Hay actividades que han sido desarrolladas durante un tiempo y luego abandonadas para siempre, y otras cuyo sentido y enfoque ha sido transformado convirtiéndolas en algo completamente diferente. En el caso de la jardinería me planteo la idoneidad de su abandono. No tengo fuerzas para desarrollarlo en profundidad, pero voy a hacer unos apuntes esperando que alguien señale el error: 1. <<Jardinería>> y <<ornamento>> son dos cuestiones estrechamente relacionadas. Dudo que pueda existir una sin la otra. 2. La jardinería es una actividad ligada al bienestar. Se le destinan recursos cuando no son necesarios para la autoconservación o supervivencia. Por ello está ligada al estatus económico de un individuo o una comunidad (a veces sirve para manifestar o representar esta posición). 3. La jardinería mantiene una relación estrecha con nuestra identidad individual y colectiva porque constituye la materialización de nuestros conocimientos, criterios estéticos, e incluso refleja nuestros recursos materiales e intelectuales. Sirve para diferenciarnos de otras personas y de otras comunidades. 4. La jardinería constituye un conflicto con los procesos naturales, porque para satisfacer las funciones ornamentales y psicológicas requiere introducir diferencias con respecto al entorno. Estas <<diferencias>> abarcan desde la utilización de exotismos hasta la gestión de lo natural de acuerdo a un <<orden humano>>. 5. Todas las formas de jardinería, por contrarias y distintas que parezcan entre sí, son casos concretos y manifestaciones de los anteriores puntos.
Creo que si necesitara partir de una definición de la jardinería, o la cocina, o la filosofia, no habría hecho nunca nada en la vida. Yo siempre he partido de la necesidad de hacer un jardín, comer rico hoy, o explicarme porqué lo que sale por la televisión no me convence. Ni siquiera después de una vida de decisiones estéticas creo que pueda alcanzar unos principios estéticos. No es mi vocación, al menos. Pero ojo, que eso no significa que renuncie a comprender lo que hago.
Yo también he cultivado mi jardín sin preguntarme qué es un jardín, y esa actividad me ofrecía placer y entretenimiento. Pero a través de esa pasión he ido tomando contacto con los procesos naturales que subyacen a las prácticas humanas, y he descubierto un placer más profundo observándolos, valorándolos e intentanto comprenderlos. La jardinería, sin embargo, cada vez me resulta menos interesante. Es algo que experimento en mi jardín y en los jardines ajenos. Sólo los disfruto si los miro del mismo modo que al mundo salvaje, como casos particulares del mismo. Esto me produce una sensación de cierto desapego y tristeza, aunque a la vez me reporta un placer distinto. Por esta y otras razones, creo que para mí ha muerto la jardinería. Creo que morirá para muchas otras personas.
Estoy casi completamente de acuerdo sólo con el punto 3, si bien es cierto que puede reflejar solvencia económica, no necesariamente quién la tiene muestra algún interés en desarrollar un jardín y en contraposición he visto hermosos jardines en casas de recursos limitados. Un jardín bien pensado, desarrollado y mantenido (o no) sí dice mucho de sus habitantes. A mi me gusta reproducir plantas, germinar semillas, ver crecer los árboles y ponerme a su sombra, por eso regalé muchos y aún lo hago, jardinero sin jardín.
