Un cuento que se puso de moda hace tiempo, que había que aprenderse de memoria... bueno, como todos los cuentos... es el cuento somofa de Tacirupeca Jaro: Bai Tacirupeca Jaro por el quebos dotancan: Lalatra, lalatra lalatra; y de topron... ¡Zas! Le bolo. ¿Dedon vas Tacirupeca? jodi el bolo. A la tasica de mi talibuea- jodi Tacirupeca. ¿Y que vaslle en sae tatices? togunpre el bolo. ¿Y a ti que nesjoco te taporim? le totescon Tacirupeca... Y así sigue... No me acuerdo de más, pero quien sepa el madioi, sabrá continuarlo...
JoseL yo tambien me lo sabia!!!! Soy mas mayor de lo que pienso o simplemente he tenido una infancia friki del 12 Chagall, Lucero me encanta y MamaAnna80 el libro de la paz aburrirnos? Por favor, es lo mejor de este post!!!! Darme un ratito y subo uno de lamias, a ver si me adelanto a Evapatry Brutal tambien el tuyo itsasne
Jose L Tiene que ser precioso,pero tendrias la amabilidad de explicarmelo un poquito,lo siento pero no lo he entendido Itsane Buhuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
En un pueblo de Araba, en Agurain (Salvatierra) se decia que en la cueva de Lezao, en la sierra de Entzia, vivia una dama muy extraña. Era muy hermosa, su cabello era de oro y le llegaba hasta el suelo. Mucha gente decia que le habia visto peinarse con un peine de oro al borde de un riachuelo que bajaba desde lo alto de la sierra y que le servia de espejo. Decian que todos los dias al amanecer, la dama salia de la cueva, se sentaba en una roca y durante muco rato se peinaba el cabello mientras cantaba en un idioma desconocido. Un dia se encontraban en la plaza del pueblo unos cuantos jovenes que charlando de esto y de aquello nombraron a la dama de Lezao. Unos decian que era un cuento de viejos, otros aseguraban que era cierto, que aquella dama era una lamia, pero en realidad ninguna la habia visto y solo contaban lo que habian oido decir. Finalmente pensaron que la mejor forma de saber la verdad era ir hasta la cueva y comprobarlo. Empezaron a discutir a ver quien iria hasta la cueva y no se ponian de acuerdo porque en el fondo todos tenian miedo pues la lamias pueden ser bondadosas o terribles..... En esto que se acerco perikote, al que llamaban el tonto En cuanto le vieron, los demas se sonrieron y uno de ellos se le acerco y le dijo -Hola, perikote, ¿Tu quieres ser de nuestra cuadrilla? Periote estaba asombrado pues siempre se burlaban de el -Venga, no quieres ser de la cuadrilla? Lo pasaras bien y te podras venir con nosotros de fiesta.... -Bueno....pues..... -Muy bien- dijo el cabecilla- pero como sabes somos una cuadrilla selecta asi que primero tendras que pasar una prueba, lo entiendes no? Perikote no se estaba enterando muy bien pero asintio con la cabeza -Estupendo, pues sabes lo que tienes que hacer? Tienes que ir a la cueva de Lezao, y alli esperar a que aparezca una hermosa mujer. Cuando la veas preguntale quien es y de donde viene y despues tienes que pedirle algo para que nosotros sepamos que has estado con ella. Hala, vete para alla! Perikote fue para alla y la cuadrilla se quedo en la plaza riendose de lo tonto que era. Perikote llego a la cueva de Lezao pero cuando llego ya no se acordaba de para que habia ido y como se estaba haciendo de noche, se quedo dormido apoyado en un tronco. Se desperto al oir una cancion sn saber muy bien donde estaba. Miro a su alrededor y entonces vio una dama que se peinaba en el borde del riachuelo mientra cantaba. La mujer le miro y le sonrio y perikote le devolvio la sonrisa y fue a sentarse a su lado. Perikote estaba sentado a su lado sin mas disfrutando de la cancion y distryendose con los peces del rio y por fin la mujer le pregunto -Como te llamas? -Perikote el tonto -¿Por que el tonto? -No se , por que soy tonto supongo La mujer, que en realidad si era una lamia, se levanto y fue a su cueva y volvio al de un rato con un cedazo que entrego a perikote -Toma perikote, esto es para ti. Tal vez no seas el mas listo del pueblo pero eres bueno Perikote bajo al pueblo con el cedazo en la mano. Alli habia un gran alboroto pues todos se preguntaban donde estaba perkote q no habia a casa dormir y cuando le vieron llegar con el cedazo en la mano todos le miraron sorprendidos. Perikote movio el cedazo como si estuviese pasando harina y oh! caia harina del cedazo!! Un hombre cogio el cedazo y agito y nada, y otro y otro mas....Perikote lo cogio de nuevo y de nuevo cayo harina!!! Una harina mas blanca que ninguna!!! Desde aquel dia todos le llamaron perikote el listo. Monto una panaderia y fue muy feliz. Murio muy viejo y cuando sus vecinos buscaron el cedazo no lo encontraron pues habia vuelto a su dueña, la lamia de Lezao y es que los objetos de las lamias solo los pueden tener aquellos a quienes se los hayan regalado, nadie mas..... Y aun hoy si teneis suerte podreis oir los cantos de la lamia de Lezao si os acercais a su cueva pues alli se sigue peinando sus cabellos de oro cada mañana
Es el cuento de caperucita roja contado el reves!!!! La verdad es que no se de donde saldria pero al leerlo en el post lo he hecho en voz alta y mi hermana pequeña tambien se lo sabe¿?
