Algo de lectura

Con el ánimo de entregar algunos comentarios que me hubieran ayudado al principio, dejo estos textos que ire publicando cada tanto para que sirvan a todos quienes se están iniciando, especialmente para los aficionados de Argentina, que muchas veces no tenemos referencias de nuestras especies, de nuestro clima, nuestra disponibilidad de materiales, incluso a veces nuestros modismos.
Espero que les parezca entretenido igualmente a todos los colegas del resto del mundo.

Texto 1 – INICIO

"En una sociedad en la que el tiempo se cuenta en segundos, el bonsái nos permite volver a nuestras raíces, a la armonía entre nosotros y la naturaleza"
Oscar Roncari

Esta frase no puede ser más cierta. Cultivar y modelar bonsáis es puede llegar a ser un hobby lleno de satisfacciones.

Se dice que bonsái es sinónimo de paciencia, por el tiempo que se requiere hasta lograr una obra avanzada, pero la experiencia de recorrer el camino hasta llegar a ese punto es tan gratificante como el objetivo final.

El término bonsái literalmente significa “árbol en maceta”; pero es mucho más que simplemente un árbol en maceta. El objetivo del bonsái es recrear la apariencia de un árbol grande y añoso. Esto se logra formando un bonsái con fuertes raíces que se extiendan en todas direcciones, creando la sensación de estabilidad; un tronco grande con conicidad, una parte más alta bien definida y ramas bien formadas y ubicadas. Todos estos aspectos se combinan para crear un balance de proporción y asimetrías que debe ser expuesto en una maceta que esté en armonía con la planta.

Bonsái es el arte de cultivar arboles en maceta simulando la estética de un árbol de mucha edad tomando como modelo e inspiración ejemplares de la naturaleza. Cuando se inicia en bonsái, se comienza una experiencia que va a expandir el horizonte de muchas maneras. Se puede descubrir una nueva manera de apreciar la naturaleza, se presta atención a los detalles en los árboles y a la historia que cuenta su silueta. Muchas veces uno se encuentra buscando material en los rincones de los viveros, en medio de plantas que mucha gente considera feas, esperando encontrar material que sea capaz de mostrar algo distinto. La manera en que el bonsái nos afecta es impredecible como la naturaleza misma, pero una cosa es segura: el bonsái va a cambiar la manera en que vos mirás las cosas.

Para los japoneses en el bonsái hay una conexión de muchos de los ideales en los que basan su cultura, donde la historia, el hombre, la naturaleza, los elementos y el cambio constante se expresan de manera conjunta. Para nuestra sociedad moderna, el bonsái es una afición que permite mejorar el entendimiento de la naturaleza a la vez que realza la belleza del lugar donde se encuentra.

El árbol y la maceta de un bonsái forman un conjunto armonioso donde la silueta, la textura y el color se complementan. El árbol debe ser modelado ya que no es suficiente ponerlo en la maceta y dejar que la naturaleza haga el resto del trabajo. Incluso cada rama es modelada hasta lograr el aspecto deseado. De ahí en más, la figura es mantenida y mejorada a través de los años.

Con el cuidado correcto, un bonsái puede vivir por cientos de años, tal como cualquier árbol en la naturaleza. Hay valiosos ejemplos que se han pasado de generación en generación, admirados por su antigüedad y respetados en recuerdo de quienes los han cuidado a través del tiempo. También hay ejemplos de extrema belleza, trabajados al detalle donde lo esencial no son los años, si no el conocimiento para lograr ese resultado.

Bonsái es una representación artística de un árbol en la naturaleza, es una imagen que desafía los sentidos llevándonos a un lugar distinto. En estos textos periódicos quiero mostrar técnicas para conocer cómo cultivar nuestro propio bonsái y aunque no hay un recorrido único para lograrlo, quiero enseñar algunas cosas para iniciar el camino. Entrá al mundo del bonsái y descubrí una manera distinta de apreciar la vida y la naturaleza!.

