Historias de terror, fantasmas, cómo dar sustos...

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por Pabloski, 9/10/06.

  1. Tara

    Tara

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    Espero que me despierten las animas benditas, que me toquen la mano y pueda sentir su aliento en mi rostro, y si las veo ya no lo cuento:meparto:

    Pabloski, de tusombra no se nada:-?
     
  2. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    Hola.
    El fi de semana no pude estar mucho por aquí, pero hoy, os déjo otra historia.

    La puerta del cementerio

    "Soy una chica de Cartagena, me llamo Desireé y voy contar esta historia que me paso a mi y a mis amigas una noche de Carnaval.

    Antes de ir con la historia quisiera decir que soy una chica a la que le encantan todo lo que tenga que ver con el miedo, los espíritus, las cosas paranormales. A mi ya me ha ocurrido varias cosas, la gente me dice que es un don que tengo porque puedo ver los espiritus y sentir buenas o malas vibraciones.

    El caso es que estábamos yo, mi amiga Laura, Vanessa, Yolanda y Patricia. Era Carnaval y en el pueblo donde veraneo hay mucha marcha, además la gente se queda a vivir todo el año.

    Pues bien, ya teníamos planeado que esa noche queríamos hacer algo interesante, y pensamos en hacer la tabla de ouija. Al principio todas íbamos muy decididas pero conforme llegaba la hora más temíamos ese momento. El caso es que a las 21:00 horas salimos del pueblo con las bicis y nos fuimos a un cementerio muy, muy lejano del pueblo que está justo detrás de una montaña escalofriante. Cuando llegamos aún no era la hora así que comenzamos a explorar el cementerio.

    Cogimos las linternas y exploramos las tumbas. En aquel cementerio las tumbas tienen el nombre, la edad y la razón de porque se ha muerto cada persona. Estuvimos leyendo algunas y habían muchas interesantes como casos de asesinatos, suicidios...

    El caso es que yo tropecé con algo que estaba en el suelo. Empecé a cavar y pude ver que era una tumba enterrada y comencé a leer enfocando con la linterna. Aquella tumba era la de un hombre que se llamaba Lucifarto, que tenia 35 años y en la tumba ponía que la causa de la muerte es que era que se suicidó por que los espíritus se lo mandaron. Lo más sorprendente es que abajo del texto estaba el numero 666. Estaba todo oscuro, estábamos muy asustadas pero aún así quisimos seguir con el reto. Nos pusimos al lado de aquella tumba sacamos la tabla...

    Invocamos a Lucifarto y nos dijo que nos fuéramos y que lo dejáramos en paz. Nosotras no le hicimos caso y seguimos insistiendo, entonces fue cuando nos amenazó de muerte, rompió el vaso, la tabla salio volando... Nosotras bastante asustadas cogimos las bicicletas y nos fuimos, pero vimos que la puerta estaba ¡¡cerrada!!

    ¿Quién la podría haber cerrado si en ese cementerio los sábados no hay guardia? El caso es que estábamos aterradas y atrapadas, entonces decidimos saltar. Pero también se nos presentaron más obstáculos, pues a mi amiga Yolanda no la dejaba salir. Estábamos ya todas fuera menos ella. No podía salir así que nos fuimos todas a buscar a mi madre y a gente que nos ayudara y a la pobre Yolanda la dejamos sola. Fue un trauma para ella y para todas.

    El caso es que cuando abrimos entre todos la puerta tampoco podía salir: Entrábamos y salíamos todos, pero ella no podía. Todos estábamos bastante nerviosos hasta que mi madre cogió a mi amiga en brazos y la consiguió sacar de aquella terrible pesadilla.

    Esta historia salió en el periódico del pueblo, junto a nuestra foto. Desde entonces ni se nos ha ocurrido hacer la ouija ni nos hemos atrevido a acercarnos por aquel cementerio. Cada vez que recordamos esta historia nos entra auténtico terror."


    Hasta luego :beso:
     
  3. Pabloski

    Pabloski El soñador de jardines

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  4. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    Ouija en la casa abandonada

    En un pueblo de la Comunidad Valenciana ocurrieron estos hechos, contados por alguien de la misma localidad. Una noche, cinco chicos se reunieron en una vieja y solitaria casa abandonada en mitad de tierras de huerta con el fin de hacer espiritismo.
    Lo prepararon todo, comenzaron, y como en cada sesión que se precie, uno de ellos, el portavoz, hizo la cuestión de inicio: "Si hay alguien que te moleste aquí, dinos quien es y se irá".

    El vaso indicó dos nombres, los dueños de los nombres se miraron sorprendidos y se despidieron de los otros tres. Volverían al pueblo caminando y ya se verían más tarde.

