El Cuenta Cuentos

Tema en 'Comunidad de Infojardín' comenzado por EvaPatry, 31/8/07.

  1. grendel

    grendel Jardinero Novato

    Mensajes:
    399
    Ubicación:
    Algorta-Getxo Bizkaia
    Buenas noches.....

    Estoy roto despues de entrenar pero lo prometido es deuda asi que os cuento la historia del puente de Ligi

    Era Ligi un pueblo cruzado por un torrente poderosisimo y cada puente que hacian los aldeanos se acababa derrumbando a los pocos dias pues el rio era muy fuerte. Y asi un dia el alcalde desesperado dio un paseo por el bosque mientras se lamentaba y sus quejas llegaron a los odios de unos galtzagorris que por alli rondaban....

    Los galtzagorris son unos seres magicos que habitan en lo profundo de los bosques de euskalherria. Son duendes y como tal a veces son buenos y pueden ayudarnos y a veces no, pero siempre hay que tener cuidado con ellos pues pocas veces dan algo a cambio de nada. Su nombre (calzones rojos) les viene de los pantalones que siempre llevan de ese color

    Total, que los suspiros del alcalde llegaron a sus oidos y se acercaron al alcalde:
    -Nosotros te haremos en una noche un puente que resistira mil años. Antes de que cante el gallo lo habremos terminado
    -De verdad? Os lo agradezco pero....que quereis a cambio?
    -Tan solo tu alma....
    -Trato hecho entonces.

    El alcalde acepto y se dijo a si mismo que ya se le ocurriria algo para no entregar su alma, pues el puente era muy necesario para su pueblo
    Y asi los galtzgorris llegaron por cientos y comenzaron a trabajar a una velocidad endiablada. Mientras se pasaban las piedras, traídas del monte Lexarrautzu, unos a otros, se decían con fuertes gritos:
    - ¡Ahí va, Guillén...!
    - ¡Dámela Guillén...!
    - ¡Tómala, Guillén...!
    - ¡Aquí ya somos once mil, Guillén...!
    A punto ya de amanecer, al puente tan sólo le faltaba la última piedra. Y el alcalde hizo lo que habia estado pensando toda la noche. Entro en el gallinero con una pajas en llamas y el gallo asustado y pensando que amanecia ya canto alto y fuerte.

    Al instante los galtzagorris dejaron caer la ultima piedra que no habian puesto aun y desaparecieron como habian llegado

    El puente estaba terminado, a falta tan sólo de esa última piedra. Y aun hoy en dia se puede ver la piedra que falta. y se puede ver esa misma piedra en el fondo del rio. Y aunque algunas veces han intentado colocarla los vecinos de Ligi, la piedra no se ha mantenido en su sitio.

    Buenas noches a tod@s
    (El proximo de lamias MamaAnna80 :smile:, ah, y este cuento depende quien lo cuente en vez de galtzagorris con lamias...)
     
  2. Hola a todos :beso: :beso:

    EvaPatry :beso: :beso: Está intrigante.Encontrará la cabeza?

    MamaAnna80 :beso: :beso:Si recurerdo la música de Dónde vas Alfonso XII

    Itsasne :beso: :beso:Venga que hoy ya és miércoles

    Lupis :beso: :beso: Es ciérto,nos pasamos la vida evaluándonos,unos a otros,si ser quienes para hacerlo,en el trabajo,con los amigos,en familia....

    Chipi-Chipi :beso: :beso:Tu cómo siempre ,ingenioso

    Grendel :beso: :beso:Me imagino a los Pitufos pero con la muda de los Domingos :11risotada: :11risotada:
     
  3. Deseo que os guste :beso: :beso: :beso:

    A CORRER... ​


    Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un caballo y su pequeño hijo, ambos gustaban de correr sin rumbo fijo, solo por el placer de sentir el cálido aire sobre sus cabezas.

