Esto no es del todo cierto. Depende de las especies. No tienes más que pasearte por el desierto de Los Monegros en Zaragoza para contemplar el espectáculo de ver crecer sabinas centenarias en medio de la nada, en terrenos que crecen espartos y poco más. De hecho las coníferas tienen sus hojillas cubiertas de un epitelio céreo que evita la transpiración de agua. Es una adaptación que apareció en las coníferas de climas fríos para soportar el invierno en completa sequedad, ya que aunque los bosques de la taiga quedan cubiertos de nieve en invierno, paradójicamente este agua no está disponible para las plantas al estar helada, y en invierno las plantas de la taiga están en total sequía. Estas hojas pequeñas cubiertas de cera ha permitido luego evolucionar a distintas especies de coníferas para adaptarse a climas desérticos o sub desérticos, como las sabinas o diversas especies de pinos como el Pinus halepensis. De hecho muchos árboles caducifolios de hojas grandes como muchas especies de arces, castaños, o castaños de Indias necesitan bastante más agua y riego que la mayoría de coníferas.
Gracias Amadeus. Es que en jardinería lo estudiamos como una generalidad, pero el profesor no supo explicarnos el por qué fisiológico de esa generalidad.