Guía de cactus y crasas: 5. Sustratos, macetas y trasplantes de cactus y suculentas

Tema en 'Guía de cactus y crasas' comenzado por Venior, 12/3/07.

  1. Venior

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    Sustratos para suculentas

    Aunque los cactus son plantas que soportan suelos de notable pobreza, agradecen que sean cultivados en un sustrato más nutritivo del que se encuentra en sus lugares de origen.

    Debe reunir las condiciones que son esenciales para un sustrato para estas especies: porosidad, moderada riqueza, y mediana retención de humedad.

    Macetas y trasplantes de cactus y otras suculentas

    Hay dos tipos de maceta disponibles: arcilla y plástico.

    Las macetas plásticas son más livianas, más económicas y requieren menos riego.

    En cambio las macetas de arcilla proveen mejor estabilidad para plantas altas y pueden ayudar a mitigar los efectos de haber regado demás.

    Es preferible utilizar macetas altas. El uso de macetas amplias y bajas (del tipo para bonsái) para facilitar la amplitud del sistema radicular no tiene sentido, ya que en el cultivo de cactus en maceta las raíces están siempre limitadas, en todo caso la altura debe incrementarse para las especies con raíz tuberosa.

    Es importante que la maceta sea lo mas pequeña posible con respecto al tamaño de la planta, esto permitirá controlar mejor la humedad del sustrato.

    Síntomas como falta de crecimiento, mal color de la planta, raíces que salen por los agujeros de drenaje o simplemente un tamaño desproporcionado entre planta y maceta, indican que se hace necesario el trasplante a un recipiente más grande (o a veces, más pequeño).

    El mejor momento para llevar a cabo esta operación es al comienzo de la primavera una vez que han comenzado a brotar las plantas, aunque puede realizarse también durante el resto de la primavera y todo el verano.

    Si existe alguna causa que haga necesario cambiar de maceta a un ejemplar durante el invierno, puede en dicha estación, pero tomando precauciones mucho mayores respecto al riego, y teniendo en cuenta que las plantas transplantadas durante el invierno sufren un mayor o menor retraso en la brotación de primavera.

    Una vez retirada de su maceta la planta que va a ser objeto del transplante debe eliminarse la antigua tierra que rodea a sus raíces, poniendo atención a la posible existencia de unas masas algodonosas sobre la raíz, lo cual indicaría la presencia de la cochinilla algodonosa de raíz (Rhizoecus cacticans). Dado el caso, se haría necesario sumergir todo el sistema radicular en una solución de insecticida durante varios minutos.

    Sobre los agujeros de drenaje del fondo de la nueva maceta puede colocarse una capa de piedras, grava o arcilla expandida que favorezca la evacuación del exceso de agua. A continuación se aporta una capa de sustrato y se suspende la planta con una mano o con un trozo de papel enrollado, de forma que las raíces queden algo colgantes y bien extendidas en profundidad y anchura mientras que con la otra mano se va añadiendo sustrato hasta que el sistema radicular quede cubierto.

    Sobre el sustrato se coloca una capa de aproximadamente 1 cm. de espesor (dependiendo del tamaño del ejemplar) constituida por arena gruesa o grava cuyos elementos midan entre 3 y 6 mm. de diámetro.

    La función de esta capa es importante en el cultivo de los cactus, ya que disminuye la evaporación de la humedad del sustrato e impide la formación de una capa superficial endurecida y poco permeable al aire.

    Otra circunstancia que justifica el empleo de gravilla sobre la tierra de los cactus radica en el hecho de que al no existir absorción de agua en la parte superior del sistema radicular ni en la unión de la raíz principal con el cuerpo de la planta, no conviene que estas zonas no absorbentes estén en contacto directo con la humedad del suelo, ya que esta humedad puede producir daños en algunas plantas.

    Además del efecto estético que esta capa produce en la superficie de la maceta y que puede ser de los colores que elija el cultivador.

    Una vez efectuado el transplante y en el caso de que éste se haya realizado en primavera o verano, se mantendrá el suelo sin regar durante una semana para dejar que cicatricen las heridas que se hayan producido en las raíces durante la operación, manteniendo la maceta durante este período al abrigo de los rayos del sol.

    Tras esta espera podrán darse con prudencia los primeros riegos, para después continuar con normalidad.