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Muchas gracias, es un texto muy alentador para nosotros los novatos.
Saludos
Marcelo

 

Texto 2 – HISTORIA DEL BONSAI

"La gente dice que hacer bonsái es expresar un paisaje en una pequeña maceta, pero, para poder hacer eso, hay que ser primero capaz de emocionarse con la fuerza de la naturaleza."
Hiroshi Takeyama

La historia del bonsái se pierde en el tiempo, no estando claro su
..........
es tu turno de aprender y practicar este arte milenario!!

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Texto 3 – ESTILOS DEL BONSAI

"No hagas que tus árboles parezcan bonsái: haz que tus bonsáis parezcan árboles"
John Yoshio Naka

Siempre es bueno tener claro que no hay un estilo que sea
................
se ajustaran a todas las guías, serían todos iguales.

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Texto 4 – UBICACIÓN

"Un Bonsái, obra de arte viviente, es una creación artística lograda con sentido estético y destreza, que busca extraer de la belleza natural de una planta todo su esplendor"
Kenyi Murata

Una de las cosas básicas a saber es que los árboles son plantas de exterior, y el hecho de ponerlos en maceta no los transforma en plantas de interior. Muchos creen que un bonsái ................lucirlo en el living de la casa. Eso sí, cuando se vaya la visita que lo elogió, el pino volverá a su lugar: afuera.

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Texto 5 – HERRAMIENTAS DE BONSAI

"En el hacer bonsái la clave es no meter la mano demasiado, no forzarlos, dejar hacer a la naturaleza, esperar y amar."
Hensuke Hamano

Para la práctica de bonsái se requieren ................. para recortar puntas de hojas secas, pero que no falte imaginación.

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Texto 6 – EMPEZANDO UN BONSAI

"Lo que me gusta del bonsái es que tiene un comienzo pero no un final. Una yema hoy es una rama mañana, es como la búsqueda del final del arcoíris. No hay límites en el bonsái".
J. Y. Naka

Para hacer un bonsái se puede empezar de distintas maneras. La más eficaz es anotándose en cursos que traten temas de manera teórica y práctica. Otra forma es uniéndose a un grupo de aficionados que te guíen. También es muy útil ir leyendo material de calidad para tener algunas bases. Lo importante es tener un panorama claro antes de empezar a adquirir plantas.

Perfectamente se puede empezar un bonsái desde semilla. Es hermoso ver un germinado levantar cabeza y sentir que en nuestras manos tenemos algo que un día llegará a ser un árbol. Es hermoso, romántico y lento, muy lento, tanto que si un novato pretende llegar a formar un bonsái a partir de una semilla se aburrirá. Incluso si se trata de una especie de rápido crecimiento, necesitará al menos dos años antes de poder empezar a hacer cosas entretenidas. Hasta ese momento hay poco para hacer y si bien empezar de semilla es un frente válido, no debe ser la única manera de acercarse a la afición. En algunos lugares venden semillas especiales para bonsái; acá hay algo importante que saber: no existen semillas especiales para bonsái. Además todas las semillas tienen un tiempo de vida útil en ciertas condiciones de almacenamiento, y esto hace que sea difícil encontrar semillas viables a través del comercio.

Los árboles usados en bonsái son los mismos árboles que crecen en las veredas y plazas, y que se ofrecen a la venta en viveros, así que para ganar tiempo podés comprar un arbolito, o rescatar ese que el vecino acaba de sacar, o aquél otro que está creciendo en el cantero.

Básicamente, cualquier árbol puede ser entrenado y cultivado como bonsái, pero preferiremos esos cuyas características sean de ayuda, ya sea por el tamaño de la hoja o por la facilidad de cultivo. Un gomero crece rápido y es una especie fuerte que no requiere cuidados especiales, pero el tamaño de las hojas no nos permitirá hacer fácilmente algo proporcionado. En cambio una morerita o una ligustrina, un ombú o un palo borracho, incluso un ficus son buenas plantas para iniciarse y el costo es bajo o ninguno, ya que pueden encontrarse desde germinados hasta arbolitos en casi cualquier espacio abierto al que podamos acceder. También podemos animarnos con esos germinados de otras especies como el roble o el jacarandá, que salen en la vereda del vecino, para ir conociendo la especie, sus cuidados y cómo se comporta y qué necesita estando en una maceta.

