Cuentos, parábolas, enseñanzas...

Tema en 'Otros temas no de plantas' comenzado por Alberto_Ibra, 26/2/16.

  1. Alberto_Ibra

    Alberto_Ibra

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  2. Sorbus

    Sorbus

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    El sol desapareció

    Había una vez , en una zona de altas montañas, una águila que enseñaba a su pichón a volar. Aquellos días de verano eran benignos y de cielo despejado. Un día, llegado el otoño, el cielo se cubrió de densas nubes negras. El pichón, acostumbrado a ver el cielo y el sol, pegó un grito de desesperación. No veía ese manto celeste con su sol resplandeciente. El águila, viendo esto, le pidió que le acompañara. Juntas remontaron vuelo en dirección a las nubes. Luego de una trabajosa travesía, ambas estaban por encima de las nubes. El pichón estaba loco de alegría, se había superpuesto a esas negras nubes que le ocultaban su sol y su manto azul.

    Moraleja:
    Creo que a veces debiéramos desplegar nuestras alas y animarnos a volar más alto.


    Ocaso+en+Matalasca%C3%B1as_15.jpg
     
  3. liriaz

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    TÁCTICA

    Dicen que una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO". Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí. El publicista le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

    Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:
    "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA"
    Cambiemos de TÁCTICA cuando algo no nos sale, y verás que puede que resulte mejor de esa manera.
     
  4. Delfinio

    Delfinio Aldeano planetario

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    Hola, :smile:

    Inspirador hilo éste también, :smile: :64palmadas:

    Os dejo este vídeo que nos recuerda que la gratitud no conoce fronteras, :smile:

     
  5. Cuento de El Rey Rana de los Hermanos Grimm.

    El Rey Rana
    Hace muchos años, cuando el desear aún le ayudaba a uno, vivía un rey cuyas hijas eran todas buenas doncellas, pero la más joven era tan bondadosa, que el mismo sol, que ha visto tanto, se detenía cada vez que iluminaba su camino. Cerca del castillo del rey, había una inmensa y oscura selva, y bajo un viejo árbol de lima había un pozo, y cuando el día esta muy caliente, la hija menor del rey iba a la selva a sentarse junto a la fresca fuente, y cuando se aburría, tomaba una bola de oro y la tiraba alto para capturarla. Y esta bola era su juguete favorito.

    Pero sucedió que en una ocasión la bola no llegó a las manos que la esperaban, sino que cayó al suelo y rodó hasta caer en el pozo. La hija del rey la siguió con sus ojos, hasta que desapareció. Y el pozo era profundo, tan profundo que no se alcanzaba a ver el fondo. Ella empezó a llorar, y a llorar más alto y más alto sin llegar a sentir consuelo. Y mientras se lamentaba oyó que alguien le decía:

    -"¿Que te sucede, hija del rey?, te lamentas tanto que hasta las piedras te mostrarían piedad"-

    Ella miró alrededor buscando hacia donde venía la voz, y vio a una rana sacando del agua su gran cabeza.

    -"¡Ah!, vieja corredora de aguas, ¿eres tú?"- preguntó.- "Estoy llorando por mi bola de oro, que cayó dentro del pozo"- concluyó diciendo.

    -"Quédate tranquila y no llores más"- contestó la rana. "Yo te puedo ayudar, pero ¿que me darás a cambio si te regreso ese juguete de nuevo?"-

    -"Lo que tú quieras, querida rana"- dijo ella. -"Mis vestidos, mis perlas y joyas, y hasta la corona de oro que llevo puesta"-

    La rana respondió: -"No me interesan tus vestidos, tus perlas o joyas, ni la corona de oro, pero si me amaras y me dejaras ser tu compañera y socia de juegos, y sentarme contigo en tu mesa, y comer de tu plato de oro, y beber de tu vaso, y dormir en tu cama junto a tí. Si tú me prometes cumplir todo eso, yo bajaré y traeré acá de regreso tu bola de oro."-

    -"Oh, claro" - dijo ella, -"yo te prometo cumplir tus deseos, si me regresas la bola"-

    Ella sin embargo pensaba: -"¡Cómo habla esa tonta rana! ¡Ella vive en el agua junto a las otras ranas y sapos y no podría ser compañera de ningún ser humano!"-

    Pero la rana, una vez recibida la promesa, metió su cabeza en el agua y se sumergió profundamente, y momentos después subía nadando trayendo en su boca la bola, y la tiró en el zacate. La hija del rey quedó encantada de ver una vez más de nuevo a su juguete, y recogiéndola corrió con ella.

