Costumbres y oficios antiguos que se han perdido

Hemos evolucionada tan rápidamente que los que tenemos más de 50 años notamos que en un espacio tan corto de tiempo, en nada se asemeja el mundo que conocimos con el mundo que han conocido las generaciones que ahora tienen 30 años.

Hoy os propongo este tema constumbrista porque recordar es algo nostalgico y a veces encantador y porque en aquella España de los 50 poco se conocía de las constumbres de otras regiones, la televisión aún no había llegado y la globalización menos, y a mi me gustaría saber como era la vida en otras regiones.

Empiezo por una constumbre que creo era común en toda España.

Tender la ropa La ropa blanca se tendía sobre la hierba incluso en los lugares donde esta apenas existía, se buscaba la orilla de una fuente o de un arroyo o río y allí donde hubiera un poco de verde se tendía la ropa al sol.

Cada cierto tiempo, dependiendo de lo que Manolo calentara se iba con un cubo lleno de agua y se la mojaba salpicando el agua sobre ella con las manos. Esta operación se repetía hasta que la ropa era considerada superblanca.

Ni que decir tiene que hablamos de cuando se lavaba a mano e incluso de los primeros tiempos de las lavadoras

Primer oficio.

Yo nací en Valladolid tierra de pinares de pino piñonero. Recuerdo que en otoño por todas las calles aparecían los piñeros. Venían con grandes carros de redes repletas de piñas vacías (sin piñones) y las vendían como combustible para calefaciones y cocinas. Voceaban y pregonaban su mercancia y los mulos que tiraban de los carros llevaban unos sacos colgados de las orejas donde supongo llevaban la comida para todo el día e introducían su hocico en los sacos de forma que solo se les veían los ojos y la parte superior de la cabeza.

Y esto de los piñeros me recuerda que hace pocos años visitando los pueblos blancos andaluces hoy vocear (ahora ya en camión) picón de olivo. Esto lo dejo para que algún andaluz nos lo cuente

Madre mi carbonero no vino anoche
y yo le estuve esperando hasta las 12
Carbón,
Carbón de encina y picón,
carbón de encina, picón de olivo
niña bonita vente conmigo......

 

Hola Lourdes

Bueno, antes de nada decirte que en al television de castilla leon, hay un programa el fin de semana, creo que los domingos pero no estoy segura, en los que se recorren pueblos de la provincia de avila y ademas se habla de alguna costumbre de los pueblos y de profesiones perdidas o casi perdidas. La ultima vez que lo vi hablaron de la matanza, y como profesion: cantero.

Me gustarai comentar una profesion perdida, llamada "gabarrero".

Los gabarreros vivian en zonas de pinares, concretamente en mi zona en el espinar y san rafael, y se encargaban de mantener, cuidar y aprovecahr los pinares, los limpiaba, y aprovechaba nsu leña vendiendola a los particulares. Actualmente la profesion esta perdida, no hay gabarreros, pero sin embargo se hacen unas jornadas todos los años para recordar esta profesion en los municipios citados. Las de este año fuero na principios de marzo creo recordar.

Otra profesion, que no creo que este perdida es la de resinero. Cuando vas de Segovia a valladolid, en la tierra de pnares, pudes observar como los pinos tienen heridas, hendiduras donde se colocan los cubiletes para recoger al resina. De esta profesion apenas se nada, supongo que si hubiese algun segoviano de sanchonuño por aqui podrá explicarnos....

Asi, de repente no se me ocurren mas cosas, pero seguro que se me ocurre algo, que para eso soy de pueblo.

Y si de jotas va la cosa, en concreto cantadas por el nuevo mester de juglaria aqui va otra (canto de segadores):

No madrugaria tanto
si el sol fuera jornalero
No madrugaria tanto que
andaria mas ligero

Ya se esta poniendo el sol
ya se debiera haber puesto
para el jornal que ganamos no es menester tanto tiempo

De segar de los secanos
ya vienen los segadores

De beber agua de aljibe
toda llena de gusanos
.....

 

Lourdes, ¡que tema más guapo acabas de proponer! Por cierto, me alegro verte de vuelta.
También yo recuerdo lo que dices de la ropa. Tengo algunos añitos menos, pero los suficientes para que me haya tocado vivir todo éso. A mí me gustaba mucho lavar en el río, cuando estaba en el pueblo. De aquélla se lavaba sobre unas piedras planas, grandes, que había puestas en la orilla, con jabón de Lagarto, o Chimbo; cuando coincidía que bajaban las vacas a beber, cogías la ropa, te apartabas un poco, esperabas tranquilamente a que el animalín bebiera, (yo me entretenía en acariciarlas, mientras tanto) y luego seguías a la faena. Y lo que dices, a tender la ropa blanca sobre la hierba.