Una buena manera de iniciar el camino es comprando un pre-bonsái, que es un plantón al que ya se le han hecho algunas tareas para formar las raíces y las primeras ramas. Ya tienen hecho algo del trabajo inicial y queda mucho por delante. Dependiendo de la especie y lo avanzado que esté, es un material que sin ser barato es accesible. Lo importante será que venga de un lugar donde lo hayan cultivado bien y te entreguen material sano, fuerte y que sea una especie fácil de cuidar con el conocimiento y las condiciones que cada uno de nosotros le podemos ofrecer a esa planta.

También hay técnicas de multiplicación que nos permitirán aprovechar esa rama de buen calibre y con mucho movimiento que está en el árbol de nuestro patio. Según sea el caso, practicaremos esquejes o acodos. Estos temas los profundizaremos más adelante y con algo de práctica pasan a ser las técnicas favoritas a la hora de conseguir nuevas especies y preparar material de trabajo de muy bajo costo.

Otra forma de conseguir material es recuperando desde la naturaleza. Acá podemos llamar naturaleza también a un terreno abandonado donde crecen libremente las diversas especies que se den en la zona. Para esto, habrá que conseguir el permiso del dueño del lugar y conocer el momento, las operaciones y técnicas necesarias para garantizar la supervivencia del arbolito “yamadori” (tomado del monte). Tal como hemos dicho, buscaremos esas especies de fácil cultivo hasta que nuestra experiencia nos permita ir hacia nuevos desafíos.

Muchas veces empezamos con una planta a la que cuidamos celosamente; que no le falte agua; que no le sobre sol; que mañana va a caer helada; preocupado porque se le cayó una hoja; que lo voy a fumigar por ese bichito que apareció… Habiendo material de trabajo disponible y barato podremos evitar que se nos muera una planta por exceso de cariño. Si compramos un bonsái de 5 mil pesos sin saber cuidarlo bien, tendremos miedo hasta de regarlo. Aprendamos a cuidar una planta cualquiera y más adelante vamos a sacar ese olmo que la abuela quiere sacar de su patio y que nos va a quedar de muestra y recuerdo del patio donde jugábamos.

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Texto 7 – ESPECIES PARA EMPEZAR

Nuestro bonsái ahora puede no parecer tan atractivo, pero nuestro espíritu, al cultivar bonsái, sigue siendo el mismo: bondad, belleza y paz.
Masahiko Kimura

A la hora de elegir la planta que vamos a empezar a trabajar vamos a dar pasos sobre seguro buscando especies que nos ayuden a aprender y que nos ahorren sustos y penas porque de un día para otro nos damos cuenta que lleva seca desde hace rato. Vamos a buscar plantas que nos alienten a seguir aprendiendo.

Casi cualquier especie de árbol es apta para su cultivo y entrenamiento como bonsái. Entonces buscaremos que se lleve bien con nuestro clima; miraremos el tamaño de sus hojas; si nos ofrece flor y fruto o colores espectaculares en otoño y si lo podemos imaginar como bonsái mejor. Entonces al principio muchos imaginamos lo mismo: un pinito. Pero los pinos no son lo mejor para empezar. Lo mejor es una planta de la calle. La recomendación es que nuestras primeras plantas sean de aquellas especies que perdonan errores, especies fuertes que soportan sin problema nuestro clima y que se sobreponen rápidamente a operaciones fuera de época, técnicas no del todo bien aplicadas, enfermedades por períodos prolongados y algunos descuidos propios del proceso de aprendizaje.

