Poemas, cuentos y leyendas

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por mai^a, 27/2/08.

  1. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Cuentos de la Selva-Horacio Quiroga

    (Continuación de Anaconda)


    V

    La Casa, motivo de preocupación de la selva, habíase convertido en establecimiento científico de la más grande importancia. Conocida ya desde tiempo atrás la particular riqueza en víboras de aquel rincón del territorio, el Gobierno de la Nación había decidido la creación de un Instituto de Seroterapia Ofídica, donde se prepararían sueros contra el veneno de las víboras. La abundancia de éstas es un punto capital, pues nadie ignora que la carencia de víboras de que extraer el veneno es el principal inconveniente para una vasta y segura preparación del suero.

    El nuevo establecimiento podía comenzar casi en seguida, porque contaba con dos animales -un caballo y una mula- ya en vías de completa inmunización. Habíase logrado organizar el laboratorio y el serpentario Este último prometía enriquecerse de un modo asombroso, por más que el Instituto hubiera llevado consigo no pocas serpientes venenosas, las mismas que servían para inmunizar a los animales citados. Pero si se tiene en cuenta que un caballo, en su último grado de inmunización, necesita seis gramos de veneno en cada inyección (cantidad suficiente desde para matar doscientos cincuenta caballos), se comprenderá que deba ser muy grande el número de víboras en disponibilidad que requiere un Instituto del género.

    Los días, duros al principio, de una instalación en la selva, mantenían al personal superior del Instituto en vela hasta media noche, entre planes de laboratorio y demás.

    -Y los caballos, ¿cómo están hoy? -preguntó uno, de lentes negros, y que parecía ser el jefe del Instituto.

    -Muy caídos -repuso otro-. Si no podemos hacer una buena recolección en estos días...

    La Ñacaniná, inmóvil sobre el tirante, ojos y oídos alertos, comenzaba a tranquilizarse.

    -Me parece -Se dijo- que las primas venenosas se han llevado un susto magnífico. De estos hombres no hay gran cosa que temer....

    Y avanzando más la cabeza, a tal punto que su nariz pasaba ya de la línea del tirante, observó con más atención.

    Pero un contratiempo evoca otro.

    -Hemos tenido hoy un día malo -agregó uno-. Cinco tubos de ensayo se han roto....

    La Ñacaniná sentíase cada vez más inclinada a la compasión. -¡Pobre gente! -murmuró-. Se les han roto cinco tubos...

    Y se disponía o abandonar su escondite para explorar aquella inocente casa, cuando oyó:

    -En cambio, las víboras están magníficas... Parece sentarles el país.

    -¿Eh? -dio una sacudida la culebra, jugando velozmente con la lengua-. ¿Qué dice ese pelado de traje blanco?

    Pero el hombre proseguía:

    Para ellas, sí, el lugar me parece ideal... Y las necesitamos urgentemente, los caballos y nosotros.

    -Por suerte, vamos a hacer una famosa cacería de víboras en este país. No hay duda de que es el país de las víboras.

    -Hum..., hum..., hum... -murmuró Ñacaniná, arrollándose. en el tirante cuanto le fue posible- Las cosas comienzan a ser un poco distintas... Hay que quedar un poco más con esta buena gente... Se aprenden cosas curiosas.

    Tantas cosas curiosas oyó, que cuando, al cabo de media hora, quiso retirarse, el exceso de sabiduría adquirida le hizo hacer un falso movimiento, y la tercera parte de su cuerpo cayó, golpeando la pared de tablas. Como había caído de cabeza, en un instante la tuvo enderezada hacia la mesa, la lengua vibrante.

    La Ñacaniná, cuyo largo puede alcanzar a tres metros, es valiente, con seguridad la más valiente de nuestras serpientes. Resiste un ataque serio del hombre, que es inmensamente mayor que ella, y hace frente siempre. Como su propio coraje le hace creer que es muy temida, la nuestra se sorprendió un poco al ver que los hombres, enterados de lo que se trataba, se echaban a reír tranquilos.

    -Es una Ñacaniná... Mejor; así nos limpiará la casa de ratas.

    -¿Ratas?... -silbó la otra. Y como continuaba provocativa, un hombre se levantó al fin.

    -Por útil que sea, no deja de ser un mal bicho... Una de estas noches la voy a encontrar buscando ratones dentro de mi cama...