    -"¡Espera, espera!"- gritaba la rana. -"¡Llévame contigo, que no puedo correr como lo haces tú!-

    Pero ¿de qué le serviría gritar, aún con su croak, croak, tan fuerte como podía? Ella no la escuchaba, y corrió a su aposento y pronto olvidó a la pobre rana, que se vio obligada a regresar al pozo de nuevo.

    Al día siguiente, cuando se sentó a la mesa con el rey y los cortesanos, y había empezado a comer en su plato de oro, algo llegó brincando y sonando splash, splash, a las gradas de mármol, y cuando llegó arriba, tocó a la puerta y gritó:

    -"Princesa, la más joven de las princesas, ábreme la puerta a mí."-

    Ella corrió a ver que había afuera, pero cuando abrió la puerta, encontró a la rana sentada al frente. Entonces ella tiró la puerta a toda prisa, y regresó a sentarse a la mesa y quedó muy asustada. El rey vio que estaba sumamente alterada y que su corazón latía fuertemente y le preguntó:

    -"Mi muchachita, ¿qué es lo que te asustó tanto?, ¿está por casualidad un gigante afuera que quiere raptarte y llevarte lejos?"-

    -"Oh, no"- replicó ella. -"No es un gigante, sino una horrible rana"-

    --"¿Y qué hace una rana contigo?"-

    -"Ah, mi querido padre, ayer yo estaba en la foresta, sentada junto al pozo, jugando con mi bola de oro, cuándo ésta cayó a lo profundo del pozo.

    Y como yo lloraba mucho, la rana me la regresó, y como ella insistía, yo le prometí que podía ser mi compañera, ¡pero nunca pensé que sería capaz de alejarse de sus aguas! Y ahora está ahí afuera, esperando que la ingrese conmigo."-

    Mientras tanto la rana tocó a la puerta por segunda vez, y gritaba:

    -¡Princesa! ¡La más joven de las princesas!

    ¡Ábreme a mi la puerta!

    ¿Recuerdas lo que me dijiste

    ayer en las frescas aguas de la fuente?

    ¡Princesa, la más joven princesa!

    ¡Ábreme a mi la puerta!

    Entonces dijo el rey:

    -"Lo que tú has prometido, debes cumplirlo. Ve y déjala entrar"-

    Ella fue y abrió la puerta, y la rana saltó y la siguió a ella, paso a paso, hasta su silla. Entonces, cuando la princesa se sentó, la rana gritó:

    -"Levántame para estar a tu lado."-

    Ella no actuaba, hasta que el rey le ordenó hacerlo. Cuando la rana ya estaba en la silla, le pidió estar en la mesa, y una vez en la mesa dijo:

    -"Ahora, empuja tu plato de oro más cerca de mí de modo que podamos comer juntos."-

    Ella lo hizo, pero fue fácil ver que lo hacía sin su voluntad. La rana disfrutó de la comida, pero casi todos los bocados que la princesa tomaba, la estremecían. Al final dijo la rana:

    -"Ya he comido y estoy satisfecha; ahora estoy cansada, llévame a tu dormitorio, alista tu sedosa cama, y ambos iremos a dormir."-

    La hija del rey empezó a llorar, porque tenía miedo de la fría rana que ella no quería tocar, y que iba ahora a dormir en su preciosa y limpia cama. Pero el rey se molestó y dijo:

    -"Aquel que te ayudó cuando estuviste en apuros, no debe ser decepcionado por tí."-

    Así que ella tomó a la rana con sólo dos dedos, la llevó arriba y la puso en una esquina. Pero cuando ella se metió a su cama, la rana sigilosamente se le acercó y le dijo:

    -"Estoy cansada, quiero dormir tan bien como tú, levántame o se lo diré a tu padre."-

    Entonces ella se enojó terriblemente, la tomó en sus manos y la lanzó con todas sus fuerzas contra la pared.

