Venusa's history X

Bueno xDDDDD Un día, un compañero (¿fuiste tú, Rulo?) me dijo que debería escribir la biografía de Venusa... Y aquí tenemos la primera parte de su relato . Espero que a los que os apetezca leerla, os guste, y a los que no, simplemente no perdáis el tiempo leyendo este post, y tampoco criticándome. Es por cachondeo con otros compañeros, no por molestar ni ofender. (Los párrafos están separados entre si aunque no corresponda, para hacer la lectura algo más sencilla y menos mareante.)

Ahora, sin más dilación, "La historia de Venusa".


Es curioso como pasa el tiempo por delante nuestro, parece que fue ayer cuando salí al mundo por primera vez y ahora... estoy a punto de ser madre. Pero más curioso os resultará conocer la historia de mi vida, aunque no tanto como el hecho de que estáis a dos líneas de empezar a leer la biografía de una planta. Mi nombre es Venusa, y esta es mi historia.


De mi nacimiento, poco o nada recuerdo, y aunque me gustaría pensar que nací en Carolina del Sur, cerca de las hermosas orillas del Río Ashley, sé que mi vida empezó en un pote de cristal y con muchas de mis hermanas alrededor, todas sobre una cama de algo gelatinoso.

Allí debimos pasar cierto tiempo, porque aunque no recuerdo nada de mientras estuve adormilada cómodamente sobre el lecho gelatinoso, si recuerdo lo duro y doloroso que fue salir de él.

Fue una mañana (tal vez una tarde) cuando unas extrañas tenazas, frías y duras como el acero, puede que fueran de acero y no como el acero, entraron discretamente a por nosotras y ninguna sentimos su presencia hasta que escuchamos el primer y desgarrador grito de una de nosotras.

Ninguna sabíamos que iba a pasar, tan solo oíamos los gritos y súplicas de las que eran llevadas lejos de nosotras, arrancadas cruelmente de nuestra gelatina-madre, sintiendo como se despegaba de nosotros aquello que nos había protegido durante tanto tiempo, notando el cruel y sucio aire del exterior del pote, agonizando sobre una mesa fría y despiadada, sin nada a lo que agarrarnos, más que la propia vida, hasta que, nuevamente las mismas pinzas del destino, crueles como ellas solas, nos cogían para transportarnos a una nueva sensación, extraña pero instintivamente conocida, dura pero acogedora, esa sensación que solamente se siente una vez en la vida, y que dice dentro de ti: -“Este es tu lugar”.

Todo eso lo sé, obviamente, porque al igual que mis hermanas, a mi llegada hora, lo sufrí y finalmente disfruté de esa sensación gozosa de mi rizoma acomodándose en el sustrato húmedo y cálido en el que había sido depositada.

Durante un tiempo, todo fue perfecto, estábamos separadas, cada una con su sustrato, pero juntas, con lo que el ambiente familiar y la añoranza del primer hogar no era para nada recordado por ninguna, allí estábamos todas, habíamos salido victoriosas de una dura experiencia, cada una por su cuenta, a su manera, pero lo conseguimos. Y seguíamos juntas.

Nos sentíamos queridas, alabadas casi, por aquellos extraños seres, que siempre impecables, se ocupaban cuidadosamente de nuestra comodidad. Les preocupaba en exceso nuestro bienestar, vigilaban la humedad, la temperatura, nuestra luz ¡ah!¡!Qué gozos no daba aquella luz! Tan cálida, tan suave sobre nuestras jóvenes hojas, tan maternal con sus suaves destellos, ayudándonos a crecer, dándonos el amor que nos había faltado hasta ahora.

Y ahí crecimos. No notamos ningún cambio en el ambiente, no percibimos nada extraño, simplemente crecíamos, trampas y más trampas, hermosas y coloradas trampas que absorbían aquella luz... Aunque si que hubo cambios... ¡Ingenuas! En nuestro gozo, nuestra alegría y comodidad, no vimos lo que se nos venía encima.

Esos seres que nos daban todo lo que necesitábamos, nos habían engañado, habían jugado con nuestro clima, preparándonos poco a poco para algo que ninguna planta, está realmente lista.

Nos sacaron de aquel lugar, iluminado y acogedor, para ser introducidas en una especie de contenedor de transporte, oscuro y frío. Pero no tuvimos miedo, no del miedo que paraliza, porque seguíamos juntas.

No puedo decir cuánto tiempo estuvimos en el contenedor de transporte, mi noción del tiempo entonces era totalmente nula. Hasta ese momento, teníamos nuestra luz, que marcaba poco los días, pues era más día que noche para nosotras. En el contenedor, era oscuro, todo oscuro, así que todo fue noche para nosotras.

Cuando paró el movimiento relajante del transporte y el ruido ensordecedor del mismo, la caja se movió bruscamente, ahora sé que fue en brazos del que nos había traído hasta aquí, entonces no entendí nada, jajaja... Lo siguiente que son las palabras de nuestro chofer.
-Aquí te traigo las Dionaeas, ¡reina¡ ¿Dónde te las dejo?

-“Así que somos Dionaeas... ¡qué nombre tan horrible!”- pensé. ¿Dionaea? ¿Quién podía ser tan cruel para llamarnos así? Aunque mi mente volvió a la conversación que mantenían los dos seres, de nombres mucho más extraños...

-Gracias, Paco. Déjalas sobre el mostrador, ahora que no tengo clientes aprovecharé para colocarlas bien. Por cierto, ¿qué clase me traes esta vez?

