Ficha de diente de león (Taraxacum officinale): propiedades medicinales y usos cocina

Tema en 'Diente de león (Taraxacum officinale)' comenzado por Betina2010, 14/8/12.

  1. Betina2010

    Betina2010 Marta

    Diente de león (Taraxacum officinale Webb)

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    Familia: Compuestas

    Origen: Se supone origen europeo. Actualmente extendido en todos los continentes.

    Características: Planta acaule, anual y perenne con roseta basal, no suele alcanzar más de 40-50 cm. Es indicadora de la riqueza de nutrientes en los suelos. La base del tallo es gruesa, la raíz larga y fusiforme, del grosor de un dedo y de color pardo rojiza. Los pedúnculos de la inflorescencia cuando se cortan echan un jugo lechoso amargo. El fruto es un aquenio con vilano (conocidos como "panaderos"). Es una de las principales especies de flora de interés apícola en las praderas.

    Hojas: Alternas, lanceoladas, con lóbulos en forma triangular de márgenes dentados y agudos.

    Flores: Hermafroditas de color amarillo dorado, se disponen en capítulos solitarios, en el extremo de un pedúnculo largo, cilíndrico y hueco. Pétalos terminados en cinco pequeños dientes.

    Época de floración: De primavera a otoño.

    Destino: Se ve en caminos, pastizales, prados, y sobre todo en jardines donde se la considera una "mala hierba".

    Adaptación: Muy buena.

    Suelos: Prefiere las praderas fértiles y los suelos húmedos con buen drenaje.

    Luminosidad: Pleno sol, aunque soporta algo de sombra.

    Resistencia al frío: Soporta temperaturas bajas (-8ºC).

    Humedad del ambiente: Necesita ambiente húmedo.

    Riego: Cantidad moderada de agua - Poco agua o sequía.

    Abonos: Realizar un abonado con compost antes de la plantación. Como parte de un césped, el abonado que se haga para el césped servirá.

    Causas parasitarias: No se reportan.

    Propagación: Por semillas, su poder germinativo está asociado a la temperatura de recolección, es mayor cuando se las colecta en temperaturas moderadas que cuando se lo realiza con temperaturas altas.
    Dado el tamaño pequeño de la semilla es conveniente iniciar su cultivo en vivero, en siembra al voleo o en líneas separadas 10 cm., para ser llevadas al lugar definitivo a partir de 4 hojas verdaderas.
    Otro método puede ser la siembra en hileras dobles (20 a 25 cm entre si) en el terreno definitivo distanciadas 40 a 50 cm, colocando las semillas a una distancia de 5 cm por golpe, y ralear posteriormente cuando las plántulas alcancen 4 hojas verdaderas, para que las plantas queden a 20 - 25 cm entre sí. La épocas de siembra son otoño o primavera temprana.

    Cuidados: Pocos.

    Usos

    Es una planta depurativa, indicada para purificar el organismo de elementos tóxicos. Puede actuar en el hígado, riñón y la vesícula biliar, y con su efecto diurético evita la aparición de piedras en el riñón. También es un tónico digestivo contra el estreñimiento y la resaca de alcohol. Para uso tópico es eficaz para limpiar la impurezas de la piel, acné, urticaria. Estas propiedades son por su contenido de inulina, ácidos fenólicos, sales minerales, entre otras sustancias que aportan beneficios en la piel. En algunos periodos de escasez, la raíz seca se ha utilizado como sustituto de la achicoria, que a su vez era sustituto del café. Sus hojas comestibles se han utilizado para ensaladas aunque está sin confirmarse la existencia de cultivos para este fin.

    En fitoterapia también se usan los principios activos en infusiones o decoctos, principalmente para inapetencia, indigestión y disturbios hepáticos.
    Sus hojas contienen gran cantidad de vitamina A, C, hierro, pues aporta más hierro y calcio que las espinacas u otras hortalizas.

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  2. Betina2010

    Betina2010 Marta

    Diente de león (Taraxacum officinale): ficha

    Diente de león (Taraxacum officinale)

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    El producto que os propongo hoy no va dirigido al bienestar del alma, sino al del cuerpo, que tampoco debe ser descuidado. No obstante, esta opinión tampoco está exenta de segundas intenciones, como tendréis la oportunidad de descubrir más adelante.