    -"Ahora te estarás quieta, odiosa rana."- dijo ella.

    Pero cuando cayó al suelo ya no era una rana, sino un encantador príncipe de bellos modales.

    Ahora, él, por decisión de ella y de su padre, es su compañero y esposo. Entonces él le contó cómo había sido hechizado por un malvado brujo, y cómo nadie lo había sacado nunca del pozo, excepto ella, y que mañana podrían ir juntos a su reino. Ambos fueron a dormir, y a la mañana siguiente, al levantar el sol, llegó un carruaje con ocho caballos blancos, con plumas blancas de avestruz en sus cabezas, y con arreos con cadenas de oro, y atrás venía el fiel sirviente Henry.

    El fiel sirviente Henry había quedado tan infeliz cuando su patrón fue convertido en rana, que se había atado tres bandas de hierro alrededor de su corazón para que no reventara de pena y tristeza. El carruaje condujo al príncipe a su reino. El fiel Henry les ayudó a ambos, y se puso a sus órdenes de nuevo, y estaba lleno de dicha por su rescate. Y cuando iban de camino, el hijo del rey escuchó que algo se quebraba atrás de él. Se volvió y gritó:

    -"Hey, Henry, el carruaje se está quebrando."-

    -"No, patrón, no es el carruaje. Es una banda que está sobre mi corazón, que me había puesto por mi gran dolor por su encantamiento como rana dentro del pozo. Otra y otra vez volvieron aquellos sonidos, y el hijo del rey pensaba que el carruaje se estaba quebrando, pero sólo eran las bandas que se reventaban de alrededor del corazón del fiel Henry porque su patrón era ahora libre y feliz.

    Moraleja:

    Si prometes alguna cosa razonable, cumple tu promesa.




    Fin
     
  6. Sorbus

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  7. Hola os dejo un cuento en youtbe que es uno de mis preferidos el de El Flautista de Hamelin.
    Es un corto de Disney ya antiguo pero que esta muy bien.

    Que disfruteis como niños de él.

     
  8. liriaz

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    Apariencias
    Dos ángeles habían tenido un día agotador y, cuando anocheció, pidieron que les dejasen un lugar para dormir en una casa en la que vivía una familia muy adinerada, pero eran tan poco hospitalarios que les enviaron al frío sótano. Cuando se estaban haciendo la cama, el ángel más viejo vio un agujero en la pared y lo tapó. El más joven, extrañado, le preguntó por qué había hecho aquello, a lo que su compañero respondió: «Las cosas no siempre son lo que parecen».
    Continuaron su camino y la siguiente noche la pasaron en el humilde hogar de un matrimonio tan hospitalario que les dieron de cenar y les cedieron su propia cama para descansar. Al amanecer los dueños de la casa estaban llorando porque había muerto la única vaca que tenían. Enojado por lo sucedido, el ángel joven preguntó al más mayor por qué había dejado morir al animal de esta buena familia. Y, nuevamente, le respondió: «Las cosas no son siempre lo que parecen. En el agujero del sótano de la mansión había oro y lo arreglé para no acrecentar la avaricia de sus dueños. En el caso de la familia humilde, el ángel de la muerte venía buscando a la mujer del agricultor y yo le entregué la vaca en su lugar». A menudo no entendemos las cosas cuando suceden hasta que el paso del tiempo nos las aclara.
     
  9. liriaz

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    Los dos sacos


    Una antigua leyenda nos habla de tres hombres que viajaban siempre con dos sacos a cuestas, uno por delante y el otro por detrás. Cuando le preguntaron al primero qué había en sus sacos, respondió: «Todo lo bueno que me han dado mis amigos está en el de atrás y rápidamente lo olvido. El delantero sólo contiene las cosas desagradables, pero me regodeo pensando en ellas cada dos por tres». Como consecuencia de ello, apenas avanzaba en su camino.
    El segundo hombre contestó de esta manera cuando le formularon la misma pregunta: «En este saco que llevo delante, están todas mis buenas acciones. Continuamente las exhibo ante los demás. En el posterior, encierro mis numerosos errores. No me permiten caminar con rapidez, pero no puedo desprenderme de ellos».
    Por último, al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, éste respondió: «El saco de delante está lleno de los mejores pensamientos y los actos más bondadosos de la gente. Es grande, pero apenas pesa. El que llevo a mis espaldas está vacío pues le hice un agujero por el que se escapa lo malo que oí de los demás y que a veces pienso de mí. Todo eso se perdió para siempre y ya no hay peso que haga duro mi camino».
     