-Pues la que hayan metido en la caja, ¿qué voy a saber? A mi me la sopla lo que sean...

-A ver, trozo de carne con ojos, dame el albarán. Veamos, son Dionaea múscipula, venus atrapamoscas común. Perfecto, sencillas y llamativas. Te firmo esto y te vas. Diles que me falta la factura, de estas y del pedido anterior... Que no se retrasen mucho en enviarlas.

-A mandar, jefa.

Y cesó la conversación.

“Reina”, el ser que nos tenía que colocar bien, abrió el contenedor y vimos su cara por primera vez. Nunca había visto una cara así, tan delicada y fina. Era mucho más agradable que las caras que teníamos vistas en nuestro anterior hogar. Poco tardé en descubrir que era una fémina de estos seres.

Al salir del contenedor a nuestro destino, no fue todo lo desagradable que algunas habíamos temido. Era un lugar amplio, lo más grande que ninguna había visto jamás. Descubrimos mil olores, mil colores, en los que predominaba el verde, y lo más importante, ahora sabíamos que éramos. Éramos dionaeas muscipulas, ni más ni menos, seguia siendo un nombre horrible, aunque no tan desagradable como lo de “atrapamoscas”. ¿Qué diantres era una mosca? Lo descubrí a los pocos días.

Nuestro primer alivio fue ver que seguíamos juntas, todas sanas y salvas. El segundo alivio fue conocer a nuestras vecinas, y ver que ninguna era hostil.

Recuerdo perfectamente a mi vecina, y lo mucho que me impactó al verla, lo mucho que me siguió impactando al conocerla y lo mucho que me afectó su pérdida... Pero esa historia viene más adelante, ahora no es el momento.

Nepenthes, ese era su nombre. Nepenthes x Ventrata. Aunque decidí llamarla Tés. Era un buen nombre, corto, sencillo y cariñoso. Nada que ver con sus formas, esas hojas, grandes, largas ¡si cada una de sus hojas era tan grande como yo! Mientras la miraba anonadada, algunas de mis hermanas fijaron también su mirada en ella, y en las otras Nepenthes que había a su alrededor. Fascinadas es la palabra para definir cómo estábamos con aquellos especimenes y sus ¿sus qué?

Su voz reconfortante, su calma y su paciencia, quitaron mis temores del pensamiento, y caí en la cuenta del por qué “atrapamoscas”, aunque seguía sin gustarme. Le conté los problemas que tenía referente a mis posibles nombres a Tés. No me gustaba Dionaea, ni Atrapamoscas, mucho menos Muscípula... Venus tal vez, aunque se me antojaba demasiado común.

Uff, vaya, no había pensado ningún nombre para mí en todo este tiempo. Seguían disgustándome mis nombres tanto o más que al momento de conocerlos, pero aún no se me ocurría ninguno adecuado para mí. Bueno, adecuado era Atrapamoscas, después de la explicación de Tés, era el nombre más lógico, pero era horrible.

Al momento llegó Reina, con algo grande en las manos. Nos bajó a todas del lugar en donde habíamos sido colocadas y puso en nuestro lugar a esa cosa, le puso agua (¡adorado líquido¡) y acto seguido, fue poniéndonos sobre ese contenedor de agua. ¡Y cómo se lo agradecimos! Que agradable fue sentir que este ser fémina iba a cuidarnos tan bien como los primeros seres. O casi tan bien. Porque el ambiente no nos era del todo afable.

Ese primer día con Reina, fue corto, ella se fue en cuanto nos dejó bien aposentadas, y quedamos a oscuras. Así que dormimos, tan cansadas como estábamos, dormimos profundamente, como nunca lo habíamos hecho.


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Próximamente (osea, cuando me visiten las musas y las ganas ) continuará.

 

Sigue la historia XD, que está de lo más interesante.

 

Muy simpático

A ver si escribes la siguiente parte

 

Originalísimo.
Espero el siguiente capítulo.

 

me ha encantado ,muy interesante me as dejado con la intriga de lo q les pasara en el proximo capitulo muy original.

 

es el mejor tema que he visto de todos esta bien chingon
es el mejor esta sorprendente buen aporte ynea
es lo mejor que as hecho de tus aportacioness
que bueno que isiste este tema porke me encanto


espero la siguiente parte

 

FURT

 

Muy muy muy muy muy buena! sigue!

 

Oye esta genial tu relato!!!!!!! ya tienes tu club literario jajaja esperando tu próxima entrega! y me incluyo!

Muy original!!! Animaté a seguir aunque te tome tiempo no te presiones que vas muy bien!!!!!

felicidades!!!!

 

Gracias, gracias

Visto el exitazo de la historia, me animaré a seguir

 

me a agradado mucho esta parte de la historia, muy bien narrada, seguire este tema mas de cerca ynea
suerte y besos

 

¡Hey! Muy buena esa Ynea, no sé que estudies pero te puedo apostar lo que sea que no son fisico-matemáticas jajaja. Tienes una muy buena redacción, y eso también puedo apostar que es porque lees bastante, de cualquier modo espero de manera acusiante la continuación de está interesante historia, jeje y si continuas así sólo recibiras adulaciones en vez de críticas te lo garantizo. Saludos.

 

Jajaja, cierto es que no estudio fisico-matemáticas y también has acertado en que leo mucho, desde bien pequeña de hecho U_U

Ya he empezado con la segunda parte, aunque después del logro de la primera, me costará mantener el nivel pero se hará lo que se podrá

 

Esta genial tu historia y muy bien narrada.... esperamos el sig. capitulo