FERTILIZACIÓN KIWI

Tema en 'Kiwi' comenzado por Cris Astur, 2/7/16.

  1. Cris Astur

    Cris Astur

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    Asturias
    Alguno de vosotros sabe qué cantidad (%. mg/kg...) de los principales elementos como N,P,K,Mg,Ca...debería de tener la tierra ideal para plantar kiwi?

    Muchas gracias!
     
  2. Fuente: http://www.serida.org/publicacionesdetalle.php?id=5235
    PDF: http://www.serida.org/pdfs/6344.pdf

    Suelo

    Las raíces del kiwi sufren fácilmente de asfixia, siendo, por tanto, idóneos para su cultivo los suelos profundos, bien drenados, ricos en materia orgánica y de reacción neutra o ligeramente ácida. Su producción está estrechamente ligada con el desarrollo que pueda alcanzar el sistema radicular, optimizándose en suelos y subsuelos de textura franca o franco arenoso en los que las raíces pueden superar profundidades de 1 m.

    Por el contrario, no tolera suelos con capa freática poco profunda, contenidos elevados de arcilla ni de cal activa (>5 %), pudiendo erigirse igualmente en factores limitativos para su cultivo; en suelos de reacción básica (pH >7,5) se clorosa fácilmente.

    A título orientativo la textura más idónea para el cultivo del kiwi tendría las características siguientes: 65, 25 Y 10 % de arena, limo y arcilla, respectivamente. Ello no descarta la utilización de otras texturas que mediante la aportación de enmiendas, acaballonado, drenajes etc. puedan ser optimas para el cultivo.

    Preparación del suelo y abonado de fondo
    El suelo deberá ofrecer buena permeabilidad hasta una profundidad mínima de un metro; en caso contrario, se impondría la realización de caballones en las líneas y la construcción del drenaje correspondiente. En condiciones favorables el sistema radicular consigue su mayor densidad entre los 50 y 90 cm, siendo por tanto, aconsejable preparar el suelo con las labores siguientes:

    • Labor de subsolador a una profundidad de 70 a 80 cm.
    • Labor de arado (incorporando los abonos orgánicos y minerales de fondo).
    • Labor de fresadora (inmediatamente antes de plantar).
    El abonado de fondo será consecuente con el pH, nivel de materia orgánica y contenido en fósforo, potasio, magnesia y microelementos, reflejados en el análisis del suelo. Estos datos determinarán los tipos y cantidades de abonos necesarios para restablecer el equilibrio y crear, además, reservas en profundidad de fósforo y potasio.

    Para un suelo de tipo medio, con acidez adecuada a las exigencias del cultivo (pH=6 ó 7), se pueden considerar, a modo orientativo, para una superficie de una hectárea las cantidades siguientes:

    • 70-80 t. de estiércol bien descompuesto.
    • 200-300 U.F. de P205
    • 200-300 U.F. de K20 (en forma de sulfato).
    La aportación de estiércol será primordial ya que el futuro desarrollo de las plantas estará muy vinculado al contenido de materia orgánica del suelo.

    Abonado
    Los abonos orgánicos y minerales juegan un papel importante en el desarrollo y producción del kiwi.

    El estiércol de ganado vacuno parece el abono orgánico más idóneo. La incorporación de estiércol mejora la textura del suelo, aporta nutrientes y favorece la asimilación de microelementos, disminuyendo el riesgo de carencias. Además, los ácidos húmicos producidos en la humificación de la materia orgánica se combinan con las bases alcalinas contribuyendo a disminuir el pH del suelo; por ello, las aportaciones de estiércol deberán ser lo más cuantiosas posible, sin más limitaciones que el aspecto económico.

    El estiércol deberá estar bien descompuesto y se aplicará en invierno o primavera, preferentemente en la franja indicada para el riego. Además, conviene aprovechar toda posibilidad de aportar materia orgánica mediante el aprovechamiento de la hierba segada, hojas de árboles, restos de cosechas y otros. Se evitará utilizar materias que puedan fermentar, fundamentalmente estiércol fresco y gallinaza.

