El ambientalismo se transforma en una religión

Es todo el mismo asunto: pudiendo hacer algo positivo con la buena disposición de la gente, queda todo reducido a recaudación de impuestos, mercadeo, y palabras vacías de contenido. No existe el menor interés real por el medioambiente. Escribía Rudyard Kipling:

"... He venido solo, porque durante cinco..., siete..., dieciocho..., cuarenta años, tuve en la mente el pensamiento de que no se seguía bien la Antigua Ley, que está, como tú sabes, muy encubierta por una capa de idolatrías, supersticiones y encantamientos [...]
- Eso sucede en todas las religiones.
- ¿Tú crees? Los libros que yo leía en mi lamasería son secos y sin vigor, y hasta el último ritual con que nos hemos oprimido los que pertenecemos a la Ley Reformada, carece de valor ante mis ojos. Y los seguidores del Excelente están siempre discutiendo unos con otros. ¡Todo es ilusión! ¡Sí!, maya, ilusión. Pero yo tengo otras aspiraciones..."

Tengamos otras aspiraciones.

 

Exacto!

 

rescato esto, porque he investigado algo sobre los transgénicos, Va de retro satanás,!Transgénicos, palabra maldita, y los que hablan poco saben de esto.
Por ejemplo las variedades que se hacen soportadoras de sequía o de algunas plagas, son beneficiosas, reducen los químicos y el gasto de agua. Pero siguen insistiendo que para una humanidad como la de hoy los transgénicos son venenos.
Ojalá existieran variedades para celíacos y que pudieran descender el precio de los productos sin gluten.
Respecto a Green Peace, no colaboro con ella ,es un enorme empresa que gana por su publicidad, y solo en apariencia cumple el rol ecologista. No creo que ninguna empresa, ninguna religión de dios poderoso alineados con el consumismo y que hagan alarde de sus "cualidades" sean confiables; en la mayoría hay motivos políticos y de poder que las mueven. Hitler y muchos de su secuaces eran vegetarianos y les" gustaba" la naturaleza, el arte, los niños blancos, sin embargo fueron y siguen siendo criminales de la naturaleza humana y no son los únicos lamentablemente

En Argentina, donde la leyes a menudo se logran evadir en muchos casos, están hoy tratando de hacer megaemprendimientos de enormes edificios de lujo en la costa que fue hasta hoy un espacio público natural. Es la costa del río de la Plata, y en sus tremendos negocios jamás evaluaron el daño ecológico que serán esas moles. Es el dinero que los mueve, la ambición desmedida de los más ricos. De forma espontánea muchos habitantes estamos reunidos para ver si logramos parar esos desatinos, pero no somos greenpeace ,somos sólo ciudadanos sin cartel.