Esta planta tiene un aspecto que recuerda a una prímula, pero no sé que es. Está tomada en Doñana y no es un ejemplar muy aseado que digamos pero na había otra cosa. No sé por donde cogerla. Saludos
Gracias krispy, no había visto nunca una Mandragora autumnalis, y sin ayuda no habría dado con ella. Saludos
Tiene razón Krispy, sin duda es una Mandragora autumnalis. Es igualita que las que hay por aquí... Saludos.
La raíz, que suele presentar ramificaciones gruesas y paralelas, recuerda vagamente a una figura humana -raíz 'antropomorfa'-; si se rompe, cada fragmento puede dar lugar a una nueva planta.
Hay una superstición muy grande con la mandrágora. Se cuentan fábulas sobre que si la arrancas mueres y otras historias no menos fantásticas, seguramente derivadas de la caprichosa forma de la raíz, unido al hecho de que tiene alcaloides alucinógenos. La raíz es como zanahorias largas ramificadas y a veces presenta un eje central y dos ramas a los lados: "cuerpo con brazos", y si se ramifica más abajo, allá se ven las piernas. Una anécdota: Una amiga creía en todas esas cosas de la magia de "lo natural", los elefantes blancos, las auras y los poderes y similares, y me preguntó si había visto mandrágoras en nuestra zona. Le dije dónde y propuso que fuéramos porque quería tener una raíz de mandrágora (por sus poderes, supongo). Me preguntó si me atrevía a desenterrarla, si no habría peligro, no fuera a ser verdad todo lo que se decía. Yo lo desmentí con energía y haciéndome el valiente me puse a arrancar una. Estaban en un terreno arcilloso y costó mucho desenterrar la raíz de la elegida. La agarré con fuerza un montón de veces pero apenas cedía y tampoco quería romperla. Al final lo logré, a costa de cavar mucho a su alrededor y halar y halar, que acabé casi fatigado. Entonces aún fumaba, me senté en una piedra y mientras ella admiraba el fruto de nuestra rapiña saqué un cigarrillo y lo encendí. Al punto noté un mareo extraño, como un desvanecimiento. Se alarmó mucho: "¡Ya está aquí la venganza de la mandrágora!" Y me llevó en el coche hasta una venta para que me atendieran, pero me limité a lavarme las manos y me tomé un refresco, tratando de explicarle que eran mis manos, impregnadas de los jugos de haber estado arrancándola, las que me habían trasmitido los alcaloides al sacar el cigarrillo del paquete y tocar el filtro que luego me había metido en la boca. Pero creo que no la convencí mucho y debe de seguir aún pensando que algo de cierto hay en los poderes de la planta de las brujas.
Muy buena tu anécdota Hua Qin, realmente has contribuido a que la magia siga viviendo entre nosotros y que halla gente que crea en ella.