    Padre e hijo disfrutaban mucho de estas carreras y el compartir sus conversaciones que tanto bien hacia a ambos, siempre tenían pláticas de lo más amenas y realmente existía una comunicación constante entre ellos.

    Una mañana, salieron como era su costumbre a correr, estaban muy felices porque era un día espléndido, cuando de repente el pequeño caballo tropezó y cayó rodando, su padre se detuvo de inmediato volviendo sobre sus pasos para ver que le había sucedido a su pequeño hijo.

    Se acerco a él para averiguar si se encontraba bien, y el pequeño no lograba levantarse, muy asustado le dijo a su padre: - Siento que no podré volverme a levantar, me siento muy lastimado de una pata.

    - Hijo, debes levantarte, acaso ¿Te has roto algo?- Padre, le dijo el caballito, creo que no me he roto nada, sin embargo, un caballo nunca se cae y cuando lo hace, le resulta sumamente difícil levantarse.

    - Hijo, estás equivocado, algunos animales como nosotros caen, pero vuelven a levantarse y tu te levantarás, porque tu no tienes nada roto, tu voluntad hará que te levantes y vuelvas a caminar y a correr como siempre lo has hecho, no permitirás que tu mente te haga tomar una decisión equivocada, creyendo que porque has caído no podrás levantarte, además, yo te ayudaré a hacerlo, porque yo precisaré de tu ayuda, cuando caiga y necesite levantarme igualmente.

    - Pero padre, ¿cómo podría yo ayudarte a levantar si soy tan pequeño?

    - Hijo no se necesita fuerza física para dar esa clase de ayuda, solo se requiere un gran amor, esa es la clase de ayuda que necesitamos, sentirnos apoyados por nuestros seres más queridos, y yo te amo mucho y por esa razón te digo que te levantes, porque todavía tenemos muchos caminos que recorrer juntos.

    Y nuestro pequeño caballito, se levantó, se sacudió el polvo, empezó a caminar junto a su amado padre y pronto empezaron a correr como era su costumbre.

    CAERSE no es lo importante, lo importante es LEVANTARSE cuantas veces sea necesario.
     
  4. EvaPatry

    EvaPatry

    Mensajes:
    543
    Ubicación:
    Madrid (España)
    ¿Dónde está mi cabeza? de Benito Pérez Galdós