    Trataremos de la infusión de Taraxacum officinale, más conocido como Diente de león (por la forma de sus hojas), amargón, achicoria amarga o taraxacón. Este producto se presenta en bolsitas de 50 gr. que se pueden adquirir en herboristerías (por algo menos de 2 euros). Consiste en hojas secas de esta planta, de la que seguidamente analizaremos sus propiedades.

    La infusión se prepara vertiendo una cucharada de las hojas en una taza de agua hirviendo y dejando reposar cinco minutos.

    La principal cualidad de esta infusión es su poder diurético (de hecho, en catalán su nombre vulgar es pixallits), por lo que observareís que suele estar presente en los compuestos cuya finalidad es adelgazar. Por ello, se recomienda en los casos en los que se pretenda eliminar agua (obesidad o edemas) o toxinas de la sangre (colesterol, ácido úrico o diabetes). Favorece también la expulsión de las piedras del riñón. Es un gran estimulante de la función hepática y biliar, por lo que resulta útil en los casos de hepatitis y cirrosis.

    Depura la sangre de toxinas y también protege el hígado (un filtro susceptible de intoxicaciones alimentarias). En estos casos sería conveniente tomar tres tazas al día, preparadas con 100 gr. de raíces en litro y medio de agua. Para quien sufre de cálculos en la vesícula, las curas de primavera y otoño (entre 4 y 6 semanas en cada estación) a base de esta planta son muy útiles.

    Dado que sus hojas contienen una gran cantidad de hierro, previene la anemia y ayuda a recuperarse de esta enfermedad. También en estos casos es aconsejable tomar 3 tazas al día.
    Es, además, un laxante suave y atenúa los problemas de visión.

    Pero la cosa no acaba ahí. Tiene también un uso externo. Los baños locales con la decocción son calmantes y reducen problemas circulatorios periféricos, como varices o hemorroides. Además, las hojas frescas machacadas se pueden emplear como emplasto para cicatrizar heridas y llagas, aunque es útil también contra los moretones.

    Sus COMPONENTES ACTIVOS son:

    Taraxacina, flavonoides (luteolóxido, cosmosiósido), inulina, derivados triterpénicos pentacíclicos (taraxérol, taraxasterol...), carotenoides (taraxantina), una resina ácida (taraxerina), ácido 3-4-dioxicinámico, ácido cítrico, ácido feniloxiacético, vitamina B2, citosterol, cumestrol, vitamina C y A, calcio, potasio, hierro, fósforo, magnesio, selenio, manganeso, enzimas, ácido fólico, ácidos grasos y taninos.

    Todos vosotros conocéis el Diente de león o, al menos, lo habéis visto miles de veces. No obstante puede que seáis de los que no miran demasiado hacia el suelo. Por si es así, haremos una somerísima descripción de la planta.

    Se trata de una hierba perenne común en todo el hemisferio norte (presente en lugares húmedos, pastos, terrenos abandonados y caminos) que puede alcanzar los 40 cm. Sus hojas son alargadas y dentadas, verde claro las más jóvenes y tiernas, y verde oscuro las más maduras. Las hojas parten de la base disponiéndose en círculo. Las flores (compuestas) poseen un largo tallo lleno de un látex blanquecino y pegajoso, son amarillas y una vez maduras, se convierten en pompones blancos que seguramente habréis hecho volar de niños.

    Como os decía algunas líneas atrás, mi intención de hoy no se limita a descubriros o aconsejaros una infusión, sino a instaros a aprovechar el fin de semana o la cercana Semana Santa para salir al campo. En este período el Diente de león vive su apogeo. Es fácil identificarlo, de modo que salir a buscarlo podría convertirse en un entretenimiento para practicar solo o en familia. Una buena excusa para airearse y acostumbrarse a distinguir las plantas de uso más común, siempre manteniendo un respeto total por el ambiente. Si os animáis, ahí van algunos consejos.

