Re: Rosas y poesías. Caribbean Rocío Esta era una rosa llena de rocío: éste era mi pecho con el hijo mío. Junta sus hojitas para sostenerlo: esquiva la brisa por no desprenderlo. Descendió una noche desde el cielo inmenso; y del amor tiene su aliento suspenso. De dicha se queda callada, callada: no hay rosa entre rosas más maravillada. Esta era una rosa llena de rocío: éste era mi pecho con el hijo mío. Gabriela Mistral
Re: Rosas y poesías. Gabriela Mistral y Marti, algunos de mis favoritos, preciosas todas las poesías, felicitaciones de nuevo un rosal blanco en maceta, con cariño
Re: Rosas y poesías. AL CABALLERO DE LA ROSA En su abrazo yo abrazaba todas las rosas: las rosas de la piedra y las del sueño, las rosas del torrente y las del vino, las furibundas rosas cinceladas sobre el cráneo del sol, en ajetreo continuo; las de apretada nieve, rosas, con que ciño mi frente en un círculo de llamas; y las implacables que coronan la espina de la rosa; las que disgrega el éxtasis en torno a los banquetes del amor, y las que llueven ceniza y agonía sobre la faz del moribundo; las rosas del poema y las del humo, las rosas del rosario y las del tigre, las invisibles rosas de mi sangre y las azules que hará brotar mi muerte, mi terraza barrida y la brisa de las rosas entrando por los balaustres de la tarde; las rosas que treparon la escalera, y la que se prendió a la cerradura al él cerrar la puerta; las rosas de su sexo y de su pie restañadas y aún tibias sobre el lienzo alimenticio y lechal de la mañana, las rosas del que llegó y aún no se ha ido; en sus brazos yo las abrazaba: la lacerante rosa aún no podada que balancea su olvido sobre el tallo; y la incomparable que perdura en todo lo que fue, o pudo no haber sido; la rosa desnuda de la rosa. Rosario Ferré
Re: Rosas y poesías. Agua de rosas Estoy descifrando la quietud de los manantiales, nada se aleja del tacto ni la palabra. Mientras, las gotas de lluvia -irrepetidas- resbalan por mi isla de agua, te cerco, lábil, y advierto el sigilo que va batiendo mis entrañas. Tú, mi agua de rosas, mi agua luz, mi agua mansa, raíz de mis dedos en tu pelo, se asombran mis pechos a tu soplo de vilano y cuando hundes tus labios en mi vientre un temblor de muslos coronan los arroyos y los campos se bañan de rosas blancas. Anonimo 263659
Re: Rosas y poesías. No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flecha de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma. Te amo como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo el apretado aroma que ascendió de la tierra. Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera, sino así de este modo en que no soy ni eres, tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño. Pablo Neruda
Re: Rosas y poesías. Que lindo hilo y que hermosos poemas! gracias por compartir Emblema de mi amor es esta rosa, que mas feliz que el pensamiento mio, llegara hasta tus labios carinosa a entregarte los besos que te envio. No pretendo que el tiempo sacrifiques en pensar tanto en mi, la ley reformo con tal que a mi recuerdo le dediques, veinticuatro horas diarias me conformo. Ese paisaje en que agoniza el dia del ocaso en sus ultimos fulgores, me recuerda el rubor de tus mejillas y el mirar de tus ojos sonadores anonimo
Re: Rosas y poesías. Si tu frescura a veces nos sorprende tanto, dichosa rosa, es que en ti misma, por dentro, pétalo contra pétalo, descansas. Conjunto bien despierto cuyo centro duerme, mientras se tocan, innumerables, las ternuras de ese corazón silencioso que suben hasta la extrema boca. Rainer Maria Rilke
Re: Rosas y poesías. SONETO A LA ROSA En el aire quedó la rosa escrita. La escribió, a tenue pulso, la mañana. Y, puesta su mejilla en la ventana de la luz, a lo azul cumple la cita. Casi perfecta y sin razón medita ensimismada en su hermosura vana; no la toca el olvido, no la afana con su pena de amor la margarita. A la luna no más tiende los brazos de aroma y anda con secretos pasos de aroma, nada más, hacia su estrella. Existe, inaccesible a quien la cante, de todas sus espinas ignorante, mientras el ruiseñor muere por ella. Eduardo Carranza