Hola a tod@s. Todavía no he terminado de leer, ver y escuchar todo lo que habéis aportado pero me gusta ver tanta gente conocida por este rincón. También he tardado en volver porque buscaba algo en concreto de un hilo precioso que abrió MANU en el foro antiguo, hilo que dio pie a la apertura de un blog especial abierto por espliego y que algunos recordarán supongo. El texto es de un compañero (elermitaño) que no sé si sigue en Info o con otro nick. Y el texto es el siguiente: En un rincón, escondido entre las hierbas, estaba el corazón verde del jardinero. Nadie lo regaba ni lo cuidaba, nadie se percató de su presencia hasta que, pasado el tiempo y llegado el momento, floreció por si mismo con tal belleza y desprendiendo una fragancia tan embriagadora que sorprendió a los más avezados botánicos del mundo. Nunca se pusieron de acuerdo en darle un nombre adecuado, y es que cada uno lo quería para sí de tal modo que perdieron toda su ciencia; pues era éste su misterioso poder. Al fin, muertos todos los que lo amaron y perdido de nuevo en la maleza, volvió a florecer por ellos... No necesitaba nada para vivir, pues era esencia de vida y tenía las raíces tan profundas como el mundo que le vio nacer un día, en aquel recogido lugar del jardín de la memoria. Y más textos bonitos de otros compañer@s podéis encontrar en el blog relatinfo@gmail.com Y sigo con mi lectura de lo vuestro. Nos "vemos"
Un clásico que no puede faltar...muy sabia Desiderata de Max Ehrmann Camina plácido entre el ruido y la prisa, y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio. En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas. Enuncia tu verdad de una manera serena y clara, y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia. Evita a las personas ruidosas y agresivas, ya que son un fastidio para el espíritu. Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú. Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea, ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos. Sé cauto en tus negocios, pues el mundo está lleno de engaños. es perenne como la hierba. Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud. Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas, mas no te agotes con pensamientos oscuros, muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo. Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas, tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera. Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de Él, y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida. Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso. Sé alegre. Esfuérzate por ser feliz.1 Pero no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe, hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales, la vida está llena de heroísmo. Sé tú mismo, y en especial no finjas el afecto, y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños, esfuérzate por ser feliz.
Os dejo otra parábola espero que os guste amigos. Cerca de Tokio vivía un gran samuray, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samuray, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama. Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza. Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron: —¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros? El viejo samuray repuso: —Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo? —Por supuesto, a quien intentó entregarlo —respondió uno de los discípulos. —Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos —añadió el maestro—.Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo. Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos: somos los únicos responsables de ellos. Eso es lo que se llama asertividad. Saludos
FABULAS DE ESOPO LA LAMPARA Una lámpara rebosante de aceite lanzaba una luz hermosísima y se vanagloriaba de brillar más aún que el sol. Un momento después una ráfaga de aire la apagó. Su dueño volvió a encenderla y dijo: –Alumbra cuanto quieras, lámpara, pero no te compares. El resplandor de los astros no se eclipsa tan fácilmente. Cuando se goza de cierta fama no hay que dejarse cegar por el orgullo, porque todo lo que se adquiere se puede perder. FABULAS DE ESOPO EL CABALLO Y EL ASNO Un hombre tenía un asno y un caballo. Cierta vez iba con sus dos animales y durante el camino el asno le dijo al caballo: –Si en algo valoras mi vida hazte cargo de una parte del peso que llevo. El caballo se hizo el sordo y el asno, vencido por la fatiga se desplomó, muriendo al instante. El dueño levantó toda la carga y la puso encima del caballo, añadiendo además la piel del asno, pues deseaba conservarla. El caballo, agobiado por el peso, se lamentaba: –¡Qué poca suerte! No quise cargar con una parte y ahora me toca llevarlo todo, inclusive la piel del asno. Cuando los grandes aceptan compartir con los pequeños las dificultades, éstas se hacen más soportables para ambos.