Una especie de las más recomendadas para un novato es un ombú. Es una planta fácil de conseguir, ya sea por esqueje o desde semilla; crece rápido, soporta podas y trasplantes en casi cualquier momento del año, aguanta temperaturas extremas y es muy difícil que se muera a menos que la planta esté muy agotada por largos períodos de descuido o enfermedad. Con esta especie no podremos practicar el alambrado, si no que modelaremos usando tensores y poda. Tampoco podremos trabajar haciendo madera muerta, pero a estas alturas es más importante aprender a regar, encontrar buena ubicación, saber fertilizar, conocer los tiempos de podas, hacer un buen trasplante etc…Para todo eso – que no es poco – un ombú o un palo borracho serán de gran ayuda.

Hay otras plantas que sin ser tan versátiles como un ombú, tienen una fortaleza tal y una disponibilidad y costo que nos darán confianza a la hora de hacer esa poda fuerte de formación o ese trasplante desde macetón de vivero a maceta de entrenamiento.

Olmo: es un árbol de hojas caducas que con mínimos cuidados es afectado por pocas enfermedades y tiene un crecimiento rápido si se lo cultiva medianamente bien. Mientras tenga un suelo drenante su cultivo será sencillo y permitirá la aplicación de todas las técnicas de formación y acepta todos los estilos. Por suerte, contamos con buscadores en internet que nos mostrarán las hojas pero para más ayuda, en casi todas las plazas hay unos árboles que antes de brotar con hojas nuevas en primavera, sacan unos manojos de semillas que al soltarse parecen papelitos circulares del tamaño de una moneda; ese es un olmo.

Ficus: quién no conoce cómo es un ficus!?. A pesar de su popularidad se desconoce mucho sobre su cuidado y siendo un árbol tropical que prefiere podas en los meses de Noviembre y Diciembre, aun se ven muchas podas realizadas en invierno, trabajos fuera de época que a veces causan la muerte de la planta por agotamiento. El ficus pertenece a una familia muy grande en la que se encuentran especies tan dispares como la higuera y la enamorada del muro, plantas que también son aptas para bonsái, pero un ficus de los que se pueden ver en las veredas (Ficus benjamina) es fácil de conseguir, es fuerte, tiene lindas hojas brillantes, no es de interior pero se adapta bien y algo importante: una planta para ir practicando es muy barata y si se hace de esqueje es gratis!

Juníperos y Thujas: son los típicos pinitos hechos bonsái que se venden en los grandes almacenes, donde se ofrecen muchas veces a punto de morir con un precio como si vinieran directo de una exposición. En realidad ni siquiera son pinos, pertenecen al mismo orden de las coníferas, pero no son tan exigentes en los cuidados y siendo baratos y accesibles son un buen primer paso hacia el cultivo de pinos. También se reproducen bien por esqueje, así que la primera poda fácilmente se transformará en el vivero personal de donde saldrán lindos regalos baratos para tías y abuelas.

Moras y Ligustrinas: están juntas no porque sean plantas de la misma familia, pero son tan fáciles de cuidar, de conseguir y de trabajar que eso las une. Crecen por todas partes, en cualquier recoveco del asfalto, se asoman desde cualquier cantero y crecen hasta sobre otros árboles. Así de fuertes y poco exigentes son!. Estas plantas son ideales para iniciarnos, ya sea porque dan flor, ya sea por sus frutos, sus hojas pequeñas, su adaptación a cualquier tipo de suelo y la cantidad de descuidos que superan.

Un buen bonsái no tiene que ver solo con el maestro que lo trabajó o el precio por el que se pagó, tampoco con los años que tiene. Tiene más que ver con los años de trabajo y el aspecto que ha desarrollado en esos años, un aspecto añoso que nos cuente una historia. A veces la historia es un secreto entre la planta y vos; un lugar especial de donde viene, el recuerdo de un viaje, de una persona o simplemente el cariño a una planta que nos ha permitido aprender y resistiendo cientos de errores sigue ahí, la más modesta y fea de la colección; pero ese primer bonsái es muchas veces el más valioso.