    No recolectéis nunca plantas si no estáis absolutamente seguros de haberlas identificado correctamente. Al respecto, debo indicar que son mucho más fiables los dibujos que las fotografías. Cuando recolectéis, respetad las partes de la planta que no son necesarias.

    Si debéis secar la planta recolectada, no la cojáis nunca despues de que haya llovido (ni siquiera ligeramente) o demasiado temprano, cuando aún quede rocío sobre ella. Para secarlas se deben extender bien aireadas y sin humedades, en algunos casos se pueden colgar en bolsitas de malla o red a través de las cuales pasa el aire.

    Aunque es una planta muy frecuente también en los jardines de las ciudades (e incluso en las grietas de las aceras), no os recomiendo su recolección en ciudad, donde es susceptible de numerosas contaminaciones.

    Aquí hemos hablado de la infusión realizada con las hojas del diente de león, pero con sus raíces también se pueden realizar decocciones hirviéndolas durante cinco minutos. No obstante, no os recomiendo secar las raíces en casa. Es un engorro terrible. Primero deberíais lavarlas a fondo y luego secarlas cuidadosamente durante bastante tiempo o al horno (cortadas por la mitad) a unos 40° C. No merece la pena realizar todo este trabajo en casa.

    Con las raíces del Diente de león (tostada y molida) se realiza un sustituto del café que presenta el aliciente de no contener cafeina. Las raíces deben recogerse en el otoño o finales de verano, mientras que el momento ideal para recoger las hojas es la primavera.

    Los capullos de esta planta, que se preparan en vinagre, sirven para abrir el apetito. Sus hojas frescas ayudan a mejorar las digestiones y se pueden consumir en ensalada o como acompañamiento fresco para carnes a la parrilla o fritas.

    Las hojas más jóvenes son mucho más apetitosas para las ensaladas, las más maduras pueden resultar un poco picantes. Con las hojas también se pueden hacer caldos o extraer el jugo triturándolas en la licuadora (de éste se pueden tomar 2 ó 3 cucharaditas antes de cada comida).

    Pero si sois amantes de la cocina, aquí os dejo algunas ideas un poco más sofisticadas.

    TORTILLA DE FLORES DE DIENTE DE LEÓN

    Dejais a remojo por unos minutos las flores (sin pedúnculo) en agua con unas gotas de limón, de forma que se limpien totalmente y se les quite el amargor. Después, batís el huevo y lo mezclais con las flores. Lo freís en la sartén como una normalísima tortilla francesa.

    ARROZ CON FLORES DE DIENTE DE LEÓN

    Tostais ligeramente el arroz antes de iniciar la preparación y lo mezclais con un sofrito de cebolla previamente preparado. Lo rociais con vino blanco y haceis que este se evapore. Después, seguís la cocción con caldo de pollo mezclado con infusión de flores de Diente de león. Al final lo mantecais y añadís pétalos de la flor y queso parmigiano.

    TORTITAS DE DIENTE DE LEÓN

    Preparais una pasta con 150 gr de harina, la yema de un huevo, dos claras a punto de nieve y medio vaso de vino blanco. Añadís cuatro tazas de flores de diente de león previamente maceradas en un vasito de coñac con azúcar. Las tortitas se fríen en aceite bien caliente.

    Existen muchísimos más posibles empleos del diente de león en la cocina. Pero como este es un arte creativo, dejo volar libre vuestra imaginación.

    Artículo de: http://www.ciao.es/Diente_de_Leon_infusion__Opinion_1105581

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    Y esta otra es de una página argentina...

    Diente de León

    Nombre científico: Taraxacum officinale

    Se trata de una especie cosmopolita originaria de Europa, en la actualidad habita en casi todo el mundo gracias a su poderoso potencial de reproducción y a las adaptaciones para la dispersión de sus frutos, en Argentina está presente en todo su territorio.

    En algunas regiones de nuestro país también se la conoce con el nombre de “amargón” o “achicoria”, como en Santa Cruz y Tierra del Fuego.

    Es una planta con látex, acaule, sus hojas forman una roseta en la base, son largas, en condiciones óptimas tienen entre 15 y 25 cm de largo, polimorfas y de bordes irregulares.