A ver que os parece este, que paséis buen día Uno de los niños de una clase de educación infantil preguntó: -Maestra… ¿qué es el amor? La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado. Como ya estaban en la hora del recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajeran cosas que invitaran a amar o que despertaran en ellos ese sentimiento. Los pequeños salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo: -Quiero que cada uno muestre lo que ha encontrado. El primer alumno respondió: -Yo traje esta flor… ¿no es bonita? A continuación, otro alumno dijo: -Yo traje este pichón de pajarito que encontré en un nido… ¿no es gracioso? Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando a los demás lo que habían recogido en el patio. Cuando terminaron, la maestra advirtió que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido en silencio mientras sus compañeros hablaban. Se sentía avergonzada por no tener nada que enseñar. La maestra se dirigió a ella: -Muy bien, ¿y tú?, ¿no has encontrado nada que puedas amar? La criatura, tímidamente, respondió: -Lo siento, seño. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma durante más tiempo. Vi también mariposas suaves, llenas de color, pero parecían tan felices que no intenté coger ninguna. Vi también al pichoncito en su nido, pero…, al subir al árbol, noté la mirada triste de su madre y preferí dejarlo allí… Así que traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de las mariposas y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo enseñaros lo que he traído? La maestra le dio las gracias a la alumna y emocionada le dijo que había sido la única en advertir que lo que amamos no es un trofeo y que al amor lo llevamos en el corazón. El amor es algo que se siente. Hay que tener sensibilidad para vivirlo
BUEN JUEVES... Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho, y sus amiguitos disfrutan jugando con él porque es muy divertido. Le gusta dar largos paseos con su compañero, el elefantito. Después de la merienda se reúnen y emprenden una larga caminata charlando y saludando a las mariposas que revolotean coquetas, desplegando sus coloridas alitas. Siempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Con mucha paciencia trata de enseñarles que pueden entretenerse sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin destruir lo hermoso que la naturaleza nos regala. Un domingo llegaron vecinos nuevos. Santilin se apresuró a darles la bienvenida y enseguida invitó a jugar al puercoespín más pequeño. Lo aceptaron contentos hasta que la ardillita, llorando, advierte: - Ay, cuidado, no se acerquen, esas púas lastiman. El puercoespín pidió disculpas y triste regresó a su casa. Los demás se quedaron afligidos, menos Santilin, que estaba seguro de encontrar una solución. Pensó y pensó, hasta que, risueño, dijo: - Esperen, ya vuelvo. Santilin regresó con la gorra de su papá y llamó al puercoespín. Le colocaron la gorra sobre el lomo y, de esta forma tan sencilla, taparon las púas para que no los pinchara y así pudieran compartir los juegos. Tan contentos estaban que, tomados de las manos, formaron una gran ronda ycantaron felices. FIN Cuento de María Álvarez (Argentina)
Conoceis el cuento de Maria Sarmiento que se fue a cagar y se la llevo el viento........ Pues si no es asi aqui os lo dejo https://www.youtube.com/user/foxfocus81
EL ECO Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: "AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !". Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: "AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !" Con curiosidad, el niño grito: "Quién eres tú?" Recibió de respuesta: "Quién eres tú?"Enojado con la respuesta, grito: "Cobarde!" Recibió de respuesta:"Cobarde!" Miró a su padre y le preguntó: "Que sucede?" El padre sonrió y dijo: "Hijo mío, presta atención." Y entonces el padre gritó a la montaña: "Te admiro!" La voz respondió: "Te admiro!" De nuevo el hombre gritó: "Eres un campeón!" La voz respondió: "Eres un campeón!" El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego el padre explicó: "La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA...Te devuelve todo lo que dices o haces... Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor... Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia... Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida... La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado." Tu vida no es una coincidencia... Es un reflejo de ti. Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites"
Un pobre pescador, volviendo al puerto, sacó en la red un muerto. Sin mirar si era fiel o si era moro, sepultura le dio, y halló un tesoro. Premio de su virtud sencilla y pura, la caridad le trajo la ventura. Moraleja: Las personas que hacen lo correcto tarde o temprano se ven recompensadas por la vida. Juan Eugenio Hartzenbusch Leer completo: Fábulas cortas con moraleja http://cuentos.yavendras.com/fabulas-cortas.php Leer completo: Fábulas cortas con moraleja http://cuentos.yavendras.com/fabulas-cortas.php
PARABOLA DE LOS HAMBRIENTOS «¿Quién de vosotros asumirá la responsabilidad de alimentar a los hambrientos», preguntó Buda a sus discípulos cuando el hambre asolaba Shrvasti. Ratnakar, el banquero, movió la cabeza diciendo: - «Todas mis riquezas no bastarían para dar de comer a los hambrientos». Jayasen, el general del Ejército real, respondió: - «Estaría dispuesto a dar mi propia sangre, pero no tengo comida suficiente en mi casa». Dharmapal, que poseía muchas hectáreas de tierra, dijo con un suspiro: - «El demonio de la sequía ha absorbido la humedad de mis campos. No sé cómo pagar los impuestos». Se levantó entonces Snpriya, la hija del mendigo. Hizo una reverencia a todos y dijo humildemente: - «Seré yo quien dé de comer a los hambrientos». - «¿Cómo?», gritaron todos sorprendidos. «¿Qué esperanzas puedes tener tú de cumplir esa promesa?..» - - «Soy la más pobre de todos vosotros. Esta es precisamente mi fuerza. Tengo mi arcón y mi despensa en cada una de vuestras cada. (R.Tagore) Los tres árboles Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas. El primero dijo:- “Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza”. El segundo árbol dijo: – “Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mí fortaleza, destreza sobre las aguas y mi poderoso casco”. Finalmente el tercer árbol dijo: “Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y en cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará.” Después de unos años de que los árboles oraran para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde ellos estaban. Cuando uno vio al primer árbol dijo: – “Este parece un árbol fuerte, creo que podré vender su madera a un carpintero”, y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros. El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: – “Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto”. El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación. El último leñador se acercó al tercer árbol; éste estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: – “No necesito que el árbol que corte tenga alguna característica especial, así que tomaré este”. Y cortó al tercer árbol. Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado. El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final. El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega. Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebe, pero esta cumplía su labor y protegió al bebé. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia. Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, este se levantó y dijo: – “¡Calma! ¡Quédate quieto!”, y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento El segundo árbol se dio cuenta de que llevaba al Rey de reyes y Señor de señores navegando sobre él. Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue llevado un viernes por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir crucificado allí. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él. Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti. Si pones tu confianza en él, te dará grandes regalos a su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, sólo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, sólo sabemos que sus caminos no son nuestros caminos pero… siempre son los mejores.