Visita a mis queridas geografías secas.

Este fin de semana me he resarcido de la soledad del teletrabajo y me he zambullido en la parte seca de la península ibérica que me pilla más cerca: La Rioja, la Ribera de Navarra, y la parte inmediata de Zaragoza y Soria. Para mí este viaje cada primavera me reconcilia con la vida: la sequedad del clima nos desentumece; el aroma de las flores y la luz nos dan alegría.

El viaje comienza siempre atravesando la frondosidad de los hayedos del Gorbea (tantas veces lo he hecho que ya nunca lo documento). Después atravesamos la vasta transición climática que es Álava, donde el trigo está todavía verde intenso, inmaduro. Desde el tantas veces neblinoso Barazar, hasta más al sur de la sierra de Cantabria, que es ya La Rioja. El viaje es como un viaje en el tiempo, pues llegando a orillas del Ebro el trigo está prácticamente listo para segar.

Así, comienzo mi reportaje visual en la ribera de Navarra, en Los Arcos, donde nos recibe esta galería, sobre el río Odrón, de tamarindos (Tamarix) florecidos:



Y las primeras huertas en sus riberas, llenas de actividad:



Iré subiendo más fotografías de lo que más me gustó de mi pequeño viaje.

 

En la imagen del huerto me parece distinguir Arundo donax al fondo y Polygonum baldschuanicum a la izquierda. Al fondo a la derecha hay unos árboles, no los identifico.

Me inquieta el color de la tierra, tan claro. Supongo que es una tierra arenosa, buena para el cultivo de parras. No imagino su manejo, tan acostumbrado estoy a la tierra arcillosa.

Los bosques de tarajales me hacen pensar en muchísimas cosas. He visto reportajes de verdaderas galerías de troncos retorcidos y ennegrecidos. Mi experiencia con ellos ha sido siempre la de un macizo imposible de traspasar.

 

La habitual y sabia pérgola de plátanos (Platanus x hispanica), que tan bien funciona:



Y la reina de esta geografía, la vid (Vitis):

 

Los olmos sobreviven a orilla de las carreteras. Estos están en algún punto entre Los Arcos y Lodosa:

 

Buenas tardes!

Me encanta la imagen del río Rodrón. Me parece completamente hipnotizante y relajante. Habrá sido una maravilla encontrarse en ese lugar y hacer la fotografía, que aunque está muy bien hecha, nunca se acerca a cómo es verlo en directo, pero me lo puedo imaginar y hacerme a la idea.

Gracias por captar tan bonitos lugares y compartirlos

Tenía que decirlo

Saludos!

 

En Viana encontré este evocador hortus conclusus, cuya vegetación salta las bardas y se eleva hacia el cielo. El clasicismo de los cipreses se afianza; transcurren las décadas y los siglos, pero esos árboles se resisten a pasar de moda:

 

Vega del río Alhama, en La Rioja. A lo largo de muchos kilómetros se extienden las huertas, con sus casetas. En muchas ocasiones son de pequeñas dimensiones, pero en otras, las construcciones son más grandes y complejas. Autoconstruidas, resultan muy interesantes todas ellas, y merecerían un estudio, o al menos la mirada de un fotógrafo:





Y todo eso existe gracias a los canales de riego:

 

Río Alhama arriba llegamos a San Felices, ya en Soria. Nos recibieron aterrazamientos hechos con kilómetros de muros de contención de mampuestos; una labor colosal, hoy abandonada en su mayor parte. Subo una foto de Google porque la carretera, estrecha y tortuosa, no permitía detenerse:



Al coronar el puerto nos recibieros sus sufridos habitantes: tomillo, las universales euforbias, aulagas...:





Salvado el puerto, se abre un vasto valle dominado por el eminente Moncayo, cuya cumbre, por encima de los dos mil metros, tocaba las nubes:

 

De vuelta a Zaragoza, nos detuvimos en Tarazona. Entiendo que un acertado sentido de orden e higiene ha motivado este duro tratamiento del río Queiles:

 

En la judería de Tarazona encontramos otro espléndido ciprés en el pequeño jardín de un gran edificio:

 

Muy interesante todo tu reportaje, me sorprenden estos pasajes....... son calles peatonales??

 

Son calles para personas y para vehículos, salvo que haya escaleras. Herencia de una larga Edad Media, durante la cual toda la ciudad estuvo constreñida dentro de una muralla perimetral. Además de ser las calles estrechas y oscuras (frescas en verano y abrigadas en invierno), en las juderías (en esta zona las juderías fueron de las más pobladas del país), las casas pasaban sobre las calles, creando zonas porticadas:

 

Me planteo la razón de que las juderías de estas ciudades estuvieran más pobladas que las de otras.

 

Después de la interesante Tarazona, entramos en Navarra, pasamos la pequeña Ablitas, y en un caserío enmedio de los cultivos, encontramos este precioso rosal, que me ha parecido que merece una entrada sólo para él:

 

Por motivos económico políticos, claro está. En este lugar de la Ribera del Ebro concurrían tres reinos (Castilla, Aragón y Navarra), y hoy confluyen cinco autonomías (La Rioja, País Vasco, Aragón, Castilla León, y Navarra). Los poblamientos convenían porque eran enclaves militares, económicos y poblacionales, así que se les otorgaba fueros, privilegios, con los que esos reinos pretendían atraer pobladores. Hoy sigue sucediendo exactamente lo mismo, y así por ejemplo, Tudela, de Navarra, compite con Tarazona, de Zaragoza, en esta franja del valle, porque los centros comerciales y otras entidades se instalen en su territorio. Río arriba es Logroño, de La Rioja, el que domina su ámbito, en competencia con las pequeñas poblaciones de Álava, o con Viana y Estella, de Navarra (compiten por ejemplo, por la denominación de origen del vino).