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Yo hubiera incluido el olivo. Sobre todo para zona mediterránea.
Hoja pequeña y tronco super-expresivo, pero sobre todo para cada error de principiante hay dos oportunidades (dos periodos de brotación importantes) por año para ir resolviendo principio de primavera y agosto-septiembre.
Saludos

 

Hay que tener en cuenta también que Bonsai Tigre habla desde el hemisferio Sur.
Por el tema de las fechas.
Saludos.

 

Tienes razón, respecto al olivo y de esta forma sería principios de primavera y finales de verano independientemente de los meses que correspondan a cada hemisferio.
Saludos

 

Texto 8 – BUSCANDO PLANTAS

"El material de trabajo del artista es un ser vivo, por el que siente un profundo respeto, el mismo que por la naturaleza. Este factor nos ayuda a entender el grado de fascinación que llega a sentir el aficionado o artista hacia el Bonsái y el vínculo que se establece entre ambos."
José Pons Ferrer

Mucho de la aptitud de una planta viene dado no solo por la especie de que se trata, también es importante observar qué nos ofrece parte por parte, esas cualidades que nos van a ayudar a lograr un buen resultado, su “potencial”.

Teniendo por descontado que se trata de una especie “apta” en el sentido de un tamaño de hoja apropiado, una capacidad de ramificar que nos facilite el trabajo a la hora de formar una copa de follaje en miniatura y pensando en un tamaño que esté acorde a las proporciones entre el diámetro del tronco y la altura que queremos lograr; en general, hay otras cosas que se deben valorar a la hora de elegir una planta que queremos trabajar como bonsái.

Primero, veamos si las raíces transmiten fortaleza. Lo que llamamos “nebari” y que es la parte baja del tronco donde se ven los primeros tramos de las raíces que quedan expuestas en la superficie, deben ser raíces que salgan de manera radial y con calibres similares hacia todas direcciones, el frente estará dado principalmente por estas raíces gruesas que darán el aspecto de anclaje fuerte al suelo, sin que ningunas de ellas quede apuntando al observador. Esto es especialmente importante para las especies caducas, ya que cuando no tengan hojas tendrán otra cosa interesante que mostrar, en este caso una base fuerte, añosa y que transmita estabilidad.

Una vez que tenemos identificado un buen nebari que invite a ir subiendo por la línea del árbol, debemos mirar lo que será el tronco principal y su “movimiento” ya que será decisivo a la hora de definir un estilo que se ajuste a la planta que vamos a elegir. Si encontramos un tronco recto con muy pocas curvas será un estilo vertical, si tiene curvas será un informal vertical o inclinado. Recordemos que el tronco debe ser grueso en la base, afinándose hacia la parte más alta - hacia el ápice - dando conicidad. Esta conicidad se puede encontrar siguiendo distintas líneas entre las ramas y si una de estas ramas puede ser usada como tronco principal, entonces tenemos un buen candidato. El tronco idealmente debe tener aspecto añoso, una corteza que cuente sobre el paso del tiempo, incluso una herida cicatrizando puede darle mucho carácter a nuestro diseño final.

Luego miraremos la ramificación. Ya que las plantas del vivero o ese arbolito que salió al fondo del patio nunca fueron entrenados como bonsái, habrá que buscar al menos que las ramas vayan disminuyendo su calibre a medida que se sube por el tronco. Afinemos el ojo tratando de ver la planta sin esas ramas que no cumplen con la pauta. Si hay muchas ramas habrá varias que se ajusten a la guía y si varias se ajustan a la guía seguro que hay un diseño escondido entre ese montón de ramas desordenadas. Algunos diseños ya estarán ahí, otros necesitarán algo de ayuda, o incluso un cambio de inclinación luego de trasplantar. Difícilmente hallaremos un arbolito casi terminado al que solo hay que recortarle algunas puntas y cambiarlo a una maceta de bonsái, pero si empezamos a ver el árbol sin las ramas que no sirven o que van en contra de las guías, entonces el trabajo se hace más sencillo y poco faltará hasta vernos a nosotros mismos de rodillas en el vivero tratando de mirar el árbol desde abajo.

