Pues con lo no mucho que nevó hace un par de sábados por Asturias, mirar lo que supuso para este ex-hermoso ejemplar de Cedrus deodara de la Plaza de España de Oviedo: Y eso que aparentemente la madera no tenía ningún daño: Si es que yo no sé porqué a estos cedros les dicen del Himalaya. Que supongo que serán de por allá, que el Himalaya será muy grande y seguirá siendo Himalaya hasta donde no nieve mucho, no lo sé, pero es que con esas ramas tan densas y tan planas son la cuenta para que pasen cosas como esta. Si no pasó primero seguramente fue porque el árbol no había cogido suficiente tamaño. Mirad si no su vecino, un Cedrus atlantica `Glauca', más sano que una manzana. Pero claro, con sus ramas más erectas y con follaje más esparcido. Claro que no a todos los Cedrus deodara les pasó lo mismo, un poco más abajo, en el antiguo jardín del chalé de Concha Heres estaba este: Desgraciadamente no tengo fotos del "antes" de desastre. Una pena también la infeliz Thuja orientalis que el cedro cobijaba. Saludos.
que infortunio o no ¿? la naturaleza es sabia, igual el cedro tiene esa forma ( que por cierto es la mas bonita de las tres ) como medida de regenaracion de la especie , es decir cuando alcanzan un porte como el que tenia tu arbol ya se supone que a dejado muchos retoños y el mismo clima de la zona ( himalaya ) acaba destronando al gigante pa dejar paso a sus hijos no se si mi teoria te a convencido es por buscar una logica a tragico final del cedro casos como este los e visto en pirineos en zonas altas donde solo el pino negro consigue pasar los inviernos. un saludo desde bizkaia