Ayer gozamos de un largo día primaveral y nos animamos a llegar hasta el Bidasoa. De camino, al pasar por Zarauz, nos acercamos al parque botánico de Iturraran. En las inmediaciones del parque había algunas familias pasando la tarde. En el parque me sorprendieron los aromas de plantas desconocidas. También me sorprendió que las especies exóticas más delicadas solamente tienen el tratamiento protector de la espesura del bosque. Yo había contado con que hubiera alguna construcción para protegerlas; especialmente algún invernadero. Así es que algunos robles tropicales presentaban un aspecto no tan saludable como había esperado.