    Y cogiendo un palo próximo, lo lanzó contra la Ñacaniná a todo vuelo. El palo pasó silbando junto a la cabeza de la intrusa y golpeó con terrible estruendo la pared.

    Hay ataque y ataque. Fuera de la selva y entre cuatro hombres, la Ñacaniná no se hallaba a gusto. Se retiró a escape, concentrando toda su energía en la cualidad que, conjuntamente con el valor, forman sus dos facultades primas: la velocidad para correr.

    Perseguida por los ladridos del perro, y aun rastreada buen trecho por éste -lo que abrió nueva luz respecto a las gentes aquellas-, la culebra llegó a la caverna. Pasó por encima de Lanceolada y Atroz, y se arrolló a descansar, muerta de fatiga.

    (continua)



     
  2. Magni

    Magni

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    ¡Hola, Clause! :beso: ¡Hola a tod@s! :beso:

    Aquí les dejo un cuento que mi mamá escribió para mí, y que me encanta:

    Semillas de conejitos

    Uno se cansa de repetirles a los chicos siempre las mismas cosas, pero lo hace pensando en que algo de lo que se les dice tal vez perdure en su memoria. Una de mis consignas favoritas es: “No hables con desconocidos”, y la respuesta preferida de mi hija para el caso es: “Si no les hablo, ¿cómo voy a conocerlos?”.
    Así fue que una tarde regresó de jugar con un montón de semillas apretadas en su mano regordeta y las depositó sobre la mesa como si fueran un verdadero tesoro. – Mirá – me dijo con una sonrisa que le iluminaba toda la cara – son semillas de conejitos.
    Ocupada con los quehaceres hogareños no le presté atención en el momento pero el instinto materno me hizo rumiar el asunto mientras le servía el té con leche con galletitas de chocolate, sus preferidas. Me senté entonces a su lado y le pregunté: -¿Y de dónde las sacaste?
    - Una abuelita me las dio... – respondió como si nada.
    - ¿Alguna vecina del barrio?
    - No, no la había visto nunca, pero me dijo que son de conejitos– Y volvió a iluminársele la cara.
    Primero me enojé porque su confianza en la gente era de terror y luego me enternecí porque me di cuenta de su error infantil, ella creía que esas semillas producirían animalitos. De inmediato busqué en la biblioteca la
    Enciclopedia de Plantas y Flores para sacarla de su dulce error.
    Mientras merendaba tomamos ambas un curso de Botánica, le mostré fotos de la planta en cuestión, le leí acerca de la época de siembra, de los cuidados que debíamos brindarle y le prometí que llegado el tiempo
    adecuado en el año las sembraríamos. Muy seria me dijo, luego de haberme escuchado sin interrumpirme ni una sola vez:
    - Las semillas que la abuelita me dio no son de esas plantas, son de conejitos, ¿entendés?, de esos que hay en la Veterinaria, y puedo plantarlas cuando quiera...
    No quise contradecirla pues pensé que era preferible perder unas cuantas semillas y no que ella perdiera su ilusión. Tomó su palita plástica y se dirigió llena de felicidad al jardín. Hizo cinco hoyos pequeños poniendo en cada uno su esperanza y los cubrió cuidadosamente. Llenó la regadera y humedeció la tierra. Estaba tan contenta que hasta yo deseaba que salieran conejitos para no verla defraudada.
    - No hay que esperar tanto como con las plantas, la abuelita dijo que dos o tres días, nada más– me aclaró.
    A la tarde siguiente volvió a regarlos; por la noche se fue a dormir no sin antes advertirme: - ¡Tal vez mañana ya tengamos conejitos!
    Como era de imaginar no sucedió nada en todo el día, pero Marita se autoconsoló reiterando: - La abuelita dijo que podían ser tres días... – Pero no se acostó hasta bien entrada la noche, vigilando.
    Aún así muy temprano entró corriendo en la habitación y tiró de mi mano para que la siguiera, apurándome: - ¡Vamos, mami, que hoy sí , hoy sí van a nacer!
    Atravesamos el pasillo y el comedor a toda carrera hasta llegar a la cocina, mientras yo buscaba la llave de la puerta ella ya se había subido a una silla y espiaba por la ventana: - ¡Sí! ¡Nacieron! Nacieron! - repetía en un
    éxtasis completo.
    Antes de abrir miré yo también por la ventana sin poder creer lo que estaba viendo. Allí, sobre el césped, había cinco hermosos conejitos, todos con diferente color de pelaje, dando pequeños saltos y comiéndose las
    hojas de las plantas que quedaban a su alcance. Ya fuera Marita saltaba de alegría, los alzó uno por uno y fue dándoles nombre.
    Llegué hasta el portón del fondo y miré en ambas direcciones como buscando al autor material del hecho que por supuesto no se dejó ver. Busqué rastros tales como una caja o una bolsa en la que los animalitos pudieran haber sido transportados y nada. Más tarde hablé con los vecinos acerca de la viejecita desconocida, pregunté si la habían visto o si habían notado que algún extraño merodeara nuestra casa y no conseguí pista alguna al respecto.
    La tierra donde Marita los “plantó” estaba removida y eso hacía aún más misterioso el suceso. El caso es que ahora en casa, como éramos pocos, viven, además, cinco conejitos “nacidos de semilla”...

