clemy_mar, que triste esa historia me ha gustado y hemos de tener en cuenta que las tormentas no son eternas
amalia, bonita manera de decirlo... La tormentas no son eternas, pero el cielo sí. Y el es testigo de todas las tormentas que pasaron. En cuanto la tristeza de esta historia... la vida es así, a veces triste... No te preocupes por mi, ya me he acostumbrado a esos caprichos de la vida. amiga
clemy_mar, el cielo ha de ser testigo tanto de las tormentas como de los días soleados.... Animo amiga
muy bonita historia clemy. Aunque tengo la sensación, que tus historias plantean sentimientos inconclusos.
Gracias Principito, yo no habría encontrado una manera mejor de expresarlo, rico besito me han dado gracias a tí. ( te debo una colega) Karo por favor, no molestais... quedaros acá con nos. para ellas y para ellos.
qué despistada soy zeusz_z, Te invitaba en otro post a que te pasaras por aquí........ y resulta que ya habías pasado... Perdón, soy así siempre.....
¡Hola a tod@s! COMO TÚ Yo como tú amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas el paisaje celeste de los días de enero. También mi sangre bulle y río por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas. Creo que el mundo es bello, que la poesía es como el pan, de todos. Y que mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos. Roque Dalton
Iolanda ... ¿ que es poesía ? dices mientras clavas tu pupila en mi pupila azul....¿ Que es poesía..? si tu me lo preguntas ? Poesía eres Tú. Don´t worry Geraldine
Definiciones Podríamos tener una discusión sobre el amor. Yo te diría que amo la curiosa manera en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen, exploradores que renuevan el más antiguo acto del conocimiento. Diría que amo tu piel y que mi piel te ama, que amo la escondida torre que de repente se alza desafiante y tiembla dentro de mí buscando la mujer que anida en lo más profundo de mi interior de hembra. Diría también que amo tus ojos que son limpios y que también me penetran con vaho de ternura o de preguntas. Diría que amo tu voz sobre todo cuando decís poemas, pero también cuando sonás serio, tan preocupado por entender este mundo tan ancho y tan ajeno. Diría que amo encontrarte y sentir dentro de mí una mariposa presa aleteándome en el estómago y muchas ganas de reírme de la pura alegría de que existía y estás, de saber que te gustan las nubes y el aire frío de los bosques de Matagalpa. Podríamos discutir si es serio esto que te digo. Si es una quemadura leve, de segundo, tercer o primer grado. Si hay o no que ponerle nombre a las cosas. Yo sólo una simple frase afirmo Te amo Gioconda Belli
Hola clemy_mar me gusto mucho tu relato, y espero que pronto pase esa tormenta. Gracias por compartirlo y estar acá con nosotros Y esto que voy a dejar a continuación es infantil y ñoño, igualmente a mi me gusta y por eso lo dejo ¡Que me importa! clemy, amalia, Gera, karo, iolanda, Zeusz_z, saludos y para tod@s Al colegio Yo iba en bicicleta al colegio. Por una apacible calle muy céntrica de la noble ciudad misteriosa. Pasaba ceñido de luces, y los carruajes no hacían ruido. Pasaban majestuosos, llevados por nobles alazanes o bayos, que caminaban con eminente porte. ¡Cómo alzaban sus manos al avanzar, señoriales, definitivos, no desdeñando el mundo, pero contemplándolo desde la soberana majestad de sus crines! Dentro, ¿qué? Viejas señoras, apenas poco más que de encaje, chorreras silenciosas, empinados peinados, viejísimos terciopelos: silencio puro que pasaba arrastrado por el lento tronco brillante. Yo iba en bicicleta, casi alado, aspirante. Y había anchas aceras por aquella calle soleada. En el sol, alguna introducida mariposa volaba sobre los carruajes y luego por las aceras sobre los lentos transeúntes de humo. Pero eran madres que sacaban a sus niños más chicos. Y padres que en oficinas de cristal y sueño... Yo al pasar los miraba. Yo bogaba en el humo dulce, y allí la mariposa no se extrañaba. Pálida en la irisada tarde de invierno, se alargaba en la despaciosa calle como sobre un abrigado valle lentísimo. Y la vi alzarse alguna vez para quedar suspendida sobre aquello que bien podría ser borde ameno de un río. Ah, nada era terrible. La céntrica calle tenía una posible cuesta y yo ascendía, impulsado. Un viento barría los sombreros de las viejas señoras. No se hería en los apacibles bastones de los caballeros. Y encendía como una rosa de ilusión, y apenas de beso, en las mejillas de los inocentes. Los árboles en hilera eran un vapor inmóvil, delicadamente suspenso bajo el azul. Y yo casi ya por el aire, yo apresurado pasaba en mi bicicleta y me sonreía... y recuerdo perfectamente cómo misteriosamente plegaba mis alas en el umbral mismo del colegio. Vicente Aleixandre Salu2
César, no ha sido tan infantil el texto de Aleixandre, a mi me ha gustado SENCILLOS DESEOS Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo y quisiera besos en la espalda acurrucos que me dijeras las más grandes verdades o las más grandes mentiras que me dijeras por ejemplo que soy la mujer más linda del mundo que me querés mucho cosas así tan sencillas tan repetidas, que me delinearas el rostro y me quedaras viendo a los ojos como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran alborotando todas las gaviotas en la espuma. Cosas quiero como que andes mi cuerpo camino arbolado y oloroso, que seas la primera lluvia del invierno dejándote caer despacio y luego en aguacero. Cosas quiero como una gran ola de ternura deshaciéndome un ruido de caracol un cardumen de peces en la boca algo de eso frágil y desnudo como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana o simplemente una semilla, un árbol un poco de hierba una caricia que me haga olvidar el paso del tiempo la guerra los peligros de la muerte. Gioconda Belli
YO, LA QUE TE QUIERE Yo, la que te quiere Yo soy tu indómita gacela, el trueno que rompe la luz sobre tu pecho. Yo soy el viento desatado en la montaña y el fulgor concentrado del fuego del ocote. Yo caliento tus noches encendiendo volcanes en mis manos, mojándote los ojos con el humo de mis cráteres. Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo, riendo la risa inmutable de los años. Yo soy el inexplorado camino, la claridad que rompe la tiniebla. Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía y te recorro entero, sendero tras sendero, descalzando mi amor, desnudando mi miedo. Yo soy un nombre que canta y te enamora desde el otro lado de la luna, soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo. Yo soy algo que crece, algo que ríe y llora. Yo, la que te quiere. Gioconda belli