vivo. De la tierra, allá abajo, me subía la fuerza, que descendía también sobre mí desde lo alto. Sentía una felicidad que era siempre nueva, profunda siempre, y así tenía que florecer sin remedio. Tal era mi vida; no podía hacer otra cosa. –Tu vida fue demasiado fácil –dijo el caracol. –Cierto –dijo el rosal–. Me lo daban todo. Pero tú tuviste más suerte aún. Tú eres una de esas criaturas que piensan mucho, uno de esos seres de gran inteligencia que se proponen asombrar al mundo algún día. –No, no, de ningún modo –dijo el caracol–. El mundo no existe para mí. ¿Qué tengo yo que ver con el mundo? Bastante es que me ocupe de mí mismo y en mí mismo. –¿Pero no deberíamos todos dar a los demás lo mejor de nosotros, no deberíamos ofrecerles cuanto pudiéramos? Es cierto que no te he dado sino rosas; pero tú, en cambio, que posees tantos dones, ¿qué has dado tú al mundo? ¿Qué puedes darle? –¿Darle? ¿Darle yo al mundo? Yo lo escupo. ¿Para qué sirve el mundo? No significa nada para mí. Anda, sigue cultivando tus rosas; es para lo único que sirves. Deja que los castaños produzcan sus frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, y yo también tengo el mío dentro de mí mismo. ¡Me recojo en mi interior, y en él voy a quedarme! El mundo no me interesa. Y con estas palabras, el caracol se metió dentro de su casa y la selló. –¡Qué pena! –dijo el rosal–. Yo no tengo modo de esconderme, por mucho que lo intente. Siempre he de volver otra vez, siempre he de mostrarme otra vez en mis rosas. Sus pétalos caen y los arrastra el viento, aunque cierta vez vi cómo una madre guardaba una de mis flores en su libro de oraciones, y cómo una bonita muchacha se prendía otra al pecho, y cómo un niño besaba otra en la primera alegría de su vida. Aquello me hizo bien, fue una verdadera bendición. Tales son mis recuerdos, mi vida. Y el rosal continuó floreciendo en toda su inocencia, mientras el caracol dormía allá dentro de su casa. El mundo nada significaba para él. Y pasaron los años. El caracol se había vuelto tierra en la tierra, y el rosal tierra en la tierra, y la memorable rosa del libro de oraciones había desaparecido... Pero en el jardín brotaban los rosales nuevos, y los nuevos caracoles se arrastraban dentro de sus casas y escupían al mundo, que no significaba nada para ellos. ¿Empezamos otra vez nuestra historia desde el principio? No vale la pena; siempre sería la misma.
Las tres olas. Lo primero contaros que aunque las brujas y las lamias estan muy presentes en todos los pueblos del euskalherria, los pescadores nunca mencionan el nombre de sorgin (bruja) mientras navagan ya que trae mala suerte y las llaman pendulen kontrakoak (enemigas de las olas) y hasta hoy en dia las mujeres de los pescadores nuncan cuentan cuentos de brujas cuando sus maridos estan faenando pues si lo hacen no habara pesca. Os dire que los pueblos de pescadores de Bizkaia y Guipuzkoa es donde mas presente se tienen todas estas historia q os cuento y donde mas supersticiones conservan... Asi, en Bermeo vivia una bruja que siempre queria quedarse con lo que no era suyo. Un dia Matxin, un pescador, regreso al puerto con las redes llenas de anchoas y la bruja le salio al encuentro -Hola Matxin, buena pesca traes hoy.... -Si, no esta mal. La faena ha sido muy dura pero el resultado ha sido bueno Ya iba a marcharse porque no le gustaba que le vieran hablando con aquella bruja cuando esta le dijo -Oye, porque no me regalas esas anchoas? -Pero que dices-le grito muy enfadado- ¿estas loca?Apartate de mi camino vieja desdentada Y dandole un empujon siguio su camino La bruja estaba roja de ira asi que fue a buscar a su hija y a otra amiga tambien brujas y les conto lo sucedido -Voy a vengarme. Mañana cuando salga a la mar lo estaremos esperando. Nos convertiremos en olas