Terapias Naturales para el Hígado Psylio (Plantago psyllium) Aquellas personas cuyo hígado trabaja con dificultad a menudo metabolizan mal las grasas y puede que tengan altos niveles de colesterol. El psylio es una abundante fuente de fibra soluble que es, con toda seguridad, la mejor fibra reductora de colesterol disponible. Se aconseja tomar psylio al comienzo de las comidas. Diente de León La raíz de Diente de León se ha usado para las molestias del hígado y bilis durante siglos. Desde el siglo XVI los alemanes han hecho uso extendido del diente de león para 'purificar la sangre' y para la congestión del hígado. Se ha usado como medicina herbal durante siglos en China, India y Nepal para las dolencias hepáticas. Hoy en día es de uso extendido como tónico para el hígado en Norteamérica, Australia, Oriente y Europa. Se trata realmente de una hierba universal. Aunque la acción específica del Diente de León es en el hígado, también es un tónico general para el cuerpo, laxante, diurético, anti-inflamatorio, tónico amargo y tónico vesicular. Las hojas de Diente de León pueden consumirse frescas en ensaladas, y la raíz de Diente de León en polvo es un componente del tónico en polvo para hígado para mezclar con zumos. La hierba seca puede tomarse en forma de cápsulas. La dosis varía entre 500 y 2000 mg al día. También se puede comprar té y café de Diente de León o hacer tus propias bebidas. Cardo Mariano Esta hierba es conocida como un tradicional tónico para el hígado desde hace siglos y ha dado lugar a más de 100 publicaciones sobre investigaciones científicas, y un simposium sobre sus propiedades curativas. También se la conoce como cardo de Santa María o cardo de leche. El Cardo Mariano tiene múltiples acciones: protector y regenerador del hígado, anti-hipoglucémico, anti-inflamatorio y antioxidante. Se ha averiguado que esta hierba es capaz de reducir la degeneración del hígado por grasas tóxicas y también ayuda a reparar y regenerar células del hígado que han sido dañadas. El Cardo Mariano puede tomarse en cápsulas que contienen la hierba seca o como componente de tónicos para el hígado en polvo para mezclar con zumos. Las dosis varían desde 500 a 2000 mg. diarios. Alcachofa La alcachofa es un tónico amargo con funciones protectoras y restauradoras del hígado. También se ha utilizado como purificadora de la sangre. Se puede ingerir en cápsulas, como hierba seca o como un componente en polvo de tónico para el hígado para mezclar con zumos. Las cantidades varían desde 300 a 500 mg. diarios. Albura de Olmo americano El polvo de olmo americano forma una capa protectora en superficies inflamadas y mucosa ulcerada, es por lo tanto útil contra la gastritis y la úlcera de estómago y de duodeno. Tales problemas son frecuentes en personas con el hígado intoxicado y desórdenes en la producción de bilis. Puede tomarse tanto mezclado con zumos o como ingrediente de tónico para el hígado. Las dosis varían entre 150 y 1000 mg diarios, aunque, se puede consumir, sin peligro alguno, tanto como sea necesario. Alimentos Recomendables o Ingredientes Alimenticios para el Hígado Los mejores vegetales para el hígado son la zanahoria y la remolacha ya que contienen antioxidantes incluyendo el betacaroteno, otros carotenoides y flavonoides curativos que dan color a estos vegetales. Estas verduras antioxidantes tienen un efecto limpiador y curativo para el hígado. Lecitina: ayuda al hígado a metabolizar las grasas y reduce el nivel de colesterol. La alfalfa y las hojas de cebada dan al hígado una inyección de clorofila que actúa tanto como tónico, como limpiador del hígado. Elegir un buen tónico para el hígado. Hoy en día hay muchos tónicos para el hígado en el mercado. No es bueno consumir tinturas herbales que contengan alcohol ya que esto no es bueno para el hígado. Yo prefiero usar hierbas secas mezcladas con hojas de menta en polvo para darle un sabor agradable y refrescante. Existen algunos tónicos excelentes en el mercado, en forma de polvo, que contienen mezclas de psylio, diente de león, cardo mariano, alcachofa, albura de olmo americano, lecitina, hojas de cebada, polvo de zanahoria y polvo de alfalfa. Pueden ser mezclados con zumos frescos. Extraído de la primera parte del libro de la Dra. Cabot. www.sandracabot.com