¿Cómo empezó vuestra adicción a las palmeras?

Sería interesante ver cómo empezastéis en este mundo de las palmeras y/o cycas, así como poner fotos de vuestra primera ''hija'', etc. A ver si tiene o no éxito.

Yo empecé a sentir una atracción especial desde que nací. Al salir de casa siempre se veían Phoenix canariensis, preciosas... Cuando nos mudamos, justo enfrente de casa teníamos (y tenemos) una P. canariensis, adulta, yo diría que ya ha cumplido su ciclo... Poco a poco fueron plantando más.

Esto es lo que se ve desde la ventana del pasillo:



En esta segunda foto, hay dos phoenix marcadas:


Y bueno, poco a poco, de ver palmeras por todas partes, me acabé encariñando...

Aunque, curiosamente, mi primera planta de este tipo no fue precisamente una palmera, sino una cyca. Era julio de este año. Venía con 13 hojas, pero debido a las cochinillas, ahora le quedan 5.



Y para regalarme yo algo para mi cumpleaños, quise una Canariensis. A mi madre no le hizo mucha gracia..., pero poco a poco estoy consiguiendo un sitio definitivo para plantarla.


Posteriormente se incorporó a la familia una Cyca revoluta pequeña. Vino con 4 hojitas, pero se puso amarilla una... y le quedan 3.

Y gracias a este foro, estoy empezando con las semillas de palmeras. Tengo semilleros de canariensis, washingtonias, y dentro de nada de roebelini. En primavera haré uno más de roebelini, uno de syagrus, y otros de otras (livistona, brahea,... y lo que caiga ).

Lo que empezó como una admiración y respeto, se ha convertido en una adicción casi enfermedad.

Ale, os toca.

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Como eres una mujer creo que te gustará mi historia, y si no por lo menos estarás una media hora leyendo.

Antes no me gustaban las palmeras, es más, nunca me había fijado que existian, aunque siempre he vivido rodeado de ellas, eran árboles, con los que de niño hacía travesuras.
Un buen día, por fin, me tomé unas vacaciones. Hice una reserva para un crucero por el Caribe y me dispuse a pasar la mejor época de mi vida... por el momento.
De forma inesperada, se formo un huracán, que hizo naufragar el barco en pocos minutos. Cuando volví en sí, me encontré en una playa sin nadie a mi alrededor, ni víveres, ni nada que no fueran plátanos y cocos. Acostumbrado a la vida en la ciudad, no tenía ni idea de qué hacer. Me pasé los siguientes cuatro meses odiando los plátanos, bebiendo coco, añorando la vida pasada y fijando la mirada en el horizonte en busca de un barco que viniera a rescatarme.
Un día estaba tumbado en la arena cuando percibí por el rabillo del ojo algo que se movía. Era un barco de remos, y en él iba la mujer más hermosa que había visto jamás.
Ella llegó remando hasta mi y le pregunté asombrado: - "¿De dónde has venido?, ¿Cómo has llegado hasta aquí?". - "Vengo remando desde el otro lado de la isla. Vine a parar aquí cuando mi barco se hundió", respondió ella. - "Asombroso", dije yo. "No sabía que hubiera habido más supervivientes. ¿Cuántos sois?. Habéis tenido mucha suerte de que la mar arrojara a vuestra playa esta barca de remos". - "Estoy yo sola", dijo la mujer. "Y la mar no llevó esta barca a la playa, ni nada de nada". Estaba confuso y le pregunté: - "Entonces, ¿cómo has conseguido la barca?". - "Es fácil", repuso la mujer. "Yo misma hice la barca de materiales que he ido encontrando por la isla. Los remos están hechos con troncos de árboles de caucho, el fondo lo tejí con ramas de palmera, y los laterales y la popa están hechos de madera de eucalipto". - "Pe.. pe. pero eso es imposible", le dije. "No tienes herramientas, ¿cómo has podido hacerlo?". - "¡Ah! No ha habido ningún problema en eso," replicó la mujer. "Al sur de la isla hay unos estratos poco comunes de roca aluvial. Me di cuenta de que si lo calentaba en el horno hasta una cierta temperatura, podía obtener una especie de hierro bastante dúctil. Lo utilicé para hacer algunas herramientas y, con ellas, el resto del material que necesitaba. Pero basta ya de hablar de estas cosas. ¿Dónde vives?".
Bastante avergonzado, le contesté que había estado durmiendo en la playa todo el tiempo. - "Bien", dijo ella. "Ven conmigo a la barca y vayamos donde yo vivo". Después de unos pocos minutos remando, ella atracó el bote en un pequeño embarcadero. Yo miraba el lugar al que habíamos llegado. Delante de mi, se abría un camino de piedras que conducía a un pequeño bungalow pintado de azul y blanco. Mientras la mujer amarraba el bote con una cuerda tejida en cáñamo. Yo solamente era capaz de permanecer de pie mirándolo todo como atontado. Mientras caminaba hacia el interior de la casa, ella dijo de modo informal: - "No es gran cosa, pero yo le llamo mi casa. Siéntate por favor, ¿te apetece beber algo?". - "No, no gracias", dije todavía aturdido. "Soy incapaz de beber una gota más de zumo de coco". - "No, no es zumo de coco", replicó la mujer. "Tengo un refresco, ¿te va la piña colada?". Tratando de esconder mi continua vergüenza, acepté y nos sentamos en el sofá a charlar.
Después de que hubieramos intercambiado nuestras historias, la mujer dijo: - "Si no te importa, voy a ponerme algo más cómoda. ¿Te gustaría darte una ducha y un afeitado? Hay una maquinilla de afeitar arriba en el armario del cuarto de baño". Sin preguntar nada más, fui al baño. En el armario había una maquinilla hecha de hueso tallado. Dos conchas afiladas se ajustaban a presión a ambos lados de un eje en cuyo extremo había engarzado un mecanismo giratorio.
- "¡Esta mujer es increíble!, exclamé. "¿Con qué me sorprenderá la próxima vez?". Cuando volvió la mujer, llevaba como único atuendo unas hojas de parra estratégicamente situadas y un intenso aroma a magnolias.
Ella hizo señas con la mano para que me sentara a su lado.
-"Dime", comenzó a musitarme con voz sugerente mientras se sentaba más cerca. "Hemos estado aquí durante mucho tiempo. Te habrás sentido muy solo. Estoy segura de que hay algo que realmente te gustaría hacer ahora, algo que has estado añorando durante todos estos meses. ¿Verdad...?", dijo mirándome a los ojos directamente.
No podía creer lo que estaba oyendo y le dije: - "¡No jodas... que puedo leer desde aquí mi correo electrónico y ver el futbol!...." En ese momento llegó un helicoptero a la isla y nos rescató. Nunca más nos volvimos a ver.
Desde entonces, me gustan las palmeras porque me recuerdan lo que sucedió en aquella isla.
Lo siento, pero la cámara se hundio con el barco, por lo que no hay fotos.

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Esto... Y si no hay fotos, ¿cómo sabemos que es cierto?

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Mauser!!! Como hacés para redactar tanto!!!! le ganaste a Efrain!! y eso no es poco!!!!
Como es que llegaste a LA ESTRELLA DE LA MUERTE? Te raptaron unos extraterrestres????
Cariños!!!

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

NUNCA LO SABRÁS.

Como eres escritora, ahí tienes una novela... No la publiques que tiene derechos de autor

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

A Efrain es imposible ganarle, vive muy alto.
A la Estrella de la Muerte... llegué después de los dolores.
No, no me raptaron los extraterrestres, de hecho, yo soy uno de ellos... (es lo que suelen pensar de mi).
Cariñosx2

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

No soy de novelas, sino de poemas. Aún así, es una buena historia.

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Hola.

Mauserrrrrrrrrrrrrrrrrrrr , pero no habiamos quedado en que solo 3 como mucho AL DIA ? jajjajajaja


Esa historia equivale a un mes de " penitencia "

Un saludo

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

"Mu romántica tu". A ver si un día pones algún poema, que veamos tu arte, chiquilla Que haga alusión a las palmeras es secundario.

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Eso de los tres al día, ¿A que te refieres? , jeje. "Me pasao"

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Si.

Es cierto.
Ahora lo veo.
No habiamos quedado en nada,
Para que sepas a lo que me refiero Mauser , tendrás que ir a leer al post abierto por Pipita con titulo " Respuestas varias ".

Pipita , ejem ejem........jajjajajajjajaja.

Un saludo.

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Hola,

La mía empezó un cierto día que, mirando al mar, vi llegar una barca con algunas hojas de palmera y unos cocos dentro... Mira por donde me vengo a enterar que la barca era de tu vecina Mauser

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Algún día, quizás... Un día soleado, en el Caribe...

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Anda, anda, anda!!!

 

Re: ¿Cómo empezó vuestra adicción?

Jiuston...........Jiuston............perdemos altura!