    - V -
    La desesperación me sugirió una idea salvadora: consultar al punto el caso con mi amigo el doctor Miquis, hombre de mucho saber a la moderna, médico filósofo, y, hasta cierto punto, sacerdotal, porque no hay otro para consolar a los enfermos cuando no puede curarlos o hacerles creer que sufren menos de lo que sufren.
    La resolución de verle me alentó: vestíme a toda prisa. ¡Ay! ¡Qué impresión tan extraña, cuando al embozarme pasaba mi capa de un hombro a otro, tapando el cuello como servilleta en plato para que no caigan moscas! Y al salir de mi alcoba, cuya puerta, como de casa antigua, es de corta alzada, no tuve que inclinarme para salir, según costumbre de toda mi vida. Salí bien derecho, y aun sobraba un palmo de puerta.
    Salí y volví a entrar para cerciorarme de la disminución de mi estatura, y en una de éstas, redobláronse de tal modo mis ganas de mirarme al espejo, que ya no pude vencer la tentación, y me fui derecho hasta el armario de luna. Tres veces me acerqué y otras tantas me detuve, sin valor bastante para verme... Al fin me vi... ¡Horripilante figura! Era yo como una ánfora jorobada, de corto cuello y asas muy grandes. El corte del pescuezo me recordaba los modelos en cera o pasta que yo había visto mil veces en Museos anatómicos.
    Mandé traer un coche, porque me aterraba la idea de ser visto en la calle, y de que me siguieran los chicos, y de ser espanto y chacota de la muchedumbre. Metíme con rápido movimiento en la berlina. El cochero no advirtió nada, y durante el trayecto nadie se fijó en mí.
    Tuve la suerte de encontrar a Miquis en su despacho, y me recibió con la cortesía graciosa de costumbre, disimulando con su habilidad profesional el asombro que debí causarle.
    -Ya ves, querido Augusto -le dije, dejándome caer en un sillón-, ya ves lo que me pasa...
    -Sí, sí -replicó frotándose las manos y mirándome atentamente-: ya veo, ya... No es cosa de cuidado.
    -¡Que no es cosa de cuidado!
    -Quiero decir... Efectos del mal tiempo, de este endiablado viento frío del Este...
    -¡El viento frío es la causa de...!
    -¿Por qué no?
    -El problema, querido Augusto, es saber si me la han cortado violentamente o me la han sustraído por un procedimiento latroanatómico, que sería grande y pasmosa novedad en la historia de la malicia humana.
    Tan torpe estaba aquel día el agudísimo doctor, que no me comprendía. Al fin, refiriéndole mis angustias, pareció enterarse, y al punto su ingenio fecundo me sugirió ideas consoladoras.
    -No es tan grave el caso como parece -me dijo- y casi, casi, me atrevo a asegurar que la encontraremos muy pronto. Ante todo, conviene que te llenes de paciencia y calma. La cabeza existe. ¿Dónde está? Ése es el problema.
    Y dicho esto, echó por aquella boca unas erudiciones tan amenas y unas sabidurías tan donosas, que me tuvo como encantado más de media hora. Todo ello era muy bonito; pero no veía yo que por tal camino fuéramos al fin capital de encontrar una cabeza perdida. Concluyó prohibiéndome en absoluto la continuación de mis trabajos sobre la Aritmética filosófico-social, y al fin, como quien no dice nada, dejóse caer con una indicación, en la que al punto reconocí la claridad de su talento.
    ¿Quién tenía la cabeza? Para despejar esta incógnita convenía que yo examinase en mi conciencia y en mi memoria todas mis conexiones mundanas y sociales. ¿Qué casas y círculos frecuentaba yo? ¿A quién trataba con intimidad más o menos constante y pegajosa? ¿No era público y notorio que mis visitas a la Marquesa viuda de X... traspasaban, por su frecuencia y duración, los límites a que debe circunscribirse la cortesía? ¿No podría suceder que en una de aquellas visitas me hubiera dejado la cabeza, o me la hubieran secuestrado y escondido, como en rehenes que garantizara la próxima vuelta?
    Diome tanta luz esta indicación, y tan contento me puse, y tan claro vi el fin de mi desdicha, que apenas pude mostrar al conspicuo Doctor mi agradecimiento, y abrazándole, salí presuroso. Ya no tenía sosiego hasta no personarme en casa de la Marquesa, a quien tenía por autora de la más pesada broma que mujer alguna pudo inventar.
     
  5. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    GRENDEL, me da lo mismo que sean de galtzagorris o de lamias, el caso es que me gustan mucho tus cuentos :11risotada: :11risotada: ( y los de los demás también eh!! :beso: :beso: a tod@s) pero parece que, cuando acabo de leerlos todos, si ese día ha faltado alguien (Chagall, EvaPatry, tu, etc..), me falta ....¡algo! :icon_redface:

    Hoy un cuento cortito de "los Hermanos GRIMM"
    GACHAS DULCES
    Érase una vez una muchacha, tan pobre como piadosa, que vivía con su madre, y he aquí que llegaron a tal extremo en su miseria, que no tenían nada para comer. Un día en que la niña fue al bosque, encontróse con una vieja que, conociendo su apuro, le regaló un pucherito, al cual no tenía más que decir: "¡Pucherito, cuece!", para que se pusiera a cocer unas gachas dulces y sabrosísimas; y cuando se le decía: "¡Pucherito, párate!", dejaba de cocer.
    La muchachita llevó el puchero a su madre, y así quedaron remediadas su pobreza y su hambre, pues tenían siempre gachas para hartarse. Un día en que la hija había salido, dijo la madre: "¡Pucherito, cuece!", y él se puso a cocer, y la mujer se hartó. Luego quiso hacer que cesara de cocer, pero he aquí que se le olvidó la fórmula mágica. Y así, cuece que cuece, hasta que las gachas llegaron al borde y cayeron fuera; y siguieron cuece que cuece, llenando toda la cocina y la casa, y luego la casa de al lado y la calle, como si quisieran saciar el hambre del mundo entero.
    El apuro era angustioso, pero nadie sabía encontrar remedio. Al fin, cuando ya no quedaba más que una casa sin inundar, volvió la hija y dijo: "¡Pucherito, párate!", y el puchero paró de cocer. Mas todo aquel que quiso entrar en la ciudad, hubo de abrirse camino a fuerza de tragar gachas.


    Hasta luego :beso:
     
  6. Saludos para todos :beso: :beso:

    SIMBAD EL MARINO

    Hace muchos, muchísimos años, en la ciudad de Bagdag vivía un joven llamado Simbad. Era muy pobre y, para ganarse la vida, se veía obligado a transportar pesados fardos, por lo que se le conocía como Simbad el Cargador.

    - ¡Pobre de mí! -se lamentaba- ¡qué triste suerte la mía!

    Quiso el destino que sus quejas fueran oídas por el dueño de una hermosa casa, el cual ordenó a un criado que hiciera entrar al joven.

    A través de maravillosos patios llenos de flores, Simbad el Cargador fue conducido hasta una sala de grandes dimensiones.

    En la sala estaba dispuesta una mesa llena de las más exóticas viandas y los más deliciosos vinos. En torno a ella había sentadas varias personas, entre las que destacaba un anciano, que habló de la siguiente manera:

    -Me llamo Simbad el Marino. No creas que mi vida ha sido fácil. Para que lo comprendas, te voy a contar mis aventuras...

    "Aunque mi padre me dejó al morir una fortuna considerable; fue tanto lo que derroché que, al fin, me vi pobre y miserable. Entonces vendí lo poco que me quedaba y me embarqué con unos mercaderes. Navegamos durante semanas, hasta llegar a una isla. Al bajar a tierra el suelo tembló de repente y salimos todos proyectados: en realidad, la isla era una enorme ballena. Como no pude subir hasta el barco, me dejé arrastrar por las corrientes agarrado a una tabla hasta llegar a una playa plagada de palmeras. Una vez en tierra firme, tomé el primer barco que zarpó de vuelta a Bagdag..."

    Llegado a este punto, Simbad el Marino interrumpió su relato. Le dio al muchacho 100 monedas de oro y le rogó que volviera al día siguiente.

    Así lo hizo Simbad y el anciano prosiguió con sus andanzas...

    "Volví a zarpar. Un día que habíamos desembarcado me quedé dormido y, cuando desperté, el barco se había marchado sin mí.

    Llegué hasta un profundo valle sembrado de diamantes. Llené un saco con todos los que pude coger, me até un trozo de carne a la espalda y aguardé hasta que un águila me eligió como alimento para llevar a su nido, sacándome así de aquel lugar."

    Terminado el relato, Simbad el Marino volvió a darle al joven 100 monedas de oro, con el ruego de que volviera al día siguiente...

    "Hubiera podido quedarme en Bagdag disfrutando de la fortuna conseguida, pero me aburría y volví a embarcarme. Todo fue bien hasta que nos sorprendió una gran tormenta y el barco naufragó.

    Fuimos arrojados a una isla habitada por unos enanos terribles, que nos cogieron prisioneros. Los enanos nos condujeron hasta un gigante que tenía un solo ojo y que comía carne humana. Al llegar la noche, aprovechando la oscuridad, le clavamos una estaca ardiente en su único ojo y escapamos de aquel espantoso lugar.

    De vuelta a Bagdag, el aburrimiento volvió a hacer presa en mí. Pero esto te lo contaré mañana..."

    Y con estas palabras Simbad el Marino entregó al joven 100 piezas de oro.

