EL CAFÉ UN POCO DE HISTORIA El cafeto (árbol del café) se originó en la zona de Etiopía y el cabo de Hornos, lugares en los que aún hoy crece en estado silvestre, pero fue en el Yemen (la antigua Arabia) donde se inició el cultivo del árbol del café que se extendería por todo el mundo. Existen varias historias acerca del descubrimiento del café, de las cuales la más popular y mejor conocida es la de Kaldi, el pastor de cabras yemení. Una noche, cuando Kaldi se hallaba cuidando sus cabras, vio de pronto como éstas, en lugar de pacer plácida y tranquilamente como era natural en ellas, estaban bailando con gran excitación cerca de un arbusto donde crecían pequeñas bayas de color rojo brillante. Kaldi decidió entonces probar aquellas bayas, y no había pasado mucho rato cuando él mismo ¡se hallaba bailando también!. La noticia se extendió hasta alcanzar el monasterio local, donde el imán se las estaba viendo canutas para mantener despiertos a sus derviches durante la oración y vigilia nocturna. El imán pensó que no estaría mal probar aquellas bayas exóticas y así lo hizo. Gracias a las bayas del árbol del café, todos lograron permanecer bien despiertos para sus oraciones y con sus facultades agudizadas. EL PROCESO DE PRODUCCIÓN El café se cultiva en más de 50 países entre los trópicos de Cáncer y Capricornio y existen dos variedades principales de plantas de café: la Coffea Arabica que tiene su origen en Etiopía y la Coffea Robusta. Los mejores granos de café los produce el árbol Arabica, que crece a alturas de entre 900 y 1.800 metros aproximadamente y, entre éstos, los mejores son aquellos que crecen en las mayores altitudes. La Robusta (como su nombre indica) es una planta más fuerte, indígena del Congo. Es menos propensa a enfermedades y sobrevivirá tan sólo con pequeñas cantidades de lluvia. Esta especie de café es menos aromática, más alto contenido en cafeína, menos aceites y más fuerte y áspero en la taza. Tres o cuatro años después de su plantación, los árboles de café alcanzan la madurez y producen frutos. Los granos de café son las semillas de este fruto que adquiere un color rojizo cuando está a punto para su recolección; normalmente se hallan dos granos colocados con la cara lisa frente a frente. La recolección de losgranos de café constituye un largo y laborioso proceso, ya que no todas las bayas maduran al mismo tiempo ni madurarán ya una vez que hayan sido cogidas. Una vez recolectados, existen dos métodos para limpiar los granos de café: el método seco y el húmedo. En el seco o natural, los granos se extienden en delgadas capas y son removidos con regularidad con el fin de que se sequen todos por igual. Una vez secos, resulta ya fácil despojarlos de la piel y la pulpa bien con la ayuda de máquinas o bien, en las regiones más primitivas, con una piedra molar. Cuando los granos son preparados por el método húmedo o lavado, una máquina los despoja primero de la pulpa gomosa y después las cáscaras se dejan en remojo en enzimas naturales que causan la fermentación de dichas cáscaras, tras la cual resulta fácil quitarlas mediante el lavado. Finalmente se clasifican los granos y se les da un poco de lustre para que tengan un aspecto atractivo, y después se empaquetan en sacos listos ya para la exportación. BENEFICIOS PARA LA SALUD El efecto de la cafeína es el de estimular el sistema nervioso central, con lo que el ritmo cardiaco se ve ligeramente aumentado y los vasos sanguíneos se dilatan favoreciendo a la circulación de la sangre. Además eleva el ánimo, el café tiene un pequeño efecto diurético y broncodilatador y potencia el efecto de los analgésicos. Pero no hay que olvidarnos del beneficio principal que proporciona el café, que es la satisfacción que produce al que lo toma. Debido al poder estimulativo y aguzador de los sentidos de la cafeína, el café siempre ha sido la bebida predilecta y amada de pensadores y escritores. Balzac, por ejemplo, dijo del café "hace que las ideas empiecen a moverse como los batallones de la Gran Armada". Alexander Pope, quien compuso un buen número de poemas acerca del café, escribió: "El café hace sin duda del político sabio, haciéndole ver todas las cosas a través de sus semicerrados ojos". UNA TAZA IDEAL En el proceso de obtención de la taza ideal de café, a parte de la selección del mejor grano, juegan un papel primordial los siguientes factores:El tueste. El grano de café sin tostar es prácticamente insípido. En el proceso de tueste, el aceite volátil del café queda liberado extendiéndose por todo el grano según se va abriendo camino hacia la superficie liberando a su vez su sabor. Es una operación delicada y de suma importancia. Cada grano de café requiere una temperatura y un tiempo de tueste según su tamaño y para esto es necesaria una gran experiencia. Existen dos tipos de tueste de café: - Natural: Consiste en el tueste del grano natural sin añadir ninguna sustancia. - Torrefacto: Durante el proceso de tueste se le añade azúcar obteniendo un café que en la taza resulta más oscuro y amargo. El origen de este proceso data de principios de siglo XX para asegurar una mayor resistencia del grano tostado al enranciamiento. La molienda. El tamaño de la partícula del café molido está relacionado con el tipo de cafetera que se utilice. Si hacemos una molienda excesivamente fina, el agua pasa con dificultad entre sus partículas provocando sobre-extracción y sabores poco agradables. Por el contrario, una molienda gruesa no aprovecha adecuadamente las características del café y necesitará una dosis muy superior para una taza. El envasado. Una vez reducido a fino polvo, el café pierde a ritmo vertiginoso sus aromas en contacto con el oxígeno del aire. Una vez abierto el paquete, lo más oportuno es conservarlo en un recipiente hermético y en la nevera. La preparación. A la hora de preparar el café es muy importante tener en cuenta las siguientes reglas: - Cuanto más reciente y adecuado sea el tueste y la molienda del café, mejor será el resultado final. - Para obtener el mejor resultado, recomendamos usar7 gr. de café molido (aproximadamente una cucharada sopera) por cada 100 cc. de agua. - Tomar el café recién hecho. Nunca recalentarlo ni dejarlo hervir ya que provoca un sabor amargo.