Finalmente, veamos que la planta esté sana. Si es posible levantar la maceta y ver si hay raíces de puntas blancas escapándose por el drenaje y hay nuevos brotes en las puntas de las ramas, estamos frente a una planta que está en condiciones de ser trabajada. Tiene hojas llenas de color y brillo? Está libre de insectos? A medida que te metas en el tema vas a poder reconocer fácilmente no solo eso, también apreciarás las virtudes de distintas especies, un tronco agrietado, o una hoja que toma colores brillantes en otoño, otra que da pequeños y proporcionados frutos rojos, o esa de lindos ramilletes de flores hasta el verano.

La planta está elegida y frente a nosotros tenemos un arbolito con mucho o poco potencial que quiere entregarnos todo lo que podamos aprender a partir de su cultivo. Debemos empezar a cultivarlo y entrenarlo como bonsái, pero antes de recortar ramas y hacer un trasplante hay que tener todo preparado: maceta y tierra. Qué maceta? Qué Tierra? No salgas corriendo a buscar una maceta de bonsái esmaltada ni empieces a zarandear una palada sacada del fondo del patio. Antes de hacer nada leamos un poco más y ahí vamos a poder ponernos los guantes y empezar a trasladar esta afición de las letras a la práctica, donde vamos a dedicar nuestro tiempo libre cultivando también una nueva manera de disfrutar la naturaleza.

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Buenos principios, espero lo siguiente....¿sustrato?
Saludos

 

Texto 9 – SUSTRATOS PARA BONSAI

"En el hacer bonsái, lo más importante es el sonido de los pasos del cultivador cuando se acerca a su árbol."
Saburo Kato

A la hora de hablar de la tierra que vamos a poner en nuestras macetas primero hay que decir que no es tierra, y por eso la llamamos “sustrato”. Este sustrato está compuesto por distintos materiales que al mezclarlos, cada uno de ellos aportará una característica especial que necesitamos para un buen desarrollo de nuestra planta, es decir, un sustrato de calidad. Para preparar un sustrato de calidad debemos buscar ciertas características en la mezcla, características que lograremos usando materiales que estarán más o menos disponibles en nuestra zona.

Compost: es esa tierra negra que venden en todos los viveros. No tiene hojas; palitos; cascaritas ni pelotitas blancas. Solo esa tierra negra que usamos para mejorar la huerta o alguna maceta vieja de la casa. Este material retiene mucha humedad y tiene muchos nutrientes, así que mientras aprendemos a fertilizar, nuestro sustrato deberá tener algo de estos nutrientes.
Turba: junto con el compost es parte de los llamados materiales orgánicos, solo que en el caso de la turba no hay un aporte importante de nutrientes a la vez que tiene un alta capacidad para retener agua. Esto ya no es tan fácil de conseguir en cualquier vivero pero no es una cosa muy especial.

Drenante: este tipo de materiales lo que hace es evitar el encharcamiento de la maceta. Al regar, el agua debe recorrer toda la maceta y el sobrante escurrirá por el agujero de drenaje, lo que renovará el oxígeno que las raíces necesitan para crecer bien; por eso es importante hacer un riego profuso cada vez que sea necesario cuando la primer capa de sustrato está seco. Para esto podemos usar arena gruesa, perlita, vermiculita, canto rodado y hasta tergopol. Lo fundamental es que no retenga humedad.