    Violeta Collioud
    (Escritora argentina contemporánea)

    Estoy segura de que les va a gustar tanto como a mí :beso:
     
  3. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    ahora entendí lo del monito anveri!
    era este malo :( jajajjaajajaajajaj
    lo cambiamos por este! :smile: y mejor por este :razz:
    chuikissssssssssssssssssssssssss
     
  4. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    bueno ,Magni...te iba a retar porque al final en el cole no estas...pero con un cuentito tan tierno , y siendo de tu mami y escrito para vos...te perdono el reto!:11risotada: Está muy bonito!!!! :happy:
    Sabés a mis nenes tambien les inventaba para que se duerman...pero no los escribí nunca , de improvisado nomás era la cosa!!!:11risotada:
     
  5. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    .. Tu mami es Violeta C. Magni?
    ahora lo leeré...
    estoy atrazadísma, voy por el carpintero de albita!
     
  6. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    :meparto: :meparto: :meparto: :meparto: :meparto:
     
  7. Magni

    Magni

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Tenés que empezar a escribirlos, y yo quiero un libro autografiado cuando lo edites ¿si?

    Tenés razón Maia no aprendo mucho acá, te cité mal :11risotada: :meparto: :11risotada: :meparto: :11risotada: :meparto:
    No, mi mamá no es la Violeta C que está acá en el Foro, es otra :beso:

    ¡Gracias a las dos por los lindos comentarios! Pero me corrieron de la Cafetería :desconsolado: :desconsolado: :desconsolado: :desconsolado:

    Las quiero muchísimisimisimísimo (uy, con dos acentos) :beso:
     
  8. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    no te corrimos Magni, te mandamos al cole ,que no es lo mismo!!!:beso:
     
  9. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    maravilloso! ... enternecedor!
    [​IMG][​IMG][​IMG][​IMG][​IMG]
    .......... Amor ....................Ilusión...................Esperanza...................Fe..................... Milagros
     
  10. Magni

    Magni

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    ¿Y después no quieren que las adore? Son dos divinas :beso: :beso:
    ¿Cómo no me va a gustar más estar acá donde me dan tanto cariño que en la escuela donde somos sólo un número más para los profes, nos ven como enemigos y no lo digo en broma, están siempre como resentidos con nosotros y no tenemos la culpa de que sus sueldos no estén acordes a lo que merecen, somos como el fusible de la sociedad los adolescentes y acá no es así. Ustedes consiguieron que Víctor, Guilletas, yo y algún niño u alguna otra
    niña más estén a gusto. Las quiero muchísimo y no se van a librar de mí tan fácilmente, volveré a la Cafetería a mi pasito de tortuga pero volveré. :11risotada:
    O no, mejor tengo un rapto de egoísmo y me las traigo a las dos para acá, acá todo va más despacito... Y las tengo para mí solita :52aleluya: :52aleluya: :52aleluya:

    Es otro de mis chistes, soy más dada a compartir...

    :beso: :beso: :beso: :beso:
     
  11. --------..

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    [​IMG]....me encanto la imagen...
     