    "Inicié un nuevo viaje, pero por obra del destino mi barco volvió a naufragar. Esta vez fuimos a dar a una isla llena de antropófagos. Me ofrecieron a la hija del rey, con quien me casé, pero al poco tiempo ésta murió. Había una costumbre en el reino: que el marido debía ser enterrado con la esposa. Por suerte, en el último momento, logré escaparme y regresé a Bagdag cargado de joyas..."

    Y así, día tras día, Simbad el Marino fue narrando las fantásticas aventuras de sus viajes, tras lo cual ofrecía siempre 100 monedas de oro a Simbad el Cargador. De este modo el muchacho supo de cómo el afán de aventuras de Simbad el Marino le había llevado muchas veces a enriquecerse, para luego perder de nuevo su fortuna.

    El anciano Simbad le contó que, en el último de sus viajes, había sido vendido como esclavo a un traficante de marfil. Su misión consistía en cazar elefantes. Un día, huyendo de un elefante furioso, Simbad se subió a un árbol. El elefante agarró el tronco con su poderosa trompa y sacudió el árbol de tal modo que Simbad fue a caer sobre el lomo del animal. Éste le condujo entonces hasta un cementerio de elefantes; allí había marfil suficiente como para no tener que matar más elefantes.

    Simbad así lo comprendió y, presentándose ante su amo, le explicó dónde podría encontrar gran número de colmillos. En agradecimiento, el mercader le concedió la libertad y le hizo muchos y valiosos regalos.

    "Regresé a Bagdag y ya no he vuelto a embarcarme -continuó hablando el anciano-. Como verás, han sido muchos los avatares de mi vida. Y si ahora gozo de todos los placeres, también antes he conocido todos los padecimientos."

    Cuando terminó de hablar, el anciano le pidió a Simbad el Cargador que aceptara quedarse a vivir con él. El joven Simbad aceptó encantado, y ya nunca más, tuvo que soportar el peso de ningún fardo...
     
  7. benemi

    benemi ...mar adentro

    Mensajes:
    890
    Ubicación:
    zona centro
    Secreto a Voces



    Gretel, la hija del Alcalde, era muy curiosa. Quería saberlo todo, pero no sabía guardar un secreto.
    -Qué hablabas con el Gobernador?
    -le preguntó a su padre, después de observar una larga conversación entre los dos hombres.
    -Estábamos tratando del gran reloj que mañana, a las doce, vamos a colocar en el Ayuntamiento. Pero es un secreto y no debes divulgarlo.
    Gretel prometió callar, pero a las doce del día siguiente estaba en la plaza con todas sus compañeras de la escuela para ver colocar el reloj en el ayuntamiento.
    ¡Ay!, el tal reloj no existía. El Alcalde quiso dar una lección a su hija y en ver-dad que fue dura, pues las niñas del pueblo estuvieron mofándose de ella duran-te varios años. Eso sí, le sirvió para saber callar a tiempo.


    Fin
     
  8. benemi

    benemi ...mar adentro

    Mensajes:
    890
    Ubicación:
    zona centro
    EL PERRO DEL HORTELANO


    Un labriego tenía un enorme perro como guardián de sus extensos cultivos. El animal era tan bravo que jamás ladrón alguno se atrevió a escalar la cerca de los sembrados.
    El amo, cuidadoso de su can, lo alimentaba lo mejor que podía, y el perro, para mostrar su agradecimiento, redoblaba el cuidado de los campos.
    Cierto día, el buey del establo quiso probar un bocado de la alfalfa que su amo le guardaba, pero el perro, poniéndose furioso y enseñándole los dientes, trató de ahuyentarlo.
    El buey, reprochando su equivocada conducta, le dijo:
    - Eres un tonto, perro envidioso. Ni comes ni dejas comer.
    Y añadió: - Si el amo destina a cada cual lo que le aprovecha y la alfalfa es mi alimento, no veo que tengas razón para inmiscuirte en negocio ajeno.

    Agua que no has de beber,
    amigo, déjala correr.

    Fin
     
  9. benemi

    benemi ...mar adentro

    Mensajes:
    890
    Ubicación:
    zona centro
    Las Moscas

    A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, que por golosas murieron presas de patas en él.
    Otra dentro de un pastel enterró su golosina.

    Así, si bien se examina,
    los humanos corazones
    perecen en las prisiones
    del vicio que los domina.



    Fin
     
  10. grendel

    grendel Jardinero Novato

    Mensajes:
    399
    Ubicación:
    Algorta-Getxo Bizkaia
    Buenas benemi, que grandes tus intervenciones en serie....:5-okey:

    Dos amigos iban por el bosque muy alegres y contentos. Se iban apoyando el uno en el otro pues uno de ellos era cojo. De pronto un oso enorme aparecio en el camino.

    Uno de los dos hombres subio corriendo al arbol mas alto que vio, pero el cojo sin poder hacer lo mismo y viendose perdido se tiro al suelo y se hizo el muerto pues es creencia popular que los osos no comen carroña. El oso se acerco al cojo que estaba tendido en el suelo. Lo olisqueo y decidio ir a buscar alimento a otra parte.

    El amigo que lo vio todo desde el arbol bajo corriendo y ayudando al cojo a levantarse le pregunto:
    -Que es lo que te ha dicho el oso al oido?
    -Que en el futuro me guarde bien de quienes en la alegria dicen ser mis amigos pero huyen ante el primer problema

    Un saludo
     
  11. benemi

    benemi ...mar adentro

    Mensajes:
    890
    Ubicación:
    zona centro
    El Pajaro herido

    Un pájaro inocente herido de una flecha guarnecida de acero y de plumas ligeras, decía en su lenguaje con amargas querellas:
    - ¡Oh crueles humanos, más crueles que fieras! Con nuestras propias alas, que la Naturaleza nos dio, sin otras armas para propia defensa, forjáis el instrumento de la desdicha nuestra, haciendo que inocentes prestemos la materia.
    Pero no, no es extraño que así bárbaros sean aquellos que en su ruina trabajan y no cesan: Los unos y otros fraguan armas para la guerra, y es dar contra sus vidas plumas para las flechas.

    Fin

    Gracias Grendel. Tus intervenciones, como la de todos los demás, son tambien, por supuesto, únicas e irrepetibles.
    Otro saludo
     
  12. mamaAnna80

    mamaAnna80 Hoy puede ser un gran dia

    BENEMI, cortitos pero concisos :5-okey:

    LA VASIJA CON RAJADURAS Autor: Paulo Coelho.

    Cuenta la leyenda india que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.
    Una de las vasijas era más vieja que la otra, y tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad del agua se perdía.
    Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea, aun sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.
    Estaba tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo, decidió hablar con él:
    -Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso, sólo consigues entregar la mitad de mi carga, y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.
    El hombre sonrió y le dijo:
    -Cuando regresemos, por favor observa cuidadosamente el camino.
    Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba, crecían muchas flores y plantas.
    -¿Ves como la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres? –comentó el hombre-. Siempre supe que tú tenías rajaduras, y resolví aprovechar este hecho. Sembré hortalizas, flores y legumbres, y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas. Si tú no fueras como eres, ¿cómo podría haberlo hecho?


    "Todos nosotros, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener un buen resultado".



    Hasta luego :beso:
     
  13. EvaPatry

    EvaPatry

    Mensajes:
    543
    Ubicación:
    Madrid (España)
    ¿Dónde está mi cabeza? de Benito Pérez Galdós

    - VI -
    La esperanza me alentaba. Corrí por las calles, hasta que el cansancio me obligó a moderar el paso. La gente no reparaba en mi horrible mutilación, o si la veía, no manifestaba gran asombro. Algunos me miraban como asustados: vi la sorpresa en muchos semblantes, pero el terror no.
    Diome por examinar los escaparates de las tiendas, y para colmo de confusión, nada de cuanto vi me atraía tanto como las instalaciones de sombreros. Pero estaba de Dios que una nueva y horripilante sorpresa trastornase mi espíritu, privándome de la alegría que lo embargaba y sumergiéndome en dudas crueles. En la vitrina de una peluquería elegante vi...
    Era una cabeza de caballero admirablemente peinada, con barba corta, ojos azules, nariz aguileña... era, en fin, mi cabeza, mi propia y auténtica cabeza... ¡Ah! cuando la vi, la fuerza de la emoción por poco me priva del conocimiento... Era, era mi cabeza, sin más diferencia que la perfección del peinado, pues yo apenas tenía cabello que peinar, y aquella cabeza ostentaba una espléndida peluca.
    Ideas contradictorias cruzaron por mi mente. ¿Era? ¿No era? Y si era, ¿cómo había ido a parar allí? Si no era, ¿cómo explicar el pasmoso parecido? Dábanme ganas de detener a los transeúntes con estas palabras: «Hágame usted el favor de decirme si es esa mi cabeza.»
    Ocurrióme que debía entrar en la tienda, inquirir, proponer, y por último, comprar la cabeza a cualquier precio... Pensado y hecho; con trémula mano abrí la puerta y entré... Dado el primer paso, detúveme cohibido, recelando que mi descabezada presencia produjese estupor y quizás hilaridad. Pero una mujer hermosa, que de la trastienda salió risueña y afable, invitóme a sentarme, señalando la más próxima silla con su bonita mano, en la cual tenía un peine.
    FIN
     
  14. benemi

    benemi ...mar adentro

    Mensajes:
    890
    Ubicación:
    zona centro
    El Lobo y La Perdiz



    Una perdiz en celo reclamada vino a ser en la red aprisionada. Al cazador la mísera decía: - Si me das libertad en este día, te he de proporcionar un gran consuelo.
    Por este campo extenderé mi vuelo, juntaré a mis amigas en bandada, que guiaré a tus redes engañada, y tendrás, sin costarte dos ochavos, doce perdices como doce pavos.
    -¡Engañar y vender a tus amigas!
    ¿Y así crees que me obligas? - respondió el cazador -. ¡Pues no, señora; Muere, y paga la pena de traidora!

    La perdiz fue bien muerta, no es dudable.
    La traición, aun soñada, es detestable.

    Fin
     
  15. Hola buenas tardes cuentacuentos todos :beso: :beso: :beso: :beso: Con un poco de suerte vamos a entrar en el guiness :eyey: :eyey: :eyey: :eyey: :eyey: :eyey: :eyey:

    DICEN QUE ASÍ NACIÓ EL COCODRILO

    En medio de la selva estaba tirado en tronco de cocotero. Hacía carios días que el huracán lo había tirado y así permanecía, temeroso de que vinieran los hombres con sus hachas a hacerlo pedacitos.

    Una mañana calurosa se oyeron pisadas sobre la hojarasca. El tronco tembló de miedo, y tan grande fue su temblor que empezó a rodas hasta llegar a un pantano que estaba cerca. y pensó: "¡Qué bueno! Aquí puedo esconderme sin que los hombres me descubran".

    Se acomodó entre el agua fangosa. Sólo cuando las pisadas de los hombres se alejaron, el tronco se atrevió a mirar para afuera.

    Estaba tan bien ahí en lo húmedo, y hacía tanto calor en la selva, que decidió quedarse adentro un poco de tiempo. Y empezó a ponerse verdoso. La lama del agua iba quedándose entre sus escamas de árbol. Más tarde se dio cuenta de que iban naciéndole cuatro retoños, dos a cada lado del cuerpo.

    -¡Qué bueno!- pensó-, ¡Creo que me estoy convirtiendo en animal! Buscaré un nombre que recuerdo mi origen. Me llamaré "cocodrilo".



    Armida de la Vara