Base: Este material será el componente mayoritario y debe retener algo de humedad a la vez que aporta algo de drenaje. En la literatura se habla mucho sobre la akadama, un tipo de suelo arcilloso de origen volcánico, es decir, un barro cocido a altas temperaturas. Por supuesto que en Japón es el material preferido por sus características, abundancia, disponibilidad y bajo precio. En Argentina no se encuentra en el comercio akadama o tierra volcánica similar con esas características, en particular por el valor. Por esto usaremos como base alguna opción que se asemeje. Acá podremos usar mini-leca, puzolana, ladrillo molido (al que hay que zarandear para retirar el polvo que puede obstruir el drenaje), piedras para gatos e incluso corcho molido; que no quiere decir que sean lo mismo, pero por ahora los ponemos en el mismo grupo.

Algo importante respecto del drenante y sobre todo de la base del sustrato es el tamaño de los gránulos. La granulometría es vital por la cantidad de riego que necesitará el sustrato para mantenerse húmedo, hay otras cosas importantes también como el nivel de desarrollo del bonsái y el régimen y tipo de fertilizado, pero vamos de a poco. Diremos en este nivel que si el grano es muy grueso, el drenaje será mucho y por lo tanto el riego será muy frecuente. Si los granos son muy chicos el riego será menos frecuente ya que por capilaridad el sustrato también retendrá agua y habrá que usar más drenante. Para no complicarnos, estos materiales deben tener gránulos de entre 2 y 5 mm de diámetro. En algún caso habrá que usar un tamiz para sacar lo más fino que vaya a tapar el drenaje y en otro caso buscaremos una zaranda para sacar las piedras más grandes.

En conjunto, la mezcla de estos materiales, debe formar un sustrato nutritivo y drenante, a la vez que retenga algo de humedad. Un sustrato de calidad no se degradará fácilmente, no obstruirá el drenaje y no se apelmazará. En este sentido, veremos que no hay una receta única e infalible, ya que cada planta necesitará un tipo de sustrato distinto dependiendo de la especie; el clima también será decisivo a la hora de pensar en la mezcla justa y hasta tus posibilidades de riego serán importantes. Un sustrato de calidad también tendrá buena disponibilidad en nuestra zona y un precio razonable según nuestras posibilidades.

Se dice que un sustrato de uso general puede tener un 70% de base, un 15% de drenante y lo mismo de material orgánico. Esto se mide en volumen para hacerlo más fácil y la relación equivalente es 5:1:1. Por supuesto que habrá casos que necesitarán 3:1:1 por ser lugares muy calurosos o por no poder regar frecuentemente y eso justifica usar más material orgánico y otros casos que necesitarán una relación de 7:1:1, y puede ser por ejemplo porque la especie de la planta sea de las que les gusta pasar algo de sed. Como siempre, se trata de una guía, ahí cada uno va a ir viendo qué necesidades surgen según los materiales disponibles, el clima, las posibilidades de riego, el tipo de planta, etc. En definitiva, esa tierra negra y linda no sirve más que como parte del sustrato o como enmienda para la huerta pero no para bonsái. Si se usa sola se apelmazará y se encharcará, reteniendo mucha humedad y dejando a las raíces en contacto permanente con agua, lo que no las deja “respirar”, entonces se asfixian y se mueren, luego se pudren y ahí empieza a morir definitivamente nuestro arbolito.

Ahora te falta la maceta. Vas a buscar una maceta de bonsái de esas lindas de cerámica con patitas? o algo grande del tamaño de una tina para que crezca rápido? Ni una cosa ni la otra. Esperá el próximo capítulo, y de paso te vas cultivando vos mism@ en la paciencia que te enseña el bonsái a la vez que desarrollás la impaciencia de todo bonsaika que hace lo imposible para que sus plantas crezcan rápido, hasta usar como maceta los coladores de los fideos!

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Texto 10 – MACETAS PARA BONSAI

"El bonsái no va a salvar al mundo ni a la naturaleza, pero el sentimiento que genera se vuelve en su ayuda y defensa, porque quien ama el bonsái ama a la Naturaleza”
Desconocido

La maceta de nuestro bonsái debe estar ................tanto luciremos en el living de la casa, o que simplemente nos relajará mientras lo regamos a la vuelta del trabajo.

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