De camino a... Poned fotos de rincones bellos que os encontréis

Jajaja. ¡Dejémoslo en Fuji!

 

me gusta la iluminación de los edificios en una ciudad, no así en un campo con vacas.
Cada cosa según el sitio.Una ciudad con grandes edificios, eso es un hecho, no se puede discutir. Hay ciudades mas bellas que otras. Trasladar una idea sobre iluminación en la naturaleza a una en ciudades lo encuentro muy exagerado.Respecto a la iluminación de jardines no difiere del hecho mismo de hacer un jardín "la decoración de jardines" la cual si se acerca en sus formas a la naturaleza adhiero y la iluminación de los jardines, tenue y bien hecha es una forma de seguir disfrutando el jardín en las noches ¿porque no ?

 

Yo he ido viendo la evolución de los mejores pueblos de Castilla y León, y especialmente de sus torres y castillos, que primero fueron restos totalmente olvidados por los locales, para ir pasando, poco a poco, a reclamos para turistas, a quienes los próceres locales ofrecen sus actuaciones de peor gusto:

• plantaciones previo aterrazamiento de Hesperocyparis arizonica o Cedrus atlantica en las laderas que circundan las fortalezas, que siempre estuvieron desnudas por motivos defensivos, y que así pierden su belleza y sentido originales;
• vallado y adición de "centros de interpretación", carteles, señalética, cobro de entradas, y demás parafernalia, que estorba el entendimiento del lugar en lugar de favorecerlo; y finalmente
• la iluminación, que hace brillar como fanales lienzos, almenas, torres, que entiendo estaban mejor durmiendo...

Porque yo he acudido a escuchar gregoriano a maitines en la iglesia del monasterio de Silos, en Burgos, sin más luz de la fría luna en el exterior, y en la más completa oscuridad en el Interior, y verdaderamente fue un espectáculo sobrecogedor. Porque la oscuridad no es solamente una ausencia de luz que haya que remediar, sino que tiene valor, como bien claro han dejado, por ejemplo, los partidarios de las noches estrelladas.

 

De camino al autobús disfruto de la explosión de las panículas rojas y rosa saturado (también hay blancas) de los Centranthus ruber:

 

preciosas!! me fascinan los Centranthus ruber , es un planta que uso en Barcelona en los jardines.

 

De camino al metro el sol hace que las ramas del ciprés de frutos grandes hagan juego geométrico con la sombra de mis piernas.

 

Camino cuesta arriba hacia los Edificios de La Unión en Pretoria:


Buen comienzo de semana!
Patricia

 

¡Qué foto más interesante!

¿Estuviste en Ciudad del Cabo, en Bloemfontein, en Johannesburgo? Casi la totalidad de las plantas populares en España son sudafricanas.

 

Parece un monasterio

 

Es por el ciprés. Ellos adoptan las especies mediterráneas y nosotros las sudafricanas Es verdad que la torre también es europeizante, y de hecho se parece a lo que se hizo, por ejemplo, en Nueva Delhi... Modas de la época.

 

Estuve en Johannesburgo (y desde alli fuimos a pasar el día a Pretoria), en Durban y en la reserva de Pilanesberg. No nos dio el tiempo ni la plata para más!
Aparte de cipreses había álamos.

No me había dado cuenta que parecia un monasterio! Efecto de las plantas como dice Correo y porque se ve sólo un pedacito de la construcción.
Dejo un enlace donde se ve más o menos bien el edificio completo y que tiene algo de información.
https://finepixtrix.wordpress.com/2011/10/25/union-buildings-pretoria/

Camino a la cena en un complejo en la reserva. En primer plano se ve una Acacia xanthophloea, árbol amarillo o árbol de la fiebre. La copa de la derecha pertenece a un árbol/arbusto del género Compbretum.

 

Yo tendría muchos quebraderos de cabeza si quisiera organizar un viaje a Sudáfrica. Ahora estoy organizando uno a Grecia y ya me veo en dificultades...

Lo más relevante, supongo, es la geografía, en la que están insertas las plantas que aquí nos ocupan. Porque la historia es poco más que eso: un puñado de historias de un pasado muerto y sepultado, del que probablemente no quede gran cosa.

 

Camino de la cantera:

Este desnivel de 50 m tiene la peculiaridad de estar habitado en su coronación, como las casas colgantes de Cuenca. Allí hubo huertas en las que los particulares plantaron chumberas, que ahora, asilvestradas en un fuerte desnivel a pleno sol, ocupan una extensión de unos 100 m2. La gente también tira por el pretil las plantas que no quiere. Y así, el otro día, desde el autobús que pasa por su base, entreví las flores anaranjadas de los Aloe, y fui a echar una ojeada: allí estaba una gran agrupación de Aloe maculata, olvidados y lozanos:

 

De camino a la estación de tren.

En mi geografía el desorden tiene por progenitores, por una parte, una vida agrícola de permanente lucha contra zarzas, helechos, ortigas... y por otra parte, una tradición industrial y minera que dejó un resultado de alteración y degradación del medio. Un desorden que es una moneda con la cara de la libertad y la cruz de la fealdad. Para muestra, esta foto tomada por mí en Erandio, Vizcaya: