El futuro de la verdadera agricultura ecologica...

Lo primero saludar a los conocidos, amigos y enemigos de este ilustre foro...

Y os dejo esto para flipar con los descubrimientos de este agricultor ecológico Frances, realmente algo a tener muy en cuenta y que es fácilmente comprobable en 5 años en una pequeña parcela de vuestras huertas con vuestras semillas locales o adquiriendo las que vende este agricultor, yo por desgracia ya no podré experimentarlo al no disponer ya de mi querida huerta, una segunda Hernia Discal muy jodida me ha dejado en la vereda y tristemente me es totalmente imposible hacerme cargo de ella, cosas de la vida que hay que asumir aunque me duela en el alma...

Un abrazo a tod@s y seguir cuidando vuestros terruños con cariño y mucho amor...


Este agricultor cultiva sus verduras sin cuidados ni apenas agua

Desde hace 15 años un agricultor ecológico hace que muchos expertos agrónomos se lleven las manos a la cabeza. Este hombre, Pascal Poot, ha puesto en entredicho al modernismo agrícola y ha plantado cara al catastrofismo meteorológico y medioambiental al cultivar sus verduras sin agua ni pesticidas y obtener unos resultados espectaculares. Por eso hemos querido hablar con él.

Con su barba abundante, su paso desgarbado y su gorro siempre calado haga frío, viento o truene, Pascal Poot parece más bien salido de una imagen de archivo del Festival de Woodstock que de un salón de agricultura.Y está fascinando a agrónomos de todo el mundo gracias a su método como agricultor ecológico autodidacta.

Pascal Poot, que nunca recibió formación agrícola, cultiva desde hace 15 años tomates, calabacines, calabazas, pimientos y berenjenas no sólo desterrando el uso de pesticidas -a priori nada revolucionario dentro del mundo de la agricultura “bio”-, sino sobre todo negándose a tratar o regar sus cultivos.

Y eso que la propiedad de Pascal, llamada La Huerta de la Salud, se encuentra en un terreno alto en Hérault, una región soleada del sur de Francia, donde vive, y sobre tierras particularmente áridas y difíciles de irrigar.

¿El propósito de su estrategia? “Conseguir que las plantas se hagan resistentes por sí mismas”. O lo que es lo mismo, que dejen de necesitar cualquier ayuda exterior.

“Sobre todo, no cuide sus plantas”

Fue a raíz de la observación de la naturaleza cuando Pascal Poot decidió probar su singular y sencillo método, basado en no hacer nada en lo que a cuidados y riego se refiere.

Comenzó preguntándose por qué las plantas silvestres, consideradas en el imaginario común como malas hierbas y sistemáticamente exterminadas por los concienzudos agricultores, resultaban al final mucho más resistentes y menos propensas a las enfermedades que las plantas que crecían siendo cuidadas.

Y fue ahí cuando planteó la hipótesis de que, al contrario de lo que defiende la teoría del intervencionismo agrícola, largamente difundida por todo el mundo, las plantas nunca crecen y se desarrollan tan bien como cuando nadie se ocupa de ellas. “El principio es, sobre todo, no cuidar las plantas, para que aprendan a resistir las enfermedades y la sequía”, explica.

Las semillas, si no se debilitan por culpa de una larga serie de cuidados superfluos, son capaces de resistir a las peores condiciones meteorológicas. Y en este tiempo de cambio climático, las afirmaciones de este tipo no deberían caer en saco roto.

A Pascal le es suficiente con irrigar sus suelos muy de vez en cuando, jamás a diario o con asiduidad.“Regar las plantas con demasiada frecuencia las convierte en perezosas; entonces sus raíces sólo crecen en el lugar donde se las riega y, si se va una semana, a su regreso las encontrará muertas”.

Este método le ha permitido producir verduras en abundancia año tras año, aunque por supuesto sus cosechas no siempre fueron tan maravillosas.

Comenzó por seleccionar

Busco variedades de verduras antiguas y resistentes, cuyas semillas no hubieran sido hibridadas por los laboratorios agroalimentarios. El primer año, las verduras que recogió eran minúsculas y endebles. Pero, siguiendo la máxima de que todo llega a su punto si se sabe esperar, Pascal no se desanimó y volvió a cultivar sus semillas al año siguiente, con un resultado mucho más satisfactorio. Así, año tras año siguió repitiendo la operación, y al cabo de cinco ya obtenía unas magníficas verduras.

La explicación a este fenómeno es la siguiente:

Las plantas aprenden a lo largo de su vida a resistir a las amenazas exteriores y transmiten el fruto de su aprendizaje a su descendencia. Así, al cabo de varias generaciones gozan de un amplio abanico de cualidades gracias a las que sobrevivir. Pero, aunque hoy varios investigadores ya han llegado a esta misma conclusión, la mayor parte de los genetistas de la época en la que Pascal comenzó como agricultor autónomo estaban muy lejos de darse cuenta de que los genes de las verduras se modifican tan rápidamente.

Resistencia en botas de goma

La Huerta de la Salud de Pascal Poot atrae cada año a numerosas personas. Aunque dejó de vender sus verduras para concentrarse en la venta de semillas, muchos agricultores y neófitos de paso acuden con frecuencia a probar sus maravillosos vegetales, además de a comprar los preciados granos. Pero lo cierto es que también van a escuchar al propio Pascal, cuya palabra rivaliza en importancia con su producción hortícola.

Su resistencia en botas de goma no se ciñe únicamente a la agricultura, sino que también se ha convertido en filosofía y política.Y no deja de recordar a la lucha de la activista antiglobalización india Vandana Shiva, que se opone con fuerza al monopolio de Monsanto.

Esta multinacional es el principal proveedor a nivel mundial de semillas genéticamente modificadas (es decir, OGM) y distribuye entre los agricultores de todo el mundo semillas transformadas y estériles, lo que en la India llevó a la bancarrota a muchos de ellos y provocó una importante ola de suicidios.

Vandana Shiva comenzó entonces a producir sus propias semillas, para distribuirlas gratuitamente entre los campesinos y permitirles así emanciparse del yugo mortífero de la multinacional.

“Venden plantas enfermas”

Aunque menos frontal que la de Vandana Shiva, la oposición de Pascal Poot a la industria agroalimentaria es fuerte. Su método es, de hecho, un corte de manga al mito contemporáneo que atribuye la productividad de los agricultores a la innovación y a la cantidad de herramientas y técnicas de las que se ayuden para el crecimiento de sus plantas.

La producción de Pascal Poot es importante, y su método, aplicado por todas partes en el mundo, podría suponer un paso de gigante hacia la autonomía alimentaria. “Si se usan semillas adaptadas se produce más que con la agricultura convencional”, afirma. Y, de hecho, su producción es de entre 15y24kg por m2, frente a los 5 ó 10, 5kg de la agricultura convencional.

Pero él va más allá, denunciando un entramado de “envenenamiento masivo” orquestado por las industrias agrícolas: “Todas las semillas fueron compradas por las multinacionales que producen productos fitosanitarios y fertilizantes. Lo que buscan es que las plantas necesiten esos tratamientos químicos, para poder vender sus propios productos. [...] Lo que venden son plantas enfermas”.

Y también señala que lo mismo sucede con la salud de las personas: esas firmas que desarrollan los productos fitosanitarios, los cuales debilitan las plantas aunque supuestamente sirvan para tratarlas, son los mismos que han desarrollado los medicamentos actuales, disponibles en cualquier farmacia. Y eso da que pensar. Porque, yendo todavía más lejos: el cuerpo humano, como las plantas, ¿no se debilita por culpa de todos los cuidados inútiles que se le prodigan?

¿No sería acaso interesante probar el “método Poot” en el campo de la salud humana?

Si quiere conocer más acerca del trabajo como agricultor ecológico autodidacta de Pascal Poot, o incluso adquirir alguna de sus semillas, diríjase a su página web:

http://lepotagerdesante.com/

Ines Benkhicham

Salud.2

 

Buenas noches

Muchas gracias por la información

Como me dijo un señor adulto hace muchos años

Si quieres ser un buen jardinero observa y aprende de la naturaleza.

 

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