gigantes. La primera le preocupara, la segunda le asustara y la tercera.....le hundira- y riendo las tres se dirigieron a la playa Nada habria podido hacer Matxin de no ser por Takio, un joven vecino del pescador no lo hubiese oido y hubiese ido a avisarle. Matxin estaba muy preocupado, ers una bruja muy poderosa si podia convertirse en ola, pero el tenia que salir a pescar asi que se armo de valor y tomo la determinacion de enfrentarse a las brujas. Al dia siguiente salio como todos los dias, esta vez acompañado por Takio que insistio en ayudarle. Al de un rato navagando vieron acercarse una ola enorme. -He aqui la primera-Exclamo Matxin La ola llego y levanto la barca muy alto. Al poco llego la segunda -He aqui la segunda-Grito-Agarrate bien Tako que esta nos va a hacer bailar En efecto esta segunda ola era todavia mas grande y no hizo volcar la embarcacion de milagro, pero tambien paso. Y vieron a lo lejos la tercera ola. Era enorme. Mucho mas grande que las anteriores, negra y amenazadora -Y aqui esta la tercera. preparate Matxin- se dijo el pescador- porque si te equivocas estas perdido Y asi cogio un arpon y se preparo para la embestida. Cuando todo parecia indicar que la enorme opla se los iba a tragar, el pescador lanzo el arpon con todas sus fuerzas al corazon de la ola, al centro. Se oyo un grito terrible, la ola se volvio roja y desaparecio sin zarandear la barca. Matxin y Takio se abrazaron con alegria y regresaron a puerto sanos y salvos Al dia siguiente todos se preguntaban que le habia pasado a aquella mujer tan rara con fama de bruja que habia desaparecido y cuya toquilla encontraron en la playa. Nadie se atrevio a preguntarle nada a su hija ni a su amiga que vestidas de negro no hacian mas que llorar a la orilla del mar. Los marineros de Bermeo siempre recuerdan esta historia y llaman a las olas que siempre aparecen juntas "las tres Marias" Un saludo a tod@s
Hoy llego un poco tarde, pero es que después de una semana, le han dado el alta a mi tía (tía-abuela más bien) y hemos salido a celebrarlo. Además, por fin he podido leer vuestros cuentos. Me han gustado muchísimo y me alegra un montón ver que hay más gente que se va sumando al grupo de los "cuentistas" El Atolladero. He aquí que un hombre entró en una pollería. Vio un pollo colgado y, dirigiéndose al pollero, le dijo:-Buen hombre, tengo esta noche en casa una cena para unos amigos y necesito un pollo. ¿Cuánto pesa éste? El pollero repuso: -Dos kilos, señor. El cliente meció ligeramente la cabeza en un gesto dubitativo y dijo: -Éste no me vale entonces. Sin duda, necesito uno más grande. Era el único pollo que quedaba en la tienda. El resto de los pollos se habían vendido. El pollero, empero, no estaba dispuesto a dejar pasar la ocasión. Cogió el pollo y se retiró a la trastienda, mientras iba explicando al cliente: -No se preocupe, señor, enseguida le traeré un pollo mayor. Permaneció unos segundos en la trastienda. Acto seguido apareció con el mismo pollo entre las manos, y dijo: -Éste es mayor, señor. Espero que sea de su agrado. -¿Cuánto pesa éste? -preguntó el cliente. -Tres kilos -contestó el pollero sin dudarlo un instante. Y entonces el cliente dijo: -Bueno, me quedo con los dos. Besitos a todos y buenas noches
hola bello cuento adormidera de peincipio a fin moraleja=los ojo del corazon ase la magia de la bellesa muy bueno grendel bonito cuento de valentia y amistad de takio la mayoria de los amigo te avisa pero te deja ir solo eva y ahora pollero moraleja=la trampa sale asta pronto
Muy buenos todos. Algunos me habéis traido una sonrisa... Y ahora un "anticuento" que muchos conoceréis por canción, unos versos de J.A. Goytisolo: Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado. Todas estas cosas había una vez. Cuando yo soñaba un mundo al revés.