Otra costumbre que había en Gijón, cuando yo era pequeña, y que también desapareció, eran los afiladores. Recorrían las calles, por la mañana temprano, con su carrito, gritando "el afiladoooooooor" acompañándose de un típico sonido como de armónica. Las señoras le llamaban desde las ventanas, y bajaban a la acera para afilar los cuchillos y las tijeras. Y también había otros que eran algo así como chatarreros, y lo mismo, pasaban con su carro, gritando que compraban trapos, botellas....

Bueno, seguro que salen muchas cosas, que somos unos cuantos "yogurinos" de ta i pico

 

Buen día.

Pues sí que es atractivo el tema, sí.

Y sí que ha evolucionado la cosa. Ni siquiera hace falta tener más de 50 para recordar costumbres y oficios perdidos o en vías de extinción.

Mientras leía a Lourdes, estaba pensando: "mira qué bien, yo voy a hablar de los afiladores, que fueron los embajadores de Galicia (de Ourense sobre todo) en el exterior durante mucho tiempo. Pero ya lo hizo Fernanda, así que sólo añadiré que además de afilar también solían dedicarse a arreglar distintos objetos, sobre todo paraguas (sí, sí, en serio, los paraguas no eran de "usar y tirar", sino que se arreglaban y se seguian usando). Por eso cuando el afilador llegaba al pueblo, el "grito de guerra" muchas veces era "AFILADOOOOOOOOR Y PARAGÜEEEEEEEROOOOOOO"

Bien, la cuestión es que, descrito ya el oficio de afilador, en este momento sólo se me ocurre uno que, aunque todavía quedan algunos por ahí, se puede considerar también desaparecido:

EL CAPADOR.

(Tranquilos, chicos, que aunque dije que quedaban algunos, se dedicaban y se dedican a los animales de cuatro patas, así que podéis volver a poner las manos sobre el teclado )

Pues el oficio consistía en lo siguiente: cuando en las aldeas todo el mundo criaba sus cerditos para consumo familiar, parece ser que antes de la pubertad había que castrarlos (la verdad es que nunca supe si es porque así engordan más o porque la carne de eunuco es de mejor calidad).

Y para eso (y otros animales, pero el cerdo era el más abundante) estaban los capadores, que también iban por los pueblos y se anunciaban haciendo sonar un silbato (asubío o chifre) muy parecido al de los afiladores.

No se me ocurren canciones, pero sí un par de dichos o frases hechas en relación con el tema:

Una, más políticamente correcta: "Mentres se capa non se asubía" (Mientras "eso" no se toca el silbato; viene a decir que es mejor atender a una actividad cada vez, sin pretender estar en todo)

La otra, un poquito más bastilla y no utilizable en todos los contextos, pero como hay confianza, os la digo. Se usa cuando alguien es muy impaciente y quiere ver resultados cuando aún la cuestión no está decidida o resuelta, y es: "Aínda (todavía) están os collóns na man do capador" No se necesita traducción, ¿verdad?

Hasta luego.

 

Los recolectores de plantas aromáticas

Veredas antiguas, senderos olvidados, caminos entre dos nadas, viejas trochas en desuso que sólo conocen “los más viejos del lugar”

Como éstas de las fotos, que conducen a la zona alta de una sierra murciana, donde los recolectores de plantas aromáticas iban a afanar con su corvilla un hato de mata de romero y espliego. Y luego lo bajaban en su borriquillo al llano para hacer esencia. Aún recuerdo las calderas en las que destilaban la fragante pócima que impregnaba de olor todo el paisaje.

Veredas, pinceladas de luna llena, caricia de mis pisadas, comisura risueña de labios verdes.


__________________.
Voy recorriendo a pasicos los caminos de mi tierra. Entre pinos y carrascas. Entre romeros y endrinos.

