Arraclán (Rhamnus frangula): descripción del arbusto y usos medicinales

Tema en 'Varias plantas medicinales' comenzado por CULTOR FELIX, 5/9/09.

  1. ARRACLÁN

    Nombre común o vulgar: Arraclán

    Nombre científico o latino: Rhamnus frangula

    Arbusto que puede llegar a medir los 5 metros de altura.

    No tiene pinchos, la corteza es de una tonalidad rojiza, aunque se ve alterada con algunas manchas blancas de forma alargada generadas por desgarraduras de la piel, producidas a su vez por arañazos o golpes.

    Las frutas son tóxicas.

    Con fines medicinales se recoge la corteza, a ser posible cuando se encuentra húmeda ya que entonces es fina y flexible. Contiene ácido crisogámico.

    Una vez seca a 40ºC en secadero se almacena durante un año. En este tiempo, se producen reacciones enzimáticas que generan glucósidos antraquinónicos, franguloenmodina y glucosa.

    La recolección se realiza en los meses de abril a julio, coincidiendo con la época de floración; se recolectan las ramas que tienen ya tres o cuatro años, en torno a un centímetro de diámetro.

    La corteza se debe arrancar lo más pronto posible, ya que cuanto más tiempo transcurra más difícil será esta operación.

    El secado debe ser asimismo lo más rápido posible.

    La corteza de arraclán o su extracto son laxantes seguros cuando todos los demás resultan inoperantes.

    Se emplea sobre todo para el tratamiento del estreñimiento crónico y mejora el peristaltismo intestinal.

    También se usa en afecciones hepáticas y biliares y entra en la composición de formulaciones adelgazantes. No deben sobrepasarse los 10 g al día.

    La corteza de frángula contiene compuestos antraquinónicos en una proporción de hasta el 4%, destacando entre otros el frangulósido A y el B, que le confieren acción laxante o purgante fuerte, dependiendo de la cantidad de planta tomada.

    Se utiliza también como colagogo, al provocar la salida de bilis de la vesícula biliar y de los canalículos extrahepáticos; está principalmente indicado en el caso de disquinesias biliares.

    Habitualmente se ha empleado como purgante asociado a tratamientos antihelmínticos.

    Vía tópica se emplea como cicatrizante para el tratamiento de heridas difíciles.

    Pero nunca se debe emplear en estados de embarazo, lactancia, menstruación, hemorroides, abdomen agudo y en caso de úlcera gastroduodenal, ya que como efecto secundario puede provocar cólicos intestinales.

    Tampoco debe emplearse nunca la corteza fresca, pues produce náuseas, cólicos y espasmos gastrointestinales.