    Dejaron a los otros tres con su sesión de espiritismo y conversaron por el camino. Cuando llevaban unos cien metros andados, escucharon un ruido y se giraron: La casa caía derrumbándose sobre los tres chicos que se habían quedado en la sesión espiritista.


    Hasta luego.
     
  5. Pabloski

    Pabloski El soñador de jardines

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  6. Pabloski

    Pabloski El soñador de jardines

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  7. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    PABLOSKIIIIIIIIII, que me quedo solaaaaaaaaaaaaaaaaa :11risotada: :11risotada:


    Desde muy joven Jorge tuvo marcado interés por todo lo relacionado con mitos, credos y religiones; últimamente había leído varios libros sobre espiritismo. María, su polola, también se sentía atraída por los temas esotéricos. Se habían puesto de acuerdo para realizar una sesión con Laura, amiga de ambos, a quien conocían desde hacía años, pero que recién les había contado que tenía cualidades de médium.

    Jorge aún se encontraba en casa preparándose para dirigirse a la Universidad cuando recibió el llamado de María.

    —Nos juntaremos con Laura hoy al mediodía en mi oficina, no vayas a llegar atrasado.

    —No te preocupes, mi amor, sólo tengo dos horas de cálculo integral; estaré a tiempo.

    Jorge había planificado que en esta primera reunión se cercioraría si en realidad estas sesiones no eran un engaño. Recordaba que en las reuniones familiares, siempre hablaban que los hermanos de su mamá habían sido once, pero una de ellas, había muerto antes de cumplir el año. No recordaba el nombre de esta tía, por lo que pensaba llamarla en la sesión y preguntarle el nombre y después verificarlo con su mamá.

    Ese mediodía, los tres en la oficina de María recortaron papeles rectangulares, a cada uno le colocaron las letras del abecedario y los distribuyeron alrededor de la mesa, luego dieron vuelta un vaso y siguiendo las instrucciones de Laura cada uno colocó un dedo sobre este.

    Laura, mientras preparaban el abecedario decía en voz alta: “los espíritus son seres sensibles y en función del trato que tengamos con ellos, lograremos uno u otro resultado. La burla y la incredulidad nos conducirán, no solamente al fracaso, sino que puede tener consecuencias graves. Un espíritu burlado puede convertirse en un enemigo terrible, aunque no lo manifieste de una manera directa. Tampoco debemos olvidar que la misma dificultad que tenemos nosotros para comunicarnos con ellos, la tienen también los espíritus, pero una vez que logramos el contacto, los resultados siempre son interesantes, salvo que nuestra actitud haya sido negligente o burlona”.

    Jorge, luego de la explicación de Laura, le dijo que quería estar seguro de la veracidad de lo que allí sucediera , por lo que deseaba, con todo respeto, que invocaran al espíritu de una hermana de su mamá, muerta cuando aún no cumplía un año y que si se presentaba, le preguntara el nombre.

    A los pocos instantes de estar concentrados, el vaso comenzó a moverse en distintas direcciones. Jorge notó que ninguno de los tres ejercía presión sobre este. Laura preguntó si el que estaba presente era el espíritu que ellos estaban invocando. El vaso ahora se movió decididamente hacia la letra S y a continuación a la I, volviendo luego al centro de la mesa. Al preguntarle por el nombre escribió: OLGA. De improviso, la habitación quedó en penumbra, como si la luz del sol hubiese sido eclipsada por densos nubarrones y el cuerpo de Laura comenzó a balancearse en la silla. Retiraron los dedos del vaso y volvió la normalidad. Decidieron que la práctica había sido un éxito y que Jorge verificaría el nombre de la tía.

    —Oye, mamá, ¿cómo se llamaba esa hermana de Uds. que murió recién nacida?

    —Olga, ¿por qué lo preguntas?

    —Es que hoy día participé en una sesión de espiritismo y llamamos al espíritu de tú hermana. No vas a creer, pero dijo que se llamaba Olga.

    —Dos de mis hermanos tenían condiciones de médiums y hacíamos sesiones de espiritismo en la casa; movíamos mesas y nos comunicábamos con varios espíritus —dijo el padre de Jorge que estaba escuchando.

    —No hagan esas cosas, mijito, dicen que es el diablo el que se presenta en esas sesiones y que son muy peligrosas; no les vaya a suceder una desgracia —contestó la madre de Jorge.

    Ese día siguieron conversando sobre espiritismo, pero Jorge ya había tomado una decisión. Sí, en las sesiones era verdad que se presentaban espíritus; eran muy entretenidas e interesantes; continuaría participando en ellas.

