Encephalartos horridus. Un planta maravillosa que estuvo años y años en una pequeña maceta en el pretil del estanque al fondo de la estufa de Graells. Al construir los invernaderos nuevos lo pusieron en plena tierra y muy poco a poco (como casi todos los Encephalartos) creció a lo bestia. Hace poco lo trasplantaron. Le llevará varios años recuperar la simetría que tenía antes.
Interesante. La remodelación que hicieron en la zona donde antes tenían plantas de las islas Canarias me dejó un poco estupefacto al principio, por el aspecto un tanto caótico del conjunto, pero supongo que con el tiempo las plantas irán adaptándose al espacio y haciéndolo más armónico.