Sí, es una bromilla desconcertadora... Es un poco como mantener conversaciones absurdas diciendo la letra de canciones extranjeras conocidas, aparentando que se habla en ese idioma... Uno dice una estrofa, y el otro le contesta con otra... ¿No habéis jugado nunca a eso? - Morning has broken like the first morning. Blackbird has spoken... - ¿Like the first bird? - Yes, we all live in a yellow submarine. ...
Joeeee..... pero eso no es nada friki Gendel. En mi cole nos sabíamos todos el cuento de Tacirupeca!!! Era como lo de hablar con 'ti'. Son cosas del año de maricastaña, pero siempre vuelven. Yo me se un montón de canciones y juegos infantiles de hace mil años, mi madre estudió magisterio, así que sabía muchísimos y siempre jugaba con nosotros a un montón de cosas. A mi me gustaba el del polvorón. ¿Quién se lo sabe?
El juego del polvorón es un juego para jugar varios. Se necesita una piedra pequeña o una moneda... Hay que ponerse en corro con las manos juntas, como para rezar pero con hueco en medio, como si guardaras algo. Entonces uno tiene que adivinar (ese no está en el corro) y otro tiene que ir pasando la piedra. Pasa sus manos por en medio de las de los demás (como una tarjeta de crédito), cantando una canción: Polvorón, polvorón que estás en mis manos, en mis manos estás. Polvorón. Adivina quien la trae quien la tiene... (se me acaba de olvidar la letra ) Durante la canción deja la piedra en las manos de alguien, y cuando se acaba la canción, el que adivina tiene que adivinar (como su propio nombre indica) dónde está la piedra. Si acierta le toca a él pasar la piedra y al que la pasó, adivinar. Y si no paga prenda. Para eso se coloca enfrente del que pasó la piedra, de espaldas a los demás y un poco agachado, como cuando te van a dar en el culo, porque precisamente uno se tiene que acercar y darte un azote. Entonces tiene que adivinar quien ha sido. Los demás dicen lo de "Pío, pío, que yo no he sido..." y él coge a uno y lo lleva al que pasa la piedra, y éste dice: - "De dónde me traes este saco?" - "Del molino" - Pues llévatelo que no/sí (que) es mio. (Dependiendo de si acertó o no) Si no acertó sigue siendo el que adivina y si no, pues se la pasa al otro. Yo no se si alguien se habrá enterado... . Qué mal me explico.
Jooooooooooo..........con lo fácil que era caperucita Debo de estar entrando en la edad senil EL juego del polvorón,si me acuerdo Buena Lamia la tuya Grendel MamaAnna,tu cuento adicciona
Hola a todos Dejo a quí la 4ª parte de LUCERO IV Una entrevista radial – Tengo una idea –dijo de pronto, Clemencia. – ¿Cuál? – Decirles a todos los niños del mundo que aquí tenemos un Lucero. Que a las seis de la tarde llega doña Venus, su mamá. – Y agregó: – Lucero, ¿tú quieres saludar a los niños de la tierra? – Bueno, ¿y sí me oirán? – ¡Claro!, así como hablaste con tu mamá. Clemencia tomó el micrófono y dijo: – ¡Silencio! Chist... (tapando el micrófono). – ¿Listos? – Listos –contestó Alfonso, responsable de la transmisión. Y agregó, pasito: – Tú primero, Clemencia, y después, Lucero. Clemencia, muy seria, empezó: – Con ustedes, niños y niñas de la tierra, la estación HJCL, en su banda de 20 metros, transmitiendo el reportaje del siglo, ¡único!, con un Lucero. Desde su cuarto, en casa de la familia Martínez, de Bogotá. –Y dirigiéndose a Lucero: – Acércate, y háblales claro y despacito. – Con ustedes, niños de la tierra... ¡Lucero! – Buenas tardes, amiguitos, ¿cómo están? Clemencia tomó de nuevo el micrófono: – ¡Ya lo oyeron! En cadena con todas las estaciones del mundo, vamos a hacerle unas preguntas a Lucero: – Diles, Lucero, ¿cuándo llegaste? – Ayer tarde. No llegué, sino que me caí... y por poco me mato. Si no es por ustedes, los Martínez, no estaría echando el cuento. Por eso son mis mejores amigos del cielo y de la tierra. – ¿Y te golpeaste muy duro? – Ni mucho, Clemencita. Por ser de pura luz y no pesar nada, el golpe no fue nada. Sólo una heridita en la frente. – Lucero, en el barrio