    Con el tiempo, incorporaron al grupo a otra pareja amiga y Jorge compró un tablero ouija, para no tener que estar trabajando con papelitos y vasos; el problema era donde reunirse para las sesiones, pues en ninguna casa les aceptaban realizarlas, por lo que la oficina de María pasó a ser el lugar de reuniones oficial del grupo.

    Una tarde se reunieron como de costumbre. Estaban los cinco y decidieron llamar esta vez al espíritu de Atila, el rey de los hunos. A los pocos minutos, se presentó y por las respuestas que dio a las preguntas previamente preparadas por el grupo, se dieron cuenta que esta vez el espíritu que había llegado no era el invocado, sino que seguramente era uno burlón o bien podía ser uno malicioso.

    Se miraban con cara de duda, cuando escucharon una risa, que partió siendo un susurro, pero que fue aumentando de volumen hasta llegar a ser un verdadero grito. Cuando esta cesó, un destello de luz muy potente los cegó por un instante. Al recuperar la visión, notaron inmediatamente que el lugar de María ahora estaba vacío y que la ventana estaba abierta.

    La buscaron por todas partes, en la calle, preguntaron en el edificio, llamaron a su casa, pero nadie la había visto. Por supuesto, esto les afectó terriblemente y para qué decir a los padres de María y a los de Jorge.

    Continuaron reuniéndose en la casa de Jorge y siempre invocaban a María, con la esperanza de recuperarla o saber algo de ella, pero lamentablemente nadie les contestaba.

    La última vez, después de invocar a María, se les ocurrió llamar nuevamente a Atila; a lo mejor algo podría sucederles. Estaban concentrados en Atila cuando escucharon una risa, que partió siendo un susurro, pero que fue aumentando de volumen hasta llegar a ser un verdadero grito…



    :sorprendido: :sorprendido: :16duda: :16duda: :alucinado: :alucinado: :susto: :susto: :susto: :9993aterrado: :9993aterrado:

    Hasta luego :beso:
     
  8. Pabloski

    Pabloski El soñador de jardines

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    Ya vengooo

    El farol de las nieves
    Se trata de un espanto legendario que aparece como un "farol" o bomba luminosa que sale de la iglesia de las Nieves, a una altura de unos diez metros, suspendido en el aire, con rumbo caprichoso, pero en dirección de la plaza principal. Se detenía en algunas casas cercanas a la catedral.
    Este espanto tiene relación con la famosa "emparedada", una joven que recibió el castigo de su padre por buscar un matrimonio a disgusto y a escondidas. Conocedor el padre de este problema, salió con un farol en busca de su hija por la calle que va a la catedral, y al no poder convencerla, determinó emparedarla en una alacena que existía en una de las piezas de la habitación.
    Con el tiempo surgió el farol de luz amarillenta que recorría la ciudad y sus contornos.
     
  9. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    Ya te viiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii :11risotada:

    "Lo que no crees es real"

    "DOS AMIGAS SUFREN LAS TERRIBLES CONSECUENCIAS DE SU BURLA A LOS ESPÍRITUS DURANTE UNA SESIÓN ESPIRITISTA CON EL TABLERO DE OUIJA
    Esto pasó el año pasado. Jugué al juego ouija con mi amiga Carla. No nos lo tomamos en serio y empezamos a insultar, bromeando, a los espíritus que invocábamos. Por mala suerte, invocamos a Satanás que nos deletreó: "Lo que no crees es real".
    Era tarde y mi amiga se fue a casa. Como que mi novio había muerto en un accidente de coche estaba sola en casa, así que me fui a dormir. Sobre las 3:20 de la madrugada me desperté y me fui a beber un café. Mientras bajaba las escaleras, oía las voces de una niña gritando muy en la lejanía. Cuando llegué a la cocina, cogí el vaso y había un papel bajo él que ponía escrito: "Te lo he dicho".
    De repente sonó el teléfono. Era mi amiga Carla, preocupada por que su hija de dieciséis años no había regresado a casa. Entonces vi que bajo mis pies había huellas de sangre. Las seguí y me llevaron hasta el cadáver de la niña con el cuello degollado que yacía en mi cocina. Asustadísima me voy a casa de Carla. Subo corriendo a su habitación y me la encuentro también con el cuello degollado igual que su hija.
    Lo más terrorífico. En su frente alguien había grabado con un cuchillo: "yo tengo la razón". Me desmayé y cuando desperté estaba en un hospital. Todo se acabó.
    Os recomiendo que no juguéis a la ouija si no lo hacéis en serio. Yo no volveré a jugar.
    "