LA JUNTA DE lOS RATONES Una vez se juntaron los ratones para hablar de cosas importantes. -Nuestra suerte sería feliz si no fuera por el gato -dijo uno. -Sí, ¡maldito gato! - dijo otro. -Vivimos asustados, temblando todo el tiempo. -Ya no podemos más -Nunca podemos comer a gusto. -El gato llega tan callado... -Y da unos saltos tan enormes y tan rápidos... Otros muchos ratones tomaron la palabra, y a veces hablaban varios al mismo tiempo. Pero a nadie se le ocurría la manera de evitar tamaños sustos. De repente, por encima de todas las voces, se oyeron los gritos de un ratón que tenía fama de inteligente: -¡Yo sé lo que hay que hacer! Tengo en mi agujero un cascabel que suena muy bien. ¡Ése es el remedio! Basta esperar que el gato esté dormido y colgarle el cascabel al cuello. Así, cada vez que el gato nos ande buscando, él mismo nos avisará y podremos escapar a tiempo. El discurso fue un gran éxito. Unos abrazaban al orador, otros lo besaban, otros le daban palmaditas, otros le decían palabras de felicitación, y todo los demás aplaudían. Pero había un ratón viejito que no aplaudía ni nada. Le preguntaron por qué, y él contestó: -La idea no es mala, pero aplaudiré cuando sepa una cosa: quién se animará a ponerle el cascabel al gato.
Un escorpión, que quería cruzar el río, no encontraba por dónde. Subía y bajaba a lo largo del río una y otra vez, hasta que se encontró con una rana, y le dijo: -Hola rana, no encuentro por dónde cruzar, ¿me harías el favor de pasarme al otro lado montado en tu espalda? -¿Que te lleve a mi espalda? -contestó la rana- ¡Ni loca! Ya conozco a los que son como tú, y si te llevo, me picarás. -No seas tonta -le dijo entonces el escorpión- ¿no te das cuenta que si te pico te hundirás... y yo también, que no se nadar? ¿Por qué iba a hacer algo que supondría mi muerte? Así que el escorpión convenció a la rana. Se subió a su espalda, y empezaron a cruzar el río. Al llegar ala mitad, el escorpión la picó. A la rana se le palarizaron las pata, y, mientras ambos se hundian, la ranita gritó: "¿POR QUÉ LO HAS HECHOOO? NOS VAMOS A AHOGAAAAR" Y el escorpión respondió: Lo siento, ranita, no pude evitarlo... está en mi naturaleza. Moraleja: En la vida, también hay personas que son ranas, y personas que son escorpiones. Cuidado con quién das, no vaya a ser escorpión... Ten en cuenta que está en su naturaleza...
Buenas, hoy no me da tiempo a poner otro cuento de brujas asi que ahi va un fabula de Esopo si no recuerdo mal... El hijo y el leon pintado Un hombre muy anciano tenia un unico hijo muy aficionado a la caza. Una noche en sueños, el anciano vio morir a su hio a manos de un leon. Al despertarse, muerto de miedo mando construir una torre en la que encerro a su hijo para que su sueño no se cumpliera La torre era de lo mas ostentosa con grandes salones y frescos en todas las paredes representando a todas las bestias de la naturaleza, y claro, entre ellas el leon Un dia el joven furiosisismo se acerco a la pintura del leon y grito -Maldito animal! Por tu culpa estoy aqui encerrado. Si mi padre no hubiera soñado contigo ahora seguiria libre Y asesto un terrible puñetazo a la pared con tan mala suerte que se hirio en la mano. La herida se infecto y dejenero en un tumor. Luego llego la friebre y al poco tiempo el joven murio. El leon, a pesar de ser una pintura mato al hijo...