Árboles poco estimados

A mí me flipa la textura de sus hojas, no es tan común tener un árbol caducifolio con esas hojas lustrosas casi de lauracea.

Y Morus alba es bastante estimada creo.

Por cierto lo que hablamos del eucalipto el otro día:

https://www.lavozdegalicia.es/notic...-especie-invasora/00031605290113810247680.htm

De momento la administración concuerda con @XIFA y yo estoy encantado de debatir el asunto de forma amigable. Lo que no me gusta es de la repetitiva mención a los beneficios económicos indiscutibles del eucalipto, ese asunto sólo debería tener peso en la discusión para explicar la extensión de plantaciones, pero nada tiene que ver en el hecho de si más o menos capaz de afectar a los ecosistemas autóctonos.

 

Tengo referencias de un Morus nigra en la isla que habito. ¿Podeis darme las pistas para no confundirlo con otras moreras y así propagarla?

Encontré lo siguiente (aquí):

"Se diferencia principalmente de la morera (Morus alba) por sus hojas más oscuras y con el envés peloso a lo largo de los nervios, así como por las características de sus moras, que son de mayor tamaño (2-3 cm de longitud), de color púrpura negruzco, sabor agridulce muy agradable y casi sin rabillo".​

Gracias de antemano.

 

Otro árbol autóctono infravalorado:

Arce de Montpellier (Acer monspessulanum)





Un árbol de tamaño mediano-pequeño que debería estar mucho más presente en los jardines de nuestro país.
Es prácticamente el único arce adaptado al clima continental. Aguanta calor tórrido en verano y suelos calcáreos. No tiene tendencia a la clorosis en la mitad este de la Península Ibérica de suelos calcáreos, al contrario del resto de arces, que amarillean y se secan los bordes de sus hojas en verano.
En otoño se tiñe de rojo y naranja de forma espectacular.

Una joya autóctona casi ausente de nuestros jardines que por su pequeño tamaño, adaptación al clima, belleza y resistencia se debería plantar mucho más.

 

Acer pseudoplatanus:

El primero que empieza mal para con este árbol es Linneo, que con su denominación universal hace de él un ser sólo medio parecido a otro (pseudoplatanus). Que no tiene entidad por sí mismo, vamos. Algo que denota un momento de flojera poética por parte del sueco.

Para mí sí hay aspectos que lo hacen poco atractivo: el pringue de azúcar que se lleva uno en el coche si lo deja aparcado debajo en primavera; su corteza, escamosa y gris; y sus rugosas hojas.

En mi geografía crece por todas partes, así que es normal que nadie lo incorpore, de motu proprio, a su colección privada.

 

Malus domestica. Y me refiero a todas esas variedades tradicionales olvidadas que cada vez son más extrañas de encontrar. Su fruto aromático y sabroso constituye un auténtico tesoro.

 

Concuerdo, pero en mi zona se empieza a plantar moderadamente como árbol callejero y en algunos parques.

 

Tremendas cantidades que veo de pequeños arces cerca de mi casa. Cada año llenan dos árboles de dentro de un colegio en frente de mi casa de semillas y cada años los cortan a cientos los operarios municipales que lo mantienen.

Yo los pecíolos de las hojas de color rojizo y los frutos alados colgantes los encuentro estéticos, eso sí.

 

Quercus rubra.

Se le utiliza como árbol ornamental y para explotación forestal. Creo que es poco estimado por ser común en Europa y también invasor. Pero más por lo primero.



Me gustaría recordar el área de distribución natural del roble rojo (Q. rubra o roble rojo del Norte) frente al roble español (Q. falcata o roble rojo del Sur)





Personalmente todas las frondosas de la aestisilva evocan en mí sensaciones que sólo podría expresar poéticamente.

 

Ya propuse alguna vez algún vídeo de este profesional (al que yo llamo, amistosamente, Culverto), que se dedica al mantenimiento de los drenajes de las carretrras en Nueva Inglaterra (los carteles suelen mencionar Massachusetts, Springfield). Su trabajo consiste, fundamentalmente, el paliar los efectos de un horror de lluvia helada, abundantisima, intensa, interminable, que en sí misma no sería problemática, si no fuera por la enorme cantidad de hojas de roble y arce que lo atasca todo. Sus videos permiten apreciar, con todo detalle, lo poco amigable de esa aestisilva, que no solo es problemática por la hojarasca, las ramas y los troncos muertos, sino por el rápido crecimiento de los árboles, que nacen en los lugares más insospechados. Un verdadero infierno de humedad, vegetacion y barro, que en la Europa atlántica, de temperaturas más benignas, se agrava por el desarrollo de un poderoso matorral espinoso (de tojos, zarzas y otras lianas).

 

Los que yo he visitado en Centroeuropa son "bosques-catedral", amplios, altos, con una monumental estructura de sus árboles. Luminosos, si se les compara con los "bosques-cueva" de la laurisilva a la que estoy acostumbrado, que suele ser permanentemente oscura, tupida, enmarañada y siempre húmeda.

 

Ficus carica. Es muy raro ver una higuera en un jardín. Puede verse en una huerta, naciendo de entre los mampuestos de una tapia a la orilla de un camino.

Estas higueras están atrincheradas en una pequeña hondonada de una ladera que mira al mar. Es el único árbol que aguanta los embates furiosos del viento, especialmente violentos, de este punto de la costa:

 

Fagus sylvatica.

Es difícil no valorar su belleza, pero muy pocos apuestan por su cultivo. Su tiempo no es el nuestro, y no siempre se sabe esperar doscientos años.

 

El haya no se cultiva como tal, pero en las zonas donde se da de modo natural se favorece mediante aclareos, eliminación de la competencia, incluso en las masa de pinar silvestre de repoblación que se plantaron hace años en zonas peladas por los incendios y el sobrepastoreo en las que actualmente está penetrando el haya, se favorece a esta frente al pino.
Al menos esa es mi experiencia, y eso que actualmente no hay mercado para el haya y que las masa puras de haya son muy pobres en biodiversidad.

 

Gracias

Esto no lo entendí muy bien.
¿Crees que está sobreestimada?

 

En la sierra de Urbasa, en Navarra, sí se cultivan las hayas. Se construyen pequeños cercados para evitar el acceso del ganado, y en su interior se deja que broten o se siembran los hayucos. Al cabo de un tiempo, hay un apretado grupo de arbolitos.