dijeron que por desobediente te caíste de un columpio... ¿es cierto? – ¡Bah! Tonterías. Yo venía en brazos de mamá, de la cocina, y como tenía las manos untadas de grasa, me resbalé, y ¡zás!, me caí. – ¿Te gustaría quedarte a vivir con nosotros? – Depende de lo que diga mi mamá. – ¿Y tu papá? – No se asusten por lo que voy a decir, amiguitos. Allá en el cielo las estrellas no tienen papá. – Pero, ¿cómo? – Sería largo de explicar. En vez de papá tenemos un gran abuelo, el sol... –Y agregó–: Hablemos de otra cosa. – ¿Y cómo te llamas? – Pues, Lucero, no más... como todos. Piensen que en mi familia hay doscientos mil millones, mal contados por ustedes... Si fuéramos a nombrarlos no alcanzarían los diccionarios del mundo. – ¿Y tu apellido? – Galaxia. – ¿Entonces eres Lucero Galaxia? – Sí, pero se oye feo. Llámenme simplemente Lucero. – ¿Y cuántos años tienes? – Bueno, de los de aquí como cinco... – ¿Cómo es eso? – Como lo oyen. En el cielo soy un recién nacido. Allá tengo quinientos años... cinco siglos, no lo olviden... – Dinos, Lucero, ¿allá hay colegios? – Por supuesto. Nadie nace sabido. Hace doscientos años que asisto al Santa Lucía, de los mejores. – Con razón sabes tanto. – Ni mucho. Piensen lo que sabrá mamá. – ¿Y en el cielo hay relojes? – ¿Y muy grandes? – Los hay pero sólo para los sabios... Imagínense, amiguitos de la tierra –agregó–, que cada segundo de allá, es como miles de horas de acá. No conozco a ninguno que use reloj. – Para terminar, Lucero, se nos acaba el tiempo, dinos, de lo poco que has visto en la tierra, ¿hay algo que te haya chocado? – Pues no me atrevo a decirlo. Ustedes han sido tan amables conmigo. – Dilo sin pena. Que todos te oigan. – Bueno, si insisten, Clemencita, lo diré. Lo que se me ha hecho insufrible es que se metan los dedos en las narices. En el cielo es tan perfecto todo, hay castigo hasta de cárcel... Y además, que se limpien los dientes con palillos en la mesa. – Te lo ha dicho mamá mil veces, Alfonso, ¿te fijas? (y esto dijo, tapando discretamente el micrófono, malhumorada, Clemencia). –¡Mentiras!, es Alfredito. – Yo no fui. ¡Tonto! – Y además, se me olvidaba, el ruido infernal que hacen en la calle. Anoche por poco no pego los párpados. – ¡Hasta pronto, niños! – Amiguitos de la tierra, estamos sobre el tiempo. Lucero se despide de ustedes, pues no ha hecho todavía las maletas. Regresa esta noche al cielo con su mamá, doña Venus. Además tiene que hacerle un guacal a un elefantito vivo que se llevará también... –Y remató la locutora: – Han escuchado, personalmente, al primer Lucero que habla por una estación de radio. Quiero recordarles que Lucero, por su edad, no tiene dirección registrada para las cartas, que seguramente ustedes le escribirán. Pueden dirigirlas al cuidado de doña Venus, y pongan simplemente: El Cielo, o a nuestra estación, HJCL, Bogotá. Buenas tardes.
q bueno Lucero Chagall.... Las lamias como veis no son necesariamente malas. Solo son muy suyas, y hay que tener cuidado....Lo mejor de todas estas historias es que son muy cercanas. Aqui hay muchisimos pueblos y ciudades cuyos nombres pues...que deciros, La UPV (Universidad del Pais Vasco), que es la publica aqui tiene su campus de Bizkaia (el mas grande creo) en Leioa, junto a.......................... Lamiako, que directamente significa "sitio de Lamias" jeje, por cierto,me parece que todos los juegos de la infancia se han ido pervirtiendo xq yo jugaba con mis amigos a algo parecido a lo del polvoron pero bebiendo
A mi me gustaba jugar a eso y ser la que adivinaba, porque en el fondo tenías que adivinar quien miente y quien no. Aunque a esas edades, si mientes, se te nota en la mirada Lo de la cara de pocker se va perfeccionando con el tiempo. A los juegos de beber yo prefiero no jugar porque siempre la toman conmigo y acabo perdiendo Voy a ir pensando en algún cuento para hoy que ayer al final no puse ninguno. Lo que pasa es que el ordenador de mi madre y yo... no nos llevamos muy bien