Ceibo, árbol con flor nacional de Argentina

Bueno cuánta gente en este tema. Permitirme saludar a los que hace tiempo echaba en falta

Betty donde andabas? Te tengo que contar muchas cosas y además mandarte la foto de mi nieta que hace tiempo que no la ves y que tu me mandes las de tus nietos... Te escribo correo hoy sin falta.

Lara no lo he visto, y me he acordado de ti estos días

Enrique cuanto tiempo...estás en el foro y yo no te veo o es que entras poco? Un gustazo verte de nuevo .Un cordial saludo

 

¡Yo también me alegro que Jesús nos permitiera a los que no estábamos ausentes en esa época, recuperar este tema!

Y muchas gracias Lara por mostrar tan bien este precioso árbol. Acá donde me mudé tengo uno bastante viejito y descuidado, pero igualmente la temporada pasada nos regaló la majestuosidad de sus flores, además de servir sus ramas para los nidos de dos parejas de calandrias ¿qué más se puede pedir?.-

Enrique-Sevilla en cuanto a sembrarlo, yo pienso intentarlo en la Primavera y remojando previamente las semillas dos días antes, al menos eso es lo que leí, o sea que vos lo podrías hacer ya mismo, así que ¡mucha suerte! .

Aunque pensándolo bien quizás los expertos del foro puedan darte una mejor explicación, por lo tanto no te apures y espera a ver si logras otra respuesta.-

 

Irene, hola!!!!!!!............ayer te lei en el mensaje del mate........y la verdad es que en ese momento no te recorde.............pero después estaba en mi casa y de golpe.....zas!!!............No era vos la que te estabas mudando al campo hace unos mese???????........que tenias muchas fabulas de nuestras tierras?????...........y escribias cuentos????????????..................se que soy un desastre...........pero creo que no estoy equivocada con vos......

Es un gusto volver a verte........y espero que pronto nos empieces a regalar alguna de las historias que conoces

Que lindo.........este mensaje ha resulta un rencuentro general...........da gusto!!!

 

Gracias Geraldine, me dieron más ganas de conocer tu país, bueno, algún día será, cuando Dios quiera. Nuestra flor nacional es el copihue, es muy bonito.

Laura, qué gusto estar de nuevo acá, estoy bien gracias, sólo que un poco atareada y alejada de las pistas, pero ya me estoy dando el tiempo de estar con uds.

Un beso a todos

 

Betty es un gustazo y un lujo tenerte con nosotros

Un beso

 

Lourdes, Hola, si es verdad que hace mucho que no entro pero por motivos de trabajo estoy algo alejado del foro, ya ire de a poco revisando los mensajes y me vereis y seguramente retomaremos temas tan interesantes como los que estamos acostumbrados.

Irene, Gracias por el dato, intentare poner algunas ahora y me reservare otras pocas para intentarlo en otro momento.

Betty, Es un gusto verte nuevamnete, me alegra reencontrar a gente tan agradable como tu.

 

Gracias Lourdes y Enrique

también me da gusto el reencuentro con gente de verdad como ustedes.

un beso

 

Sí Lara soy la misma ya mudada y muy muy feliz

Copio la leyenda de la flor del ceibo y te aclaro que mi trabajo, todavía demorado, es recopilar e ilustrar cuentos, mitos y leyendas. Yo no escribo, ¡ojalá supiera hacerlo! sólo me limito a recuperar parte de lo que considero base de nuestra cultura y que mucho desconocemos.-

"Según cuenta la leyenda la flor del ceibo nació cuando Anahí fue condenada a morir en la hoguera, después de un cruento combate entre su tribu y los guaraníes.

Por entre los árboles de la selva nativa corría Anahí. Conocía todos los rincones de la espesura, todos los pájaros que la poblaban, todas las flores. Amaba con pasión aquel suelo feraz, silvestre, que bañaban las aguas oscuras del río barroso. Y Anahí cantaba feliz en sus bosques, con una voz dulcísima, en tanto callaban los pájaros para escucharla. Subía al cielo la voz de la indiecita, y el rumor del río que iba a perderse en las islas hasta desembocar en el ancho estuario, la acompañaba. Nadie recordaba entonces que Anahí tenía un rostro poco agraciado, tanta era la belleza de su canto.

