Yo también y en el suelo de tierra (no había playa) y en el vaho de los cristales y algunos eran correspondidos, otros no y otros escribieron mi nombre y no les correspondí...¡que desperdicio! me arrepiento muchisimo ahora besos Lur par toso los chicos del foro. A ver si este corazón dura más que los otros
¿Isabel?... pues... no lo recuerdo muy bien, ya se me ha olvidado, tendré que volver a leer el chopo... antes de que el ayuntamiento lo tale, que el pueblo está creciendo hacia ese lao. Hay algo que me extrañó al leer mi nombre después de tantos años: me parece recordar que yo dibujé el rabillo de la "o" hacia arriba... Un saludo a todos los románticos y a todos los no románticos del foro.
Y todo esto me recuerda algo: Felices 80. Y si te vuelvo a ver pintar un corazón de tiza en la pared te voy a dar una paliza por poner mi nombre dentro de él. Ahora lo escriben en el "mesenger", eso si es efímero.
Excelente diego sebastian, como siempre. Es bueno encontrar este tema tan bello que me tranquiliza. Esa cicatriz del árbol representa muy bien esas cicatrices de amor que nos va dejando la vida, puede ser que recordarlas nos llene de melancolía, pero una vida sin ese tipo de cicatrices, es una pobre vida. Salu2
Una vida sin cicatrices...es una pobre vida, lo pienso aunque a veces duelan. Ese árbol llevará en su corteza y seguro en su corazón, porque los árboles lo tienen, una bonita historia de amor. Poeta como siempre...gracias por la poesia. Besos Nube
En mi caso, no fue un chopo, sino los barrotes de hierro de un pequeño puentecillo que unía las orillas de un riachuelo... Y no fue una navaja robada del cajón de mi hermano mayor, sino un rotulador negro que, con esa premeditada idea, me llevé al lugar de los hechos, para vincularme a ese sentimiento (obsérvese que hablo de sentimiento, no de persona) nuevo y revoltoso para siempre (para siempre... siempre que el rotulador resista las inclemencias del tiempo... y siempre que el artífice de tal puente fuera alguien con algún remoto conocimiento de ingeniería... y siempre que a la otra parte no le de un arrechucho y vaya a tacharlo, escupir encima, limar el barrote o ya de paso arrancarlo. Que el orgullo es mu malo!) Pero aún así... hay algún paralelismo entre tu historia y la mía, Diego. La sensación fue la misma, y ahora el olvido, o quizá la indiferencia, me embargan de la misma manera. Desgraciadamente, mis heridas por amor no son tan superficiales como puede serlo la pintada de un rotulador. Quizá las herramientas hayan cambiado, pero el corazón sigue siendo de madera, y el amor la navaja que un primer momento te hace abrirte a nuevos sentimientos, y que derrama savia, que es vida, y lágrima a la vez, pero que con el tiempo se seca, y deja que el frío y la negrura te penetren. Alaaaaa ya estamos, no se puede estar a estas horas escribiendo en un foro, que sale cada cosica...