 

noooo, no hace falta traducción, se entiende muuuu bien Aquí decimos "tranquilo, que está el capador sobre la gocha".
Se me olvidó lo de los paraguas, también aquí los arreglaban los afiladores, ¡es verdad! y a raíz de éso, me acabo de acordar también de otro oficio, que si no desaparecido, casi, casi: los zapateros, pero no esas tiendas que hay ahora de repara express, no, zapateros que lo hacían todo a mano, coser, poner tapas, suelas,..... Antes, si se estropeaba algo, (que además tardaba muuuuucho en estropearse, porque se hacían las cosas para que duraran) se arreglaba; ahora, si se estropea algo, que ocurre enseguida, porque hacen las cosas para que no duren, se tira en la mayoría de los casos, porque es más caro reparar que comprarlo nuevo. ¡Desastre de consumo!

Y otro oficio que se quedó también en la noche de los tiempos, (éste sólo en los lugares costeros) eran las sardineras. ¿Os acordáis? se ponían con sus carritos y las cajas de madera, llenas de hielo en trozos, a vender las sardinas. Recuerdo que eran muy mal habladas, aunque con gracia, y tenían mucho remango. Una vez, había una señora que empezó a oler una sardina, a poner cara de asco, y decir que no estaba fresca... y la sardinera cogió la sardina, y se la metió por la cara, acompañando la faena con unos improperios...

en fín, a seguir currelando, que ya falta menos....

 

Como me gusta éste tema, sobretodo porqué soy joven y no lo he vivido, aunque me acuerdo de cuando era pequeña y me iba con mi abuela (cuando veraneaba en el pueblo) a lavar la ropa. Todas las mujeres con sus cubos, lavando sobre las piedras, mmmmm, me encantaba ese olor.
Otra cosa que siempre me ha gustado hacer, és ir con una bote a buscar la leche. En la ciudad eso no se estila, aquí existe el tetrabrick de toda la vida, por eso cuando voy al pueblo, cogo mi boticello y a buscar la leche, que está la fábrica al lado de casa, y que decir que la leche no tiene ni punto de comparación con la de brick. Llegar allí, ver como ordeñan las vacas, pedir la leche y que me la den, no se parece en nada en ir al carrefour y comprarla.
Por cierto, lo del afilador, aquí hay un hombre que no quiere perder esa costumbre, y viene siempre los domingos por la mañana con su harmónica. La verdad no tiene mucho éxito, pero él lleva toda la vida haciéndolo, domingo tras domingo.

 

Rula lo del capador me ha recordado un viejo chiste...

Aunque no os lo creáis en este pueblo al menos dos veces al año pasa el afilador. No le he preguntado si era gallego

También pasan chatarreros esos todos los días pero con folloneta y altavoces ¡se compra chatarra, lavadoras, colchones viejos...se compra y se paga!

Bueno esta vez dos oficios más;

. Cada cierto tiempo pasaba el trapero un espectáculo el carro del trapero, como si de zíngaros se tratara. Se llevaban todos los trapos viejos de la casa y eran viejísimos porque todo se zurcía y repasaba tropecientas mil veces. A cambio negociabas el trueque por la loza que llevaba, dos platos por el lote o una figurita palillero o un tazón.....Al final en las casas lo de diario provenía de esta economía de trueque y nunca había más de dos piezas iguales.

Y al hilo de lo anterior me vienen a la cabeza

que también solían ser gallegos o de León. Eran el equivalente a los vendedores de mercadillo de ahora. Llevaban en carros toda clase de productos a los pueblos aislados. El alguacilillo canturreaba la mercancía por las calles cuando llegaban al pueblo.

Pues eso "arrieros somos y en el camino andamos"

Agüelico no me lo cuente tan bonico que entre que el tema es noltagico y lo flan Dhul que soy yo me emociona mucho.

Besos

 

¿Y qué me decís de los heladeros? En mi pueblo, de pequeña, llevaban unos cascabeles para que se les oyeran llegar; salíamos toda la chiquillería corriendo. Iban con un carrito que empujaban ellos mismos la mayoría de veces, y otras lo arrastraba un borrico o una mula. Casi nunca llevaban polos, que era una cosa muy novedosa entonces, pero no les faltaba el agua de cebada (slurp mmmmm) ni la limonada. Eso era en verano. En noviembre, por todos los santos, lo que llevaban era arrope. En las casas se hacían gachas, que es una especie de masa como de crepes, con harina y agua que se cocía al fuego, y el arrope se hace con calabaza y azúcar, si no recuerdo mal, y se hacía un líquido espeso y negro. Se ponía la gacha en un plato, y cuando se solidificaba al enfríar, se le echaba por encima el arrope. Ay mi abuelita, qué ricas me hacía las gachas... este mismo verano me empeñé en que me enseñara, y me comí unos platos que ni te cuento. Ahora, eso sí, el arrope no me salió, y lo tuve que comprar en una tienda de delicatessen ¡6 € un tarrito de 400 grs.!!