Pero un día resonó en la selva un rumor más violento que el del río, más poderoso que el de las cataratas que allá hacia el norte estremecían el aire. Retumbó en la espesura el ruido de las armas y hombres extraños de piel blanca remontaron las aguas y se internaron en la selva. La tribu de Anahí se defendió contra los invasores. Ella, junto a los suyos, luchó contra el más bravo.

Nadie hubiera sospechado tanta fiereza en su cuerpecito moreno, tan pequeño. Vio caer a sus seres queridos y esto le dio fuerzas para seguir luchando, para tratar de impedir que aquellos extranjeros se adueñaran de su selva, de sus pájaros, de su río.

Un día, en el momento en que Anahí se disponía a volver a su refugio, fue apresada por dos soldados enemigos. Inútiles fueron sus esfuerzos por librarse aunque era ágil. La llevaron al campamento y la ataron a un poste, para impedir que huyera. Pero Anahí, con maña natural, rompió sus ligaduras, y valiéndose de la oscuridad de la noche, logró dar muerte al centinela. Después intentó buscar un escondite entre sus árboles amados, pero no pudo llegar muy lejos. Sus enemigos la persiguieron y la pequeña Anahí volvió a caer en sus manos.

La juzgaron con severidad: Anahí, culpable de haber matado a un soldado, debía morir en la hoguera. Y la sentencia se cumplió. La indiecita fue atada a un árbol de anchas hojas y a sus pies apilaron leña, a la que dieron fuego. las llamas subieron rápidamente envolviendo el tronco del árbol y el frágil cuerpo de Anahí, que pareció también una roja llamarada.

Ante el asombro de los que contemplaban la escena, Anahí comenzó de pronto a cantar. Era como una invocación a su selva, a su tierra, a la que entregaba su corazón antes de morir. Su voz dulcísima estremeció a la noche, y la luz del nuevo día pareció responder a su llamado.

Con los primeros rayos del sol, se apagaron las llamas que envolvían Anahí. Entonces, los rudos soldados que la habían sentenciado quedaron mudos y paralizados. El cuerpo moreno de la indiecita se había transformado en un manojo de flores, rojas como las llamas que la envolvieron, hermosas como no había sido nunca la pequeña, maravillosas como su corazón apasionadamente enamorado de su tierra, adornando el árbol que la había sostenido.

Así nació el ceibo, la rara flor encarnada que ilumina los bosques de la mesopotamia argentina. La flor del ceibo que encarna el alma pura y altiva de una raza que ya no existe".

Fue declarada Flor Nacional Argentina, por Decreto N°138.974 del 2 de diciembre de 1942. Su color rojo escarlata es el símbolo de la fecundidad de nuestro país.

Si Jesús arma un Foro apropiado puedo ir incorporando otras más sobre flora y fauna.-

Un besote por el reencuentro.-

 

Irene sería interesantisimo que Jesus lo hiciera.

Seguro que yo encontraría leyendas no tan dulces y bonitas seguramente, de la fauna y flora de Cantabria. Todos podríamos aportar alguna leyenda.

Me ha gustado besos

 

¡Yo no sabía que tenía un ceibo en mi jardín! Es un árbol precioso; en estos momentos está en flor. He visto que algunas personas quieren semillas:mi ceibo y yo estamos a vuestra disposición; me imagino que habrá que recogerlas a finales del verano. Muchos saludos a todos.

 

Irene, es un gusto volver a verte Que tal tu nuevo lugar ?? de ve ser lindo, no??

La verdad es que la idea de contar las leyendas es mas que interesante, habra que decircelo a Jesus, que se ha enterado todavia....

Nos vemos!!!!!!!

 

Lara:compatriota,gracia s por las fotos hacia mucho que no veia un ceibo!!!!!

 

Hola!
acabo de ver la foto del ceibo.Tengo uno en el jardín.Lo plantó mi padre, lo trajo desde Argentina hace unos 10 años.
Vivo en Sanxenxo, Galicia.Tanto vecinos como amigos admiran la belleza de su flor , constantemente me piden semillas.
A mi me sirve para recordar a mi querido país , sobre todo los años de la infancia.

Muchas gracias.