AVELLANO MÁGICO (Hamamelis mollis) El avellano mágico (Hamamelis mollis) es un arbusto de porte redondeado y compacto, dotado de una peculiar floración invernal olorosa y que no desluce el resto del año gracias a su forma y a los bellos colores otoñales que ofrece. CARACTERÍSTICAS Este arbusto caducifolio procedente de China, llamado también Avellano mágico, posee un porte muy ramificado y una altura que no suele pasar los 4 ó 5 metros. La floración, dotada de un agradable perfume, es muy duradera, produciéndose siempre en invierno y en función de cada región y del tiempo atmosférico. En primavera se cubre de hojas grandes y esféricas similares a las de los avellanos. El follaje mantiene un oscuro color verde hasta la llegada del otoño, en el que cambia hacia vivos tonos amarillentos. Estos arbustos resultan perfectos como componente de carácter silvestre del jardín. Hay dos variedades de cultivo principales, una con flores anaranjadas y otra con flores de color amarillo. Multiplicación: Se multiplica fácilmente por transplante, que ha de realizarse en otoño. Permite ser injertado con otras especies del mismo género. Curioso: Antiguamente las ramas eran utilizadas por los zahoríes para buscar agua. Importante: Sus ramas, mezcladas con alcohol, en ocasiones se emplean como astringente. Dato: En Navidad las ramas de este arbusto son utilizadas para la decoración interior, puestas en un jarrón con agua. Flores y hojas. Sus flores son colgantes y cada una de ellas está formada por cuatro largos y estrechos pétalos amarillos o anaranjados, y otros tantos cortos, redondeados y pequeños sépalos marrones. Las hojas son ovales y con los bordes dentados. Su color es verde brillante y la cara inferior tiene una especie de fieltro grisáceo. Cuidados Necesita ambientes frescos y bastante humedad en la tierra. No le afectan las heladas y le beneficia crecer protegido por árboles cercanos o bien que la sombra de la vivienda lo cubra en las horas centrales del día. Precisa suelos fértiles, bien drenados y de naturaleza ácida. Son ideales los terrenos con abundancia de materia orgánica, que sean capaces de retener humedad en verano, y libres de cal.