 

¡¡¡Que majo el tema ¡¡¡¡
Yo me acuerdo del "Deshollinador "y el miedo que me daba. ,venian dos ,uno en la cocina hablaba a traves de la chimenea con el que estaba arriba en el tejado ..Los veia tan sucios de hollin ,y esa voz que salía como de ultratumba.....Hasta que no se iban ,no salia de la despensa
¿Os habeis fijado ,que ahora como te dejes la ropa al sol ,mas rato de la cuenta se pone amarilla ?seran los detergentes ?
Una pena que no haya "gabarreros",así estan los bosques de sucios ,luego incendios..........
Besicos

 

Lourdes, qué tema tan entretenido!!!!

Algunas de las cosas que han contado también se daban en mi tierra, recuerdo además que había un hombre que reparaba las ollas, cazuelas, no sé cómo les llaman uds. como eran de fierro enlozado, cuando estaban saltadas terminaban con un agujerito y no servían, este hombre les ponía un remache de cobre y listo! se podían usar algunos años más.

Mi madre también "tendía" la ropa sobre el pasto, pero antes, en el agua del enjuage o aclarado, agregaba unos polvos azules, que hacían que la ropa se viera más blanca. Nunca supe lo que era, se llamaba simplemente "azul".

Un antiguo oficio perdido era el estirador de somieres, las camas antiguas no eran con tablas como ahora, tenían una especie de tejido de alambres, que con el tiempo iba cediendo y este personaje pasaba por las calles gritando su oficio y podía pasar un día entero estirando esas mallas de alambre y dejándolas nuevamente tensas.

Pasaba por mi casa cada cierto tiempo un hombre que vendía algas comestibles y las llevaba sobre un burro. En Chile existen dos algas comestibles que eran tradición en la cocina antigua, "cochayuyo" y "luche", mi madre siempre compraba porque aportaba suficiente yodo a nuestra alimentación.

El organillero es otro personaje que, por suerte, aún sobrevive. Algunos domingos pasa por mi calle con su organillo, unas aves, que no sé cómo se llaman, caturras, catitas o algo así, o con un loro. Además vende molinillos de viento y pelotas hechas de aserrín y con un elástico, y otro extraño juguete que se hace girar en torno a un palito y produce un ruido ronco, que es la delicia de los niños.

En nuestros campos, en las zonas más pobres, aún se hace carbón de espino, es una actividad de invierno, cuando hay poco trabajo, recolectan ramas, las limpian y apilan, cubren todo esto con barro y lo prenden. Es una especie de horno donde lentamente se convierte la madera en carbón, y es el mejor carbón para hacer un buen asado a la parrilla mmmmmmm!!!!!

 

Betty "el azul "aqui se llama "azulete "ahora tambien venden ,pero modernizado ,sobrecitos que se ponen con el detergente.
Besicos

 

Y yo me acuerdo de alguien que gritaba en la puerta de mi casa y decia: Soy el mielero !!
Y llevaba una cesta de mimbre de esas que se abren por dos lados, y llevaba miel, queso y chorizo.
Y del Retiro de Madrid y la playa de la Concha, de San Sebastian, el barquillero paseandose con aquel "artefacto" que tenía una rueda y si acertabas un número los barquillos te salían gratis!!!!

Besos Nube

 

Síii, el barquillero, , también lo había aquí. Los domingos, cuando éramos pequeños, nos llevaban al parque, y era la gran afición de todos los niños ir al barquillero, y darle a la rueda. ¡Cómo me gustaba! Y los barquillos eran gruesos, y riquíiiiiiiisimos.
Y había también un hombre que llevaba "pirulís". Eran unos caramelos exquisitos, de tres colores, largos y en forma de cono, con un palo, que los tenía expuestos clavados como en un tronco. ¡ Vaya cómo me gustaban también !

Qué pena, la cantidad de cosas buenas que se perdieron.

 

Os acordais de las señoras que se dedicaban a arreglar las carreras de las medias yo de pequeña me quedaba alucinada, no podia entender como podian arreglar una cosa tan fina sin que se notara. y que velocidad tenian en las manos