Eso está muy bien, de todas formas este tema varía bastante en función de la zona en la que está cada uno, si es más o menos rica en cuanto a vegetación y diversidad de especies. También por supuesto entra en juego la naturaleza de cada uno, si se es más activo en cuanto a práctica y experimentación física, o más dirigido hacia el estudio teórico. A continuación, y relacionado con lo que pareces entender de la palabra "jardinería", junto con mi experiencia, voy a ver si consigo enriquecer algo la conversación. Quizás yéndome algo por las ramas (pero pienso que esto es necesario). En mi caso lo que hago en mi terreno es intentar enriquecerlo "como puedo" y de una forma que "me resulta interesante". Pero todo puede cambiar en función del punto de partida de cada uno. En cualquier caso, estas son algunas de mis prácticas dirigidas a satisfacer esos principios: - Probar con muchas especies de plantas (cientos), de todo tipo: enredaderas, arbustos, árboles, anuales, frutales silvestres e injertados, aromáticas, etc. Generalmente siempre que puedo germinándolas yo mismo (razones económicas y además las plantas así me suelen salir fuertes, vigorosas y bien adaptadas). - Aumentar continuamente la superficie plantable, construyendo y/o comprando todo tipo de contenedores que voy rellenando y colocando sobre la obra alrededor de la casa (y encima de esta, en la primera planta y tejados). - Entremezclar de forma creativa las plantas en el terreno, visualizando lo que puede ocurrir en el futuro (por las diferentes alturas, velocidades de crecimiento, o espacios que ocupan las raíces). - Evitar lo máximo posible el uso de maquinaria, jamás desbrozadora ni máquinas ruidosas (exceptuando motosierra eléctrica para cuando no queda más remedio, como un árbol que se viene abajo). - Criar aves de corral (también me gustaría algún cerdito de raza pequeña en el futuro), no para consumirlas, si no para que hagan trabajo en la parcela (anti-plagas), abonen y me proporcionen una motivación extra para estar encima de este, observándolo, mejorándolo (aumentando la cantidad de biomasa y cobijo para los visitantes) e interactuando con él 365 días al año. - Abonar con materia orgánica todos los años, y añadir grandes cantidades de material de poda (mío y lo que me da un vecino que trabaja en jardinería) sobre la tierra para favorecer la vida en esta y crear una capa de protección anti-erosión. - Cultivar múltiples especies que proporcionan alimento tanto para personas como para las aves de corral. - Busqueda de la construcción de una "casa al aire libre" (con esto me refiero a un bosque-selva donde antes había un semi-desierto víctima de incendio), de forma heterodoxa (aquí ya entran en juego las peculiaridades del humano y lo que entendemos como arte y/o hacer algo que nos motive), con especies de todo el mundo, flores todo el año, infinidad de formas, tamaños, colores, olores. Asimismo el trabajo en el terreno provoca una serie de beneficios en mi día a día: - Actividad física continua, evitar el sedentarismo. - Mejora muy notable en mi alimentación, incluyendo productos de la tierra en cada comida (además la cría de animales me sirvió como motivación para abandonar por completo el consumo de carne). - Ganancia en calma y paciencia: recoger producto para consumo, trabajar el suelo para nuevas plantaciones, salir al aire libre continuamente. Son muchas cosas que benefician el "despejar la mente" y pueden servir como forma de meditación. Por el foro hablamos gente con lugares de residencia muy diferentes, por lo que es fácil que se dé confusión. Además contamos con muchas otras diferencias entre nosotros: - El tipo y tamaño de parcela (si es que lo tenemos), que trabajamos. - Hábitos, lo que hacemos en el día a día. - Medios al alcance (bien sea por físico propio o recursos materiales). Por todo ello para mi lo principal es, cuando nos ponemos a trabajar un espacio, más que tener una idea estética clara, tener una motivación y principios "filosófico-morales" definidos, especialmente cuando pasamos a dedicar muchos recursos en dicho trabajo (tiempo y dinero). De esta forma, si actuamos sobre la tierra siguiendo esos principios (en lugar de caprichos estéticos superficiales, frívolos y tremendamente efímeros) las repercusiones en nuestra vida que tendrá este trabajo (niveles de energía, bienestar mental, etc.) serán muy positivas, ya que no se dará una contradicción entre lo que hacemos y de verdad pensamos/sentimos. También quiero creer que influiremos positivamente en otras personas que nos rodeen, y quizás en el entorno. Personalmente al inicio (primeros 2 años), no tenía nada demasiado claro, pero si mucha pasión por descubrir plantas y plantar sin cesar, para posibilitar y facilitar la vida todo el año en los exteriores/alrededor de mi casa (que cuenta con sequías, insolaciones muy fuertes y temperaturas de 40 o más grados con frecuencia). Tras este tiempo afiancé mi idea de seguir por un camino ecológico y mi estilo de vida se fue adaptando más y más hacia un camino "naturista" (otra palabra compleja, que incluye muchos otros términos...). A finales de año cumpliré 10 años desde que comencé esta aventura. Este punto me parece un poco tontería si hablamos de la civilización humana actual, basada en alterar todos los procesos naturales. No obstante, dentro de las prácticas humanas, pienso que la jardinería "bien llevada" puede ser algo positivo o como mínimo "neutro" en lo referente a estos procesos. Y es que, desde luego, la ganadería y agricultura industrial de los últimos 50 años, o la construcción de edificiones (y también carreteras) de forma masiva, constituyen conflictos muchísimo más graves (amén de ser, sin duda, mucho más abundantes que esta).
Lo más interesante de tu planteamiento es la posibilidad de una jardinería con fines no ornamentales. Podrían ser ejemplos concretos la plantación de árboles y plantas para generar sombra y mantener la humedad.