    Hasta luego :beso:
     
  10. Pabloski

    Pabloski El soñador de jardines

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  11. benemi

    benemi ...mar adentro

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    ELLA Y NOSOTROS

    Nos acercamos todo lo que podemos a ella, tiene que morir por que así lo hemos decidido. Esta sentada en la parada de autobús leyendo un libro de gran tamaño, no lo podrá terminar, nosotros se lo impediremos.
    Cruzamos la calle, la noche es perfecta para morir. Nos acercamos a la parada y aunque no tenemos ninguna arma no hace falta pues somos muchos. La mataremos con nuestras propias manos.
    Nos sentamos junto a ella, levanta la mirada levemente y nos mira. Sonreímos. Sigue leyendo, aun no es el momento, tenemos que esperar la señal y cuando esta llegue la rodearemos y la destrozaremos a golpes, pues somos muchos.
    La señal por fin ha llegado.
    Nos levantamos y ella levanta la vista y me mira solo a mi. ¿Por qué yo y no otro cualquiera?. Sus ojos son cálidos, bellos, y suaves llenos de vida e inocencia. Pero no nos dejamos engañar. Nos juntamos en unos solo. Ella deja el libro y me mira, no tiene miedo a nuestro aspecto enfermizo, enorme, macabro e irreal. La miramos y su tranquilidad nos llena de ira.
    Atacamos con furia, todo es destruido a nuestro alrededor, salta hacia atrás y se aleja de nosotros. Una luz brillante sale de su cuerpo y la envuelve. Su intensidad nos hace daño, nos protegemos como podemos pero es difícil tapar siete ojos con solo dos manos. Cuando el resplandor decrece la miramos. Es un ángel, nuestro mortal enemigo desde el inicio de los tiempos. Luchamos en una sinfonía de destrucción, montamos un pequeño Apocalipsis a nuestro alrededor. Ella tiene un descuido y nosotros lo aprovechamos para atravesar su cuerpo y extraerle el corazón. Grita dañando nuestros oídos y finalmente muere. Devoramos con ansia el trofeo que hemos extraído de su cuerpo, es dulce, sabroso y muy tierno. Cuando lo terminamos de saborear nos dedicamos a destrozar y devorar su cuerpo que yace inerte sobre el asfalto.
    Una luz más intensa que la que desprendía mi caído enemigo me rodea interrumpiendo mi voraz apetito. Decenas de angeles me rodean. El grito era una llamada de auxilio que a sido atendida. Es mi fin pues aunque grite nadie me ayudara. Esa es la gran diferencia.
     
  12. benemi

    benemi ...mar adentro

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    MAÑANA LLOVERÁ
    La última clase es siempre la peor. El cansancio acumulado durante la mañana finalmente vence nuestras fuerzas y nos oprime contra los pupitres. Hoy ha sido otro día vacío de significados, tal vez porque el gran hueco que deja el autoengaño al desvanecerse no puede ser ocupado por las pasajeras afectividades cotidianas.


    El profesor expone en voz alta su interesante monólogo sobre la lógica kantiana. Al igual que los escritores, los filósofos son seres curiosamente extraños. Todos parecen escandalizarse ante la simplicidad del monótono ciclo de la vida y, para evitar la desesperación, dedican su tiempo a la creación de posibilidades razonables, mundos paralelos, complejas interconexiones conceptuales de difícil comprensión, realidades no acontecidas y toda una extensa gama de metafísicas ridículamente humanas; como si lo que es pudiera adentrarse un poquito en lo que jamás podrá llegar a ser. Aquel que no reconoce sus límites está irremisiblemente condenado a chocar contra ellos, y los ahogados bufidos de la clase parecen confirmar lo que pienso.


    Al mirar por la ventana puedo captar la fluctuación de memorias olvidadas, sin sentido ni rumbo en el subconsciente. El aire dobla las malas hierbas que crecen junto al edificio y el cielo parece cubierto de ceniza; es muy probable que llueva.


    Estoy empezando a sentirme mal. La cabeza me da vueltas, las formas parecen desdibujarse en manchas difusas ante mis ojos. Un agudo malestar constriñe ni vientre; creo que estoy enfermando por momentos.


    Con gran esfuerzo consigo ponerme en pie -todos giran sus inexpresivos rostros hacia el novedoso estímulo- señalando la puerta con una mano mientras apoyo la otra sobre la mesa para no caer de bruces en el suelo. El profesor hace un indescriptible movimiento con su brazo sin interrumpir su discurso, que yo interpreto como la concesión del permiso para abandonar el aula, aunque de igual modo podría ser un recurso más de su repertorio gestual, tan histriónicamente explotado en la explicación de sus abstracciones.