  12. clause

    clause Claudia

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    Con razón !!!!...Como hoy no veo las imágenes,yo veia las palabras y no las imágenes!!!Magni ,que estas conectada ,mandame un mp para contarmelas!:11risotada: :11risotada:
     
  13. clause

    clause Claudia

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    Bueno ,hoy si las veo ...y hermosas imágenes!!!!:happy:
     
  14. clause

    clause Claudia

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    Cuentos de la Selva-Horacio Quiroga

    Anaconda (Continuación)
    VI

    -¡Por fin! -exclamaron todas, rodeando a la exploradora-. Creíamos que te ibas a quedar con tus amigos los hombres...

    -¡Hum!... -murmuró Ñacaniná.

    -¿Qué nuevas nos traes? -preguntó Terrífica.

    -¿Debemos esperar un ataque, o no tomar en cuenta a los Hombres?

    -Tal vez fuera mejor esto... Y pasar al otro lado del río repuso Ñacaniná.

    -¿Qué?... ¿Cómo?... -saltaron todas-. ¿Estás loca?

    -Oigan, primero. -¡Cuenta, entonces!

    Y Ñacaniná contó todo lo que había visto y oído: la instalación del Instituto Seroterápico, sus planes, sus fines y la decisión de los hombres de cazar cuanta víbora hubiera en el país.

    -¡Cazarnos! -saltaron Urutú Dorado, Cruzada y Lanceolada, heridas en lo más vivo de su orgullo-. ¡Matarnos, querrás decir!

    -¡No! ¡Cazarlas, nada más! Encerrarlas, darles bien de comer y extraerles cada veinte días el veneno. ¿Quieren vida más dulce?

    La asamblea quedó estupefacta. Ñacaniná había explicado muy bien el fin de esta recolección de veneno; pero lo que no había explicado eran los medios para llegar a obtener el suero.

    ¡Un suero antivenenoso! Es decir, la curación asegurada, la inmunización de hombres y animales contra la mordedura; la Familia entera condenada a perecer de hambre en plena selva natal.

    -¡Exactamente! -apoyó Ñacaniná-. .No se trata sino de esto.

    Para la Ñacaniná, el peligro previsto era mucho menor. ¿Qué le importaba a ella y sus hermanas las cazadoras- a ellas, que cazaban a diente limpio, a fuerza de músculos que los animales estuvieran o no inmunizados? Un solo punto obscuro veía ella, y es el excesivo parecido de una culebra con una víbora, que favorecía confusiones mortales. De ahí el interés de la culebra en suprimir el Instituto.

    -Yo me ofrezco a empezar la campaña -dijo Cruzada.

    -¿Tienes un plan? -preguntó ansiosa Terrífica, siempre falta de ideas.

    -Ninguno. iré sencillamente mañana en la tarde a tropezar con alguien.

    -¡Ten cuidado! -le dijo Ñacaniná, con voz persuasiva-. Hay varias jaulas vacías... ¡Ah, me olvidaba! -agregó, dirigiéndose a Cruzada-. Hace un rato, cuando salí de allí... Hay un perro negro muy peludo... Creo que sigue el rastro de una víbora... ¡Ten cuidado!

    -¡Allá veremos! Pero pido que se llame a Congreso pleno para mañana en la noche. Si yo no puedo asistir, tanto peor...

    Mas la asamblea había caído en nueva sorpresa.

    -¿Perro que sigue nuestro rastro?... ¿Estás segura?

    -Casi. ¡Ojo con ese perro, porque puede hacemos más daño que todos los hombres juntos!

    -Yo me encargo de él -exclamó Terrífica, contenta de (sin mayor esfuerzo mental) poder poner en juego sus glándulas de veneno, que a la menor contracción nerviosa se escurría por el canal de los colmillos.

    Pero ya cada víbora se disponía a hacer correr la palabra en su distrito, y a Ñacaniná, gran trepadora, se le encomendó especialmente llevar la voz de alerta a los árboles, reino preferido de las culebras.

    A las tres de la mañana la asamblea se disolvió. Las víboras, vueltas a la vida normal, se alejaron en distintas direcciones, desconocidas ya las unas para las otras, silenciosas, sombrías, mientras en el fondo de la caverna la serpiente de cascabel quedaba arrollada e inmóvil fijando sus duros ojos de vidrio en un ensueño de mil perros paralizados.
    (continua)

     
  15. tuy

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    ¡Que hermoso cuento,Magni! ¿Me lo prestas para contarselo a mis nietas? Hay una que adora los conejitos,le va a encantar.