    Dadas las elevadas exigencias en nutrientes del kiwi, principalmente de nitrógeno, fósforo y potasio, es imprescindible restituir las extracciones anuales que no fueran cubiertas con el estiércol mediante la aportación de abonos minerales.

    Las plantaciones en plena producción necesitan, además, aportaciones de calcio y magnesio. En cualquier caso, al objeto de determinar las verdaderas necesidades de nutrientes y evitar posibles carencias, lo más correcto es realizar análisis periódicos del suelo (cada 2 a 4 años), complementados con análisis foliares.

    En la siguiente tabla se pueden ver los contenidos óptimos en hojas para los distintos nutrientes:

    (%)
    Nitrógeno3.1
    Fósforo0.2
    Potasio2.75
    Magnesio0.7
    Calcio2.3


    (ppm)
    Hierro169
    Magnesio40
    Zinc29
    Cobre20
    Boro71
    Esta especie no tolera grandes concentraciones de sales, debiendo distribuir los abonos en pequeñas cantidades y en varias aplicaciones, sobre todo en terrenos con bajo nivel de materia orgánica.



    Si el pH del suelo fuese elevado (>7), los abonos minerales se emplearán en forma de sulfato (sulfato amónico, sulfato potásico), evitando en todo caso el empleo de cloruros.

    Una vez realizada la plantación y al objeto de ajustar el abonado a las necesidades de crecimiento y producción, conviene distinguir los siguientes períodos:

    • Formación: Comprenderá los tres primeros años de la plantación, siendo durante esta época el nitrógeno el elemento fundamental para asegurar los crecimientos vegetativos. Las necesidades de este elemento para este período pueden estar en torno a las 50-70 UF/ha. repartidas durante el período de máximo crecimiento Abril-Julio.
    • Producción: A partir del tercer año se incrementan anualmente las extracciones de nutrientes como consecuencia de la producción de frutos. Además, la emisión y desarrollo de los nuevos brotes será fundamental para realizar la renovación de los que ya produjeron, por lo cual el nitrógeno sigue siendo vital en este período aunque también son importantes el fósforo, para favorecer la diferencia floral, el potasio, por mejorar las propiedades organolépticas y tamaño de los frutos y el magnesio y el calcio fundamental este último para una buena conservación postcosecha.
    Unidades fertilizantes por hectárea para una finca en producción

    Año N P205 K20 Ca Mg
    4 125 50 75 20 10
    5 150 60 110 30 20
    6 y siguientes 150-200 150-200 75-100 50 30

    El período de fertilización principalmente va dese la brotación hasta Julio-Agosto y preferiblemente aplicado mediante fertirrigación.

    Las cantidades de abonos o fertilizantes indicados se tomarán como dato orientativo, puesto que el modo correcto de abonar depende de lo que indiquen los análisis de suelo y foliar. Por otra parte, conviene tener en cuenta que las aportaciones de estiércol pueden cubrir buena parte de las necesidades de los nutrientes indicados, completando éstas con las aportaciones de los abonos minerales correspondientes.
     
  3. Cris Astur

    Cris Astur

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    Gracias xomalone! Ese artículo del SERIDA aunque sí que especifica óptimos en las hojas, no pone datos para el suelo y me parece curioso que todos hablen de unidades fertilizantes por hectárea y cuánto aportar al año, ya que eso dependerá de la cantidad de cada elemento que tenga la tierra. Quizás es que no lo entiendo bien, pero no sería más lógico, a partir de unos datos óptimos y sabiendo las cantidades que tiene nuestra tierra, entonces aportar lo necesario para llegar a ese óptimo?
     
  4. Hola, a no ser que vayas a hacer una plantacion comercial no te compliques tanto, si el resto de la vegetacion que tienes crece bien y sin problemas es que tienes un suelo adecuado.

    En Asturias no tendras problemas con el kiwi.

    Saludos.