  10. Sorbus

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    EL NIÑO QUE QUERIA UN HELADO

    nino_helado.jpg

    En los días en que un helado costaba mucho menos que ahora, un niño de diez años entró en un establecimiento y se sentó en una mesa. La camarera puso un vaso de agua enfrente de él. ¿Cuánto cuesta un helado con chocolate y nueces? Pregunto el niño; cincuenta peniques, respondió la mesera. El niño sacó su mano del bolsillo y examinó su número de monedas.
    ¿Cuánto cuesta un helado sólo?, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente. Treinta y cinco peniques dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. Quiero el helado sólo dijo. La camarera le trajo el helado con mala cara, puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño termino el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces descubrió lo injusta que había sido. Allí, puestos ordenadamente junto al plato vacío había veinticinco peniques, su propina.


    "CUIDA TUS MODALES, HABRA ALGUNOS QUE RESIGNARAN LO SUYO PARA DARTE LO TUYO"
     
  11. liriaz

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    Un buen día, el Buda estaba sentado en el bosque con algunos monjes. Acababan de comer y, cuando estaban a punto de empezar una charla sobre el Dharma (enseñanzas), se les acercó un pastor preguntándoles: “¿Habéis visto, venerables monjes pasar por aquí a mis vacas? Tengo doce vacas y todas ellas se han escapado. Este año, una plaga de insectos ha devorado el par de hectáreas de sésamo que tengo plantadas. No puedo seguir viviendo así. Creo que voy a suicidarme.” Sintiendo una gran compasión hacia ese hombre, el Buda dijo entonces: “Lo siento, amigo mío, pero no hemos visto pasar por aquí a tus vacas.”

    Y cuando el pastor se alejaba, añadió dirigiéndose a sus monjes: “¿Sabéis monjes, porque sois felices? Porque no tenéis vacas que perder.” Quisiera deciros, amigos míos, que si tuvieseis vacas, os identificaríais con ellas. Creéis que las vacas son esenciales para vuestra felicidad, pero apenas practicáis profundamente, os dais cuenta de que son esas mismas vacas las que os hacen infelices. El secreto de la felicidad consiste en aprender a soltar vuestras vacas.
     
  12. liriaz

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  13. [​IMG][​IMG]ESAS FABULAS, CUENTOS ETC. HACÍA TIEMPO NO PASABA POR AQUÍ ES UN GUSTO EL LEERLOS... LES DEJO ALGO...

    [​IMG][​IMG]
     
  14. Sorbus

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    EL JUICIO


    The-Money-Lenders-001.jpg


    Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de asesinato. El culpable era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento se procuró hallar un chivo expiatorio para encubrirlo. El hombre fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas oportunidades de escapar a la horca. El juez, aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias de un juicio justo. Por eso le dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino”.
    Por supuesto, el perverso funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: “Culpable”.
    La víctima, aun sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa. Cuando el juez lo conminó a toma uno de los papeles, el hombre respiró profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados. Cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon.
    —Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo diablos vamos a saber el veredicto?
    —Es muy sencillo —replicó el hombre—. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.
    Con refunfuños y una bronca muy mal disimulada, debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.

    “Nunca dejemos de luchar hasta el último momento. En momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
    Albert Einstein
     
  15. LAS RANITAS

    Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema. Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo, en esa masa espesa como arenas movedizas.

    Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, solo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar.

    Una de ellas dijo en voz alta:

    - "No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para que prolongar este dolor. No entiendo que sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril"

    Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso liquido blanco.

    La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:

    - "¡No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora".

    Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. ¡Horas y horas!

    Y, de pronto....de tanto patalear y agitar y agitar y patalear...

    ...la crema, se transformo en manteca..

    La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del bote.

    Desde allí, solo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.