Muy buenos días Querid@s Amig@s ! Si bien parezco algo perdido no lo estoy, si bien chacreo poco, pululo por estas tierras al menos de intención. Hoy les dejo este texto que hice para conmemorar el día del amigo. Éxito !!! Las situaciones de público conocimiento que alteraron los ritmos cotidianos, dañaron multitud de aspectos de vida y costumbres, en apariencia de modo irreversible. Pero el espíritu humano está más allá de las caprichosas e intrincadas ideas enrarecidas que se plantean como únicas. Más allá de las tecnologías y velocidades, más allá de los caprichos de la materia y los obstáculos o trabas que interpone un intelecto que a los gritos intenta silenciar el alma, surge un sentimiento poderoso que en medio de la tormenta y la tempestad asoma como la penetrante luz guía de un faro. Por más que arrecie el temporal, algo dentro nuestro sigue latiendo y sintiendo, es eso que nos hace humanos, en el paso de este efímero tiempo de pisar tierra y respirar aire. En ese viaje con sus idas y vueltas, nos relacionamos en menor o mayor medida, construimos y destruimos, escribimos y borramos, enfrentamos y evitamos, queremos y odiamos hasta que aprendemos que somos parte de lo mismo, con lo que nos gusta y lo que no. Entre el cúmulo de experiencias a veces confusas, nos encontramos con muchos maestros, algunos de los cuales desdeñamos, otros ignoramos, incluso hasta combatimos, hay una casta de seres que admiramos quien sabe por cual de todas sus maravillosas virtudes. Lo curioso es que como en el amor, esos mismos amados son odiados por otros aunque esto suene fuerte. Estos caprichos del sentimiento humano pueden demostrar cuán tontos aun somos, y que tan en pañales estamos a la hora de ser objetivos, impulsivos, amables, y hasta ecuánimes, generosos y agradecidos. Porque no podemos negar que unos aman a quienes otros odian, casi como si no fuéramos de la misma especie. De esa división hay quienes capitalizan poder, y con ese dominio y perspectiva sesgada siembran discordia intentando tapar con un dedo la verdadera luz que vinimos a irradiar regando la Tierra. Si practicamos la magnífica virtud que se nos concede al regalarnos un amigo, el faro de esperanza iluminará un camino digno para los seres humanos. Un amigo es una luz, y si la conectamos con la de quien está al lado, nos daremos cuenta del poder que nos habita y ya nada será igual, sino infinitamente mejor. La amistad dignifica, une, sana, ilumina, siembra y en ese universo de virtudes tenemos que profundizar para construir un mundo mejor y abundante, porque hay de sobra para todos. Feliz día del Amigo