    Cierro la puerta a mi espalda y me dirijo hacia los servicios a paso ligero. Algo está bullendo, cambiando en mi interior, pero no siento ningún dolor. Comienza a escocerme el brazo derecho. Desabrocho la manga de mi camisa y, para mi sorpresa, compruebo que tengo el antebrazo despellejado, en carne viva; puedo ver el fino entramado de vasos sanguíneos que recorren mi extremidad descubierta, aunque sigo sin sentir el más mínimo dolor.


    Un intenso olor a orín me golpea al entrar en la estancia de azulejos blancos. Antes de llegar a los lavabos una repentina arcada convulsiona mi cuerpo y vomito un espeso líquido negro. Caigo de rodillas al suelo con los brazos extendidos para evitar el terrible golpe y mi brazo derecho se rompe con un sonoro crujido. Al incorporarme veo mi brazo astillado flotando en el charco oscuro.


    Tambaleándome intento volver hacia la clase. Una nueva arcada recorre mi tembloroso cuerpo. La masa de mis intestinos rasga la carne, rompiendo la camisa, irrumpiendo al exterior; en un acto reflejo, intento inútilmente mantenerla en su lugar con mi brazo izquierdo. No sé lo que está ocurriéndome, no siento nada.


    Toda mi epidermis comienza a replegarse sobre sí misma como pergamino viejo y mi carne se cae a pedazos a cada paso. El maxilar inferior se desprende de mi cráneo y mi ojo derecho queda colgando del nervio óptico; lo arranco con un rápido tirón para no perder la estabilidad visual. El dolor físico es ahora sólo el recuerdo de una sensación inexistente.


    Entre no pocos esfuerzos consigo abrir la puerta del aula. Durante una décima de segundo, mi único ojo percibe fugazmente todos los rostros de los alumnos, justo un instante anterior a su transformación en máscaras de puro terror. Intento hablar, pero me resulta imposible. Gritos inconcebibles inundan la clase cuando la percepción colectiva se hace real y efectiva. Muchos caen desvanecidos sobre sus mesas, otros quedan paralizados por el horror. Mi aspecto ha de ser espantoso, aunque lo cierto es que, mentalmente, sigo siendo yo.


    Me arrastro lentamente hacia la tarima del profesor, que yace sobre ella con los ojos en blanco. Tras de mí escucho los aullidos dementes de los que consiguen escapar, cada vez más lejanos, reverberando por los amplios pasillos vacíos.


    Mi cuerpo carece ya de los elementos y energía que lo sustentaban normalmente y caigo hacia delante, decapitándome con el borde de la mesa del profesor; mi cabeza queda encima, cerca de la ventana.


    Soy sólo consciencia.

    Soy materia insensible.


    Puedo ver sobre las montañas del horizonte una bandada de pájaros alejándose. El cielo que todo lo cubre está hilvanado con nubes grises.


    Mañana lloverá.
     
  13. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    Hoy he entrado un momentito a "chafardear" y he visto algunas de las historias que se han contado aquí :11risotada: :11risotada: Mañana volveré otro ratito.

    BENEMI, mañana los leo, hoy no tengo mucho tiempo. :beso:

    "No sólo los perros lamen"

    La citada historia le sucedió a una niña de 9 años, hija única de padres de gran influencia en la política local; esta niña tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña normal con buena educación, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola.
    Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande (esto para que cuidase a la niña cuando creciera), pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra los padres fueron a despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se postraba abajo de la cama.
    Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo, ya aproximadamente como a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó, eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro) y lo hizo y entonces ella se tranquilizó y durmió otra vez.
    Cuando ella se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un rastro de sangre que decía así:
    "NO SÓLO LOS PERROS LAMEN".
    Entonces dio un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo de su habitación.
    Se dice que cuando los padres la encontraron ella no hablaba de otra cosa más que de "¿quién me lamió?" y decía el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la fecha está en un manicomio y sus padres, tratando de olvidar lo que hallaron en el cuarto y a su hija, se fueron al extranjero.
    Y la incógnita más grande es: según los que fueron a investigar al cuarto de la niña, el perro ya estaba muerto, es decir crucificado en el suelo, desde hace horas. ¿Quién le lamió la mano a la niña debajo de la cama?


    Hasta luego :beso:
     
  14. benemi

    benemi ...mar adentro

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    MamaAnna80:beso: de tal palo tal astilla:beso: :beso: sois las dos geniales:5-okey:
     
  15. Pabloski

    Pabloski El soñador de jardines

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