De camino a... Poned fotos de rincones bellos que os encontréis

Camino de la estación del ferrocarril de cercanías.

Una plantación ante la que fue vivienda del jefe de estación: una pita, buganvillas, un laurel, mirabilis, y yucas de hojas afiladas como estiletes. Todas prosperan a pesar del abandono, o quizá, precisamente, favorecidas por el abandono. El caso es que si yo las pusiera no alcanzarían nunca esa lozanía

 

De camino al bus después del trabajo.

Las antiguas vías mineras se han convertido en paseos agradables debido a la poca pendiente que toleraba ese transporte. Discurren por parajes bellos pero que la gente teme por su soledad, por la espesura de la vegetación, y por la oscuridad de los túneles abandonados y húmedos.

 

La verdad es que ese camino de noche es inquietante y si se va solo todavía más. La oscuridad y el bosque son por igual hermosos y temerosos.

 

Es cierto que caminar de noche por una espesura puede despertar nuestros miedos ancestrales. Algo que favorecen los ruidos, que se perciben más nítidos en el silencio de las cosas que duermen (el crepitar de la hojarasca al escabullirse los pequeños roedores y las culebras; el ulular y el bufar de las aves nocturnas; el croar de los sapos...) Eso y la sospecha de poder ser cazados por el único depredador que no nos tiene miedo: el Homo sapiens.

 

en tuneles abandonados y oscuros tambien temo a las ratas y algunos animales que podrian habitar alli... .:Unsure:

 

y efímero!

Linda imagen y preciosa la luz.

Es curioso este recelo instintivo a la oscuridad (innato, genético?), cuando en mi caso la experiencia me indica que debo tener mucho más cuidado cuando ando en la calle, de día y con mucha gente alrededor, y, sin embargo, es en un pasaje oscuro cuando siento en el cuerpo ponerse en marcha los mecanismos de alerta.

 

Yendo a una reunión de trabajo. Metrobús Av. Córdoba, Capital Federal.


14:55 Alerta de último minuto: Sin señal en Av. Córdoba.

 

Gloria Fuertes fue una notable poetisa que se dedicó, entre otros asuntos, a recoger descarnadamente, sin florituras, las vidas de los urbanitas madrileños, entre las que incluyó la suya propia, claro:

"... Yo paseo mi hidalguía
por calles de Lavapiés
-donde nací con quinqué
y crecí en madrileñía..."

El suyo es un retrato del laberinto que es la ciudad. Un laberinto en el que, sobre los demás sufrimientos cotidianos, quienes lo habitan sienten los latigazos de la soledad.

Por eso me gusta también Jorge Luis Borges. Porque su obra entiendo que es, sobre todo, un reflejo de la soledad en la inmensidad del laberinto de Buenos Aires. El Aleph mismo entiendo que no es más que la metáfora del saber que se alcanza desde el ensimismamiento en esa soledad: Borges es un filósofo en la califato de Córdoba; un sacerdote indígena en la Centroamérica del comienzo de la conquista; un romano en Alejandría; un gaucho en las pampas del Uruguay y el Brasil... Y finalmente un hombre cualquiera que, desde el sótano de una casa de la capital donde se encuentra un vórtice sobrenatural que es la concentración de toda esa sabiduría adquirida en los libros, es capaz de acceder a toda la realidad.

 

Interesante Gloria Fuertes.. Buscando las líneas que escribiste (que de hecho no encontré) leí varios de sus poemas. Va uno de ellos:
AUNQUE NOS MURIÉRAMOS AL MORIRNOS
Aunque no nos muriéramos al morirnos,
le va bien a ese trance la palabra: Muerte.

Muerte es que no nos miren los que amamos,
muerte es quedarse solo, mudo y quieto
y no poder gritar que sigues vivo.

Seguiré buceando por más (de Gloria, Borges sigue fuera de mi alcance intelectual actual)

 

Borges parece requerir erudición, pero en general la suya es la cultura común europea: las historias, historietas, tópicos, leyendas... que uno va aprendiendo por el mero hecho de ir a la escuela, visitar la biblioteca, y escuchar los cuentos de la abuela. Mi bisabuela contaba, como cuentos para ir a dormir, muchas de las aventuras de Ulises a mi madre, aunque sin mencionar su nombre.

 

De camino a la escuela de idiomas de Baracaldo, Vizcaya.

Las nuevas costumbres sociales hacen que las ruinas desaparezcan sin dejar rastro; como si jamás hubieran existido. En este prado verde plantado de Liquidámbar hubo un centro docente de tres o cuatro plantas, del que apenas ha quedado memoria. En la geografía humana es habitual que se pretenda imponer que nunca existieron cosas que hemos conocido en primera persona, y también que se pretenda imponer que son de toda la vida otras cosas que no hubo jamás hasta ahora. En ese clima es difícil luchar por algo que requiere de la máxima lucidez y honestidad como es el respeto al medio ambiente.

 

Me encantó el hilo, no lo había visto anteriormente.

Me impactaron especialmente esas fotos de @Correo Volver con tan bellos paisajes de camino a su trabajo.

Otra vez siguiendo mis pasos!!!!
Cuando regresé a Buenos Aires luego de unos años en el sur, mi primer trabajo fue como dibujante proyectista en una consultora que estaba en Belgrano entre Piedras y Chacabuco, frente al edificio de Somisa.
Por cierto, en aquél entonces no existía la placita de Piedras.

No sólo tus fotos impactan, también son bellísimas las palabras que las acompañan..

Todos los kilómetros de esa ruta están cuajados de lupinos y retamas.
Hace unos meses mostré una fotos en otro hilo y como los foriamigos pensaron que se trataba de una bella parquización, les mostré con Google street view que simple y hermosamente se trata de especies exóticas que encontraron un nicho propicio y han explotado.

La zona de la Comarca Andina del Paralelo 42 es mi lugar en el mundo. Viví en El Bolsón y trabajaba realizando mensuras forestales en Lago Puelo y El Hoyo de Epuyén. Qué años!!!!
Y qué belleza de lugares, cada que puedo vuelvo.

Es verdad!

 

No diría yo tanto.

 

:Unsure:

 

En la estación de Portugalete camino de Bilbao. Yucas (Yucca elephantipes), con unas decenas de años a las espaldas, alcanzan el porte de los laureles (Laurus nobilis). Están próximas a la un manantial y creo que eso las beneficia especialmente.