    Su raíz es pivotante, poco o nada ramificada, y genera yemas de las que se obtienen nuevas plantas cuando se la fracciona.

    Cuando florece emite varios escapos (tallos largos sin hojas y huecos) que terminan en una inflorescencia de tipo capítulo (como las margaritas, propio de las compuestas). Los capítulos miden entre 3 y 5 cm de diámetro. El receptáculo presenta un involucro con dos series de brácteas, siendo más cortas las externas. Las flores son todas liguladas (presentan desarrollado un lado de la corola, la lígula que es pentadentada), hermafroditas, de un vistoso color amarillo dorado.

    Los frutos, aquenios, son alargados y están unidos a un papus o vilano, con forma de sombrilla, compuesto por numerosos pelos blancos, que favorecen su dispersión por el viento a grandes distancias, elevándose a considerable altura.

    Es uno de los antófitos de mayor distribución mundial gracias a sus mecanismos reproductores que le aseguran un gran potencial biótico. Los frutos, aquenios, pueden contener semillas formadas a partir de la polinización y de origen partenogenético (sin fecundación), incluso algunos ejemplares o poblaciones enteras sólo producen semillas partenogenéticas.

    En el caso de ser comidas hasta la raíz, ésta, en su extremo superior origina tres plantas nuevas. Si es arrancada y su raíz triturada en un proceso de roturación del suelo, cada fragmento de raíz origina una o más yemas de las que se originan nuevas plantas. Es una de las malezas más difíciles de erradicar de los jardines, si éste es su problema, debe quitarlas asegurándose de que arranca la raíz entera.
    Sin embargo es una planta a veces cultivada para aprovechar sus hojas tiernas y sus flores que tienen un agradable sabor ligeramente amargo.

    Los pobladores suelen consumir sus hojas frescas o hervidas, particularmente en el Sur de Chile; también en la región de la Patagonia Andina, especialmente en la región de El Bolsón, Epuyén, Golondrinas, sus flores son recogidas en cantidad para elaborar “vino de flores de Diente de León”, yo lo probé y es muy rico.

    Sus capítulos amarillo dorados contribuyen a embellecer notablemente los pastizales de pastos cortos en los valles cordilleranos como podrán apreciar en la galería de fotos que muestran ejemplares en la Isla Grande de Tierra del Fuego

    Una ensalada original

    Recoja hojas de Diente de León y lávelas bien (asegúrese de que provienen de una zona que no es frecuentada por animales domésticos por una cuestión básica de higiene), proceda como con cualquier otra verdura de hoja para ensalada. Puede cortarlas en trozos con los dedos o en tiras más delgadas como suele hacerse al preparar una ensalada de radicheta. Cuando esté por servirla alíñela con aceite de oliva, jugo de limón y ajo picado, agregue sal a gusto, o con los condimentos que usted prefiera. Después decore con las lígulas de las flores de dos o tres inflorescencias (esto depende de la cantidad de ensalada que prepare). También queda muy rica, según los gustos personales, mezclándola con hojas de berro.

    Excelente para acompañar carnes asadas o un sencillo bife o churrasco a la plancha, ni qué decir de unas ruedas de espinazo de cordero o capón al disco en el hogar de la casa o la cabaña.
    Un consejo… nunca cuente antes de la comida qué es lo que está sirviendo, por eso de los prejuicios ¿vió?

    Receta de vino de diente de león

    Ingredientes principales

    2 litros de agua
    Flores de diente de león
    Piel de limón mondada
    1 cucharada de raíz de jengibre machacada
    600 g. de azúcar
    Piel de una naranja mondada

    Pasos para elaborar el vino de diente de león

    1. Pon a hervir el agua con las flores.
    2. Una vez hierva, apágalo y dejalo en reposo.
    3. Ahora en una olla grande, añade la piel de limón y la de naranja, el jengibre y el agua hervida con las floras, y vuelve a hervir de nuevo, en este caso durante media hora.
    4. Agrega ahora el azúcar.
    5. Apaga el fuego y cubre con un trapo, para dejarlo fermentar durante dos días.

    Finalmente cuela y guarda en una botella de vidrio durante un mes aproximadamente. Bebe luego y sirve al gusto.